sábado, 10 de agosto de 2024

Luis de Unzaga y Amézaga. Militar y gobernador en América. Puso nombre a los Estados Unidos

 

Uno de los más fervientes impulsores de la política reformista de Carlos III. Ayudó a lograr la independencia y fue el primero en llamar «Estados Unidos Americanos» a la futura potencia, implantar un sistema educativo público bilingüe y liberalizar el comercio.

Luis de Unzaga Amézaga y Panizo nació en Málaga el 6 de abril de 1717. De ilustre familia de la nobleza, con raíces vascas, granadinas e italianas, era hijo de Francisco Antonio de Unzaga-Amézaga Aperribay (1672-1760), alcaide de la Alcazaba de Málaga y caballero de la Orden de Santiago; nieto del regidor de Bilbao, Tomás de Unzaga Gardoqui (casado con María Antonia Aperribay Mendieta) y biznieto del comisario real y pagador de la Armada, Francisco de Unzaga Beraza; su madre Juana Paniza-Ladrón de Guevara y Fernández -23 años más joven que su marido-, perteneciente a una antigua y conocida familia de Sicilia. Por linea materna, era nieto de Luis de Paniza-Ladrón de Guevara, capitán de las costas de Granada, y tataranieto del filántropo y fundador de escuelas en Lombardía, Luigi de Paniza. Fue sobrino del marqués de Riscal de Alegre y cuñado del también malagueño Bernardo de Gálvez, puesto que éste último se desposó con Felicité Saint Maxent, hermana de Isabel, esposa de Luis.



Con sólo 13 años, siguiendo el ejemplo familiar, ingresó como cadete en el Ejército. Como militar participó en el frente americano de la guerra de los Siete Años. En 1763, tras el final de la guerra, Francia cedió a España la colonia de Luisiana, según lo establecido en los tratados de Fontainebleau (1762) y París (1763). La llegada del nuevo gobernador español Antonio de Ulloa provocó una rebelión entre los colonos franceses, descontentos con la cesión del territorio a España. En 1769 Unzaga, con el rango de coronel, acompañó al mariscal de campo Alejandro O'Reilly a Luisiana con la misión de sofocar la rebelión. Tras la partida de O'Reilly en 1770, Unzaga quedó como gobernador y presidente del cabildo de la colonia, cargo que ocupó hasta 1777.  
 

Casa solariega titulada Unzaga, en el valle de San Román de Oquendo (Álava, País Vasco). El mariscal Luis de Unzaga, como heredero, el 6 de diciembre de 1786 mandó tomar posesión de la ilustre y primitiva casa solariega titulada Unzaga ubicada en este lugar. Además, ordenó establecer su escudo en las propiedades del señorío de Vizcaya; algunas aldeas próximas aún conservan el nombre de Unzaga. Asimismo, la casa de los Unzaga en Éibar, hoy ayuntamiento, fue fábrica de armas, que serían llevadas por su familiar Diego Gardoqui para ayudar al nacimiento de Estados Unidos.

En sus funciones, con el apoyo de la corte de Madrid, ayudó mediante una red de espionaje y militarmente a las Trece Colonias en su lucha contra Gran Bretaña durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.


El 20 de febrero de 1775 se casó en Nueva Orleans (Luisiana) con la criolla Marie Elizabeth de St. Maxent La Roche (1752-1825), segunda hija mayor de Gilbert Antoine de St. Maxent, acaudalado comerciante y oficial militar francés en Luisiana, que había casado con María Elisabeth La Roche Luce. El matrimonio tuvo diez hijos (siete hermanas y tres hermanos. El hecho de que dominase el inglés, además del español y el francés, pudo haber ayudado mucho en las conversaciones con el futuro rey Guillermo IV en La Habana (Cuba)para llegar a ese consenso de la Paz de París.
 
Los franceses bautizaron a Luis de Unzaga “Le Conciliateur”, El Conciliador,
pues siempre medió entre los intereses españoles y franceses.

En 1777 Carlos III ordenó integrar las provincias de Cumaná, Maracaibo, Guayana, Trinidad y Margarita en la Capitanía General de Venezuela, recién creada. El mando de esta capitanía le sería asignado a Unzaga, quien permanecería en el cargo hasta 1782. Durante aquel corto periodo, Luis Unzaga Amézaga aplicó los decretos de libertad de comercio y de supresión del monopolio de la compañía guipuzcoana de Caracas, en 1781.

En mayo de 1782 se le designó como Gobernador y Capitán General de Cuba, en sustitución de Juan Manuel de Cagigal y Monserrate, héroe de Pensacola. Su permanencia en el cargo duró hasta 1785 en que fue sustituido por el Mariscal de Campo Bernardo Troncoso, y a continuación por el Brigadier Domingo Cabello, ambos con carácter provisional, hasta que en ese mismo año tomó la gobernación de Cuba José Manuel de Ezpeleta. Como capitán general de Cuba, en 1783, recibió al príncipe Guillermo, heredero del trono británico, para trazar los términos de la Paz de París, que puso fin a la guerra.

The Birth of Old Glory, que plasma el momento en que se presentó
la bandera de Estados Unidos a George Washington

Los Estados Unidos de América se constituyeron en una nación independiente en 1783
. Con ello se rompieron oficialmente los antiguos lazos comerciales que sostenía Inglaterra con las Antillas inglesas. Así se inició el interés de los Estados Unidos por Cuba y que al poco tiempo desplazaron a España en el control comercial de la Isla. España recuperó las Floridas por medio del Tratado de París de 1783.

Según relata George Washington en 1776, a su edecán Joseph Reed, su hombre de confianza y promotor de la bandera original de los Estados Unidos, acababa de recibir una misiva «muy halagadora» de Unzaga –por aquel entonces gobernador de La Luisiana y cuñado de Bernardo de Gálvez– en la que el malagueño escribía: «He gives me the title of 'General de los Estados Unidos Americanos'». Es decir: «Me otorga el título de 'General de los Estados Unidos Americanos').

Luis de Unzaga regresó a España tras más de 45 años de servicio en el continente americano. Dejó a Bernardo de Gálvez al mando de Nueva España y a José Gardoqui, otro hombre de su confianza, como embajador del país al que dio nombre: los Estados Unidos de América

Necrológica

En 1785 regresa a la Península y es nombrado Comandante General de Tuy.
1788-1789 Comandante General de la Costa del Reyno de Granada.
En 1791 fue promovido a Teniente General de los RR. EE. En situación de Cuartel en Málaga.

De vuelta en Málaga, incentiva su economía al demoler las murallas, aplicar obras en el puerto, comenzar la construcción de la Aduana y dar forma a la Alameda, donde situará su residencia. Caballero de la Orden de Carlos III y comendador de la Orden de Santiago, murió en Málaga, el 21 de junio de 1793.

Para saber más

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