El asentamiento de Tristán de Luna
estuvo habitado en Pensacola (Florida) desde 1559 hasta 1561, lo que supone que aventaja
en seis años al asentamiento de San Agustín, en 1565, por Pedro
Menéndez de Avilés ¡Y al asentamiento inglés de Jamestown (Virginia) en 48
años y a
Plymouth (Massachusetts) en 61!
Estatua de Tristán de Luna en Luna Park, Pensacola |
Tristán
de Luna y Arellano, nacido en. Borobia (Soria) en 1510, también conocido como
Tristán de Arellano, fue un explorador y conquistador español de la familia de Luna. Descendiente de
una familia castellana establecida en las localidades de Ciria y Borobia, y
primo de Antonio de Mendoza, primer
virrey de la Nueva España, y de Juana de Zuñiga, esposa de Hernán Cortés, poco se sabe de él hasta que llegó, alrededor de
1530, a la Nueva España. En 1545 contrajo matrimonio con Isabel de Rojas, viuda
de Juan Velázquez y Francisco Maldonado y heredera de sus fortunas, con la que
tendría dos hijos, y tres años después, en 1548, fue enviado a Oaxaca para
sofocar un levantamiento de nativos. Fue
padre de Carlos de Luna y Arellano, capitán general y gobernador de Yucatán en
1604.
Acompañó
a Francisco Vázquez de Coronado en
la expedición que éste emprendió, en 1540, al norte de México en busca de
Cíbola y las siete ciudades de oro. Al inicio del viaje tuvo el grado de
capitán de caballería (maestre de campo) y al final de la expedición fue
ascendido a Teniente General. La expedición partió de la población de
Compostela (Nayarit) y en la población de Culiacán (Sinaloa) fue dividida en
dos, la más lenta viajaba con indios a pie, ganado y abastecimientos, en tanto
la otra, más ligera, viajaba a caballo. Tristán de Luna fue nombrado segundo al
mando de la avanzada, que dirigía Vázquez de Coronado. La expedición terminó en
fracaso.
Virrey de Nueva España Don Luis de Velasco
|
En 1557 el segundo virrey de Nueva España, Luis de Velasco, le encarga una expedición a Santa Elena, en la actualidad Tybee (Georgia), en la costa atlántica de los actuales Estados Unidos para establecer un puesto avanzado. Partió hacia el destino con el título de gobernador de la Florida, al mando de 500 soldados y 1.000 colonos. En agosto de 1559 llegó a la bahía de Pensacola, donde fundó la ciudad de Santa María, que fue al poco tiempo destruida por un huracán. Relevado del cargo, se le ordenó volver a España a dar cuenta de sus actos. Regresó a América y murió en Ciudad de México el 16 de septiembre de 1573.
El
poblado fundado por Tristán de Luna se inscribe en una página fundamental de la
colonización de Norteamérica por los españoles. Al descubrimiento de Florida
por Juan Ponce de León en 1513 y su segundo viaje en 1521, le siguió una serie
de trágicas expediciones, como la de Lucas Vázquez de Ayllón en 1526, que llegó
a establecer un precario asentamiento en lo que ahora es Georgia, o las de
Pánfilo de Narváez en 1528, y Hernando de Soto, entre en 1539 y 1540. Pero
ninguna logró fijar un núcleo de población que permaneciera más allá de unos
meses.
En
cambio, el de Tristán de Luna sobrevivió
entre 1559 y 1561 pese a las dificultades. Su expedición había partido de
Veracruz (México) con once naves y 1.500 personas a bordo, entre soldados,
colonos, esclavos e indios. Bautizado como Santa María, el nuevo poblamiento
suponía el primer intento serio por España de adueñarse de la costa norte del
Golfo de México. Pero al mes de llegar, un devastador huracán hundió parte de
la flota y acabó con los víveres. Dos años después, aquel incipiente poblado se
acabó desmantelando.
*Pensacola es un lugar relevante para la
historia española en Norteamérica por otro motivo. Aquí se libró de marzo a mayo de 1781 una
batalla decisiva para que España recuperase la Florida de manos inglesas, pero
también para la independencia de Estados Unidos, ya que fortaleció a los
rebeldes, quienes a través del rió Misisippí y del puerto de Nueva Orleans
pudieron abastecerse. El autor de esa victoria fue Bernardo de Gálvez,
gobernador de la Luisiana española,
La
expedición de Tristán de Luna y Arellano parte, el 11 de junio de 1559, desde
San Juan de Ulúa (Veracruz) para llegar a las costas de Florida un mes más
tarde, el 12 de julio de 1559, cerca de la isla de Santa Rosa. A finales de ese
mes, al pasar por la bahía de Pensacola, la flota llega a la bahía Filipina, en
la que descargan los caballos que sobrevivieron a la travesía para viajar por
tierra de vuelta a Pensacola, a la que llegan el 14 de agosto de 1559 y se
reencuentran con la flota. Una vez allí, seleccionan un lugar para construir el
asentamiento (Santa María de Ochuse) y descargaron el contenido de los barcos,
proceso que les llevó cinco semanas.
