viernes, 30 de octubre de 2015

Íñigo López de Mendoza. El primer Marqués de Santillana


Poeta culto y erudito, su obra es considerada como la base del humanismo castellano del siglo XV. Más allá de su dedicación literaria, fue el Marqués de Santillana un destacado participante en la política del reino de Castilla durante la primera mitad del siglo XV.

Además del título nobiliario de Marqués de Santillana, por el que es más conocido, también fue Conde del Real de Manzanares y titular de diversos señoríos: Guadalajara, Gumiel de Izán, las Asturias de Santillana, de la Vega, de Campoó de Suso, Campoó de Yuso y Campoó de Enmedio.

La familia Mendoza tuvo unos inicios realmente humildes pues al comienzo eran unos hidalgos vascos, dispuestos a ascender aprovechando las luchas, los casamientos y el favor real, dueños de una torre en una pequeña aldea de Álava: Mendoza, situada cerca de Vitoria. Uno de sus miembros destacados fue Don Iñigo López de Mendoza, primer Marqués de Santillana.


Iñigo López de Mendoza y de La Vega, segundo hijo varón del segundo matrimonio del Almirante mayor de Castilla Diego Hurtado de Mendoza, nació en Carrión de los Condes (Palencia) en agosto de 1398 y falleció en su palacio de Guadalajara, en marzo de 1458. A la muerte de su hermanastro García, y luego de su hermano Juan, sucede a su padre en el mayorazgo. Muerto su padre (en 1404) cuando era niño, su madre Leonor de la Vega (mujer enérgica, hábil y prudente, también de antiguo linaje noble y con rico señorío en las Asturias de Santillana) logró preservar para él la mayor parte de su herencia (conservando íntegro el mayorazgo), pretendida por sus familiares, entre los que destacaremos especialmente a su hermanastra Aldonza de Mendoza, casada con don Fadrique de Castro, conde de Trastámara y duque de Arjona,

Tras quedarse huérfano de padre a los siete años, Iñigo acompañó a Fernando de Antequera (entonces regente en Castilla) cuando, elegido Rey de Aragón, fue a tomar posesión en 1414 de su corona (aprendiendo allí los nuevos modos poéticos) y volvió apoyando a los hijos de éste, los Infantes de Aragón, principalmente como sola manera de recuperar el patrimonio paterno al militar en el partido opuesto sus oponentes. En efecto los hijos del rey de Aragón Fernando de Antequera tenían grandes posesiones en Castilla, interviniendo en las luchas e intrigas del reino tanto en el reinado del enfermo Enrique III como en la minoría de Juan II. Asimismo Navarra y Aragón estuvieron temporalmente unidos al ser rey consorte de Navarra el que luego sería Juan II de Aragón, padre de Fernando el Católico, quien gobernaba en Aragón mientras Alfonso V estaba en Nápoles. Ese mismo año (1414) contrajo matrimonio con doña Catalina Suárez de Figueroa, hija del Maestre de Santiago.

A su vuelta a Castilla, tomó partido a favor de Juan II, por quien luchó en diversas batallas contra los Infantes de Aragón (a raíz de una de las cuales, la primera de Olmedo, en 1445, obtuvo el título de Marqués de Santillana y Conde del Real de Manzanares), e intervino en la destitución de Álvaro de Luna (1453), contra el cual escribió el "Doctrinal de privados". Con la subida al trono de Enrique IV, participó en una última batalla contra los musulmanes y se retiró de la política, tras lo cual se instaló en Guadalajara.

En 1435 inició la construcción del castillo de Manzanares el Real, que edificó sobre el núcleo de una antigua ermita. Esta fortaleza es uno de los pocos edificios representantes del gótico civil construido por la nobleza de sangre castellana. 

El Marqués de Santillana incluyó en su escudo, junto a la "banda roja" de los Mendoza, la divisa "AVE MARIA" proveniente de su madre Leonor de la Vega. A los descendientes del Marqués de Santillana se les llamó los Mendozas "del Ave María".

Su interés por la cultura y los libros se pone de manifiesto con la enorme y valiosa biblioteca que reunió, integrada por una gran variedad de autores y géneros, así como por las traducciones de obras clásicas que encargó y de cuya supervisón se ocupó él mismo.

Su obra literaria es variada y recoge diversas influencias, desde la lírica provenzal y galaicoportuguesa hasta la nueva métrica italiana, que intentó adaptar al castellano un siglo antes de que lo hiciera Juan Boscán en sus Sonetos fechos al itálico modo.

Recogió y estilizó la tradición medieval castellana en sus Canciones y decires y en las Serranillas (compuestas entre 1429 y 1440), de delicado y fresco estilo, y demostró su conocimiento del folclor popular en la colección en prosa de Refranes que dicen las viejas tras el fuego.


Buen conocedor de las lenguas romances, escribió lo que puede considerarse como el primer texto de historia literaria en España, la Carta Proemio al Condestable Pedro de Portugal, donde se declaraba partidario de un tipo de poesía rica en latinismos y erudición, que Santillana practicó en sus largos poemas de tipo alegórico, que acusan la influencia de Dante y de la tradición medieval francesa (El infierno de los enamorados, Coronación de mosén Jordi de Sant Jordi, etc.).

Escribió también poemas de tipo doctrinal y moral, como el Diálogo de Bías contra Fortuna, sobre el estoicismo, o los Proverbios (1437), pensados para la educación del príncipe, aunque tuvieron una gran difusión.

