Descubridora y navegante española nacida hacia 1567 en Galicia. Fue la única mujer que ostentó el título de Adelantada del Mar Océano, que heredó de su marido Álvaro de Mendaña, a quien había acompañado en la expedición colonizadora de las islas Salomón. Después de enviudar, dirigió la flota en su viaje de regreso a las islas Filipinas.
La historia de esta mujer está plagada de páginas borrosas, y una de ellas es la de su origen, si bien es unánime el parecer de que Isabel Barreto (de Mendaña) nació en Pontevedra en 1567, en el seno de una familia noble (hidalga) gallega, procedente de Viana do Castelo. La mayoría de historiadores dicen que desciende de Francisco Barreto (su abuelo paterno), marino portugués que fuera decimoctavo gobernador de las Indias portuguesas, y que su padre fue Nuño Rodríguez Barreto, que había combatido en Chile, y su madre Mariana de Castro, que procedía de una familia bien situada en Portugal.
Álvaro de Mendaña y Neyra |
Felipe II le concedió a don Alvaro, en 1574, el título de Almirante y *Adelantado de la Mar Oceana por su descubrimiento, le autorizó a volver y a poblar aquellas islas… pero no le ofreció apoyo financiero para tal empresa. Por ello el leonés se había arruinado en su intento de costear una nueva expedición fue entonces cuando apareció la radiante y acaudalada Isabel que, tan sólo con su dote se pudo aparejar uno de los galeones de la futura aventura y que se llamó el “Santa Isabel”. Además, la Barreto resultó una gran intermediaria cerca del nuevo virrey, García Hurtado de Mendoza, esposado con Teresa de Castro, que, a falta de dineros, prometió efectivos militares y, si bien aprovechó la ocasión para incluir en la leva a gente de la peor calaña de por allí, cumplía su promesa y limpiaba las calles al mismo tiempo. Pero no fue hasta el 9 de abril de 1595, 10 años después de su boda, que la expedición pudo estar organizada y zarpar, con casi 400 personas, del puerto de El Callao, en Perú.
Junto con el Santa Isabel, a cuyo mando iba el concuñado de Mendaña, el almirante Lope de Vega, iría otro galeón, el San Jerónimo, cuyo capitán fue Pedro Fernández de Quirós, quien llevó el diario de la expedición publicado después como Descubrimientos de las regiones australes, y que sería la nave capitana en la que viajaría la propia Isabel y tres de sus hermanos. Además, compusieron la pequeña flota una fragata, la Santa Catalina y una galeota, la San Felipe. Como Maese de Campo iba Pedro Merino Manrique.
Desde el principio, el duro viaje por mar enfrentó a Isabel y al portugués Pedro Fernández Quirós, totalmente contrario a la presencia de mujeres en los barcos y hastiado de soportar el carácter enérgico y dominante de la esposa de Mendaña.
El 21 de julio arriban a un archipiélago al que Mendaña llamó las islas Marquesas de Mendoza, en honor a la esposa del virrey. (la Marquesa de Cañete) y que hoy son, simplemente, las islas Marquesas, el archipiélago más grande de la Polinesia francesa. Por allí estuvieron un tiempo, hasta que tras varios conflictos con los indígenas tuvieron que partir Ya aparece el acerado temple de Isabel que aconseja a su marido que ahorque a tres nativos moribundos para impresionar a los demás.
Siguieron viaje, y la influencia de la Barreto sobre su marido ascendía, ante las murmuraciones de la marinería. El 7 de septiembre se desata una tormenta y el Santa Isabel resultó seriamente dañado, por lo que se ordena el trasbordo de mujeres y niños al San Jerónimo, y durante esa noche el Santa Isabel naufraga.
Tras sofocar un motín, Mendaña siente su muerte inminente como consecuencia de la malaria que ha contraído. El 17 de octubre firma su testamento ante su Piloto Mayor, Fernández de Quirós, y otros dos testigos, en el que nombra a su esposa como heredera universal. Fernández de Quirós, cronista de esta expedición, escribió “Dejó por heredera universal y nombrada por gobernadora a doña Isabel de Barreto, su mujer, porque de Su Majestad tenía cédula particular con poder para nombrar la persona que quisiese”. La viuda reclamó el título de Adelantada y Gobernadora, que increíblemente fue aceptado por todos. Fue el único caso en toda la historia de España de una mujer Adelantada. Como Capitán General quedó su hermano don Lorenzo de Barreto, que murió a poco.
El verdadero mando de la flota lo llevó afortunadamente Quirós.Fernández de Quirós, quién ante el estado de las naves, aconseja a la almirante poner rumbo a Filipinas, a lo que ésta accede. La navegación se convierte en una tortura por la escasez de provisiones y, especialmente, de agua. Sin embargo, la adelantada, que ya había confiscado la llave de las despensas, llega, no ya a gastar sin tino, sino a pretender lavar sus ropas con las provisiones de agua dulce, comportándose además de forma despótica, lo que lleva a Fernández Quirós a escribir: “No quiero decir que hice en este viaje otra cosa buena más de sufrir a una gobernadora mujer y a sus dos hermanos".
La situación se aproxima al motín, que estuvo a punto de producirse cuando la almirante ordena el ahorcamiento de un marino por haber desobedecido una orden a lo que la marinería se opuso. En este tenso ambiente llegan a Manila el 11 de febrero, pero como doña Isabel había heredado de su difunto esposo una encomienda en América, decide continuar viaje hasta Acapulco, previa reparación del San Jerónimo, único superviviente de la travesía. Mientras lo reparaban tuvo tiempo de casarse nuevamente, esta vez con el sobrino del gobernador de Manila, el general don Fernando de Castro, caballero de la orden de Santiago y general de galeones de la Carrera de Indias, al cumplir el año de tocas.
Los nuevos esposos continuaron su vida expedicionaria navegando de nuevo a América donde se le pierde la pista y de nuevo surgen divergencias sobre la fecha y lugar de fallecimiento. Mientras unas fuentes sitúan su muerte en 1610, otros la alargan hasta 1612 y hay quien la sitúa en el continente americano (en Castrovirreina, Perú), mientras otros aseguran que volvió a pisar tierras españolas.
Para saber más: I Parte; II Parte
* Adelantado, un título que se otorgaba a los exploradores que descubrían nuevos territorios para la Corona , con derecho a conquistarlos y colonizarlos en nombre del Rey
Para saber más: I Parte; II Parte
* Adelantado, un título que se otorgaba a los exploradores que descubrían nuevos territorios para la Corona , con derecho a conquistarlos y colonizarlos en nombre del Rey
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