En
septiembre de 1559, un destacamento de exploración de 200 hombres enviados
tierra adentro descubre una gran ciudad indígena llamada Nanipacana siguiendo
el curso del río Alabama unas cuarenta leguas tierra adentro. Permanecieron
allí y enviaron la noticia a Santa María de Ochuse.
En diciembre de 1559, llegó la primera flota de suministros desde San Juan de Ulúa. A mediados de febrero de 1560, Luna y la mayor parte de los colonos restantes de mueven tierra adentro por rutas terrestres y fluviales hacia Nanipacana, dejando cerca de un centenar de hombres en Santa María de Ochuse.
A principios de abril de 1560, de Luna envió una flotilla de cuatro barcos, desde Nanipacana, río Alabama arriba, que regresó a los 22 días tras haber viajado entre 60 y 70 leguas. La siguiente misión se asignó al sargento mayor Mateo del Sauz el 15 de abril de 1560: con 200 hombres bajo su mando abandonó Nanipacana y se dirigió hasta llegar a la provincia de Coosa (Georgia) en busca de suministros. La falta de éstos llevó a los colonos a abandonar Nanipacana y regresar al abrigo de la bahía el 24 de junio de 1560. A finales de julio de 1560, los colonos regresan a Santa María de Ochuse. Una segunda flota de suministros llega ocho días más tarde, ocasión que algunos colonos aprovechan para regresar a San Juan de Ulua.
Pero estos reveses no desalentaron a Tristán de Luna, que envió a 50 hombres el 10 de agosto de 1560 en dos fragatas hacia La Habana, con objeto de establecer un asentamiento temporal en la Punta de Santa Elena (Isla de Parris, Carolina del Sur).
A finales de agosto de 1560, el destacamento de Sauz acompaña a un grupo de guerreros Coosa en una incursión contra una provincia rebelde, la de Napochin (cerca de Chatanooga, Tennessee). El destacamento del sargento mayor regresa a Santa María de Ochuse desde el territorio de los Coosa en noviembre de 1560.
En diciembre de 1559, llegó la primera flota de suministros desde San Juan de Ulúa. A mediados de febrero de 1560, Luna y la mayor parte de los colonos restantes de mueven tierra adentro por rutas terrestres y fluviales hacia Nanipacana, dejando cerca de un centenar de hombres en Santa María de Ochuse.
A principios de abril de 1560, de Luna envió una flotilla de cuatro barcos, desde Nanipacana, río Alabama arriba, que regresó a los 22 días tras haber viajado entre 60 y 70 leguas. La siguiente misión se asignó al sargento mayor Mateo del Sauz el 15 de abril de 1560: con 200 hombres bajo su mando abandonó Nanipacana y se dirigió hasta llegar a la provincia de Coosa (Georgia) en busca de suministros. La falta de éstos llevó a los colonos a abandonar Nanipacana y regresar al abrigo de la bahía el 24 de junio de 1560. A finales de julio de 1560, los colonos regresan a Santa María de Ochuse. Una segunda flota de suministros llega ocho días más tarde, ocasión que algunos colonos aprovechan para regresar a San Juan de Ulua.
Pero estos reveses no desalentaron a Tristán de Luna, que envió a 50 hombres el 10 de agosto de 1560 en dos fragatas hacia La Habana, con objeto de establecer un asentamiento temporal en la Punta de Santa Elena (Isla de Parris, Carolina del Sur).
A finales de agosto de 1560, el destacamento de Sauz acompaña a un grupo de guerreros Coosa en una incursión contra una provincia rebelde, la de Napochin (cerca de Chatanooga, Tennessee). El destacamento del sargento mayor regresa a Santa María de Ochuse desde el territorio de los Coosa en noviembre de 1560.
En diciembre de 1560 llega una tercera flota desde San Juan de Ulua, así como una cuarta a principios de abril de 1561. En ambos casos, muchos colonos optaron por abandonar Santa María de Ochuse, a lo que se suma la llegada en esa cuarta flota del capitán Ángel de Villafañe con orden de reemplazar a Tristán de Luna como gobernador de la colonia. De Luna recibe su licencia y permiso para regresar a España junto a la mayor parte de los colonos restantes llevados por la flota de Villafañe a La Habana, y sólo quedaron unos 50 o 60 hombres en Ochuse, bajo el mando del capitán Biedma.
En mayo de 1561, las fuertes tormentas destruyen el asentamiento y hunden dos fragatas, forzando a Ángel de Villafañe a evacuar y abandonar el asentamiento. A finales de agosto del mismo año, tras desembarcar a los evacuados en La Española y Cuba, regresa a Santa María de Ochuse a recoger a los últimos soldados restantes para llevarlos de vuelta a San Juan de Ulua.
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