Venció al todopoderoso contraalmirante
inglés Nelson, defendiendo Tenerife de su feroz ataque, en clara desventaja de
hombres y armas en 1797.
Antonio Gutierrez de Otero y Santayana nació en Aranda de Duero (Burgos) en mayo de
1729 en el seno de una noble familia burgalesa, formada por don José Gutierrez (militar)
y doña Bernarda González Varona, ambos naturales de Aranda de Duero.
Desde
muy joven, con solo 7 años, ya ingresa en el Regimiento de Milicias de Burgos
donde se instruye en el arte militar. Con 14 años, en 1743, sale con dicho
Regimiento hacia Italia con el grado de Teniente de Milicias, donde permanece
hasta la finalización de la guerra de Sucesión austriaca (Paz de Aquisgrán
1748).
En
1753 ingresa en el ejército regular como Teniente del Regimiento de Infantería
de Mallorca con el que permanece en diversos lugares de la geografía española
hasta que, ya con el grado de Teniente
Coronel, marcha para América en 1765, permaneciendo en Montevideo más de 7 años
donde participó en varias operaciones, destacando por su valor e iniciativa en
todas ellas.
Por
ello en 1770 el Capitán General de Montevideo, D Francisco Bucareli y Usúa, le
designa como jefe de las tropas expedicionarias de desembarco, pertenecientes
al Regimiento de Mallorca, que derrotaron
a los Ingleses en la Gran Malvina, Puerto Egmont, y como un precedente de
lo que ocurrió en Tenerife en 1797, permitió la salida de las tropas inglesas
con honores. Este hecho sería la primera gran victoria de Antonio Gutierrez
contra los ingleses. La capitulación fue firmada el 10 de junio de 1770 en
Puerto Egmont por los comandantes ingleses Guillermo Maltby y Jorge Falmer y
los jefes españoles Capitán de Navío Juan Ignacio de Madariaga y Coronel
Antonio Gutierrez y Otero
En
1772 regresa a España ya con el grado de Coronel
y el cargo de sargento mayor del Regimiento de Mallorca, donde permanece hasta
1775 en que se incorpora, con el Regimiento Inmemorial del Rey, a la triste
expedición de Argel, donde demuestra
sus magistrales dotes de mando, pero es herido gravemente en la cabeza. En esta
operación coincide con Bernardo de
Gálvez que también resultó herido.
Ya
en el empleo de brigadier participa en el asedio de Gibraltar y además formó
parte en 1781 de las fuerzas embarcadas que se dirigieron a Menorca para su recuperación, que se
logró el 6 de enero de 1782, fecha que
sirvió para instituir la Pascua Militar. Este hecho sería su segunda gran
victoria sobre los. Gracias a los méritos contraídos, se le nombra en 1783
gobernador de la plaza de Mahón y Comandante Militar de Menorca y,
posteriormente, ejerció el cargo de Comandante
General de Baleares desde 1787 hasta 1790.
En octubre de 1790 asciende a mariscal
de campo y es nombrado Comandante General de las Islas Canarias y Presidente de
la Audiencia, con sede en Santa Cruz
de Tenerife, “por el grande mérito y buenas circunstancias que concurren en
este oficial”. El día 30 de enero de 1791 llegó a la isla de Tenerife y se dio
a conocer al Mariscal de Campo don José de Avellaneda, tomando posesión del
mando al día siguiente y, gracias a la experiencia adquirida en otras campañas,
Gutierrez reorganiza las escasas y poco preparadas fuerzas a sus órdenes y
prepara concienzudamente la defensa de las islas.
Horacio Nelson |
Tras la declaración de guerra a
Inglaterra en 1796, ocurre en
Tenerife una de las páginas más gloriosas de nuestra Patria: la victoria del
General Gutierrez contra la escuadra de Horacio
Nelson el 25 de julio de 1797, donde perdió su brazo derecho, que le
tuvieron que amputar. El escudo de Tenerife, para eterna memoria de las gestas
de sus defensores, incluye el león inglés tres veces decapitado: en 1657 contra
Blake, en 1706 contra Jennings y en 1797 contra Nelson, y el título de INVICTA.
Pocas semanas antes,
el 5 de junio de 1797, el almirante inglés Jerwis había ordenado a su flota
suspender los bombardeos de Cádiz y retirarse. No había logrado sus objetivos y
estaba sufriendo demasiados daños por la firme resistencia de sus defensores y
de la flota española allí concentrada, dirigida por el teniente general de la
Armada José de Mazarredo.
Jerwis dirigió
entonces su atención hacia Tenerife enviando a su segundo en el mando, el
contralmirante Horacio Nelson, con su capitana Theseus y otros tres navíos,
tres fragatas, un buque rápido Cutter Fox y la bombardera Rayo, capturada a los
españoles en Cádiz.
A lo largo de la costa
de Santa Cruz de Tenerife había 16 con 96 cañones en total. El teniente general
Antonio Gutiérrez de Otero y Santayana está al frente de las tropas del
archipiélago y cuenta con un contingente de unos 1.700 hombres.
Durante los días 21 al
25 de julio de 1797 la isla se vio atacada por una escuadra británica mandada
por el contralmirante Horacio Nelson, formada por nueve navíos y fragatas y un
total de 3.700 hombres armados como tropas de desembarco, que pretendía la
conquista de la isla. Canarias prácticamente carecía de unidades militares, por
lo que la defensa corría a cargo de milicias formadas por los propios vecinos.
A pesar de las escasas defensas, las milicias bajo el mando de Gutiérrez
repelieron el asalto. La escuadra británica sufrió un total de 226 muertos y
123 heridos, y los españoles tan solo 23 fallecidos y 40 heridos.
Esta
era la segunda vez que Nelson era derrotado por los españoles tras la campaña
en 1781 de Matías de Gálvez en el Rio San Juan de Guatemala y también era la
tercera gran victoria de Antonio Gutierrez sobre los ingleses.
Su
Majestad el Rey lo asciende, confiriéndole además la Encomienda de Esparragal en la orden de Alcántara. Murió –soltero– el
14 de mayo de 1799 fue sepultado en la capilla del Apóstol Santiago de la
parroquia de la Concepción de Santa Cruz de Santiago de la Laguna.
Todas sus acciones, tanto en Europa,
como en África y América, contribuyeron de una manera muy importante a
debilitar el poder inglés, con lo que se aceleró la independencia de Estados
Unidos.
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