Torre de los Mendoza (cerca de Vitoria/Álava)
El testamento y el reparto de su patrimonio entre sus hijos auspició, en el futuro, el lugar preeminente que su descendencia tendría en los siguientes acontecimientos de la historia de España. Algunos de los hijos más destacados de de Íñigo López de Mendoza y de su esposa Catalina Suárez de Figueroa, fueron los siguientes:



El hijo mayor Diego inició la rama de los Duques del Infantado, quedando como señores de Santillana, Manzanares, Hita y (en la práctica) de Guadalajara capital.

El segundo hijo Íñigo fue el Conde de Tendilla que inició la rama de los Condes de Tendilla y que fueron luego Marqueses de Mondéjar (Guadalajara).

El tercero, Lorenzo (que escogió llevar los apellidos de su abuelo materno Lorenzo Suárez de Figueroa, Maestre de Santiago) sería Vizconde de Torija y Conde de Coruña (Burgos).

El cuarto hijo fue Pedro Lasso de Mendoza, señor de Mondéjar.

El quinto hijo, Pedro, fue el todopoderoso Gran Cardenal Mendoza, que dejó abundante prole y cuya bisnieta Ana fue la conocida Princesa de Éboli, primera Duquesa de Pastrana.

viernes, 23 de octubre de 2015

Gaspar de Jovellanos. Político, pensador y escritor


Según escribió Marcelino Menéndez y Pelayo, "Jovellanos fue un alma heroica y hermosísima, quizá la más hermosa de la España moderna". Este hidalgo singular destacó como máximo exponente de la Ilustración española, como pensador y escritor polifacético y como político reformista. Además, su legado resultó imprescindible para el desarrollo de la revolución liberal española en lo político y en lo económico. Y, desde luego, su actuación frente a Napoleón, durante la guerra de la Independencia (1808-1814), fue la de un gran patriota. 

Baltasar Melchor Gaspar María de Jovellanos Ramírez de Jové nació en Gijón el 5 de enero de 1744, vispera de Reyes, de ahí quizá su nombre. Hijo de don Francisco de Jovellanos y de doña Francisca Apolinaria Ramirez de Jové. Falleció en Navia en noviembre de 1811, mientras los franceses ocupaban Gijón.

Retrato de Jovellanos, por Goya
Su origen social lo ligaba a la baja nobleza y su puesto entre los hermanos le abría la ruta de los predispuestos a alejarse del mayorazgo para buscar un puesto en la Iglesia, en el Ejército o en la Corte. Afrontó la supervivencia material con el orgullo de quien piensa que a los hidalgos segundones los hace Dios y a los nobles los hace el rey. Sin embargo, sus dos hermanos mayores le precedieron en la muerte y, con el tiempo, se convirtió en cabeza de toda su familia.

Su formación se orientó para su integración en el clero o en la administración del Estado. Primero estudió en el seno familiar; después continuó estudios en Oviedo, Osma (Soria), Ávila y Alcalá de Henares (Madrid). En las tres últimas ciudades vivió unos ocho años, sin visitar Asturias. Terminó el bachiller de Cánones en Osma, se licenció en Ávila y estuvo becado en el Colegio Mayor de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá. Aquí conoció a José Cadalso, que lo inició en la poesía, y a su fiel amigo y protector Juan José Arias de Saavedra, al que llamará Papaíto en sus diarios y le otorgará amplios poderes, desde el castillo de Bellver, para administrar sus bienes y disponer de su legado testamentario.

Forjado para la Iglesia o para el Estado, no admitió la censura inquisitorial de las ideas impresas ni los comportamientos ambiguos de la vida palaciega. Su carrera eclesiástica se truncó definitivamente cuando no logró una canonjía doctoral de la catedral de Tuy. Tampoco obtuvo plaza de profesor de Derecho en la Universidad de Alcalá. Por ello, se quedó en Madrid en espera de un puesto en la Administración, siendo nombrado por Carlos III para una plaza de alcalde del crimen de la Real Audiencia de Sevilla, donde permaneció entre 1767 y 1778, año en el que, tal vez con ayuda del duque de Alba, logró una plaza de alcalde de casa y corte que le permitió volver a Madrid.
Contactó con la tertulia de su prestigioso paisano y gran protector Pedro Rodríguez de Campomanes, que influyó decisivamente en su pensamiento y en su integración en la Corte. Se convirtió en uno de sus colaboradores, y tras sus pasos accedió a la Real Sociedad Económica Madrileña, que luego dirigió (1785). Ingresó en la Real Academia de la Historia (1779) y al año siguiente leyó su discurso de recepción.

Su valía personal le abrió las puertas de la Real Academia de San Fernando (1780), la Real Academia Española (1781), la Academia de Cánones (1782) y la Academia de Derecho (1785). En 1780 obtuvo la plaza, que no logró tres años antes, en el Real Consejo de Órdenes Militares, poderosa institución que robusteció su ascenso nobiliario y, tras la obligada investidura como caballero de la Orden de Alcántara del Consejo de Estado de S. M., le supuso una garantía decisiva en la sociedad tardofeudal del Antiguo Régimen. Este puesto tal vez era la meta volante para llegar al Consejo de Castilla, y sin duda significaba la culminación de la carrera de cualquier hidalgo en la Administración borbónica. Por ello, este título fue el más apreciado por Jovellanos y el único que mencionó en su testamento de Bellver, donde manifiesta su voluntad de ser enterrado sin otro hábito que el de mi orden de Alcántara, sin distinción, pompa, ni asistencia alguna.

