Duquesa de la Victoria (I) y condesa de Luchana (I), princesa de Vergara. Dama de Honor de la reina Isabel II y de la reina María de las Mercedes. Dama de la Real Orden de la Reina María Luisa. Esposa de Espartero.
Dª Jacinta Martínez de Sicilia y Santa Cruz, por José Madrazo, 1840. |
La muerte prematura de sus progenitores hizo que se quedara a cargo de su abuela materna, Guadalupe Ruiz de la Cámara, y de su tía Josefa Martínez de Sicilia, que fueron quienes se ocuparon de su educación. Su infancia y adolescencia transcurrió por las calles del Casco Antiguo logroñés; en una casa de la calle Rúavieja, conocida actualmente como "La Reja Dorada".
En septiembre de 1827, Jacinta contrajo matrimonio con el entonces brigadier del Ejército Baldomero Espartero, 18 años mayor que ella, en la Colegiata de Santa María la Redonda. Tras una larga luna de miel de cuatro meses en París, fijaron su residencia de nuevo en Logroño, en la casa-palacio que hoy alberga el Museo de La Rioja. En la bodega de esta casa y en otras también propiedad de Jacinta, a partir de 1852, Luciano Francisco Ramón de Murrieta, marqués de Murrieta, íntimo amigo de Espartero, a petición de éste, empezó a elaborar un vino excelente, iniciándose así uno de los más famosos vinos de La Rioja.
Baldomero Espartero |
El ascenso político de Espartero fue meteórico, llegó a presidir el Consejo de ministros de España y, aunque Jacnta nunca ocupó ningún cargo y la historia siempre la ha ubicado a la sombra de su marido, su influencia fue fundamental, como demuestran las cartas que Espartero le enviaba durante la Primera Guerra Carlista, en las que le informado de todos los detalles bélicos y le pedía consejos. Fue en esa época en la que Jacinta obtuvo el título de Duquesa de la Victoria cuando el General fue nombrado Duque tras las negociaciones con el general carlista Maroto que llevaron a la firma del Convenio de Vergara que puso fin a la guerra en agosto de 1839.
Armas Grandes de Espartero |
Su papel fue clave en la corte de la reina Isabel II, fundamental en la caída de la Regencia de María Cristina y en el establecimiento de la Regencia de Espartero entre los años 1841 y 1843. Fue en ese periodo en el que se trasladó a la corte. En 1843, tras el pronunciamiento militar liderado por los generales moderados Narváez y Serrano, se vio obligada a exiliarse a Londres con su marido. No regresaron a España hasta seis años después, en 1849.
En sus últimos años, Jacinta Martínez de Sicilia y Baldomero Espartero, ya retirados en Logroño, llegaron a rechazar la corona de España. Falleció en Logroño, sin dejar descendencia, el 3 de junio de 1878. Sus restos reposan, junto a los del General Espartero, en la Catedral de la Redonda de Logroño, en un mausoleo realizado por Juan Samsó en 1888.
Más que consejos, lo que el general le pedía a su esposa era dinero para poder equipar a sus soldados.
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