X Correo Mayor de las Indias, I duque de San Carlos
y grande de España de primera clase, fue el único criollo americano en recibir
la grandeza de España
El
correo marítimo entre la Península y las Indias en los primeros años de la
conquista y colonización de América supuso un quebradero de cabeza para la
monarquía castellana. Las noticias llegaban solo cuando alguna expedición
llegaba a las primeras ciudades construidas por los conquistadores españoles, y
podían pasar meses y meses para llegar a recibir noticias nuevas.
El
correo marítimo no solo era un medio de comunicación sino también de gobierno y
control de la corona castellana en las Indias. De la Península a las Indias, el
correo estaba regulado y funcionaba bien, pero en dirección inversa era caótico
ya que su recogida y posterior distribución dependía del barco que viajaba a
Sevilla o a Cádiz. Bajo esta condición numerosos envíos se perdían o no eran
entregados correctamente, afectando a los asuntos y negocios de los interesados.
Así se detalla en la Real Cédula de 14
de mayo de 1514:
“[…] pero por lo que viene de las dichas Indias y
tierra firme, como se encomienda a personas que no tienen cargo ni cuidado
dello, ni son obligados a dar cuenta ni razón alguna, ha auido y ay muy malos
recaudos en las cosas y despachos que de las dichas Indias y tierra firme vienen
a muchas personas a quien toca, han recibido y reciben mucho daño, y como es
tan grande las distancias de alla aca no se puede después remediar, porque
passa mucho tiempo, y antes que se sepa es perdido el negocio […]”
En
tal situación, el rey regente Fernando
el Católico, por incapacidad de su hija Juana, decidió zanjar este asunto y para solucionarlo y tratar de
mejorar el correo creó mediante la ya citada Real Cédula el cargo de Correo
Mayor de Indias. Nombró para dicho cargo, de forma perpetua, a Don Lorenzo
de Galíndez de Carvajal y sus sucesores, con sede Lima. A partir de este
momento todo el correo entre la Península e Indias sería regulado por esta
familia, tratando de controlarlo y velar por su eficacia.
Lorenzo Galindez de Carvajal nació en Plasencia el 23 de diciembre de 1472. "Hizo sus estudios en la Universidad de Salamanca, y fue su principal materia la Jurisprudencia; graduóse de licenciado y pasó a ser catedrático de Prima de leyes en dicha Universidad". En el año de 1949 fue nombrado por los Reyes Católicos oidor de la Cancillería de Valladolid, y posteriormente fue elevado al consejo debido a sus aciertos
Lorenzo Galindez de Carvajal nació en Plasencia el 23 de diciembre de 1472. "Hizo sus estudios en la Universidad de Salamanca, y fue su principal materia la Jurisprudencia; graduóse de licenciado y pasó a ser catedrático de Prima de leyes en dicha Universidad". En el año de 1949 fue nombrado por los Reyes Católicos oidor de la Cancillería de Valladolid, y posteriormente fue elevado al consejo debido a sus aciertos
Desde los tiempos
de Carlos V, los mayorazgos de la familia Carvajal y Vargas, estancieros en
Itata y vecinos de Concepción (Chile), eran Correos Mayores de Indias. El
privilegio real, concedido por Fernando el Católico a Lorenzo Galíndez de
Carvajal, se mantuvo en su familia por 255 años y nueve generaciones. Buscando
estatizar el servicio, que no estaba bien atendido, Carlos III convino con
Fermín Francisco Carvajal y Vargas, quien ostentaba el Mayorazgo hacia 1760, la
desvinculación del cargo hereditario, a cambio del ducado de San Carlos y otras
prebendas.
Para
mejorar el servicio de correo, aparte de la creación del Correo Mayor, también
se aprobaron legislaciones incluidas dentro del Reglamento General de Indias
que trataban de adaptar su funcionamiento a las circunstancias del momento. El
monopolio de este servicio en manos de una sola persona trajo problemas de
corrupción y malos usos, al igual que ocurría cuando dicho correo se
centralizaba en algún cargo político como podía ser un virrey, un gobernador o
un corregidor, por ello Carlos I, el 11 de enero de 1541,
liberaliza el correo por completo, mediante una orden dada en Talavera:
“Que los que llevaren de estos reynos cartas o
despachos dirigidos a residentes en las Indias, los den o remitan libremente a
quien los hubiese de recibir, y no tengan obligación a manifestarlos ante
ningún gobernador, ni Justicia…”
Aún
así, a pesar de las regulaciones, desregulaciones, control y legislación no había
mucha confianza en este servicio y se acostumbraba, para los asuntos
importantes, enviar varias copias de la misma carta y por distintas rutas. Su
transporte era realizado por los llamados buques de aviso, pequeños y ligeros,
y que normalmente no tenían permiso para llevar ni pasajeros ni carga para no
obstaculizar ni retrasar los envíos.
