Verdadero iniciador de la filología
hispánica, creó una importante escuela de investigadores y críticos. Fue
discípulo de M. Menéndez Pelayo en la universidad de Madrid, donde se doctoró
en 1893. Miembro de la Real Academia desde 1902, presidió esta institución a
partir de 1925.
Nacido en La Coruña, el 13 de marzo de 1869, fue bautizado en la Iglesia Parroquial Colegiata de
Santa María del Campo de la Coruña con los nombres de Ramón Francisco Antonio
Leandro. Era el tercer hijo del magistrado Juan Menéndez Fernández Cordero (linaje hidalgo),
natural de Pajares (Asturias), y de Ramona María Pidal Sánchez, natural de
Villaviciosa (Asturias). Tuvo por hermanos a Luís (gran pintor*) y a Juan (que fue director del Archivo Histórico Nacional).
Cuando contaba trece meses su padre se trasladó a Oviedo, destituido como magistrado por no jurar la constitución de 1869; en esta ciudad vivió hasta los siete años, cuando su padre fue rehabilitado en el cargo y destinado a Sevilla y, más tarde, a Valladolid.
Cuando contaba trece meses su padre se trasladó a Oviedo, destituido como magistrado por no jurar la constitución de 1869; en esta ciudad vivió hasta los siete años, cuando su padre fue rehabilitado en el cargo y destinado a Sevilla y, más tarde, a Valladolid.
Los Pidal eran un antiguo linaje de Asturias, con casa solar en la parroquia de San Félix de Oles, perteneciente al ayuntamiento y partido judicial de Villaviciosa, algunos de cuyos miembros ya figuran como hidalgos en el padrón del año 1601.
A
los diez años su familia se traslada a Albacete, ciudad a la que había sido
destinado su padre como magistrado; más tarde a Burgos (donde falleció su padre
en 1880) y, finalmente, en 1883, la familia se traslada a Madrid, donde reciben
el apoyo y la protección de los primos de su madre (fallecida en 1896), Luis Pidal
y Mon, Toisón de Oro y segundo marqués de Pidal, y Alejandro; ya en Madrid,
decide estudiar Filosofía y Letras, aunque por imperativo familiar se vea
obligado a cursar a la vez la carrera de Derecho. En Madrid fue discípulo de Marcelino Menéndez Pelayo y, en 1899,
obtuvo la cátedra de Filología Románica de la Universidad Central de Madrid.
Al primer período de su formación le
llamó Ramón Menéndez Pidal “su castellanización”, según escribió Carmen Conde
en 1969, porque sus amigos se burlaban de los asturianismos de su habla.
En 1900 se casó con María Amalia Vicenta Goyri, la primera mujer que
hizo estudios oficiales y los terminó en la Facultad de Filosofía y Letras
(1896), con la que tuvo tres hijos: Ramón, muerto en 1908 en la casa de El
Paular (Madrid), Jimena y Gonzalo. En su viaje de novios ambos descubrieron la
persistencia del Romancero español como literatura oral y empezaron a recoger
muchos romances en sucesivos viajes por tierras de Castilla la Vieja. Electo
para la Real Academia Española en 1901, su maestro Menéndez Pelayo pronunció su
discurso de acogida.
*Retrato de Alfonso XIII, por Luís MP |
A
través del Centro de Estudios Históricos (fundado en 1910) y de la Revista de
Filología Española (1914) propició el surgimiento de una nueva generación de
investigadores como Américo Castro, Dámaso Alonso o García Solalinde.
Menéndez Pidal incorporó a los estudios lingüísticos y literarios los métodos comparatistas e historicistas europeos, con lo que sentó las bases de la moderna filología hispánica y se convirtió en uno de los más prestigiosos romanistas de la época. Con La leyenda de los infantes de Lara (1896) inició sus trabajos sobre épica española primitiva, labor continuada con una serie de ensayos sobre el Poema del Cid, editado por él entre 1908 y 1911, y con obras como La epopeya castellana a través de la literatura española (1910) y La Chanson de Roland y el neotradicionalismo (1959). Su aprecio por la figura de Rodrigo Díaz de Vivar, en consonancia con los autores de la Generación del 98, lo llevó a escribir La España del Cid (1929), en la que manifestó su dimensión de historiador.
Aportación fundamental a la ciencia
filológica fue su Manual elemental de gramática histórica española (1904), reeditado numerosas veces, en el que
despliega sus vastos conocimientos paleográficos con extraordinario rigor.
Asimismo investigó los romances castellanos en Flor nueva de romances viejos
(1928), Romancero hispánico (1953) y Cómo vive un romance (1954).
Otros
textos notables son Poesía juglaresca y juglares (1924), Orígenes del español
(1926), La idea imperial de Carlos V (1938), La lengua de Cristóbal Colón y
otros ensayos (1942), España, eslabón entre la cristiandad y el Islam (1956) y
El padre Las Casas y su doble personalidad (1963).
Sufre una trombosis en 1965, de la que nunca se recuperó por completo, y fallece
en Madrid, el 14 de noviembre de 1968, contando 99 años de edad.
La Historia de España de ramón Menéndez Pidal fue publicada por la editorial Espasa Calpe. Esta obra
elaborada en 42 tomos en 65 volúmenes que inicio en 1935 el historiador, y que dirigió, a partir de 1975, José María Jover Zamora, habiendo colaborado y aportado más de 400 autores españoles y extranjeros, hasta que se cerró en el año 2004.
La obra abarca 53.000 páginas que incluyen 20.000 ilustraciones. Según ha expresado Guadalupe Gómez Ferrer, catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid: la obra se ha distinguido por haber involucrado a un amplio espectro de autores de la "máxima calificación científica" independientemente de su escuela de formación, orientación ideológica y por ser un "puente entre generaciones".
Para saber más: Ramón Menéndez Pidal
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