martes, 28 de junio de 2016

CRÓNICA DEL II CONGRESO DE GENEALOGÍA, HERÁLDICA Y NOBILIARIA | Ateneo de Ilugo

CRÓNICA DEL II CONGRESO DE GENEALOGÍA, HERÁLDICA, NOBILIARIA Y CIENCIAS INSTRUMENTALES DE LA HISTORIA | Ateneo de Ilugo

Conferencia Inaugural (José Manuel Huidobro)

Inauguración del II Congreso
Foto de algunos de los participantesa ante la sede del Congreso

II Congreso del Ateneo de Ilugo. Gracias a una impecable organización todo resultó un completo éxito, con una programación interesantísima, que se desarrolló los días 24 y 25 de Junio en Santisteban del Puerto (Jaén).

Villa de Santisteban del Puerto

domingo, 26 de junio de 2016

Alonso de Ojeda. Navegante, militar y descubridor de Venezuela


Ojeda desplegó un rol clave y fundamental en la conquista española de América. Acompañó en el que fuera su segundo viaje a Cristóbal Colón, aunque, Ojeda, cobraría protagonismo por ser el descubridor del lago Maracaibo y  Venezuela y de la costa colombiana, por fundar Santa Cruz y por ser el gobernador de Urabá, una de las primeras administraciones públicas de aquel tiempo.


Alonso de Ojeda, nació en Torrejoncillo del Rey (Cuenca) en el año 1466 en el seno de una familia perteneciente a la nobleza (originaria de Burgos) aunque venida a menos en materia de economía. La situación de de su familia lo llevó a emplearse como paje al servicio del duque de Medinaceli, don Luis de la Cerda. Algunos indican que por entonces entró en contacto con Colón. También participó de la toma Granada donde se destacaría como un valiente y eficaz soldado.

Por la mediación del Obispo Juan Rodríguez Fonseca, su protector, logró embarcarse en 1493 en el segundo viaje de Colón al Nuevo Mundo. El almirante le confiará la búsqueda de la rica comarca aurífera de Cibao en cuya expedición tuvo que socorrer al alcaide de la fortaleza de Santo Tomás del asedio de los indígenas, liderados por el cacique Caonabo, siendo éste apresado. La recompensa de los Reyes Católicos a Ojeda será la concesión de seis leguas de terreno en Maguana.

En el año 1498 y tras distanciarse de Colón, Ojeda, deja la Española y regresa a España. Al llegar, mantiene una entrevista con su protector, quien lo autorizaría a realizar el primer viaje de expedición sin la presencia de Colón. El viaje lo hizo en una sola carabela y acompañado de Américo Vespucio y Juan de la Cosa.

Se bautizó al Nuevo Mundo como América, en honor al cartógrafo florentino Américo Vespucio, una injusticia, ya que muy poco tuvo que ver, aunque si fue el que propagó por Europa que las nuevas tierras descubiertas no eran las Indias Orientales (Asia), sino un nuevo continente. 


Así, Ojeda fue el primero en inaugurar lo que se ha dado en llamar ‘viajes menores’ o “viajes andaluces”. La primera expedición de Ojeda, tras formar sociedad con Américo Vespucio y Juan de la Cosa, zarpó del Puerto de Santa María (Cádiz) el 18 de mayo de 1499. Siguieron la ruta del tercer viaje colombino y llega a la desembocadura del Orinoco, reconociendo la costa comprendida entre isla Margarita y el cabo de la Vela. Trinidad, Margarita (costa de las Perlas), Curaçao y península de Coquibacoa o Goajira, en Venezuela, a la que dio ese nombre.


En 1501 será nombrado gobernador de la isla de Coquibacoa, partiendo al año siguiente de nuevo hacia Paria en compañía de García de Ocampo y Juan de Vergara. En 1507 recibe una capitulación para recorrer la costa de Nueva Andalucía* y parte hacia Cartagena junto a Juan de la Cosa. Los enfrentamientos con los indígenas son muy graves, pereciendo en un ataque el propio De la Cosa. Gracias a la colaboración que le presta Diego de Nicuesa, en la campaña contra los indígenas, consiguie fundar en febrero de 1510 San Sebastián, el primer asentamiento europeo en el continente. Ojeda abandona la fundación -dejando a Pizarro como encargado de la defensa- y se traslada a la ciudad de Santo Domingo, donde vive sus últimos años, hasta su muerte ocurrida en el invierno del 1515 al 1516, siendo enterrado en la iglesia del convento de San Francisco; su tumba desapareció del monasterio tras la guerra civil que sufrió Santo Domingo en 1965.

