Ceremonia
del Cuerpo de la Nobleza de Madrid por su patrón San Ildefonso, en el Real
Monasterio de la Encarnación
Caballeros y Damas del RCNM |
El
Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid es una corporación nobiliaria española,
fundada por Carlos III en 1782, e históricamente bajo la protección y tutela de
la Corona. En la actualidad. en términos generales, para ingresar, el
postulante debe presentar expediente donde justifique la nobleza de sus dos
primeros apellidos, paterno y materno (los grandes de España ingresan
directamente y los títulos del Reino sólo deben probar la nobleza por línea
agnada).
Caballeros
y Damas del RCNM
El
Real Monasterio de la Encarnación acogió, el pasado sábado 26 de enero, a las
18 horas, con ocasión de la festividad de San Ildefonso, arzobispo de Toledo,
patrono del Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid, la ceremonia de ingreso de
nuevos Caballeros y Damas en el Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid, que
prestaron juramento ante el presidente de la institución, D. Juan Pelegrí y
Girón, Vizconde de las Torres de Luzón.
La ceremonia concluyó con un solemne acto religioso y estuvieron representadas numerosas Instituciones y Corporaciones
Nota:
Según los Estatutos sancionados por la Junta General de 19 de abril de 1786 y
por el Real y Supremo Consejo de Su Majestad el 27 de mayo de 1791, podían
pertenecer al “Estado de Caballeros Hijosdalgo de Madrid” (más tarde, Real Cuerpo
Colegiado de Hijosdalgo de la Nobleza de Madrid y que, en junio de 1968, pasó a
tener su denominación actual RC NM) los nobles, caballeros e hidalgos
previamente recibidos como tales por el Ayuntamiento, tras las pruebas de la
calidad de su linaje paterno que, entre otros fines, desearan colegiarse en
aquél para desempeñar los principales cargos del Concejo madrileño. Primitivamente se ingresaba con el solo
documento justificativo, expedido por el Ayuntamiento de Madrid, de estar
empadronado como noble.
Sello
del Cuerpo colegiado de caballeros hijosdalgo de la villa de Madrid (1840),
Archivo de la Real Chancillería de Granada
Madrid,
por su condición de “patria común”, se mantuvo como una behetría sin distinción
de nobles y plebeyos durante la mayor parte de la Edad Moderna. Esta falta de
alicientes motivó que una gran parte de los nobles allí residentes, incluidos
los miembros de la alta nobleza, no señalase su calidad. Esta situación de
indistinción continuó hasta 1783,
cuando
el Consejo de Castilla concedió licencia al Estado de Caballeros Hijosdalgo o
Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid para celebrar sus juntas, convirtiéndose
así en un referente para todos aquellos que deseasen codearse con la élite social
capitalina.
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