martes, 5 de junio de 2018

Antonio Valdés y Fernández-Bazán Ministro de Marina y Cap. Gral. de la Armada. "La bandera de España"


Propuso y logró el cambio de la bandera de la Armada (1785), que con los años llegaría a ser la nacional española actual.
           
De familia noble (Rafaela Ventura Fernández Bazán Ocio y Salamanca, su madre, era hija de uno de los más ricos hacendados de Fuenmayor*), nació en Burgos en 1744 y fallecido en Madrid en 1816. Su padre fue Fernando Valdés Quirós, hidalgo asturiano, nacido en el Palacio Valdés-Bazán, situado en San Román de Candamo, que fue ministro de Hacienda.

*Descendiente de Fuenmayor (La Rioja), siempre se consideró hijo de Fuenmayor, aunque naciera en Burgos Su nombramiento de ministro se celebró con misas y corridas de toros en el pueblo que le nombró hijo predilecto y le recibía en sus visitas con grandes festejos.

Palacio de Valdés Bazán
Palacio barroco de los Fernández-Bazán, siglo XVIII (Fuenmayor)

Escudo en la fallada del palacio
Antonio sentó plaza de guardia marina en Cádiz, el 26 de octubre de 1757; continuó sus estudios, ascendiendo a alférez de fragata el 29 de junio de 1761. Ingresó en la Orden de San Juan (Malta).

Embarcado en el navío “Conquistador”, perteneciente a la escuadra bajo el mando del marqués del Real Transporte, se hallaba en el puerto de La Habana (Cuba) en ocasión del ataque británico de 1762. Desembarcó para la defensa y fue destinado a guarnecer el Castillo del Morro, a las órdenes de Velasco. Mientras se rendía la fortaleza después de morir su gobernador, Valdés pudo retirarse, en un bote, con algunos soldados de marina y artilleros al Castillo de la Punta. Continuó en la defensa de éste hasta que capituló la plaza; fue hecho prisionero por los ingleses y al recobrar la libertad se le destina a Algeciras (Cádiz) en dónde lucha contra los piratas berberiscos.

Continuó desempeñando mandos de navíos, de divisiones y escuadra; siendo ascendido, a los 37 años, a brigadier en fecha 5 de mayo de 1781. Su fama hizo que se le nombrase director de la fábrica de artillería del arsenal de la Cavada, consiguiendo elevarla de su deplorable estado. Se conservaron sus instrucciones para el gobierno y régimen de esta fábrica y de la de Liérganes, esto ocurría en el año de 1783. Cumplió su cometido con tal acierto que al terminar, había sido ascendido a jefe de escuadra, siendo nombrado inspector general de Marina.

Al año siguiente muere el ministro de marina, marqués González de Castejón, secretario de estado y del despacho universal de marina, y es designado para sustituirle con sólo 38 años (marzo de 1793).

Satisfecho Carlos III de su trabajo e inteligencia, le nombra Secretario de Estado (lo que hoy sería ministro de asuntos exteriores) y del Despacho Universal de Indias, por fallecimiento de don Juan Gálvez que lo desempeñaba, cargos que desempeña hasta 1790 y 1795 respectivamente, primero con Carlos III y luego con Carlos IV.

En 1792, terminadas las obras del arsenal de Cartagena, Valdés fue promovido al empleo de capitán general de la Real Armada y al terminarse la guerra con Francia, por la Paz de Basilea el veintidós de julio de 1795, le confirió el rey el Toisón de Oro, la máxima distinción de la monarquía borbónica. Heredero de la obra de Patiño y Ensenada, realizó una extraordinaria labor organizativa —publicó las Ordenanzas de la Armada de 1793— y de fomento de la construcción naval, siendo particularmente destacable el apoyo a los viajes científicos —el de Malaspina entre ellos— y al desarrollo de la hidrografía.

