martes, 6 de junio de 2017

Álvaro de Mendaña y Neira. Adelantado de las islas Salomón; descubridor y navegante de los Mares del Sur


El Adelantado Álvaro de Mendaña era un leonés muy capacitado, excelente cartógrafo y hombre de mar que navegó por los Mares del Sur en busca de hacer más grande, si cabe, el Imperio Español.

Álvaro de Mendaña y Neira, nacido en torno a 1542, fue considerado gallego por la historiografía oficial y oficiosa durante unos cien años, pero desde 1992, se sabe que su lugar de nacimiento fue en la localidad leonesa y berciana de Congosto, un pequeño pueblo del Occidente de León, que a finales del siglo XVI alcanza una población de 97 vecinos y de los que el 80 por ciento eran nobles.
Los primeros Mendaña, que se establecen en León, en el siglo xiv, proceden de la Tierra de Zamora; convirtiéndose, a mediados de dicha centuria, en un importante linaje, alcanzando a ser señores de varios lugares. Con el matrimonio de Lope de Mendaña con María Álvarez Osorio, del linaje de los señores de Villalobos, afianzarán su presencia en las tierras maragatas.
En el Libro de Asientos de Pasajeros, en 1563, de la casa de Contratación de Indias, se inscribe como: "Alvaro de Rodríguez de Mendaña, Mozo soltero como de 21 años de edad, natural del lugar de Congosto. Hijo lexitimo de Fernán Rodríguez de Mendaña y de Ysavel de Neyra, Vecinos de dicho Congosto. Nieto paterno de Juan Rodríguez y de María Escobar, vecinos de los barrios, y materno del B(achiller) Ruy García de Castro, y de María de Neyra, vecinos de Villanueva de Valdueza, todos Hijosdalgo notorios de solar conocido.

Álvaro fue protagonista de dos importantes expediciones transpacíficas desde el virreinato del Perú: en la primera descubrió las islas Salomón (1568), en virtud de este descubrimiento obtuvo el título de Adelantado de la Mar del Sur, y en la segunda halló el archipiélago de las Marquesas y las islas de Santa Cruz, donde falleció (1595). Su viuda, Isabel de Barreto tomó entonces el título de Adelantada de la Mar del Sur y se dirigió hacia las Marianas y Filipinas, gracias a la habilidad del gran piloto Fernández de Quirós.


 Fue sobrino de don Lope García de Castro, con quien pasó a Indias cuando éste fue nombrado Presidente de la Audiencia de Lima (Perú) en 1567, un mandato puente entre los virreyes conde de Nieva y Toledo. García de Castro debía llevar instrucciones de enviar una expedición descubridora al océano Pacifico, pues fue una de las primeras cosas que hizo. La puso al mando de su sobrino Mendaña y salió de El Callao el 10 de noviembre del mismo año (1567) con dos naves a bordo de las cuales iban 150 hombres.

Su objetivo era encontrar unas islas a las que, según las leyendas incas, había llegado anteriormente el inca Túpac Inca Yupanqui o bien hallar la tierra austral (Australia) que, según Sarmiento de Gamboa, debía existir en pleno océano Pacífico. Sarmiento iba en el viaje y mandaba la capitana, mientras que como Piloto Mayor iba Hernán Gallego. La expedición navegó con dirección oeste durante mas de dos meses, al cabo de los cuales (15 de enero de 1568) divisó una isla que se bautizó con el nombre de Jesús. Unas semanas después, el 9 de febrero de 1568, encontró otra isla que se denominó Santa Isabel y pertenecía al archipiélago de las Salomón. Gallego construyó un bergantín para explorar las islas próximas, mientras el resto de los expedicionarios trataron de encontrar un buen asentamiento para colonizar y evangelizar a los naturales. No lo lograron, sin embargo, por lo que el único fruto que lograron fue descubrir otras islas del mismo archipiélago, como Ramos, San Cristóbal y Guadalcanal.

