martes, 4 de agosto de 2020

Regla Manjón Mergelina. Erudita, coleccionista de arte, benefactora y mecenas. Condesa de Lebrija



Académica de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, nombrada Hija Adoptiva y Predilecta por el ayuntamiento de Sevilla. Rehabilita a su favor, por Real Decreto de 28 de octubre de 1912, el título de condesa de Lebrija, que había solicitado a Alfonso XIII.


Regla Manjón Mergelina nació en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), el 26 de octubre de 1851, en el seno de una familia hidalga hacendada. Su padre, Pedro Manjón y Fernández de Valdespino, nacido en 1803 y fallecido en 1865. Hidalgo en alistamiento de Sevilla en 1824, fue caballero de la Orden de Calatrava (Exp. 220, año 1853) y maestrante de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, fue alcalde de Sanlúcar en 1838 y estuvo vinculado al Partido Moderado, repitiendo como diputado a Cortes en varias legislaturas hasta ser nombrado senador vitalicio en 1863. Su madre, Leona de Mergelina y Gómez de Barreda, nacida en 1822, contrajo matrimonio en 1845 y se inició como empresaria bodeguera en unión de su marido. Su abuelo paterno, Pedro Manjón Miconi, fue comisario de marina.

Casa familiar en Sanlúcar



Aunque pertenecientes a familias ajenas al sector bodeguero y a cualquier otra actividad comercial, Pedro y Leona deciden invertir en el negocio más extendido entre la burguesía local y crean una firma vinatera a la que comercialmente se conocerá por el nombre de “Bodegas Manjón”. Al quedar viuda continuaría al frente de la que llegaría a ser una de las más importantes bodegas sanluqueñas cuyos vinos se comercializaban de forma indistinta bajo las denominaciones "Viuda de Manjón" o "Leona Mergelina”. Cuando Leona de Mergelina fallece en Sevilla el 23 de marzo de 1900, a los 77 años, su hija Regla Manjón, condesa de Lebrija, viuda de Federico Sánchez Bedoya, se hizo cargo del negocio de vinos que pasaría a llamarse “Regla Manjón, Viuda de Sánchez”. A la muerte de ésta, en 1938, “González Byass”, adquiere gran parte de ella, incluyendo la marca de manzanilla “El Rocío”. 


 Su hermana María Eduarda, V marquesa del Valle de la Reina, fue abuela de Rafael de León, poeta y letrista de muchas de las más famosas canciones populares españolas del siglo XX, entre ellas Tatuaje, Ojos verdes o María de la O. Su hermano Juan Manjón Mergelina, sería el IV Marqués de Méritos, casado con María de la Concepción Zaratiegui y Zulueta.

En 1895 contrae matrimonio en su localidad natal con Federico Sánchez Bedoya (1844-1898), hombre de fortuna, culto y conservador -perteneció al Partido Liberal Conservador durante la Restauración, fue diputado a Cortes por Sevilla, así como vicepresidente del Congreso, y  gobernador civil de Madrid-, y pasa a vivir a la ciudad de Sevilla, donde desarrolla una gran actividad cultural y de mecenazgo, especialmente interesada en la historia y la arqueología.

Federico Sánchez Bedoya
Durante su matrimonio llevó una vida más atenta a la actividad pública de su marido, siendo a partir de su viudedad cuando, careciendo de hijos, se vuelca en su pasión por el coleccionismo. Así, en 1901 adquiere la casa-palacio de la calle Cuna, paralela a la calle Sierpes, que posteriormente ampliaría con propiedades adyacentes, comprando el primero de los mosaicos romanos procedentes de Itálica que pavimentan en la actualidad casi la totalidad de su planta baja. Hasta 1914 fue completando su casa, dejando siempre a disposición de los investigadores el estudio de las distintas piezas y colecciones adquiridas, generosidad que le valió a la Real Academia de las Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, en 1918, a nombrarla académica de número, siendo la primera y única mujer en muchos años en la institución.

El actual palacio de Lebrija comienza a construirse como casa señorial con el estilo propio del siglo XV, la fachada es de estilo sevillano realizada en el mismo siglo, entre los siglos XVIII y XX es remodelado y ampliado. En sus orígenes esta casa perteneció a la familia Paiba, posteriormente fue propiedad de los condes de Corbos y los condes de Miraflores. En el año 1901 pasa a ser propiedad de Regla Manjón Mergelina, que lo restaura y acondiciona para albergar su valiosa colección de antigüedades, para lo que contó con la colaboración del arquitecto José Sáez y López. Como apasionada por la arqueología decidió adornarlo con piezas que aparecieron en terrenos de su propiedad, así como otras colecciones que compraba a comerciantes de antigüedades. Abierto al público como museo desde 1999.

Con el tiempo fue convirtiendo esta casa en un museo y en un archivo. Su biblioteca, en parte donada a la Universidad de Sevilla, refleja su amor por los libros. Con frecuencia presidía, convocaba o asistía a actos benéficos y acudía a numerosas audiencias reales, participando en la vida social y cultural de la ciudad.



En 1920 fue elegida académica correspondiente de la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y desde 1922 formó parte de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de Sevilla.

Además de su actividad en la defensa y difusión del patrimonio artístico de Sevilla, emprendió una admirable labor caritativa, especialmente entre los años 1904 y 1937, a beneficio de los niños abandonados, obra que le fue reconocida en 1938 por la Diputación Provincial de Sevilla.

A partir de 1916 fue también vicepresidenta de la Junta de la Lucha Antituberculosa, contribuyendo a la fundación del sanatorio antituberculoso de El Tomillar, en Dos Hermanas, recibiendo en ese mismo año del ayuntamiento de Sevilla el nombramiento de Hija Adoptiva y Predilecta de la ciudad.

Con motivo de la Guerra de África se ocupó en una intensa tarea para recaudar fondos y trabajando en favor de los hospitales militares en 1921, año en el que el rey Alfonso XIII le otorgó la Gran Cruz de la Beneficencia.

Falleció en Sevilla, el 19 de febrero de 1938 y su memoria, junto a la de su marido, se recuerda en el Panteón de Sevillanos Ilustres, situado en la cripta de la iglesia de la Anunciación de Sevilla.

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