Ocupó el cargo de hermano mayor de la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla en 1763, a la que dedicó gran parte de su vida e hizo grandes donativos para los más necesitados acogidos en ella.
Hijo
de don José Cipriano de Herrera, presidente de la Real Audiencia de Charcos,
Bolivia, y de doña Ana de Morón; contrajo matrimonio con doña Rosa Quijano
Loizaga. Se le devolvió el impuesto de la Blanca de la Carne* como hijosdalgo
notorio e ingresó en la Ilustre Hermandad
de las Doncellas** (fundada en 1521) el año 1769.
*La devolución de la Blanca de la Carne en Sevilla es una de las pruebas nobiliarias andaluzas más características. En Sevilla todos pagaban la blanca de la carne, aunque después los hidalgos que querían hacer valer su derecho, reclamaban esa blanca, y su concesión era una especie de reconocimiento público de sus privilegios. Lo que ocurría era que la nobleza de alto rango despreciaba esa devolución, mientras que los más interesados en que se les reconociese el privilegio eran aquellos cuya condición nobiliaria era menos clara, lo cual dió lugar a innumerables pleitos. Por contra, en Castilla existían carnicerías especiales para hidalgos y ello respondía a la necesidad de satisfacer el privilegio de los nobles de no pagar el impuesto de la sisa (una blanca por cada libra de carne).
**La Hermandad de las Doncellas, fundada por
Micer García de Gibraleón en 1521, situada inicialmente en la Capilla de la
Asunción (ahora Capilla de las Doncellas, también llamada de las Vírgenes.). Su fin no era otro que proporcionar dote a las doncellas “pobres y
honestas” que carecieran de medios económicos a la hora de casarse. Recordemos
que en esos tiempos las mujeres eran “una carga”, por lo que debían compensar
económicamente a sus futuros maridos para poder casarse debidamente.
Miguel de Mañara lee la regla de la "Hermandad de la Caridad” (1681) |
Fue
el desdichado protagonista de un grave suceso acaecido la noche del 7 de mayo
de 1800, cuando asaltaron su casa, el número siete de la calle ancha de San
Martín. Los ladrones robaron cuanto
pudieron y no contento con ello dieron muerte a tan piadoso hombre. Los
asesinos fueron detenidos y ejecutados en la horca, salvo uno de ellos que, por
gozar el fuero de noble, se le dio garrote honroso. Sería enterrado en la
entrada del Hospital de la Santa Caridad, en el mismo lugar que fuera sepultado
el venerable don Miguel Mañara, junto el sepulcro
de su sobrino, don Eusebio Antonio de Herrera, general de los Reales Ejércitos
y gobernador de Sevilla.
Hospital de la Caridad (Sevilla) |
El orador designado para predicar el
sermón fúnebre en las exequias de tan importante personaje fue nada menos que
fray Diego José de Cádiz, quien por
desgracia no pudo cumplir el encargo pues fallecería poco después de la
terrible epidemia de fiebre amarilla que asolaba toda Andalucía por esos días.
Nota: Información extraida en parte de: xyzediciones por Fernando de Artacho
En su lápida sepulcral se lee la siguiente inscripción:
AQUÍ ESPERAN LA RESURRECCIÓN
DE LOS MUERTOS
LAS CENIZAS DEL MÁS TIBIO
CRIADO DE LOS POBRES
E INDIGNO HERMANO DE ESTA
HERMANDAD: RUEGUEN
A DIOS POR ÉL
ES PROPIO DEL BUENO EL
OCULTAR SUS OBRAS CON LA CENIZAS DEL SEPULCRO EL SEÑOR DON ANTONIO DE HERRERA Y
MORÓN QUIEN POR SÍ MISMO DICTÓ EL SIGUIENTE EPITAFIO.
EN EL TIEMPO DE 34 AÑOS QUE
FUE HERMANO MAYOR
DE ESTA SANTA CASA ACREDITÓ,
EL MAS ACTIVO CELO
SIRVIENDO A LOS POBRES CON
LA MÁS FERVIENTE CHARIDAD.
LA QUE RATIFICÓ DEXANDO PARA
SU ALIMENTO UNA COPIOSA DONACIÓN, Y CON SU EJEMPLO UNA PERPETUA EDIFICACIÓN:
MURIÓ EL 9 DE MAYO DE 1800 A LOS 83 AÑOS DE SU EDAD.
R.Y.P.A.
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