miércoles, 22 de mayo de 2019

Antonio Raimundo Ibáñez. Comerciante, industrial, marqués de Sargadelos



Comerciante e industrial, especialmente conocido por crear la fábrica de cerámica de Sargadelos, modelo del primer capitalismo industrial en España. 

Impulsó el comercio, base de su fortuna personal, tanto por mar como en el interior de la península Ibérica, de lino y alcohol, al mismo tiempo que gestionaba varias minas; impulsó el enciclopedismo e introdujo desde Europa varias innovaciones tecnológicas importantes para sus fábricas.


Antonio Raimundo Ibáñez Gastón de Isaba y Llano Valdés, nació en la aldea de Santa Eulalia de Oscos (Asturias), el 17 de octubre de 1749, en el seno en una familia hidalga de escasos recursos. Era hijo de Sebastián Ibáñez Llano y Valdés, escribano en los Oscos, con residencia en Santa Eulalia, y de María Antonia Cayetana Álvarez Castrillón. Recibió su formación en la propia casa familiar, para pasar después a educarse en el cercano monasterio de Vilanova de Oscos.

Desde joven se dedicó al comercio, realizando importantes negocios de importación y exportación con las Indias que le reportaron numerosos beneficios. En 1770 entró en la casa de Guimarán de Ribadeo, al servicio de la familia de Bernardo Rodríguez-Arango, de los que llegó a ser administrador general, ocupándose de las actividades comerciales que la casa realizaba: aceite, vino, aguardiente, hierro y lino, llegando incluso a hacerse armador de buques para controlar el transporte de mercancías y así, en 1784, junto al potentado José de Andrés García, funda la Real Compañía Marítima para comerciar con el norte de Europa (Rusia y Países Escandinavos).

Su retrato, atribuido a Goya
Con base en Ribadeo, donde llegó en 1768, impulsó la industrialización de la zona, creando la primera siderúrgia integral de España. El proyecto, que empezó tropezando inicialmente con muchas resistencias (la principal, de la curia de Mondoñedo, se pone finalmente en marcha en 1791, año en el que una cédula Real autoriza el proyecto que se desarrolla velozmente, el complejo industrial de Sargadelos. En él instalará una herrería y una fábrica de fundición de hierro colado, dotada de un horno alto al carbón vegetal, y más tarde una fábrica de loza de concepción moderna que, apoyada en la excelente calidad de los caolines de la zona, acabaría convirtiéndose en la más importante de España durante el siglo XIX.

Desde 1794, y por un período de 45 años, la fundición de Sargadelos trabaja casi exclusivamente para el Estado, suministrándole material bélico, principalmente municiones de cañón, por lo que es distinguida como Reales Fábricas, con personal militarizado y acuartelado en instalaciones propias. Entre 1804 y 1807 se sitúa el nacimiento de la fábrica de cerámica para producir "loza tipo Bristol", como el mismo Ibañez manifiesta, fábrica que pasó a representar el primer establecimiento evolucionado de este sector en España introduciendo, entre otras cosas, el decorado mecánico y la loza estampada.



Durante la Guerra de Independencia Española, los numerosos enemigos políticos y económicos de Ibáñez provocaron su linchamiento en Dompiñor, bajo la acusación de «afrancesado», el 2 de febrero de 1809, animando a la población a asaltar y saquear su casa, en la que decían había numerosos tesoros.

Casa natal -museo- del marqués de Sargadelos

El capitalismo que introdujo en la zona no gustaba a la nobleza ni al clero, era un sistema económico nuevo que dio lugar a la burguesía y a la clase trabajadora. Fueron cambios demasiado fuertes que acabaron injustamente con su vida.

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