 A Alonso de Ojeda, quizás le tocó la época que no le correspondía. Era un hombre de espada y no un descubridor. Las conquistas quedarían para más tarde, cuando él ya no vivía. A su compañeros les tocaría la gloria. Vasco Núñez de Balboa, descubriendo el Océano Pacífico; Francisco Pizarro conquistando un fabuloso país, el Perú, Francisco Pizarro que había sido su lugarteniente en la desdichada fundación de San Sebastián, Hernán Cortés, que decía admirarle y que entonces estaba empeñado en la conquista de Cuba, con Diego Velázquez y más tarde volvería sólo para apoderarse del enorme imperio de los aztecas.

* En el año 1508 Ojeda recibió, en La Española, su nombramiento como gobernador de Nueva Andalucía. Con este nombre, Nueva Andalucía, se designó desde los primeros tiempos de la colonización española en el Nuevo Continente, a una extensa zona de tierras situada en la parte oriental de Venezuela, correspondiente, aproximadamente, a los actuales Estados de Sucre, Anzoátegui, Monagas, Bolívar, Delta Amalcuro, Amazonas y las Guayanas. Su definitiva conquista fue realizada por Diego Fernández de Serpa, a quien Felipe II, nombró gobernador general en el año 1568.


martes, 21 de junio de 2016

Juan José Navarro. Marqués de la Victoria. Primer Capitán General de la Real Armada Española


Tomó parte en la guerra de Sucesión española con Felipe V, en la conquista de Cerdeña (1717) y en la expedición contra Orán (1732).

Aparte de los hechos de armas, el marqués de la Victoria fue un notable escritor y dibujante. Entre su obra científica destacó el libro Diccionario demostrativo, con la configuración y anatomía de toda al arquitectura naval moderna, que escribió entre 1719 y 1750, publicacándose en 1756. Además de en la construcción naval, también contribuyó a que se perfeccionasen las señales de las escuadras en la mar, tanto en formación como en combate.

Juan José de Navarro Viana y Búfalo nació en Messina (Sicilia), el 30 de noviembre de 1687. Su padre fue Ignacio de Navarro, capitán del ejército que falleció cautivo en Argel, y tuvo a Juan José de su legítima esposa Livia Búfalo, también de la nobleza siciliana, pero de familia oriunda de España.


El futuro marqués de la Victoria (título caducado en la actualidad) empezó muy pronto la carrera de las armas, en 1685, primeramente en el ejército, sentando plaza en el *Tercio Fijo de Nápoles (auténtica tropa de infantería de Marina) a la edad de 8 años. Cursó humanidades, filosofía y matemáticas, con eminentes profesores napolitanos, sobresaliendo en dichos estudios. Posteriormente pasó al Tercio Viejo de la Mar de Nápoles, en el que servía su padre.

*El Tercio Fijo era el heredero de cuatro compañías sueltas que ordenó embarcar don Juan de Austria en 1571 para la Jornada de Lepanto, y en 1572 quedar por permanentes en la Armada, naciendo de su cabo mayor maestre de campo y formando nuevo tercio. Esta unidad de infantería napolitana perdería su condición naval en 1703, siendo empleada desde entonces como regimiento del Ejército.
El duque de Veragua, virrey de Sicilia, firmó en Palermo el 17 de marzo de 1698 la licencia para que el soldado Juan Navarro pasara al estado de Milán a continuar sus servicios en aquel ejército. El 9 de septiembre de 1698 sentó plaza en la compañía de Alfonso de Vivar en calidad de soldado aventajado, como persona noble que era, lo que entonces se llamaba desde 1682 en Francia “cadet”, por ser generalmente los segundones de las casas nobles, o simplemeente hidalgos, los que lo hacían, denominación que más tarde pasó a España, convenientemente castellanizada, como “cadete”. La innovación de Patino en 1717 con la creación de la Real Compañía, no consistiría sino en agruparlos para poderles dedicar una preparación más completa, individualizada y especializada, apartándolos de los vicios de la soldadesca.

El entrar al sueldo del rey en la modalidad de cadete exigía requisitos de nobleza y prueba de servicios familiares prestados a la Corona de los que el aspirante sólo pudo presentar los referentes a su abuelo y a su padre, ya que los papeles familiares de los Navarro -originariamente Viana, parientes de los condestables de Navarra- así conocidos en Játiva desde la conquista, se habían perdido en vida de su abuelo con motivo de la revuelta de Mesina de 1674. Los cincuenta y un años de servicio de su abuelo, llamado como él Juan José, veterano de las campañas de Cataluña -donde había perdido un brazo- y de Sicilia, y los diecisiete cumplidos hasta entonces por su padre, don Ignacio Navarro, juntamente con su condición de hidalgo notorio y la nobleza siciliana de los Búfalo por su línea materna, le bastaron para cubrir el requisito de ingreso.

Después del Milanesado, en 1708 se encuentra con su padre y su hermano Ramón en la expedición de socorro a Orán, dispuesta por el marqués de Valdecañas en Cartagena. Un año más tarde fue también uno de los capitanes que se distinguieron en la toma del castillo de Miravete, cercano a Tortosa. Don Juan José Navarro, que ya se distinguía por sus conocimientos, tuvo empleo como ingeniero de fortificación y demoliciones y fue después encargado, en el sitio de Alicante (1709), de la mina que voló el castillo y ocasionó la rendición de la plaza.