A instancias del Consejo de Órdenes, realizó distintos trabajos y presentó un programa de reformas económicas de signo liberal bajo el título de Informe sobre el libre ejercicio de las artes (1785). Como su pensamiento fue bien recibido, le siguieron peticiones de otros informes de distinta naturaleza para instituciones relevantes, como la Junta de Comercio y Moneda o la Real Sociedad Económica.

La detención del conde de Cabarrús y la defensa que de él planteó Jovellanos costó a éste la enemistad con su protector Pedro Rodríguez de Campomanes y un destierro encubierto de siete años (1790 a 1797) a Gijón, interrumpidos por viajes de trabajo a Santander, Vascongadas o Palencia. Su estancia en Asturias le permitió poner en marcha el Instituto Asturiano, su obra más destacada.


En noviembre de 1797, tras un breve período como embajador en Rusia, fue nombrado secretario de Gracia y Justicia, pero sólo pudo ocupar el cargo durante un año debido a las presiones ejercidas por Godoy para lograr su destitución. Durante este breve período destacó por su voluntad reformista y por su lucha contra la Inquisición y las propiedades de la Iglesia.

Entre los enemigos del Instituto y sus opositores de Asturias se incubó la delación anónima. Se le acusó de reformista y de que en una edición del Contrato social se criticaba al Gobierno y se le elogiaba a él, así como a Mariano Luis de Urquijo. Carlos IV no dio crédito a las peticiones de Jovellanos contra la delación secreta. El resultado de la investigación fue su despótico destierro a Mallorca (1801-1808) y fue liberado tras el motín de Aranjuez.

Entre julio y septiembre de 1808, rechazó el nombramiento como ministro de Interior de José Bonaparte, por motivos de salud. No acató la orden de Napoleón de marchar a Asturias.

Al entrar de nuevo los franceses en Gijón, el 6 de noviembre de 1811, Jovellanos se embarcó para escapar de ellos. Tras ocho días de tormentas y de peligros, arribó al Puerto de Vega (Navia), donde el buque Volante sucumbió. Unos días después, el 27 del mismo mes, Jovellanos murió de pulmonía.

viernes, 16 de octubre de 2015

Álvaro de Bazán y Guzmán. El héroe de Lepanto y primer Marqués de Santa Cruz


Almirante y primer marqués de Santa Cruz de Mudela, dicen que jamás sufrió derrota alguna. De familia ilustre de soldados y marinos, fue el más importante hombre de mar del rey Felipe II de España y el primero en usar los galeones en un gran combate naval y, también, el creador de la infantería de marina.

Tuvo un papel muy destacado en una las mayores (si no la mayor) victoria de España a lo largo de los siglos, la batalla de Lepanto, donde los españoles, ayudados por otras naciones europeas coaligadas, derrotaron a los turcos.

Don Álvaro de Bazán y Guzmán, de noble linaje de Navarra, nació en la ciudad de Granada el 12 de diciembre de 1526. Hijo de Don Álvaro de Bazán “el Viejo”, señor del Viso del Puerto y de Santa Cruz de Mudela, marino de prestigio que llegó a ser Capitán General de las Galeras de del emperador Carlos V, y de doña Ana Guzmán, hija de Diego Ramírez de Guzmán, primer conde de Teba y marqués de Ardales.

Don Álvaro de Bazán y Guzmán
 Pertenecía por tanto a una familia originaria del valle de Baztán, en Navarra, de donde tomó el apellido. Su abuelo, también llamado Álvaro de Bazán, había participado en la conquista de Granada en 1492, y desde entonces la familia vivía en esta ciudad. En 1528 su padre solicitó para él (Exp.914) el hábito de Caballero de Santiago, siendo armado como tal el año siguiente en Guadix (dada su corta edad, su profesión quedaba para más adelante, lo que no haría hasta 1568).

Muy pronto dio muestras de vocación marinera, aprendiendo junto a su ayo, Pedro González de Simancas, el arte de la navegación. En 1544, con diecisiete años, le hacía compañía cuando por primera vez combatió victoriosamente contra unos corsarios franceses cerca de Galicia: el 25 de julio, frente a la ría de Muros, su padre abordó a un buque enemigo que había capturado dos naves vizcaínas, venciendo también a otra que acudió en su auxilio. Álvaro de Bazán hijo participó activamente en la lucha y en las maniobras marineras.

Escudo de Armas


El escudo familiar es un “jaquelado” de plata y sable (tablero de ajedrez), según la leyenda, por hallarse jugando a este juego antes de la batalla, aunque lo más lógico sea que proceda del valle navarro de Baztán. En el de los marqueses de Santa Cruz se han añadido las ocho cruces de San Andrés que rodean al tablero de ajedrez (bordura), además la corona de marqués y de acolar la cruz de la Orden de Santiago
 



Todavía en el reinado de Carlos I, consigue el mando de una armada independiente, cuya misión es guardar las costas meridionales de España y proteger la llegada de la Flota de las Indias frente a los corsarios franceses e ingleses y a los piratas berberiscos que operan desde sus bases atlánticas. En 1554 es nombrado capitán general de la Armada con solo 28 años. Unos años más tarde, en 1568, fue nombrado Capitán General de las Galeras de Nápoles, en sustitución de Sancho de Leiva, que había sido trasladado al mando de las de España, y poco después, en octubre de 1569, Felipe II le concede el título de Marqués de Santa Cruz. Durante estos años patrulló las costas italianas, reduciendo los ataques corsarios.

