viernes, 14 de junio de 2019

Francisco de Medina Carranza. Maestre de Campo


Militar, conde de Hust, señor del Sacro Romano Imperio, General de los Reales Ejércitos del rey don Felipe III. Caballero de Santiago.

Francisco de Medina Carranza nació en Lucena (Córdoba), hidalgo de sangre, hijo de Antonio de Medina Carranza y de doña Leonor Guerrero.


Su linaje parece que es montañés, procediendo los Carranza del lugar de Villamezán, a media legua de la villa de Medina de Pomar, ambos en la actual provincia de Burgos. En aquella localidad existía desde antiguo la Casa Solar de Carranza, de la que fue señor a comienzos del siglo XVI García Sánchez de Carranza. Como era costumbre en la época, los hijos segundones quedaban desposeídos del grueso de la herencia, transmitiéndose el solar y los bienes vinculados al primogénito, lo que explica el desplazamiento de los menos favorecidos hacia otras tierras (el Sur, o emigrar a América), creando nuevas líneas del linaje, que fue el caso de Francisco Sánchez de Carranza, hermano menor del citado señor, quien se avecindó primero en Medina de Pomar, y por esta procedencia fue conocido también con el apellido de Medina, naciendo así el compuesto Medina-Carranza. Éste casó en Lucena con Juana Ruiz Hurtado, miembro de una familia local de pecheros que tenía como mayor gloria el descender del regidor Martín Hurtado, que pasó a las crónicas por ser quien capturase en 1483 al sultán granadino Boabdil –el rey Chico– en la batalla de Lucena. Su hijo, Antonio de Medina Carranza, casó con doña Leonor Guerrero, acaso su parienta, como hija de Gonzalo Pérez Hurtado y de Isabel de Mesa, todos lucentinos. De ellos nació nuestro personaje, don Francisco de Medina Carranza, que casaría con Magdalena Basta, natural de Bruselas y de noble linaje flamenco (II condesa de Hust). El hijo de este matrimonio, Ambrosio Jorge de Medina y Basta, casó con su parienta doña Ana Francisca de Robles y Guzmán, hija de doña Francisca Mancisidor y de don Alejandro de Robles y Liedekerque, conde de Annapes.

Francisco luchó cuarenta años seguidos, tanto en Italia como en Flandes, en el Palatinado y en Francia, pasando desde la categoría de soldado a la elevadísima de maestre de campo general, alcanzando sucesivamente todas las intermedias. Sus méritos le convirtieron también en gobernador de varias plazas fuertes de la región del Rhin, entre ellas la de Rimberque. También, participó en el Sitio de Breda.


Hombre de confianza de la Corte, fue enviado como embajador extraordinario a Dinamarca en 1617, visitando de forma parecida la Corte Imperial en 1619. Gracias a sus proezas consiguió no sólo los cargos militares y los gobiernos de plazas ya comentados, sino que, al menos de forma honorífica, formó parte del Consejo de Guerra, así como fue nombrado caballero de la orden de Santiago.

En 1630 el militar flamenco conseguía convertirse en señor de la villa de La Zubia, una importante población de la Vega de Granada, muy cercana a la capital, de la que hasta ese momento había dependido. Ya anciano se aprestó a combatir en Portugal contra la posible acción enemiga en la costa. Marchando a obedecer la orden regia, y habiendo llegado ya a Lisboa, murió el 8 de octubre de 1630.

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