Una vez firmada la paz de Utrecht, el teniente Navarro ascendió a capitán efectivo, pasando a mandar en propiedad la compañía de su padre que había muerto en el cautiverio en Argel. Con esta compañía operó en la represión de la sublevación de Cataluña, pasando durante ella a mandar la de granaderos. Tomó parte en doce combates y se distinguió en el de Coll de Argentera, como justifica su jefe Juan de Carvajal, así como en el castillo de Arbiol y en las acciones de Montblanc, Montroig y de la Selva. En premio a su comportamiento recibió el mando en propiedad de la compañía de granaderos, de la que era a la sazón jefe accidental. En 1717 ingresa en la recién creada Real Armada.

La primera campaña en que sirvió la nueva compañía de guardiamarinas fue en la conquista de Cerdeña, actuando como tal unidad militar. La escuadra la mandaba el marqués de Mari y el ejército, el marqués de Lede. A pesar de ser el grado de capitán el dispuesto para desempeñar el puesto de alférez de la compañía, Navarro siguió ejerciéndolo con el grado de teniente coronel, que se le confirió "en contemplación de su mérito personal y no por establecimiento del empleo de alférez".

En 1739 España declaró la guerra a Gran Bretaña. Este conflicto, llamado por los ingleses Guerra de la Oreja de Jenkins, se inició el 23 de octubre del mencionado año. A este conflicto se añadió la Guerra de Sucesión de Austria, que se inició en 1741. Juan José Navarro recibió el mando de la escuadra que tenía su sede en Cádiz y con la que efectuó operaciones tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo.

Una de las pasiones de Navarro fue la investigación del campo de la náutica. En 1724 escribió sobre la teoría y práctica de la maniobra, que dedica a Luis I, hijo del rey Felipe V. Redactó también un código de señales para dirigir las maniobras de las escuadras. En 1725 se publica en Cádiz su obra El capitán de navío de guerra instruido en las ciencias y obligaciones de su empleo, y en 1737, la segunda parte de su obra Práctica de la maniobra. Cuando ya es capitán general del Departamento de Cádiz (1750) finaliza su “Diccionario demostrativo de la configuración y anatomía de toda la arquitectura naval moderna”.

Construcción de una fragata en un astillero español del siglo XVIII
(Álbum del marqués de la Victoria, Museo Naval de Madrid)
En 1729 es ascendido a capitán de navío y recibe el mando del San Fernando, de 74 cañones. Tres años más tarde participa en la expedición contra Orán con el navío Castilla, en donde se reunían tres nombres ilustres: Navarro, el general del ejército marqués de Santa Cruz y Jorge Juan.

Con motivo de la guerra contra Gran Bretaña en 1739, Navarro recibe el mando de la escuadra de Cádiz. En la batalla de Tolón es herido en la pierna derecha y en la cabeza. El rey Felipe V le concede el título de marqués de la Victoria. Años más tarde, Carlos III viaja desde Nápoles a España a bordo del navío Fénix, que arbolaba la insignia de Navarro, escoltado por veinte navíos y seis jabeques. Con esta ocasión se utiliza por primera vez el código de señales de Navarro

Batalla de Tolón (Museo Naval de Madrid)

Álbum de Construcción Naval del Marqués de la Victoria
Su última campaña, ya casi octogenario, fue la que hizo en 1765 con una escuadra de nueve navíos para llevar a la infanta María Luisa a celebrar su matrimonio con el archiduque Leopoldo, que luego ocupó el trono imperial, trayendo al regreso a la princesa María Luisa de Parma, que ocuparía el trono de España.

Muere en 1772, después de crear el Cuerpo de Inválidos el 30 de abril de 1767.


Marquesado de la Victoria, un título vacante (caducado al no haber sido reclamadao). Según don Enrique Soria Mesa, Doctor en Historia por la Universidad de Granada y Catedrático de Historia Moderna de Universidad de Córdoba: 

“El marquesado de la Victoria, está vacante en la actualidad, entre otras cosas porque no queda descendencia de sus dos únicos poseedores. Concedido al almirante don Juan José Navarro y Búfalo (o Navarro de Viana y Búfalo), de naturaleza siciliana y supuesto origen navarro, por una gran victoria contra el inglés, el título lo heredó su única hija, doña Rosalí Navarro, esposa del también conocido marino don Gutierre Guido de Hevia Bustamante y Alonso de Caso, primer marqués del Real Transporte. De ellos nació solamente doña María Lutgarda de Hevia y Navarro, que sucedió en las dignidades a su madre y a su padre, a éste concretamente en 1775. Desposada con el brigadier de la Armada e ilustrado tardío don Juan de Lángara y Huarte, no tuvo descendencia, extinguiéndose ambas líneas.

