Adelantado y conquistador español que
participó en la conquista de Cuba, en la exploración por Juan de Grijalva del
golfo de México y de las costas de Yucatán, y en la conquista del Imperio
azteca dirigida por su paisano Hernán Cortés.
Muy tenerario, puede considerársele como conquistador en Cuba y en México, así como de
gran parte de América Central —Guatemala, Honduras y El Salvador— y pudo
haberlo sido también del Perú, pero se le adelantó Francisco Pizarro.
Pedro
de Alvarado y Contreras nació en Badajoz en 1485. Sus padres fueron don Gómez
de Alvarado, de rancio abolengo montañés (Santanderino / Merindad de Trasmiera) e hijo
de un comendador de la Orden de Santiago en Hornachos, y de doña Leonor de
Contreras, de noble familia extremeña. Contrajo matrimonio con Francisca de la
Cueva, sobrina del duque de Alburquerque, y cuando ésta murió, se casó bajo dispensa papal,con la hermana, doña Beatriz de la Cueva. Era
hidalgo pero de escaso patrimonio, así que marchó a Sevilla y desde muy joven
se empleó en actividades de riesgo con las que se ganaba la vida. Con el
tiempo, llegaría a ser nombrado Caballero de Santiago.
Pedro de Alvarado, luciendo la cruz de Santiago |
En
1510, a la edad de 25 años llegó a La Española, junto a sus hermanos y varios
de sus numerosos primos, acompañando al virrey Diego Colón. Desde 1513, a las órdenes de su tío Diego
Velázquez, participó en la conquista de Cuba, jugando un papel destacado por su entrega, pero será cuando Cortés lo
reclute cuando el aventurero mostrará lo mejor y lo peor de su carácter. Hernán
Cortés y Pedro Alvarado compartían un origen y se entendían pero eran
esencialmente dos personas opuestas.
En 1518, acompañó a Juan de Grijalva en
la exploración de las costas de Yucatán y el Golfo de México, en la que se produjo el descubrimiento de Cozumel. En
1519, se convirtió en lugarteniente de Hernán Cortés en la Conquista de México
y juntos llegaron a Tenochtitlán en noviembre del mismo año. En 1520, cuando
Cortés regresó a la costa para enfrentarse a Pánfilo de Narváez, que tenía
órdenes de deponerle del mando y apresarlo, Pedro de Alvarado cometió abusos y crímenes contra los aztecas (al
sospechar una traición, su desconfianza le llevó a protagonizar los sangrientos
sucesos, en los que se ensañó con los aztecas llegando a pasar a cuchillo a más
de un millar), lo que provocó un gran levantamiento indígena y la matanza de españoles
en la retirada de la Noche Triste (30 de junio de 1520). Acompañó a Cortés en
la reconquista de Tenochtitlán, obtenida en agosto de 1521, por la que recibió
las más grandes encomiendas de México. Visto su ardor en el combate*, Cortés le
dio permiso para conquistar Guatemala, hacia donde partió con un gran ejército
de infantes y jinetes, secundados por un millar de indios calúas.
En poco más de seis meses derrotó a las tres grandes estirpes de Centroamérica, dejando a su paso sangre y discordia. Posteriormente, tras la conquista de Guatemala y El Salvador, acompañó a Hernán Cortés en la conquista de Honduras, incluyendo una parte del territorio de la actual Nicaragua. El 25 de julio de 1524 fundó Santiago de los Caballeros, luego llamada Antigua Guatemala.
Pedro de Alvarado en batalla contra los indígenas guatemaltecos |
En poco más de seis meses derrotó a las tres grandes estirpes de Centroamérica, dejando a su paso sangre y discordia. Posteriormente, tras la conquista de Guatemala y El Salvador, acompañó a Hernán Cortés en la conquista de Honduras, incluyendo una parte del territorio de la actual Nicaragua. El 25 de julio de 1524 fundó Santiago de los Caballeros, luego llamada Antigua Guatemala.
Escudo de la ciudad de Santiago de los Caballeros |
*Su actuación resultaría muy destacada en todas las batallas que hubieron de sostener los españoles contra los indígenas. Tabasco, Centla y Ulúa, fueron lugares donde comenzó a admirarse el valor de Alvarado. Cuando se firmó la paz con los tlaxcaltecas, se casó con una princesa, hija del cacique Xiconténcatl, bautizada como Luisa Xiconténcatl, con quien tuvo dos hijos, Pedro y Leonor, quien años más tarde se casó con Pedro Portocarrero, y tras enviudar, con el duque Francisco de la Cueva.. Debido al color rubio de sus cabellos, los indios comenzaron a llamarle Tonatiuh, el Sol.
