Desempeñó un papel de relieve en el levantamiento de
Riego. Fue Ministro de Marina en 1836, y nombrado Ministro de Fomento en abril
de 1865. Elegido diputado en 1822 por Cádiz, repitiendo en diez legislaturas
por Cádiz, Pontevedra, Barcelona y Madrid hasta causar baja por fallecimiento.
Antonio Alcalá
Galiano y Fernández de Villavicencio nació en Cádiz, en julio de 1789, y
falleció en Madrid, en abril de 1865. Hijo de Dionisio Alcalá-Galiano, de famillia hidalga, importante científico, cartógrafo y marino muerto
en la batalla de Trafalgar, y de Consolación Villavicencio, de ilustre
alcurnia, hermana de Juan Álvarez de Villavicencio, capitán general de la
Armada y miembro del Consejo de la Regencia (enero de 1812 y marzo de 1813).
Antonio Alcalá-Galiano, Gran Cruz de Carlos III, Diputado, Senador y Ministro
|
Comenzó la
carrera militar pero muy joven se interesó en la política y abandonó dicha
carrera, vinculándose al naciente y pujante liberalismo español. Estuvo en los preparativos del pronunciamiento
de Riego que terminaría llevando al Trienio Liberal (1820 y 1823)*. En este
intenso período Antonio perteneció al grupo de los exaltados y se destacó como
orador en la Sociedad Patriótica de “La Fontana de Oro”, así como en las
Cortes. Fue quien tuvo que proponer la incapacidad del rey Fernando VII cuando
las Cortes se trasladaron a Sevilla en el convulso final del Trienio. Al restaurarse el absolutismo con el
triunfo de los realistas y de los Cien Mil Hijos de San Luis tuvo que marcharse
al exilio. Decidió recalar en Inglaterra y allí comenzó a evolucionar su
pensamiento político. El conocimiento del sistema político inglés de
alternancia entre dos partidos le convenció de la necesidad de moderarse.
Desembarco deFernando VII y su familia en Puerto de Santa María (1-10-1823) |
El duque de Angulema, Luis Antonio de Borbón, fue el
espadón que dirigió a los llamados Cien mil hijos de San Luis, contingente
militar con el que el Congreso de Verona sofocaría el trienio
liberal-progresista en España (1820-1823), para inaugurar el periodo
absolutista del monarca Fernando VII, conocido como La década ominosa
(1823-1833).
Antonio Alcalá Galiano, condenado a muerte bajo la
restauración fernandina, se exilió en Inglaterra hasta 1834 y fue el primer
catedrático de castellano del King's College de Londres. Regresó a España tras
la muerte de Fernando VII, ocurrida el 29 septiembre 1833.
Establecido el
régimen político del Estatuto Real de 1834 se volvió a implicar en política. En
1836 se significó por su firme oposición a las políticas del progresista
Mendizábal. Esa férrea crítica le valió ser nombrado ministro de Marina en el gobierno de Istúriz en mayo de 1836. Al
caer este gobierno se marchó a Francia, regresando en 1837.
Alcalá-Galiano pasó a ser uno de los
máximos líderes del Partido Moderado, junto con Martínez de la Rosa y Toreno. Su pensamiento liberal conservador se reflejó en
las Lecciones de Derecho Político
Constitucional, que dictó en el Ateneo de Madrid y que luego publicó.
Ministro de Fomento (Museo del Prado) |
Alcalá-Galiano
fue, además, un destacado periodista.
Ha dejado escritos políticos, literarios y autobiográficos, entre los que
destacan Recuerdos de un anciano
(1878) interesantes memorias políticas que ayudan a comprender su figura y Memorias (1886), obras fundamentales
para el conocimiento político y social de la primera mitad del siglo XIX, que
se publicaron póstumamente. No menos importante es su prólogo a El moro expósito (1834), del duque de
Rivas, considerado el primer manifiesto del romanticismo español.
Los militares
imponen la constitución a Fernando VII
Fernando VII. Capitán general del ejército |
Durante el siglo
XIX y parte del XX los pronunciamientos militares serán frecuentes en España y
en muchos casos variarán la vida política del país. Uno de esos
pronunciamientos militares contra el rey, que sí que triunfó, fue el de Rafael
de Riego. Este militar asturiano se hallaba con sus tropas en las Cabezas de
San Juan (Sevilla) esperando embarcar rumbo a América para sofocar la rebelión
de las colonias y aprovechando la coyuntura, el 1 de enero de 1820 Riego se
sublevó contra la monarquía absoluta de Fernando VII, y a favor de la
Constitución de 1812.
Tras algunos enfrentamientos entre las tropas de Riego y el sector del ejército que se mantenía del lado de Fernando VII, el monarca comprobó la escasez de aliados, y se comprometió a jurar la Constitución el 7 de marzo de 1820. Fernando VII seguía siendo el rey de España, pero ya no como un monarca absolutista; sino sometido a una Constitución que le dejaba un escaso margen de maniobra.
Tras algunos enfrentamientos entre las tropas de Riego y el sector del ejército que se mantenía del lado de Fernando VII, el monarca comprobó la escasez de aliados, y se comprometió a jurar la Constitución el 7 de marzo de 1820. Fernando VII seguía siendo el rey de España, pero ya no como un monarca absolutista; sino sometido a una Constitución que le dejaba un escaso margen de maniobra.
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