Sello conmemorativo de la Real Ordenanza de 1777 |
Durante
los siglos XVI y XVII el servicio de correos tuvo un funcionamiento aceptable,
a pesar de la lentitud lógica de la época, y no fue hasta el siglo XVIII en que
Carlos III creó la Real Ordenanza del
Correo Marítimo el 26 de enero 1777, un verdadero cuerpo de ley que reunió
las distintas leyes, ordenanzas y normativas creadas a lo largo del tiempo. En
estas circunstancias se produjo la renuncia de Fermín Francisco de Carvajal
Vargas, que fue el último Correo Mayor.
El tema fue llevado al cine en 1942, por Egdar Neville: La esposa del Virrey del Perú se embarca en España para reunirse con su
marido, pero durante la travesía se enamora del capitán del navío... Un velero holandés encuentra, empotrados en un iceberg, los restos de un
Correo de Indias español. En el registro efectuado por los holandeses
en el barco, hallan dos cadáveres abrazados y un diario de a bordo, que contará la historia de amor entre ellos.
Y, también, a los cuentos
Esta Real Ordenanza confiere la máxima autoridad de los Correos Marítimos y Terrestres al Superintendente General de Correos y Postas con el rango de Primer Secretario de Estado. En esta ordenanza se regulaba y organizaba todo el funcionamiento del correo marítimo así como de los buques que lo transportaban, el nombramiento de cargos y cualquier aspecto del mismo. Los buques de aviso ahora partirían mensualmente desde el puerto de La Coruña con destino a La Habana y Nueva España, y cada dos meses partían en dirección a Buenos Aires y Lima.
Para saber más
Fermín Francisco de Carvajal-Vargas y Alarcón, de origen noble, nació en Quilpolemu (Chile) el 27 de diciembre de 1722, siendo el tercer hijo varón de Fermín Francisco de Carvajal Vargas y Alarcón, regidor del cabildo de Concepción, y de Luisa de Alarcón Roa. Falleció en Madrid, el 22 de enero de 1797.
Casó
en la catedral de Lima, el 11 de junio de 1741, con su prima Joaquina Ana
Magdalena Brun y Carvajal, natural de esa ciudad, hija del doctor don Tomás
Brun y Normante, asistente del marqués de Castelfuerte, que ejercía el cargo de alcalde de
corte de la audiencia real de Lima, y de doña Catalina Isidora de Carvajal y
Hurtado de Quesada, marquesa de Monterrico, cuarta condesa del Puerto y tercera
condesa de Castillejo.
Elegido
alcalde ordinario de Lima (1750),
hizo la campaña librada contra los indios sublevados en las serranías de
Huarochirí, como capitán de caballería y a las órdenes de Melchor Malo de
Molina y Espínola.
Viajó
a la Península, donde fue confirmado en el cargo de Correo Mayor de Indias (2
de julio de 1755), ascendido a coronel e investido con el hábito de caballero
de la Orden de Santiago (1757). De regreso a Lima en 1759, ejerció el patronato
de la provincia franciscana, fue nombrado familiar y secretario del Tribunal
del Santo Oficio de la Inquisición (1760 y 1784), y disfrutó de las rentas de su encomienda.
Nuevamente, viajó a España (1768) y
renunció al cargo de Correo Mayor y
sus beneficios; pero, a manera de compensación, obtuvo de Carlos III el
reconocimiento de una renta anual de 14.000 pesos. Pactó con la Corona la
entrega de dicho título, a cambio de hacer uso de él honoríficamente, de varias
rentas en concepto de indemnización, del grado de teniente general de los
Ejércitos y del título de duque de San
Carlos con grandeza de España de primera clase (por Reales Cédulas de 2 de
abril de 1784 y 21 de abril de 1792, respectivamente).
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