Habiendo propuesto el papa Pío V la creación de una Liga Santa que fuese capaz de enfrentarse a los turcos (Otoanos), en tanto se negociaban los pormenores entre los representantes españoles, pontificios y venecianos, el marqués se dedicó a construir y dotar una escuadra de 38 galeras. Habiendo llegado aquellos a un acuerdo, Santa Cruz recogió en Génova los barcos genoveses y saboyanos; condujo a Don Juan de Austria, almirante supremo de la armada de la Liga Santa, a Italia; embarcó a unos 2.500 hombres en Almería y, por fin, en septiembre de 1571 llevó su flota a Mesina, punto de reunión general. Se distribuyeron todos los barcos reunidos en cuatro escuadras, recibiendo él el mando de los 30 barcos de la retaguardia, con la misión de proteger la flota y acudir en socorro de los puntos más amenazados: se trataba de un cargo de alta responsabilidad, pues una vez comenzado el combate no podría recibir instrucciones de Don Juan de Austria.

El 7 de octubre de 1571 tuvo lugar la batalla de Lepanto (Grecia). Su escuadra queda a media milla, por la popa, de la línea de frente. En el centro de la batalla, la galera La Real, nave capitana de Don Juan de Austria, se abalanza contra la nave capitana turca de Alí Bajá, La Sultana, y ambas naves se enzarzaron en un combate cerrado. Marco Antonio Colonna apoya a la nave de Don Juan de Austria, situándose a la retaguardia de La Sultana y aislándola de socorro y refuerzo.


Álvaro de Bazán envía diez galeras y un grupo de fragatas y bergantines para apoyar el éxito que puede suponer la captura de la nave capitana otomana. Como resultado de este refuerzo, el centro otomano queda totalmente deshecho. Una vez lograda la victoria total, la victoriosa armada de la Liga Santa volvió a Italia y Santa Cruz, uno de los principales artífices del éxito, llevó sus buques a Nápoles, donde fue recibido con gran entusiasmo. Fue recompensado con la concesión de la encomienda santiaguista de Solana (en sustitución de la de Villamayor).

En diciembre de 1576 fue trasladado al mando de las galeras de España, organizó la flota de Cartagena y reforzó la de Orán. Al tener en agosto noticia de la muerte del rey portugués Sebastián I en Alcazarquivir, combatiendo a los musulmanes, marchó inmediatamente con considerables fuerzas para proteger las importantes plazas portuguesas del norte de África (Arcila, Ceuta y Tánger) y evitar que se perdieran.

Estatua de Don Álvaro de Bazán, en la Plaza de la Villa, en Madrid
Galeón San Martín, nave almiranta de España
Durante la guerra de Portugal (Felipe II conquista el Reino ) dirigió las operaciones navales y, a su regreso en 1583, en el aniversario de la victoria naval de la isla de San Miguel y del ataque a la isla de Tercera, la recompensa a los buenos servicios de Santa Cruz fue la encomienda mayor de León, el título de Grande de España, y el nombramiento de Capitán General del Mar Océano (Atlántico). Tras esto, Santa Cruz sugirió al rey la invasión de Inglaterra, país que veía como el principal enemigo de España por su apoyo a los rebeldes holandeses, sus constantes ataque al comercio americano y a las mismas costas españolas. En 1584, dada su experiencia en los asuntos portugueses, fue nombrado capitán general de todos las fuerzas, marítimas y terrestres, estacionadas en este país. Felipe II le encargó la preparación de un plan con ese objetivo, que él redactó en sólo dos semanas.

Vidriera en el Palacio del Marqués de Santa Cruz, con su escudo de armas
Decidida por fin la invasión, se nombró generalísimo de las fuerzas españolas al duque Alejandro Farnesio, quedando el duque subordinado a él con el mando de la armada (Grande y Felicísima Armada, llamada "La Invenciable" por los ingleses). Pero los preparativos sufrieron muchos retrasos y, en febrero de 1t89 murió, en Lisboa, tras enfermar un mes antes, sin haber podido zarpar. Fue sustituido por Alonso de Guzmán, duque de Medina Sidonia, mucho menos capaz que él. Su cuerpo fue enterrado en la iglesia de la Asunción de El Viso “del Marqués” (Ciudad Real), en donde tenía su palacio*, hasta 1643, cuando fue trasladado al convento de San Francisco, junto con los de su esposa, María Manuela de Benavides.

Su hijo, de igual nombre que él (1571-1646), siguió la tradición familiar y fue otro prominente marino de la Monarquía. En su honor, desde 1841, varios buques de la Armada Española llevan el nombre de Álvaro de Bazán.

* El palacio fue declarado Monumento en 1931 y sus paredes albergan desde 1848 el Museo de la Marina Española y el Archivo Histórico Don Álvaro de Bazán.

