Pedro Laso (o Lasso) de la Vega y Guzmán nació en Toledo a finales del siglo XV, hijo de Garcilaso de la Vega, señor de Arcos, y Sancha de Guzmán, señora de Batres. Fue señor de Cuerva, regidor de Toledo y participante como uno de los jefes comuneros en la Guerra de las Comunidades de Castilla.
Ajusticiamiento de los capitanes comuneros en Villalar
el 24 de abril de 1521, (por Antonio Gisbert, año 1860)
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Tuvo seis hermanos, entre ellos, el célebre poeta Garcilaso de la Vega. En su primer matrimonio con María de Mendoza tuvo cuatro hijos varones: Garcilaso de la Vega, futuro embajador de Felipe II, Pedro González de Mendoza, canónigo de Toledo, Álvaro de Luna, caballero de la Orden de Alcántara, y Lorenzo Suárez. Contrajo un segundo matrimonio, en Elvas el 5 de febrero de 1526, con Beatriz de Sá, dama de la emperatriz Isabel de Portugal. Beatriz murió en Toledo antes del 11 de marzo de 1530 sin dejar descendencia. Pedro Laso de la Vega volvió a unirse en matrimonio, en 1536 o 1537, con Isabel de Sá, su cuñada.
Pedro Laso se niega a acudir a las Cortes en Santiago de Compostela como representante de Toledo, por orden de Carlos I, lo que le supondrá el levantamiento de Toledo como ciudad rebelde. Al finalizar el conflicto de las comunidades, temeroso de la represión del rey, tuvo que exiliarse a Portugal, hasta que tras el perdón general promulgado por Carlos I pudo regresar a su hogar. Falleció en octubre de 1554 y fue enterrado en la iglesia parroquial de Cuerva (Toledo) junto a sus padres.
Casa de la Vega y sus Armas
La Casa de la Vega, Laso de la Vega o Lasso de la Vega (a veces también Garci Lasso de la Vega y Garcilaso de la Vega en referencia a algunos de sus miembros) es un linaje nobiliar español con origen en Torrelavega (Cantabria), establecido en la Edad Media. Fueron uno de los linajes más importantes del territorio hoy comprendido por Cantabria, Palencia y Burgos, dominando un gran número de terrenos y propiedades, entre los que destacan la Torre de la Vega y el Castillo de Argüeso.
La rama principal entroncó con la Casa de Mendoza, que tomó su lema: Ave Maria Gratia Plena, al unirse por matrimonio el mayorazgo de la familia, recaído en Leonor de la Vega con Diego Hurtado de Mendoza. De dicha unión nació Íñigo López de Mendoza, primer marqués de Santillana. A partir de aquí, el señorío de la Vega pasó a ser propiedad de sus sucesores, los duques del infantado.
Su mayor poder lo obtuvieron en el siglo XV, cuando enfrentándose a la Corona establecieron los mayordomazgos, un sistema administrativo propio e independiente del real, centralizado en el castillo de Pedraja, que les pertenecía. Por esta época otros varios señores y altos cargos reales se disputaban el poder en Cantabria, creando un gran conflicto social.
Otras ramas menores de la familia continuaron residiendo en las Asturias de Santillana, o se extendieron fundando casas por toda la península, siguiendo el proceso de Reconquista.
En cuanto a las armas originales de la familia, las mismas consisten en la salutación angélica "AVE MARIA GRATIA PLENA" orlada en letras de azur sobre campo de oro. La leyenda dice que el rey de Castilla, Alfonso XI, se las otorgó a los hermanos Garcilaso y Gonzalo de la Vega en la batalla del Salado (1340) por su actuación durante la misma y, en concreto, por matar a un moro que llevaba una cinta con dicha inscripción colgada de la cola de su caballo. Posteriormente, los diversos entronques y fundaciones dieron lugar a múltiples variaciones, siendo la más importante la que lleva la rama troncal, cuartelada en sotuer con las armas de Mendoza.
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