A su muerte, en 1837, el marquesado de la Victoria quedó sin poseedores, y el del Real Transporte pasó a doña Luisa de Mones Caso y González del Villar, III marquesa, dueña del mayorazgo de esta rama de Hevia y esposa de don Rafael de Valdés Sorribas y Sosa, señor del Coto de Lodeña”

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Anuario de Estudios Atlánticos. Madrid-Las Palmas  8(2008). nº 54_II, p.p. 13-41

EL MARQUÉS DE LA VICTORIA, UNA OPINIÓN DISCORDANTE CON LA POLÍTICA NAVAL DE ENSENADA
 

Por: HUGO O’DONNELL Y DUQUE DE ESTRADA, DUQUE DE TETUÁN

RESUMEN

La famosa «construcción a la inglesa», propiciada por el marqués de la Ensenada en 1748 y adaptada a la concepción de la Junta presidida por Jorge Juan y de la que no formaron parte los representantes de la construcción tradicional española, no obtuvo en un primer momento los resultados apetecidos y sufrió numerosas críticas de los comandantes encargados de experimentar los nuevos navíos. Los constructores ingleses eludieron su responsabilidad alegando que sus proyectos fueron alterados, y los jefes más veteranos, capitaneados por el marqués de la Victoria, manifestaron su predilección por el antiguo sistema. Aunque se subsanaron algunos defectos, la polémica originada acabaría determinando la adopción de un nuevo método de inspiración francesa.

viernes, 17 de junio de 2016

II Congreso de Genealogía, Heráldica, Nobiliaria y Ciencias Instrumentales de la Historia


II Congreso de Genealogía, Heráldica, Nobiliaria y Ciencias Instrumentales de la Historia “Joaquín Mercado” en Ateneo de Ilugo. 

Cartel anunciador del II Congreso

Vídeo promocional del II Congreso


La Genealogía, la Heráldica, la Nobiliaria; y, por supuesto también, la Arqueología, la Epigrafía, la Paleografía, la Diplomática son herramientas ineludibles para el desarrollo de la Técnica Historiográfica.

Aquí reside el objeto de este congreso anual: contribuir con estas herramientas, a través de la experiencia de reconocidos estudiosos, al conocimiento del devenir histórico de nuestra provincia y de sus pueblos.

La Asociación Cultural Ateneo de Ilugo, desde su fundación en el año 1975, ha encaminado sus pasos en el ejercicio de la recuperación y difusión histórica de su ámbito geográfico, regional y provincial; y de acuerdo con los fines planteados en sus estatutos, organiza el II Congreso de Genealogía, Heráldica, Nobiliaria y Ciencias Experimentales de la Historia, con sede en Santisteban del Puerto (Jaén).
 
·    Lugar: Museo Jacinto Higueras. Salón de Personajes Ilustres. Plaza Mayor, 8. Santiesteban del Puerto (Jaén)

·        Fecha: Del 24-06-2016 al 25-06-2016

·        Hora: Inauguración el 24 de junio a las 20:30 horas

·        Organiza: Ateneo de Ilugo

·        Inscripción gratuita hasta el día 22 de junio, en ateneodeilugo@gmail.com

Museo Jacinto Higuera, sede del Congreso
El Presidente del Ateneo Ilugo, Francisco Armijo Higueras –Investigador  y autor de interesantísimos artículos entre otras muchas cosas- ha tenido la responsabilidad de la organización y desarrollo del Congreso, así como invitarme a participar, lo que le agradezco.


Programa:


DÍA 24 - VIERNES
  • 20:00 - APERTURA DEL COGRESO
    • 20:00 - Juan Diego Requena Ruiz - Alcalde de Santisteban.
    • 20:10 - Francisco Armijo Higueras - Presidente del Ateneo Ilugo.
    • 20:15 - ADHESIONES
    • 20:20PROYECCIÓN DOCUMENTAL: Construcciones de vigilancia y defensa del término de Santisteban del Puerto - Juan Miguel Gascón Álamo.
  • 20:35 - CONFERENCIA INAUGURAL 
    • 20:35 - PRESENTACIÓN
    • 20:45 - CONFERENCIA - Hidalguía y Sociedad. Entre la Guerra y la Ciencia - D. José Manuel Huidobro Moya - Master en Heráldica, Nobiliaria y Genealogía. Ingeniero de Telecomunicación.
  • 21:40 - EXPOSICIÓN DE PINTURA 
    • 21:40 - PRESENTACIÓN: D. Jacinto Mercado Pérez, Secretario del Ateneo de Ilugo.
    • 21:45 - EXPOSICIÓN - Villanescas de D. Juan Guerrero Olid. Músico y Pintor.
DÍA 25 - SÁBADO
  • 09:30 - PRESENTACIÓN DE CREDENCIALES
  • 10:00 - 14:00 - JORNADA DE MAÑANA - PONENCIAS
  • 16:30 - 18:00 - JORNADA DE TARDE - PONENCIAS
  • 18:00 - CLAUSURA DEL CONGRESO
    • 18:00 - CONFERENCIA DE CLAUSURA
    • 18:45 - CLAUSURA 