Sus Títulos: Marqués de Santa Cruz, Grande de España, Señor de las villas del Viso y Valdepeñas, Comendador mayor de León y de Villamayor, Alhambra y La Solana en la Orden de Santiago; miembro del Consejo de Felipe II, Capitán General de la Mar Océana y de la gente de guerra del reino de Portugal.


miércoles, 14 de octubre de 2015

Historia de la Casa de García del Valle

Esta obra recoge la historia de la rama familiar que desciende de don Lope García del Valle, nacido c. 1490 en Cuevas de Vinaio en las montañas de León y vecino de Villoslada de Cameros en el Camero Nuevo, por Jesús García del Valle y Gómez (miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España)


Hoy he tenido ocasión de conocer a Jesús, Dr. Ing. del ICAI; Socio de Honor de la Asociación Española para la Calidad; anterior profesor asociado, Facultad de Humanidades de la USPC, Departamento de Historia y el Pensamiento. Nacido en mayo de 1930 en Madrid, de familia hidalga riojana, casado con María Luisa Fernández-Simal y Fernández.


Jesús ha editado en 1990, en edición privada de 100 ejemplares numerados de 184 páginas, de 21x 29,5 cm., encuadernado en rústica y con más de un centenar de ilustraciones en gris una obra sobre la historia de su linaje familiar hasta nuestros días.


Entre la bibliografía empleada figura la Real Carta Ejecutoria ganada a pedimento de don Vicente García del Valle en 1787, vecino de la villa de Nalda y a su vuelta de Manila donde nació, en depósito del autor como primogénito de esta familia. 

En esta Real Cédula se copia literalmente, en los folios 129 al 161 v, la real Cédula y Carta Ejecutoria, dada en Madrid el cinco de julio de 1617, en la que S. M. el Rey Don Felipe III reconoce y declara como hijos-dalgo de Sangre y Solar conocido a Sebastián García del Valle, y a sus sobrinos Pedro y al Doctor Fernando García del Valle y a sus hijos y descendientes por vía de varón.


Además de esta obra sobre su linaje, Jesús tiene otras publicaciones, entre las que cabe destacar "Retrato de un Navío" un libro sobre el "Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza", señero protagonista de la carrera Manila-Acapulco. Disponible en Bubok.

domingo, 11 de octubre de 2015

La Real Asociación de Hidalgos de España



¿Qué es la Real Asociación de Hidalgos de España?

Por su interés, n
by hola.com


El pasado 5 de octubre fallecía el infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias, Duque de Calabria y Conde de Caserta. Dentro de las muchas facetas que llevó a cabo durante sus 77 años de vida estuvo el formar parte –como Presidente primero y después como Presidente de Honor- de la Real Asociación de Hidalgos de España. Una organización poco conocida a la que pertenecen los reyes don Juan Carlos, doña Sofía y don Felipe. Su Presidente, Manuel Gullón y de Oñate, Conde de Tepa, cuenta a HOLA.com en qué consiste esta asociación.

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Con 2.090 asociados repartidos por toda la geografía nacional, Sudamérica, Portugal e Italia, “esta institución privada, apolítica y democrática se encarga de agrupar a los hidalgos y otros nobles en una unidad nobiliaria de carácter nacional”, nos cuenta el Conde de Tepa. “Desde su fundación mantenemos un fuerte compromiso con la cultura y la historia de España y financiamos diversas actividades asistenciales a favor de los colectivos más desfavorecidos de la sociedad.”

Para ingresar en la Real Asociación de Hidalgos de España, “el solicitante deberá probar su condición de noble, según lo establecido en la legislación, doctrina y jurisprudencia nobiliaria española”, explica el Presidente a la vez que expresa su deseo por sumar nuevos miembros. “Es prioritario para nosotros potenciar el ingreso de jóvenes y fomentar su integración y participación. Para ello hay una comisión que trabaja específicamente en el diseño y ejecución de actividades como voluntariado, excursiones culturales, fiesta anual y reuniones formativas”.


Además de haber contado entre sus filas con don Carlos de Borbón, en 1964 ingresó don Juan Carlos, un año más tarde doña Sofía y el rey Felipe VI en octubre de 1995. “La Real Asociación de Hidalgos de España mantiene una absoluta lealtad a la Corona, como lo demuestra el hecho de que le fuera concedido el título de “Real” el 10 de febrero de 2010”, nos cuenta Manuel Gullón y de Oñate.

En cuanto a las actividades en las que se vuelca la asociación, su presidente nos explica que “el 80% de los beneficios se destinan a impulsar actividades en el campo cultural y asistencial”. “Financiamos investigaciones, donando las publicaciones que de ellas se derivan, correspondientes a los archivos de las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada, Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, Diputación de Aragón y Archivo Real y General de Navarra. Hemos constituido la Fundación Instituto Español de Estudios Nobiliarios a través del cual organizamos conferencias, concedemos premios de investigación, publicamos obras, organizamos cursos formativos y establecemos convenios con Universidades”, añade el Conde de Tepa.


En la vertiente asistencial, el Presidente enumera algunas acciones como la “atención directa a personas con riesgo de exclusión social, intervención con personas sin hogar e integración social y laboral de jóvenes, además de alojamientos gratuitos para personas mayores sin hogar, programas de voluntariado y becas el Colegio Mayor Universitario de la asociación".

Recordando la figura "fundamental e inseparable" que fue el infante don Carlos -despedido con honores reales en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial el pasado 8 de octubre- para la Real Asociación de Hidalgos de España, el Presidente añade: "Su apoyo y su aprobación, constituye para nosotros un compromiso que nos obliga a dar continuidad a la labor por él desarrollada y que nos gustaría tuvieran proyección en el futuro en la persona de su hijo, Don Pedro".