El 11 de agosto de 1568, tras seis meses de permanencia en las Salomón, emprendieron el viaje de regreso. Estuvo lleno de dificultades, pues no encontraban vientos favorables, tuvieron una tormenta que separo los dos barcos y además llevaban las naves muy averiadas. Pese a todo alcanzaron la costa mexicana, en una bahía que llamaron Santo Tomás (21 de diciembre), y que posteriormente cambiaría tal nombre por el de Sebastián Vizcaíno. Desde allí singlaron al sur, pasaron por Colima, Acapulco y Realejo (Nicaragua) y llegaron al Callao el 11 de septiembre de 1569 después de haber recorrido más de 27.000 kilómetros. Ya no era Gobernador del Perú García de Castro, sino el Virrey Toledo, que consideró un fracaso la expedición.

Mendaña viajó a España para dar cuenta de sus descubrimientos y Felipe II le nombró Adelantado del Mar Océano y Gobernador y Capitán General de las islas descubiertas, y le autorizó para emprender la colonización (27 de abril de 1574). Volvió al Perú para organizar su segunda expedición, pero encontró muchas dificultades. Al cabo de casi veinte años (ocupaba ya el virreinato el Marqués de Cañete) pudo salir de Paita dispuesto a colonizar las Salomón. Era el 16 de abril de 1595 y llevaba cuatro buques (San Gerónimo, Santa Isabel, Santa Catalina y San Felipe) y casi 400 personas, contando mujeres, niños, criados y esclavos (280 de las cuales eran soldados).




Retrato de  El virrey García Hurtado de Mendoza, IV marqués de Cañete, que ya había sido gobernador de Chile y al que Felipe II eligió para gobernar el más importante territorio de España en América (virreinato del Perú) por su amplia experiencia. 

Su llegada fue decisiva para impulsar el proyecto de Mendaña, ayudado por las dotes de persuasión de Isabel Barreto . 

Ella no sería la única mujer en la expedición, pues un grupo de mujeres iría a bordo de las cuatro naves, ya que entre los objetivos de Mendaña se encontraba la colonización de las Salomón de las que él iba a ser su gobernador.




Llevaba como Piloto mayor al gran marino Pedro Fernández de Quirós, que escribiría la relación de este viaje. A bordo de las naves iban muchas mujeres (ya que iba a establecer poblaciones españolas), entre ellas doña Isabel de Barreto, con la que había contraído matrimonio nueve años antes. Entre los soldados abundaban los revoltosos que habían participado en las guerras del Perú y Charcas y que se unieron a la expedición en busca de nuevas oportunidades. La expedición cruzó el Pacífico y en junio de 1595 llegó a un nuevo archipiélago que Mendaña bautizó como las Marquesas de Mendoza, en honor al nuevo Virrey del Perú. Desde allí puso proas a las islas Salomón, cuando se encaminaba a ellas, encontró las islas de San Bernardino y la Solitaria. Finalmente en septiembre arribaron a las islas de Santa Cruz (unos 500 km. al este de las Salomón). Allí, ante la falta de las riquezas soñadas, aumentó la indisciplina de los soldados, dirigidos por el maese de campo Pedro Marino Manrique, a quien Mendaña mandó matar. Surgió entonces una imprevista epidemia que acabó con muchos de los expedicionarios, entre ellos el propio Adelantado, que murió el 18 de octubre de 1595 después de haber nombrado General de la expedición a su cuñado Lorenzo Barreto y heredera de todos sus bienes y del titulo de Gobernador a su mujer. Lorenzo murió a poco y doña Isabel reclamó su título de Adelantada de la Mar del Sur, que le fue reconocido y que la convirtió en la única mujer que ha tenido tal nombramiento. Afortunadamente el mando efectivo lo llevó Quirós, que emprendió el viaje de regreso. Condujo las naves que quedaban hacia Filipinas, pasó por las islas Marianas y llegó a Manila el 11 de febrero de 1596 y de allí regresaron a México.

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