En 1785 presentó al rey varios modelos para la bandera de los buques y Carlos III escogió la roja y gualda, que más recordaba las glorias españolas, desechando "todo perecedero signo de linaje"; se amplió el arsenal de La Carraca y se acometió la construcción de dique; aprobó el proyecto de la nueva población de San Carlos; llevó a efecto el libre comercio con América, con la institución de consulados en las principales capitales, y se creó la Compañía de Filipinas.

estatua de Fernández-Bazán (Fuenmayor)
La invasión napoleónica le sorprende estando ya retirado en Burgos, pero pronto particiò en varias Juntas de Defensa para combatirlos y, finalmente, se traslada a Andalucía, hasta que vuelve a Madrid. Acabada la guerra de Independencia, Fernando VII le recibe en Madrid en 1813 y le repone en su cargo del Consejo Supremo del Almirantazgo y presidente de la Orden de San Juan (de la que era bailio), lo que supone también el de decano del Consejo de Estado y decano del Almirantazgo, muriendo a los 72 años en el ejercicio de tan altas funciones. Recibió también la Gran Cruz de San Hermenegildo.

Antonio Valdés, "inventor" de la bandera española.

Cabe añadir que podemos considerar a Antonio Valdés como el "inventor" de la bandera española actual, ya que durante su mandato, se cambió en los barcos el distintivo blanco propio de los Borbones, que era del mismo color que el usado por los barcos franceses, que tenían la misma la dinastía reinante, e ingleses, cuya bandera es blanca con una cruz roja:

"Para evitar los inconvenientes y prejuicios que han hecho ver la experiencia puede ocasionar la bandera nacional de que usa mi Armada naval y demás embarcaciones españolas, equivocándose a largas distancias ó con vientos calmosos con las de otras naciones he resuelto que en adelante usen mis buques de guerra de bandera dividida a lo largo de tres listas, de las que la alta y la baxa sean encarnadas y del ancho cada una de la cuarta parte del total y la de en medio amarilla, colocándose en esta el escudo de mis reales armas reducido a los cuarteles de Castilla y León con la Corona Real encima; y el gallardete con las mismas tres listas y el escudo a lo largo sobre cuadrado amarillo en la parte superior. Y que las demás embarcaciones usen, sin escudo, los mismos colores, debiendo ser la lista de en medio amarillo y del ancho de la tercera parte de la bandera y cada una de las restantes partes dividida en dos listas iguales, encarnada y amarilla alternativamente...

Señalado de mano de S.M.
En Aranjuez a veinte y ocho de Mayo de mil setecientos ochenta y cinco. El Almirante Don Antonio Valdés"

Los doce bocetros presentados a Carlos III
Para diseñar esta nueva bandera, que fuera visible en la lejanía, el ministro consultó a varios expertos y organizó una especie de concurso, en el que resultó elegido un diseño basado en el de la antigua bandera del reino de Aragón. Modificando esta bandera se crea una nueva compuesta de tres listas (la central, amarilla, de doble ancho y dos rojas) para los buques de guerra y otra de cinco franjas (la de en medio amarilla y más ancha que las demás) para las demás embarcaciones (marina mercante), siendo aprobadas en el Real Decreto de 28 de mayo de 1785.


Con el paso del tiempo la primera de ellas se convertiría en la Bandera de España aunque no fuese oficial hasta 1843, con Isabel II (Real Decreto del Gobierno provisional de 13 de octubre de 1843*), y que ha permanecido más o menos constante con el paréntesis del periodo de la segunda república, cuando se cambió el color de la franja inferior por el morado (considerado erróneamente) del antiguo reino de Castilla para que la bandera no representara sólo a uno de los dos principales reinos que se integraron para formar España.

El decreto expone la necesidad de suprimir las diferencias entre la bandera nacional y las particulares de los cuerpos del Ejército, y añade que "las banderas y estandartes de todos los cuerpos e institutos que componen el Ejército, la Armada y la Milicia Nacional, usarán iguales en colores a la bandera de guerra española, y colocados éstos por el mismo orden que lo están en ella".
De este modo, la bandera rojigualda pasaba de ser exclusiva de la Marina de Guerra a ser común para todas las fuerzas armadas, a la vez que recibía el reconocimiento oficial de bandera nacional.

La Constitución Española de 1978, estableció, en su Artículo 4º. 1: "La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas", mientras que la aprobación, el 5 de octubre de 1981, del nuevo modelo de escudo supuso la culminación del proceso que ha dado forma a la enseña que actualmente representa a la nación española.

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