Emblema de la Real Asociación de Hidalgos de España

viernes, 9 de octubre de 2015

Faustino Menéndez Pidal de Navascués. "Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio"


El Consejo de Ministros ha aprobado hoy un Real Decreto por el cual se concede la "Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio" a D. Faustino Menéndez Pidal de Navascués, en atención a los méritos y circunstancias que concurren en su persona, entre ellos el ser considerado uno de los más prestigiosos heraldistas españoles.

Merece destacarse su labor como difusor de la heráldica española en los medios culturales europeos, puesto que viene participando en congresos y coloquios internacionales de heráldica desde 1955.


Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio
Faustino, nacido en Zaragoza, en1924, de linaje hidalgo de origen asturiano, hijo de Don Faustino Menéndez Pidal de Montes y de Doña María de los Dolores de Navascués Alonso, es:

  • Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la UPM.
  • "Experto asociado" del Comité Internacional de Sigilografía. Académico de Mérito de la Academia Portuguesa da Historia. Correspondiente de la Real Academia de Bellas Letras de Barcelona.

  • Premio “Principe de Viana de la Cultura” 2011. 

  • I Premio Cultura y Nobleza (2012), concedido por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la Real Academia Sevillana de Buenas Letras.


Faustino con el autor de este blog: José M. Huidobro
Entre sus numerosas publicaciones destacan las siguientes: Libro de Armería del Reino de Navarra; Apuntes de sigilografía española; Los emblemas heráldicos: una interpretación histórica; Sellos medievales de Navarra: estudio y corpus descriptivo; El libro de la cofradía de Santiago: caballería medieval burgalesa; Leones y castillos: emblemas heráldicos en España; El escudo de España; La nobleza en España: ideas, estructuras, historia; Heráldica de la Casa Real de León y Castilla (siglos XII-XVI).



Pertenece a la junta directiva de la Real Asociación de Hidalgos de España y al patronato del Instituto Español de Estudios Nobiliarios. Director de la revista HIDALGUÍA.

martes, 6 de octubre de 2015

Fallece S.A.R. el Infante Don Carlos de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma


Príncipe de las Dos Sicilias, duque de Calabria, conde de Caserta y jefe de la casa de Borbón-Dos Sicilias, Fue el presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa y  presidente de honor de la Real Asociación de Hidalgos de España, además de Gran Maestre de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge.


Carlos de Borbón-DosSicilias y Borbón-Parma ha fallecido el 5 de octubre de 2015 en su finca “La Toledana” de Retuerta del Bullaque (Ciudad Real).

Hijo del infante Alfonso de Borbón-Dos Sicilias y Borbón y de la princesa Alicia de Borbón-Parma, nieta por línea paterna de la Princesa de Asturias Mercedes de Borbón y Habsburgo-Lorena, hermana mayor de Alfonso XIII, nació en Lausana (Suiza), el 16 de enero de 1938. Recibió de su primo el rey Don Juan Carlos, con el que mantenía una estrecha relación, el título de infante de España en 1994.


Los títulos que ostentaba eran:

S.A.R. el príncipe Carlos de Borbón-Dos Sicilias (1938-1960)
S.A.R. el príncipe Carlos de Borbón-Dos Sicilias, duque de Noto (1960-1964)
S.A.R. el príncipe Carlos de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria (1964-1994)
S.A.R. el infante Don Carlos de España, príncipe de las Dos Sicilias, duque de Calabria (1994-2015)

El infante Don Carlos ocupaba el primer lugar en la línea de sucesión a la corona, tras los descendientes del rey Juan Carlos I, ya que sus hermanas, las infantas Pilar y Margarita, renunciaron a sus derechos de sucesión para contraer matrimonio con personas que no pertenecían a alguna familia real, como prescribía la Pragmática Sanción del rey Carlos III que regulaba los matrimonios de la Casa Real española. La Pragmática Sanción quedó derogada de facto por la Constitución Española de 1978 pero la aprobación del texto constitucional fue posterior a los matrimonios de las infantas.


Carlos de Borbón-Dos Sicilias contrajo matrimonio, el 12 de mayo de 1965, con la princesa Ana de Orleans, hija del príncipe Enrique de Orleans, conde de París (1908-1999) y la princesa Isabel de Orleans-Braganza (1911-2003). El matrimonio tuvo cinco hijos:

Carlos de Borbón dos Sicilias y su esposa Ana de Orleans, en 1997
- Cristina de Borbón-Dos Sicilias, casada con Pedro López-Quesada y Fernández-Urrutia.
- María de Borbón-Dos Sicilias, casada con el archiduque Simeón de Austria.
- Pedro de Borbón-Dos Sicilias, duque de Noto, casado con Sofía Landaluce y actual presidente del Consejo de Órdenes Militares.
- Inés de Borbón-Dos Sicilias, casada con el Noble napolitano Michele Carelli Palombi dei Marchesi di Raiano.
- Victoria de Borbón-Dos Sicilias, casada con el griego Markos Nomikos.

sábado, 3 de octubre de 2015

Hernán Cortés. Conquistador del Imperio Azteca


Célebre conquistador de México. Vilipendiado y glorificado como ningún otro conquistador español, a excepción quizás de Francisco Pizarro, venció a la Confederación Azteca* y fue fundador del México colonial.