Distinción por Conferencia Inaugural
Crónica del primer congreso


domingo, 12 de junio de 2016

Dos libros que no hay que perderse: “Cuando Éramos Invencibles” y “Los Invencibles de América”


Dos magníficos libros de Jesús Ángel Rojo Pinilla, con ilustraciones de Augusto Ferrer-Dalmau, que tratan de los héroes ocultos de nuestra historia y como los españoles forjaron la mayor nación mestiza del mundo: Hispanoamérica. Muchos de los protagonistas eran hidalgos y están o serán incluidos en este blog.


“Descubre como los españoles forjaron la mayor nación mestiza del mundo: Hispanoamérica”

Los Invencibles de América es un homenaje a los héroes que realizaron la mayor hazaña que jamás ha conocido el hombre. Trasladando al lector a un mundo de aventuras, amores, luchas y traiciones donde descubrirá  a los conquistadores de cada país de la actual América.

Presenta la increíble hazaña de Hernán Cortés, el arrojo de Francisco Pizarro, la gallardía de Hernando de Soto, la audacia de Pedro de Valdivia, la belleza de Anayansi, la generosidad de Núñez de Balboa, la inteligencia de Malinche , la fantasía de Ponce de León, la maldición de Monctezuma, la fortaleza de Cabeza de Vaca, la determinación de Francisco de Orellana, la furia de Lautaro, el sueño de El Dorado,  la ira de Rumiñahui y la búsqueda de las legendarias ciudades de Cíbola.


Cuando Éramos Invencibles. El libro que descubre los héroes ocultos de nuestra historia

Cuando Éramos Invencibles es un compendio de artículos sobre batallas donde los españoles siempre salimos victoriosos. Se trata de explicar una parte de nuestra historia haciendo ver al lector que nuestra pasado no se basa en continuos desastres sino también en momentos de grandeza y heroicidad que nos hacen entender los más de 400 años del Imperio español. Se relatan una selección de batallas, algunas ilustradas por Augusto Ferrer–Dalmau, que acercan al lector a la grandeza de nuestros antepasados quienes, con sangre, sudor y lágrimas, hicieron invencible a nuestra nación.

El lector se preguntará: ¿por que no describen derrotas sufrida por los españoles? La respuesta es sencilla, Cuando Éramos Invencibles es un alegato en positivo de quien fuimos, tratando de dejar de lado la negatividad habitual que invade España, para de esta forma motivar a una ciudadanía falta de héroes y que desconoce sus raíces.

Autor e ilustrador

Jesús Ángel Rojo Pinilla es Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, miembro del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid y experto en Comunicación e Imagen, cuenta con una amplia trayectoria en el mundo empresarial y periodístico, actualmente es Director General del Grupo de Comunicación El Distrito.

Augusto Ferrer-Dalmau Nieto (Barcelona, 20 de enero de 1964) es un pintor español de estilo realista y temas históricos. Se ha especializado en cuadros de temática militar ecuestre que retratan en muchos casos diversos aspectos y épocas de las Fuerzas Armadas de España, siempre con gran naturalismo y atención al detalle.

Presentación  (30 de mayo/2016) en el Casino de Madrid de ¨Los Invencibles de América".  Jesús Ángel Rojo, Augusto Ferrer-Dalmau, Isabel Durán, Luis Alfonso de Borbón, Juan José Marcilla de Teruel Moctezuma y Gerardo Hernández

El Gran Capitan Ediciones Históricas

viernes, 10 de junio de 2016

Juan Donoso Cortés. Marqués de Valdegamas, político, diplomático y literato



Famoso pensador político español cuya trascendencia se debe, en gran medida, a la considerable influencia de sus opiniones entre contemporáneos y generaciones posteriores a la suya, así como a la controversia creada por sus teorías sobre la dictadura y sus críticas contra los excesos del liberalismo y del parlamentarismo.

Más ligado a la corona que al liberalismo, se opuso a las ideas progresistas, en especial después del motín de La Granja en 1832 y de la promulgación de la Constitución de 1837. Parlamentario moderado del grupo de Narváez, los intentos revolucionarios de 1848 provocaron su renuncia pública al liberalismo.


