Miembro del Consejo y de la Cámara de
Castilla. En 1633 defendió los intereses españoles ante el Papa Urbano VIII en
relación con las regalías. En 1640 interviene en Roma para que el Nuncio no
reconociera el nuevo Reino independiente de Portugal.
De 1643 a 1648 fue Presidente del
Consejo de Castilla, órgano consultivo del Rey. Por último fue también Alcaide
de la fortaleza de Mijas.
Juan
Chumacero Carrillo y Sotomayor nació en Madrid en noviembre de 1580. Hijo de
Don Francisco Chumacero y Sotomayor, natural de Valencia de Alcántara (Cáceres),
que en el mismo año de 1580 era Ministro del Consejo y Cámara de Castilla. Su
madre fue Doña Catalina Carrillo Lasso de la Vega., natural de la ciudad de
Málaga, la misma en la que contrajo matrimonio. Su familia tenía participación
en el gobierno del puerto de Málaga en temas relacionados con la exportación.
Estudió
leyes en Salamanca, donde el año 1605 fue elegido Colegial del Viejo de San
Bartolomé, en donde se graduó de Licenciado en Leyes, y desempeñó las Cátedras
de Código, Volumen y Vísperas de Leyes. En 1613, por orden del rey Felipe III
asistió á la elección que se pretendía hacer en el Colegio Mayor de San
Ildefonso de Alcalá, y con su prudencia y autoridad se redujeron a paz y
tranquilidad los Colegiales que andaban inquietos.
En
julio de 1614 se le nombró Oidor de
Granada, de donde fue promovido á Fiscal
del Consejo de Ordenes con el Hábito de Santiago por Decreto hecho en
Madrid á 11 de enero de 1620. A los dos años ascendió a plaza de Consejero; y
en este tiempo sirvió de Fiscal en las causas de los duques de Lerma, Uceda y
Osuna.
En
1626 pasó a Fiscal del Consejo Real
con voto y título de Consejero, y en 15 de marzo de 1631 fue nombrado miembro del Consejo y de la Cámara de
Castilla.
El
año 1633 pasó á Roma como Embajador
Extraordinario ante el papa Urbano VIII, en compañía de Fray Domingo
Pimentel, Obispo de Córdoba, á los negocios tan importantes que entonces se
ofrecieron sobre los agravios que se padecían por los excesos de la Dataría, en
las expediciones de Bulas de Pensiones, Beneficios, Coadjutorías, Reservas y
Dispensaciones. En esta ocasión procedió con mucho valor y entendimiento y, en
particular el año de 1640, cuando habiéndose levantado el Duque de Braganza con
el Reino de Portugal, envió a Roma por su Embajador a dar la obediencia á su
Santidad a D. Miguel de Portugal, Obispo de Lamego.
Cuando
Juan Chumacera supo de su venida, se puso á los pies del Pontífice, y con
razones eficaces le propuso el gran inconveniente que seria admitir al Obispo
como su Embajador, y así logró que solo entrase en la ciudad como Prelado
particular Escribió allí diferentes discursos sobre materias importantísimas a
la Corona de España, cuyos derechos en diferentes controversias defendió con
elocuencia y erudición singular.
El
año 1643 volvió á España, y en marzo se le nombró Presidente del Supremo de Castilla en propiedad, en reemplazo de Diego
de Castejón, Obispo de Lugo, nacido en el mismo año y parroquia que Juan
Chumacero. Sirvió este empleo durante cinco años, hasta el 27 de Julio de 1648,
en que abandonó el cargo.
Felipe
IV le propuso entonces tres mercedes para que eligiese una de ellas, que fueron:
el Obispado de Córdoba, plaza de
Consejero de Estado, ó título de Castilla: y escogió esta última por haber
agregado á su mayorazgo la Villa de
Guaro*, la Alcaldía de Mijas, junto á Málaga, de cuya fortaleza llegó a ser
alcalde, y el Patronato de la Capilla Mayor de los Carmelitas Descalzos de
Madrid, y S.M. vino en ello conservándole los honores de Presidente.
Casó
con Doña Francisca Salcedo, natural de Medina del Campo (Valladolid), hija del
Consejo Real Diego Salcedo, y de Juana Calderon, naturales de Soria, que murió
en 21 de enero de 1629 en la parroquia de San Andrés, y dejó tres hijos, que fueron
Diego Joseph, Teresa y Juana. Juan Chumacera permaneció viudo el resto de su
vida, que fue ejemplar de virtudes en medio de tantos empleos y negocios como
manejó; y los 12 años últimos los dedicó solo á Dios, escribiendo varias obras
a lo largo de su vida, destacando su Memorial
á Urbano VIII sobre los excesos que se cometían en Roma contra los
naturales de España.
Falleció en
24 de Junio de 1660, cerca de los 80 de edad.
* Guaro pasa a ser villa en 1641
mediante el privilegio que le concede Felipe IV, quien, al mismo tiempo, crea
el Condado de Guaro, concediéndole el título a don Juan Chumacero Sotomayor y
Carrillo Lasso de la Vega, caballero de la orden de Santiago, en el día 8 de
septiembre de 1648, por Real Despacho de 28 de septiembre de 1648.
GUARO:
De la villa del mismo nombre, partido judicial de Coín.
ARMAS: Escudo cortado: primero de oro y 2.º de azur, y brochante sobre
todo. Un animal rampante, con cuello largo, cabeza de caballo, cuerno de cabra
y cola de león y con los colores del uno en el otro. Fuente:
Diccionario de Heráldica de Fernando González Doria.
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