Hernán Cortés de Monroy y Pizarro Altamirano nació en Medellín (Badajoz) en 1485 y falleció, muy enfermo y cansado, en Castilleja de la Cuesta, (Sevilla), en diciembre de 1547, Conquistador del imperio azteca (México). Primer Marqués del Valle de Oaxaca, Gobernador y Capitán General de la Nueva España. Carlos V le concedió el hábito de Santiago. En sus últimos años de vida, ya muy agotado, el conquistador se puso al servicio de Carlos I al llegar a España, y a los 55 años decidió emprender la campaña de Argel.

Fue hijo único de un hidalgo extremeño, llamado Martín Cortés Monroy** y de Catalina Pizarro Altamirano. Por vía materna era primo segundo de Francisco Pizarro, quien posteriormente conquistó el imperio inca (no confundir con otro Francisco Pizarro, quien se unió a Cortés en la conquista de los aztecas). Como otros hidalgos, su padre lo envió a los catorce años a estudiar leyes a Salamanca, ciudad que abandonó dos años más tarde, movido por su afán de aventuras. Hernán Cortés se casó dos veces (con Catalina Juárez y con Juana de Zúñiga,) y tuvo once hijos documentados en seis relaciones diferentes.

Cortés también era primo segundo de Francisco Pizarro y Gonzalo Pizarro, respectivamente conquistadores del Perú y del Ecuador en Sudamérica. Igualmente, era pariente cercano de Francisco de Orellana, el primer europeo en explorar el río Amazonas.

Tras varios intentos fallidos, por una parte, de embarcar para las Indias, y, por otra, de participar en las campañas del Gran Capitán en Italia, finalmente, en la primavera de 1504, zarpó hacia la isla de La Española (Santo Doningo), donde se instaló como plantador y funcionario colonial. Allí conoció a Diego Velázquez de Cuéllar, adelantado y conquistador de los Reyes Católicos. Ambos forjaron una amistad y pusieron rumbo a Cuba en 1511 para empezar las expediciones de las que nacían rumores de los primeros españoles de riquezas nunca vistas. Pero pronto empezaron las disputas entre ambos por envidias y celos.

Durante las expediciones surgió la figura de Jerónimo de Aguilar, que conocía la lengua maya y actuó como traductor para entrar en contacto con los aborígenes con el fin de hacer negocios. Velázquez, más atraído por el oro que por la gloria, intentó quitarse del medio a Hernán Cortés, pero era demasiado tarde. El extremeño, que fue nombrado anteriormente por el propio Velázquez como alcalde de Santiago de Cuba, ya tenía a su disposición unos 550 hombres reclutados junto a 11 barcos para poner rumbo junto al propio Aguilar hacia México.

Llegaron cerca de Tabasco en 1519, tomando como suyos varios territorios indígenas. Allí se enfrentaron a tribus de rostros pintados, armados con hachas rudimentarias, arcos y lanzas. Pero aquellos guerreros aparentemente fieros no amedrentaron a Cortés ni a sus hombres. Los caballos montados por sus jinetes causaron dudas en los nativos, que a sus ojos pensaron que se trataban de bestias que escupían fuego, refiriéndose a este fuego como los arcabuces de los españoles. El miedo, la novedad y la contundencia de Cortés y sus hombres provocaron que los indígenas cayesen fácilmente ante la caballería y los arcabuces.

Marina Malinche
Los españoles se asentaron en la zona y no tardaron en enviar embajadores y caciques. Dándose cuenta de que los españoles no tenían mujeres, les ofrecieron esclavas y oro a cambio de baratijas y espejos. De entre todas las esclavas destacaba por su belleza Malinche, una princesa de un cacique local que ya solo era una esclava. Cortés ordenó bautizarla bajo el nombre de Marina, y quedó prendado de ella. La esclava hablaba náhuatl, y aquello significó un gran paso adelante para establecer relaciones con el líder azteca Moctezuma. Marina era la única que podía entender la lengua azteca, y actuó como traductora por medio de Aguilar para que la información llegase finalmente a Cortés.

Hernán comenzó a asentarse en territorio azteca, pero se topó con tribus muy guerreras. Fundó Veracruz, donde dejó una guarnición para continuar su camino hacia Tenochtitlan junto a 400 hombres. Desde un punto en lo alto contempló la ciudad imperial de posiblemente 1.000.000 de habitantes, que le causó una gran fascinación. La ciudad se erguía sobre lagunas, recordando mucho a Venecia.

A los oídos de Moctezuma llegaban noticias de la llegada de los españoles y quiso conocer a su enemigo. Por cortesía azteca, los españoles y algunos aliados nativos, una vez llegaron, se establecieron en un palacio. Pero los capitanes de Cortés estaban convencidos de que aquel acto de aparente hospitalidad era una trampa, además llegaron noticias de Veracruz de que la guarnición allí establecida había sido masacrada por aztecas de Moctezuma. Los capitanes de Cortés le instaron a hacer preso al líder azteca, pero el conquistador se mostró más precavido. Casi una semana después se acercó con Marina y sus capitanes hacia el propio palacio de Moctezuma, al que exigieron justicia.

Encuentro de Hernán Cortés y Moctezuma
Ambos líderes optaban por el diálogo, pero los capitanes se pusieron nerviosos y Marina le dijo a Moctezuma que se entregase sin que hubiese derramamiento de sangre. Moctezuma se entregó y se le llevaron cautivo a la zona de los españoles dentro de la propia Tenochtitlan. Mientras tanto, Velázquez organizó una flota para castigar a Cortés. Sus 1.000 soldados y 18 naves al frente de Pánfilo de Narváez arriban en las costas de México.