Juan (Francisco María de la Salud) Donoso Cortés y Fernández Canedo fue un político, diplomático y filósofo español, nacido en Valle de la Serena el 6 de mayo de 1809, en el seno de una familia de origen hidalgo (con Hernán Cortés entre sus ascedientes), originarios, al parecer, de Aragón y establecidos en Extremadura desde hace varias generaciones, el mayor de 10 hermanos, hijo de don Pedro Donoso Cortés, un abogado, labrador y ganadero de próspera situación económica, propietario de una dehesa en Valdegamas (Badajoz) y de doña María Elena Fernández Canedo. En mayo de 1853, aquejado de una dolencia cardiaca, fallece en París. Desde 1846 es el primer marqués de Valdegamas.


En 1820 se traslada a estudiar a Salamanca, regresando en 1822 a Badajoz para continuar sus estudios en el Colegio San Pedro. En 1823 ingresa en la universidad de Sevilla para estudiar Derecho, donde toma contacto con los círculos literarios y con la poesía del romanticismo español. Se interesa asimismo por la Filosofía y la Historia. Terminados los estudios de Derecho en 1828, marcha a Madrid, y al año siguiente es nombrado catedrático de Humanidades en el Colegio Provincial de Cáceres. Terminado el curso académico, y tras contraer matrimonio con Teresa Carrasco, vuelve de nuevo a Madrid en 1832.

En octubre de 1832 publica su “Memoria sobre la situación actual de la Monarquía” ofrecida a Fernando VII, donde repasa el papel de la monarquía en España y toma partido con respecto a la cuestión sucesoria, a favor de la Pragmática Sanción de 1830. En febrero de 1833, es nombrado oficial quinto de la Secretaría de Estado y Despacho de Gracia y Justicia de Indias. En 1834 publica sus “onsideraciones sobre la diplomacia”

Durante la regencia de María Cristina, colabora con Mendizábal, siendo nombrado comisario regio en Extremadura para reducir las Juntas y conseguir la lealtad al gobierno de las recién creadas provincias de Cáceres y Badajoz. Se le concede la Cruz y Placa de Caballero de número de la Orden de Carlos III.

En 1837 se discute en las Cortes el Proyecto de Constitución. Publica su folleto “Principios sobre el Proyecto de Ley Fundamental”. Resulta elegido diputado por Cádiz y en 1838 publica en El Correo Nacional una serie de artículos bajo el título “Polémica con el Dr. Rossi y juicio crítico acerca de los doctrinarios”, en defensa de la Nación española, frente a las pretensiones de quienes querían dividir a España en una serie de repúblicas y en la Revista de Madrid publica varios artículos exponiendo su posición sobre la Monarquía.

En 1840 es nombrado Jefe de Sección del Ministerio de Gracia y Justicia. El 27 de julio de 1840 solicita un permiso para trasladarse a Francia aduciendo problemas de salud. Redacta el “Manifiesto a la Nación Española” que la reina María Cristina dirige a España desde su exilio en Marsella, en el que explica las razones que la llevan a renunciar a la Corona. En 1841 la reina madre se entrevista con Donoso y le confía la misión de que medie para llegar a un acuerdo con Espartero sobre la tutela de las infantas Isabel y Luisa Fernanda, que no logra y el Gobierno nombra a Agustín Argüelles tutor de las infantas. Poco antes de que las Cortes adoptasen su resolución, Donoso había salido en defensa de la reina, con un artículo publicado en El Correo Nacional titulado “El gobierno y la conducta de la reina madre”. Donoso vuelve a París y permanece allí en calidad de secretario personal de María Cristina hasta la caída del Duque de la Victoria y su huída al exilio en 1843.

Elegido en 1843 diputado a Cortes por Badajoz, interviene en el Parlamento con un discurso sobre la declaración de la mayoría de edad de Isabel II, cuando ésta tiene 13 años. Se le nombra Ministro Plenipotenciario. En 1844 es nombrado Secretario personal de la Reina  y recibe la Gran Cruz de Isabel la Católica por los servicios prestados a la Corona. En 1845, con motivo de la boda de Isabel II es nombrado grande de España, y se le conceden los títulos de marqués de Valdegamas y vizconde del Valle. Se le nombra, asimismo, miembro del Consejo Real. El gobierno francés le nombra Gran Oficial de la Legión de Honor. En 1847 publica una serie de artículos en defensa de las reformas del papa Pío IX.

En 1848 es nombrado embajador y ministro plenipotenciario en Berlín. Ingresa en la Real Academia Española con un Discurso sobre la Biblia, contestado por Martínez de la Rosa. En 1849 pronuncia en las Cortes su famoso “Discurso sobre la Dictadura”, apoyando las medidas excepcionales del Gobierno de Narváez. En 1850 pronuncia en el parlamento su “Discurso sobre la situación de Europa”.

En 1851 es nombrado embajador en París. Publica el “Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo”, en París y Madrid. Escribe una “Carta a María Cristina sobre los deberes de la Corona”. A petición del Cardenal Fornari, escribe en 1852 una carta sobre los principales errores de la época moderna. 

Para saber más

martes, 7 de junio de 2016

La hidalguía. El garrote vil ¿prueba de nobleza?


