El escudo de la ciudad de Madrid
(no de la Comunidad, que es muy diferente) se remonta, supuestamente, hasta la
Edad Media, y adquirió su actual disposición hace unos 50 años, en 1967.
El más antiguo que se conserva se encuentra en un paredón de la Casa del Pastor, bajo
el viaducto de la calle Segovia, que en su tiempo fue casa de la moneda (ceca de Madrid). Sin embargo, hasta llegar a este escudo (muy
parecido al que hoy representa a Madrid), sufrió una profunda evolución.
Escudo actual de Madrid (dibujo de Xavier García) |
* Esta entrada es un resumen del artículo publicado en el Nº 547 de la revista HIDALGOS
La villa de Madrid se halla en posesión de los títulos de Muy noble, Muy leal, Imperial y Muy heroica.
La villa de Madrid se halla en posesión de los títulos de Muy noble, Muy leal, Imperial y Muy heroica.
Recreación de las murallas y el alcázar de la Villa de Madrid |
El “presunto” escudo primitivo
Se ha dicho que el primer “presunto” escudo de Madrid, ya que no hay prueba laguna de ello, es anterior al año
1200 y representaba un pedernal semisumergido en agua, con dos eslabones a los
lados entrelazados que frotan una piedra y que hacen que de ésta salgan chispas
y rodeando el conjunto llevaba una cinta azul, en la que había una inscripción,
y se completa con una leyenda en castellano que dice:
Fui sobre agua edificada, mis
muros de fuego son, esta es mi insignia y blasón.
Esta leyenda hace referencia a la gran cantidad de agua existente en el primigenio asentamiento de la ciudad (cerca del Viaducto, al lado de la actual Catedral de la Almudena y el Palacio Real), y la parte de "mis muros de fuego son" es debido a las piedras de pedernal con las que estaban levantadas las murallas de Madrid, que producían chispas al golpearse con metal (por ejemplo, las flechas del enemigo)
Esta leyenda hace referencia a la gran cantidad de agua existente en el primigenio asentamiento de la ciudad (cerca del Viaducto, al lado de la actual Catedral de la Almudena y el Palacio Real), y la parte de "mis muros de fuego son" es debido a las piedras de pedernal con las que estaban levantadas las murallas de Madrid, que producían chispas al golpearse con metal (por ejemplo, las flechas del enemigo)
Aparece el oso…y el madroño
El oso u osa es el elemento del que se origina el escudo de Madrid. Parece
ser que en la Edad Media, en los campos de Madrid abundaban los osos y que tal vez por eso lo
tomarían como enseña. Aunque no hay pruebas de su veracidad, se dice que a
partir de 1212 en su escudo figuraba, sobre un campo de plata, un oso o una
osa, en forma pasante, con siete estrellas en su lomo que representan la Osa
Menor. Este habría sido el estandarte o enseña que las Milicias Madrileñas
portarían en la expedición mandada por el rey Alfonso VIII de Castilla en 1211
contra la taifa de Murcia y, un año más tarde, en la batalla de las Navas de
Tolosa contra los almohades, que tuvo lugar el 16 de julio de 1212.
El rey Alfonso VIII había concedido, en 1202, los fueros a Madrid, por los
cuales le permitía disfrutar de las tierras y montes desde la Villa a la sierra,
lo que originó el inicio de un pleito entre la Iglesia y el Concejo por el
disfrute del monte y tierras de pasto de ciertos montes en los alrededores de
Madrid. El pleito duró veinte años hasta que se llegó a un acuerdo, que se
estableció en los siguientes términos, aunque no hay documentación probatoria
de tal hecho:
- Se daría a la Villa de Madrid todos los pies de árbol (madera) y la caza.
- Se daría al Cabildo eclesiástico todos los pastos.
Así, la solución final adoptada
fue que los árboles con sus frutos y los animales pasarían a ser propiedad del
Concejo y la Iglesia se quedaría con los pastos. De ahí, que el tradicional oso
que andaba y pacía sobre el prado se irguiese sobre el árbol, demostrando así
el reparto que se había llevado a cabo.
Para que el acuerdo quedara bien sellado y para memoria de todos, se acordó
que a partir de entonces el escudo de la Villa llevaría el oso (algunos dicen
que puede ser una osa) con el añadido de un árbol (supuestamente un madroño), y
el escudo del cabildo llevaría el mismo animal paciendo en unos pastos. Se
modeló de nuevo el escudo al que se le añadió, además del árbol, una orla azul
y sobre ella las siete estrellas de ocho puntas que antes estaban sobre el lomo
del animal. El oso, empinado al tronco, serviría para indicar la posesión del
árbol.
Incorporación del dragón
El Consejo madrileño, en 1822, definió un nuevo escudo que incorporaría una
corona cívica en la punta, concedida por las Cortes de 27 de diciembre de 1822,
durante el trienio liberal, formada de trenzado de guirnalda de hojas de roble
y banda carmesí. En el año 1848 el Consejo acordó incorporar al blasón un
dragón (de oro) aparecido en la muralla al realizar el ensanche de la Puerta
Cerrada, pero, según Ramón Mesonero Romanos (1803-1882), tal dragón no era sino
una culebrilla que la gente, al hablar sobre ella, transformó en un dragón, y
como tal quedó en el escudo.
En el pleno del 28 de
abril de1967, el Ayuntamiento dispuso un
nuevo escudo, eliminando el dragón (o grifo) y la corona cívica, tal y como se
puede ver representado, en su colores propios.
Casi cuatro décadas más tarde, en 2004, la corporación municipal
dirigida por Alberto Ruiz-Gallardón, adoptó un nuevo diseño (más
bien logo, marca o emblema, que no escudo heráldico), con los mismos
componentes pero sólo de color azul, incluyendo la leyenda madrid, como
imagen corporativa del ayuntamiento, un logotipo que es el que desde 2007 con
variante en la leyenda ¡MADRID!, se ha venido usando hasta
que, en junio de 2016, el Ayuntamiento presidido por Manuela Carmena decidió
cambios en la marca institucional del consistorio y ha eliminado los signos de
admiración, introducidos por Gallardón en 2007; además de otros, como el tipo
de letra en el logotipo y los colores de fondo, que se irán introduciendo
progresivamente, conforme se vayan reemplazando unos emblemas por otros.
Evolución del logo/emblema de Madrid, desde 2004 a 2016.
La evolución del escudo y emblemas de la ciudad de Madrid puede observarse
en algunas de las placas que se encuentran en los edificios y
que, además de llevar el nombre de la calle, llevan el escudo de la época de la
misma.
Dragón o dragona
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