De lo que no era consciente Pánfilo es que la mitad de sus hombres estaban a favor de Cortés, más atraídos por el oro que podían conseguir y las aventuras que por lo que pudiese ofrecerle el propio Pánfilo. Cortés recibió la noticia y se presentó en 1520 ante Pánfilo con apenas 250 hombres para discutir aquello. Sabía que jamás podría ganar a ese ejército, pero finalmente le derrotó y sus fuerzas se unieron a las de Cortés, que volvió a Tenochtitlan donde le esperaba Pedro Alvarado y algunos de sus hombres.

En la ciudad imperial se dio cita un acontecimiento de celebración y sacrificios humanos, pero Alvarado no estaba dispuesto a consentir que se sacrificasen personas y, a pesar del intento de prohibición, Moctezuma no hizo caso y la fiesta siguió adelante. Dio comienzo una batalla en Tenochtitlan, que al llegar Cortés ya la vio iniciada. El 30 de junio de 1520 llegó el momento de huir. Cortés sabía que se jugaba demasiado y no quería perder más hombres. Durante su huida, en la noche y cargados de oro, los españoles cayeron por cientos ante una emboscada indígena. También cayeron miles de aliados nativos. Es la llamada Noche Triste para los españoles. El conquistador extremeño siguió batallando con las fuerzas que le quedaban en los días venideros hasta llegar a territorio aliado.

Allí se recuperó y conformó un ejército auxiliar de nativos que quiso volver a por Moctezuma. Pero las disputas en Tenochtitlan favorecieron a Cortés y sus hombres, pues los jóvenes líderes que se alzaban en la ciudad imperial ya no querían seguir a Moctezuma. Llegó la viruela, y con ella los estragos en la población indígena. Moctezuma había muerto durante la batalla civil. Su último líder, Cuauhtémoc, también murió. Poco después de la caída de Tenochtitlán, Hernán Cortés violó y dejó en cinta a la princesa Tecuichpotzin, hija del tlatoani Moctecuzoma Xocoyotzin. Después de ser bautizada bajo el rito católico, se conoció a esta princesa como Isabel de Moctezuma.

Cortés gobernó hasta 1540. Descubrió Baja California en sus expediciones, llegó al Pacífico y aportó nuevas nociones a la geografía. 

Heráldica de los "Cortés Monroy"


Con la constitución del Mayorazgo de Hernán Cortés hacia 1535, éste modifica su heráldica, uniéndola con los blasones de la familia de doña Juana de Zúñiga, su segunda esposa, perteneciente a una de las más altas y limpias estirpes españolas. Quedando así compuesto por la heráldica de las familias Cortés-Zuñiga-Monroy-Altamirano-Arellano.


**Su familia paterna procedía de tierras del antiguo reino de León, seguramente de Salamanca. Su bisabuelo, el hidalgo Nuño Cortés, fue el último que permaneció en tierras castellanas, siendo su hijo Martín Cortés el Viejo, el primero en establecerse en el condado de Medellín. Arraigaron en la tierra, llegaron a ser una familia extensísima, con bienes raíces hasta la Edad Contemporánea. Su abuelo, Martín Cortés el Viejo, sirvió con su caballo en la vega de Granada, a las órdenes de los casi legendarios Álvaro de Luna y Pedro Niño. En recompensa por sus servicios, el rey Juan II de Castilla, el tres de julio de 1431, lo armó solemnemente caballero de Espuela Dorada. Tras finalizar su etapa como militar, se asentó definitivamente en tierras de Medellín. Una decisión que no tenía nada de particular, pues Extremadura se repobló básicamente con castellano-leoneses.



Don Martín, había conseguido honra y fama para todo su linaje. Como otros caballeros, tenía su casa solariega en la villa matriz, pero pasaba la mayor parte del tiempo en una aldea del entorno, concretamente en Don Benito, donde tenía la mayor parte de sus fincas rústicas. Las tierras las adquirió seguramente en compensación por sus servicios de guerra, siendo normal que los caballeros recibiesen entre cuatro y doce yugadas. Tuvo al menos seis hijo legítimos –cuatro varones y dos hembras-, además de una hija ilegítima. El padre del conquistador, era el más pequeño de los hijos varones de Martín Cortés "El Viejo", nacido en torno a 1449, probablemente en la casa solariega que la familia poseía en el centro de la villa de Medellín, en la calle Feria, y donde pasaban una parte del año. En el concejo de esta villa desempeñó distintos cargos, como regidor y procurador general. Se desposó con Catalina Pizarro Altamirano, una mujer de ascendencia hidalga, cuya familia procedía de Trujillo a donde había llegado en el siglo XIII, procedente de Ávila. El matrimonio tuvo un solo hijo varón, el futuro conquistador de México.

*Los Aztecas se estructuraban en una confederación conocida también como la Triple Alianza, integrada por 3 pueblos: Tenotichlán, Texcoco y Tlacoplan. Los primeros tenían la jefatura del ejército y del culto, y su capital era la sede de las decisiones. Cada pueblo contaba con instituciones de gobierno autónomo. La confederación mexicana llevó su dominio a un área que abarcaba la mayor parte de los territorios de México y Guatemala actuales, a cuyos pueblos habían sometido obligándolos a pagar tributo consistentes en bienes y en personas.