"El garrote vil en su día fue **prueba definitiva de hidalguía**, porque hasta Fernando VII no se generalizó su uso y, con anterioridad, a la plebe condenada a muerte le esperaba un final mucho más lento y agónico: en la horca".

Hace unos días, y mientras preparaba una conferencia que voy a impartir próximamente sobre la hidalguía, sus orígenes y privilegios, topé con la curiosa frase que encabeza este blog y que llamó mi atención, publicada recientemente en el artículo “Las huellas del garrote vil en Sevilla”, por ABC de Sevilla.


Me puse a investigar y aunque no puedo asegurar que tal afirmación sea realmente cierta, ya que no he encontrado ningún texto que así lo indique, si que tiene al menos algo de sentido y no va del todo descaminada. De hecho, en una de las entradas que había publicado hace tiempo, sobre “Mariana Pineda. Mártir de la causa Liberal”, menciono Mariana Pineda fue ejecutada a garrote vil el 26 de mayo de 1831 en el Campo del Triunfo de Granada y su bandera quemada ante su vista. Por ser noble (hidalga) la trasladaron al cadalso en mula

En cambio, los principales líderes comuneros de Castilla: Padilla, Bravo y Maldonado, fueron ajusticiados decapitándoles.

Los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado en el Patíbulo (1860) por Antonio Gisbert
Los hidalgos, por ser tales, hasta la denominada "Confusión de Estados", contaban con una serie de privilegios y exenciones, sociales y materiales, entre los que el más conocido, y también el más deseado, era el de no pechar, es decir no pagar ciertos impuestos. Por el contrario tenían la obligación de disponer de armas y caballo prestos para acudir a la guerra en caso de que los llamara el rey y ocupar los cargos concejiles reservados a los hidalgos.

En cuanto a los privilegios de carácter jurídico y/o social, de estos últimos una de cuyas principales característica era salvaguardar el honor, destaca el hecho de gozar de cárcel aparte de la de los pecheros y que no podían ser encarcelados por deudas, salvo que éstas tuviesen su origen en un delito, y tampoco podían ser sometidos a castigos que se considerasen humillantes. Los hidalgos no podías ser sometidos a tormento y, en el caso de ser condenados a la pena de muerte, no podían ser colgados ni quemados (muertes infames); más tarde. tampoco ajusticiados con garrote vil como sucedía al principio, sino que debían ser pasados por las armas.
Así, si algún hidalgo cometía algún delito que llevase implicada la pena capital, debían ser ejecutados por medio de arma, por el hacha y no por garrote vil, privilegio derivado del carácter militar del hidalgo, que habría de ser pasado por las armas, aunque el delito fuese el mismo que el cometido por un plebeyo.


Pero en ciertas épocas, lo habitual era aplicar el garrote en personas de estamentos superiores, como hidalgos y nobles, ya que, aparte de ser rápido y no tan cruento como otros métodos (horca u hoguera), el reo moría sentado, lo que se consideraba como más digno (menos infamante) para el mismo. El 24 de abril de 1832, Fernando VII dictó un decreto mediante el cual se implantaba oficialmente el garrote para todos, sin diferencia de estado.  

La última ejecución con este método, en España, tuvo lugar en marzo de 1974, aunque se siguió aplicando hasta el año 1978, en que la Constitución suprimió la pena capital.
La diferencia entre garrote noble y garrote vil es que mientras en el primer caso se trasladaba al patíbulo al reo (para los nobles) a caballo ensillado o en mula, en el segundo (para la plebe) se hacía en burro o a rastras.

viernes, 3 de junio de 2016

Pedro Calderón de la Barca. Soldado, dramaturgo y poeta del Siglo de Oro


Tuvo un gran prestigio en la corte de Felipe IV y su nombre va asociado a la inauguración del palacio del Buen Retiro de Madrid, en 1635, además de a numerosas representaciones teatrales palaciegas. 

El dramaturgo fue soldado y miembro de la caballería castellana en el sitio de Fuenterrabía por los franceses y en la guerra de Secesión de Cataluña. El rey le honró otorgándole el hábito de Santiago en 1636. Además. fue capellán de la catedral de Toledo y capellán del rey.

Pedro Calderón de la Barca (y Barreda González de Henao Ruiz de Blasco y Riaño) nació en Madrid el 17 de enero de 1600 (reinando Felipe III) de familia hidalga. Su padre, Diego Calderón, era hidalgo y fue secretario del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda de Felipe II y Felipe III; su madre era Ana María de Henao, perteneciente a una familia también de origen noble. Pedro fue el tercero de los cinco hijos que el matrimonio tuvo, Pedro de origen montañés (Viveda, en Cantabria).

