La
Paleografía es la ciencia que estudia las escrituras antiguas y cuyo
conocimiento permite la lectura de documentos de distintas épocas y escrituras
diversas.
Para todos los interesados en la genealogía, heráldica y nobiliaria, la
dificultad para la lectura de textos antiguos se debe a las características de
la escritura y a la presencia habitual de abreviaturas. No obstante, buena
parte de los investigadores particulares no se enfrentan con
frecuencia con documentos muy antiguos, sino con escritos de los siglos XVI y
siguientes, y a esos documentos (parroquiales, municipales, notariales, etc.) son a los que se debe dedicar la atención.
En
el siglo XV, eran empleadas en España las letras bastardilla o itálica, la
redonda, la alemana, la cortesana y la procesal. La primera, se generalizó
entre la gente culta; la segunda, se empleó en documentos importantes y en
algunos libros; la tercera (procedente de la Francesa), es utilizada en lápidas
y en el comienzo de la imprenta, es más estrecha y aguda en sus extremidades;
la cuarta, es redondeada, apretada, menuda y ligadísima; y la última deriva de
la cortesana, fue utilizada por los notarios hasta el siglo XVII, empeorando
con el ligado continuo, costumbre que originó la letra procesal encadenada.
Entre las ramas de la Paleografía podemos diferenciar, la Paleografía Diplomática, que examina los signos lingüísticos contenidos en los documentos; la Paleografía Numismática, que los analiza en las monedas y medallas; la Paleografía Bibliográfica, que lo hace en los libros, y la Paleografía Epigráfica que se dedica a estudiar la escritura plasmada en lápidas y otras manifestaciones arquitectónicas.
Entre las ramas de la Paleografía podemos diferenciar, la Paleografía Diplomática, que examina los signos lingüísticos contenidos en los documentos; la Paleografía Numismática, que los analiza en las monedas y medallas; la Paleografía Bibliográfica, que lo hace en los libros, y la Paleografía Epigráfica que se dedica a estudiar la escritura plasmada en lápidas y otras manifestaciones arquitectónicas.
Reproducimos a continuación, por su interés y curiosidad, el artículo publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México, en su página web, titulado: Tipos de escritura
Escritura carolina
La escritura carolina, denominada de esta forma
por surgir en Francia en la época de Carlomagno, se utilizó principalmente en
los monasterios y en la corte por su facilidad de lectura y simplicidad. Se
caracteriza por sus letras minúsculas redondeadas que permanecen siempre
aisladas, aunque las palabras dan la impresión de no estar separadas entre sí.
Algunos enlaces y nexos presentes en esta escritura son los derivados de las
formas cursivas ct, et, nt, rt
y st. Mientras que la
abreviación se realiza a través de líneas o pequeñas rayas que designan la
contracción.
Escritura gótica
Este tipo de escritura, también denominada
angular, escolástica o monacal, se utilizó desde siglo xii
hasta el xv, surgió a partir de la modificación que
se le realizó a la pluma de oca, que consistió en añadir un corte oblicuo hacia
la izquierda. Por ello, la letra presenta perfiles angulosos, tendencia a la
verticalidad, la regularidad, uniformidad y ritmo, que la convierten en una de
las escrituras más caligráficas. Sin embargo, también presenta numerosas
abreviaturas que frecuentemente son de difícil lectura.
Escritura cortesana
Instaurada por los reyes católicos en todos sus
reinos durante el siglo xv, traída a América en el xvi, la escritura cortesana se convirtió en la más
utilizada en los documentos reales, de ahí que se le llame cortesana, o sea la
que efectuaba la corte. Las letras presentan líneas prolongadas que forman
espirales y curvas que en ocasiones envuelven a las palabras y suplen algunas
letras. Las abreviaturas son abundantes en este tipo de escritura, se
encuentran envueltas en trazos redondeados y horizontales.
Escritura procesal
Esta escritura resultó de la degeneración de la
letra cortesana, fue utilizada en el siglo xvi y
con mayor abundancia en el xvii. Recibe su nombre
debido a que se empleaba en los procesos de la corte. Sus tipos son variados e
irregulares, lo que la convierte en una de las escrituras más difíciles de
leer, ya que es exageradamente cursiva. La mayor parte de las veces la pluma no
se despega del papel para redactar todo el texto y su marcada continuidad
dificulta la identificación de la puntuación y termino de la oración, a ésta se
le ha llamado procesal encadenada.
Escritura humanística o redonda
Este estilo gráfico surgió en Florencia hacia el
Renacimiento, de ahí que reciba el nombre de humanística, pues ahí nace ese
movimiento. Fue utilizada por los círculos intelectuales minoritarios y
posteriormente difundida a otros niveles, sin embargo, no es un tipo de letra
nuevo, más bien se trata de una reproducción general de la carolina en su
estadio de madurez. Se caracteriza por utilizar letras que tienden a la
verticalidad y presentan pequeños trazos complementarios que perfeccionan el
acabado del diseño y le otorgan individualidad. Por tanto, los enlaces son casi
inexistentes, sólo se reproducen st,
ct y et. La abreviación es reducida y
unificada.
Escritura itálica
El periodo de formación de este tipo de escritura
se sitúa hacia el siglo xv. Su principal
característica es la marcada inclinación a la derecha respecto a la línea
rectriz y las letras unidas entre sí, por lo que también se le conoce como
escritura cursiva, bastardilla o cancilleresca. Su caligrafía es clara y
regular, lo que permite leerla fácilmente aunado a que su sistema de
abreviación es sencillo y no presenta particularidades especiales.
Códices mesoamericanos y coloniales
Los códices mesoamericanos son manuscritos
pictóricos elaborados por grupos indígenas que habitaban esa región, tales como
los mayas, mexicas, mixtecas, zapotecas, otomíes y purépechas, antes del
contacto con los españoles. Los manuscritos, fabricados en diversos soportes,
como piel de venado, telas de algodón, papel de maguey o papel de amate,
retratan parte de sus creencias religiosas, alianzas políticas, rituales,
ceremonias, historias, genealogías, entre otros temas. Tras la llegada de los
españoles, la elaboración de códices indígenas continuó con la finalidad de
plasmar pruebas que les permitieran legalizar sus derechos sobre sus tierras,
durante el régimen colonial. Sin embargo, a pesar de encontrarse temas de
tradición indígena, surgieron otros nuevos relacionados con la vida colonial,
las nuevas costumbres traídas por los europeos y la religión cristiana, en los
que se combinaban las imágenes con los escritos en caracteres latinos, llamados
códices mixtos. Asimismo, los materiales de manufactura, como pieles, lienzos,
papel europeo y pergaminos, se integraron a los antiguos materiales. La
tradición de elaboración de códices continuó hasta el siglo xviii.
Códice Osuna, resguardado en la Biblioteca Nacional de Madrid |
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