En 1527, con fama bien ganada, regresó a España y, protegido por Francisco de los Cobos, el emperador
Carlos V lo nombró gobernador, capitán general y adelantado de Guatemala –más de lo
que conseguiría nunca Cortés de Nueva España–, adonde regresó acompañado de su reciente esposa Francisca, que no pudo soportar
la dureza del viaje y falleció al poco de poner pie en Veracruz. Fue encarcelado por Nuño de Guzmán, presidente de la Audiencia de México, y luego liberado ante el anuncio de la vuelta de Cortés y ganar los pleitos interpuestos.
Fundo
el Puerto de Iztapa en el Pacífico Sur de Guatemala donde construyo una flota. En
1534, encabezó una expedición para conquistar el Perú, donde se sabía había los
fabulosos tesoros del imperio Inca. Tras una larga y fatigosa expedición por la
selva ecuatoriana llegó a las proximidades de Quito, sólo para enterarse de que Francisco Pizarro se le había
adelantado. Perdida la gloria de la conquista vio al menos la oportunidad del
negocio y vendió el servicio de sus
tropas, caballos y barcos a Diego de Almagro (y Belalcazar), que ya se encontraba en esa
parte del territorio, previo pago de cien mil pesos de oro, según cita Francisco
López de Gómara, en su Historia General de las Indias, regresando a su
jurisdicción en Guatemala.
Pedro
de Alvarado pensó en organizar una nueva expedición, ésta vez a las islas
Molucas. Mientras le llegaba el permiso real, sufrió “juicio de residencia” (Guatemala / 1536-1538) que
terminó en forma favorable a sus intereses, y recibió una petición de socorro
por parte de Andrés de Cereceda, gobernador interino de Honduras, por lo que
Pedro abandonó de inmediato sus proyectos y partió en ayuda de su amigo a
Honduras, donde fundaría las villas de San Pedro de Sula y Gracias a Dios.
Hacia
1537 volvió a España y se le confirmó la gobernación de Guatemala por siete
años, otorgándosele, también, una
capitulación para que explorara las costas occidentales de México e ir a las
islas del Poniente (las Molucas), en una gran expedición a su costa y para
la que se asoció con el virrey de Nueva España, Antonio de Mendoza y Pacheco;
también se le reconoció el gobierno de Honduras, con facultad de permutarlo con
Francisco de Montejo por el de Chiapas. En España contrajo nuevo matrimonio, el 9 de agosto de 1538, con doña Beatriz de
la Cueva, su cuñada, llamada la “Sin Ventura”, pues enviudó al año de
casada y falleció tan solo un año después, regresando a América en 1539.
en 1540, con
tres navíos, 300 soldados y numeroso séquito, llegó a Puerto de Caballos
(Honduras) en abril de 1539. El virrey Mendoza, por su parte, organizó varias
expediciones sin contar con su socio Alvarado, hasta que un acuerdo entre ambos
llevó a la organización de una expedición por el Pacífico en busca de nuevos
territorios.
Pero
mientras se preparaba la expedición, en 1541, tras recibir noticia del virrey,
acudió en su auxilio para sofocar una revuelta de indígenas en Nueva Galicia y lideró la
represión contra los rebeldes caxcanes y chichimecas. El gobernador Cristobal de Oñate le había solicitado ayuda y durante un combate en Mixtón (en Nochistlán, cerca de Guadalajara, hoy
estado de Jalisco), Pedro de Alvarado fue arrollado por un caballo en
estampida y tras agonizar algunos días falleció, tras el desafortunado
accidente y haber testado, en la Villa de Guadalajara (Nueva España) el 4 de julio de 1541.
Bernal
Díaz del Castillo lo describe así: Alvarado tenía buen cuerpo y era muy
activo, de buenos modos y trato y siempre estaba sonriendo. Era gran jinete,
gustaba de vestir bien; usaba una cadena pequeña con una joya y usaba un anillo
con un buen diamante. Pero hablaba demasiado y era muy tramposo en los juegos.
Para saber más: VIDA Y MUERTE DE PEDRO DE ALVARADO
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