Empezó a ir al colegio con 5 años en Valladolid, donde estaba en ese momento la Corte, pero al poco se mudó y se educó en el Colegio Imperial de los Jesuitas en Madrid, en el que se familiarizó con los poetas clásicos latinos. Su madre falleció en 1610 y su padre cinco años más tarde, lo que estrechó los lazos emocionales entre Calderón y sus hermanos José y Diego.
La casa-torre de los Calderón de La Barca está situada en Viveda, Cantabria y está compuesta por una torre fortificada medieval del siglo XII ampliada en el XV, y un palacio montañés del siglo XVII, construida por la familia Calderón de Oreña, que aquí mudaron el apellido por el de Calderón de la Barca, cuyo portador más afamado fue el gran escritor.


En 1614 se matricula en la Universidad de Alcalá y, el año siguiente, en Salamanca, donde estudió Cánones y Derecho hasta 1620. No cumplió el designio de su padre y, en última instancia, no quiso ordenarse sacerdote.

Fue soldado en la juventud y sacerdote en la vejez, lo que era bastante habitual en la España de su tiempo. En sus años jóvenes su nombre aparece envuelto en varios incidentes violentos, como una acusación de homicidio y la violación de la clausura de un convento de monjas.

En 1623 se representó su primera comedia conocida, Amor, honor y poder. En la década de 1630, ya apagada la luz de Lope de Vega en los Corrales de Comedia madrileños, Calderón de la Barca se consagra como dramaturgo de éxito con "La dama duende" y otras comedias de tono humorístico. En 1635 ya tenía escrita quizás su obra cumbre: “La vida es sueño”.

 Se vio envuelto en pleitos por causa del testamento de su padre, que obligó al dramaturgo y a sus hermanos a pleitear con su madrastra y a vender el cargo de su padre para pagarle lo que les pedía. Entró al servicio del duque de Frías, con el que viajó por Flandes y el norte de Italia entre 1623 y 1625.

De su vida militar existen pocas noticias, aunque consta que se distinguió como soldado (sentó plaza de coracero) al servicio del Duque del Infantado durante el sitio de Fuenterrabía (1638). También, que tomó parte en la campaña para sofocar la “revuelta de los segadores”, rebelión de Cataluña contra la Corona (1640), donde va a morir en la misma, en 1645, su hermano José, prestigioso militar. Contrasta lo impulsivo y mundano de su juventud con lo reflexivo de su madurez. En 1642, tras ser herido en el sitio de Lérida, pide su retiro como militar (obtuvo la licencia absoluta y una pensión vitalicia) y entra al servicio del duque de Alba como su secretario. Goza, desde entonces de un período de tranquilidad para la creación literaria.

Calderón escribe sobre todo comedias y autos sacramentales. Como se ha comentado, hacia 1623 estrena sus primeras comedias y pronto, Felipe IV le convierte en dramaturgo oficial de la Corte. Sin embargo, su momento de mayor esplendor empieza a partir de 1642, cuando se retira del ejército y entra al servicio del duque de Alba. En esta época goza de un período de tranquilidad para dedicarse a la creación literaria. Para las fiestas de palacio compone numerosas obras.


En el estilo de sus comedias se pueden apreciar dos tendencias: una que sigue más de cerca el teatro realista, nacional y costumbrista de Lope y su escuela, representada por las "comedias de capa y espada"; y otra, diferenciada del estilo anterior, más personal. Esta tendencia incluye las comedias más poéticas y simbólicas, con intensificación de los valores líricos y del contenido ideológico. En esta segunda línea los personajes adquieren mayor esquematización y dimensiones de símbolos universales.

Entre sus muchas obras, destacan las siguientes: Casa con dos puertas, mala es de guardar (1632), No hay burlas con el amor (1637), El príncipe constante (1629), El mágico prodigioso (1637), El médico de su honra (1635), El alcalde de Zalamea (1640), y su obra maestra, La vida es sueño (1636). En sus autos sacramentales destacan El gran teatro del mundo (1636).

En 1651 recibe las órdenes sacerdotales (ingresó en la Tercera orden de San Francisco) y se traslada a Toledo como capellán de los Reyes Nuevos. Vuelve en 1663 a Madrid por orden de Felipe IV que le nombra capellán de honor. A partir de su ordenación sacerdotal, su producción teatral profana para los corrales de comedias decrece, aunque sigue ejercitando su pluma en el teatro mitológico para palacio y en los autos sacramentales, y ésta es su labor en los años de vejez con el reinado de Carlos II. 

Obras completas de Calderón de la Barca

Falleció en Madrid el 25 de mayo de 1681, en una casa situada en el nº 61 de la calle Mayor, que aún se conserva, habiendo escrito 110 comedias y dramas, además de 80 autos sacramentales, loas, entremeses y otras obras menores. Es enterrado con todos los honores, y su cadáver, revestido de sus ornamentos sacerdotales y del hábito de la Orden de Santiago, es llevado, de acuerdo con las propias palabras de su testamento, "descubierto, por si mereciese satisfacer en parte las públicas vanidades de mi mal gastada vida".