Uno de los grandes retratistas del
siglo XVII; amigo del genio Diego Velázquez. Aplicó a sus lienzos el
estilo aristocrático de su forma de vida, captando con elegancia y psicología a
los personajes de la Familia Real y de la Corte madrileña.
En él. la influencia de Velázquez, así como la de Rubens y Van Dyck fue profunda. Carreño Miranda, legó una impresionante colección de retratos, que se hallan en buena parte en el Museo del Prado.
Juan Carreño de Miranda nació, probablemente, el 25 de marzo del año 1614 en Avilés (Asturias), siendo hijo de Juan Carreño de Miranda y Catalina Fernández Bermúdez, naturales del concejo de Carreño en Asturias, hijosdalgo y descendiente de la antigua nobleza asturiana; falleció en Madrid el año 1685 a los 72 años.
En él. la influencia de Velázquez, así como la de Rubens y Van Dyck fue profunda. Carreño Miranda, legó una impresionante colección de retratos, que se hallan en buena parte en el Museo del Prado.
Juan Carreño de Miranda nació, probablemente, el 25 de marzo del año 1614 en Avilés (Asturias), siendo hijo de Juan Carreño de Miranda y Catalina Fernández Bermúdez, naturales del concejo de Carreño en Asturias, hijosdalgo y descendiente de la antigua nobleza asturiana; falleció en Madrid el año 1685 a los 72 años.
En torno a 1625 la familia se trasladó a Madrid, donde estudió con los pintores Pedro de las Cuevas y Bartolomé Román, ambos pintores de la escuela madrileña y fue, también, discípulo de Velázquez. La situación económica familiar atravesaba algunas dificultades según se desprende de los numerosos memoriales dirigidos a Felipe IV por su padre, que, a pesar de su indiscutible origen hidalgo, está documentado en Madrid como mercader de pintura.
Se
especializó en el retrato solemne, muy austero, en tonos pardos y con fondo
neutro, sin detalles ni recreación sobre adornos,fondos de paisaje o demás, y
sin apenas alusiones visibles a la dignidad del retratado, que impone su status
con su pose y su presencia digna. Carreño y Velázquez heredan directamente su
estilo de una Escuela de retratistas muy importante, en la cual participaron
Sánchez Coello y Sofonisba Anguissola. También pintó cuadros de temática
religiosa utilizando un estilo ornamental, de origen italiano, propio del
barroco final, y realizó también varios frescos de asuntos mitológicos. Pintó
unos frescos religiosos en la catedral de Toledo, que hablan el idioma del
Barroco pleno. Estudió la pintura veneciana y las obras de la escuela flamenca,
en especial las de Rubens.
Es
una de las figuras principales del panorama pictórico cortesano de la segunda
mitad del siglo XVII, al que aportó un estilo que mezcla solidez estructural
con un notable gusto por el color, y que tiene como fuentes tanto las obras de
las generaciones de artistas locales precedentes (desde Carducho hasta el
propio Velázquez) como las de algunos de los pintores extranjeros que más
influyeron en el desarrollo del barroco madrileño, con Tiziano, Rubens y Van
Dyck a la cabeza. Su catálogo abarca una notable variedad de técnicas y temas
pictóricos. Fue un más que discreto dibujante, cultivó el fresco y fue autor de
una prolífica producción de pintura sobre lienzo, se especializó en escenas de
carácter religioso y en retratos de personajes pertenecientes por lo general al
medio cortesano. Aunque de origen hidalgo, su imbricación familiar con el medio
artístico fue siempre fuerte, como demuestra el hecho de que fuera sobrino y
yerno de sendos pintores.
Su
formación tuvo como escenarios los talleres de Pedro de las Cuevas y Bartolomé
Román, en Madrid, y su primera obra fechada data de 1646. Desde entonces fue un
pintor muy activo en el medio madrileño, en el que ocupó una posición de
privilegio refrendada no solo por la importancia y variedad de su clientela (la
catedral de Toledo, destacadas órdenes religiosas y notables familias
aristocráticas), sino también por el disfrute de importantes cargos oficiales.
Así, en 1669 fue nombrado pintor del
rey, y desde entonces hasta su muerte dedicó gran parte de sus esfuerzos a la
representación de la familia real y de algunos miembros de la corte. A esta
etapa final de su carrera corresponden los retratos, a los que se liga gran
parte su fama, de Carlos II y de su madre la reina viuda Mariana de Austria,
del embajador de Rusia, Piotr Ivanovich Potemkin, de Eugenia Martínez Vallejo,
vestida y desnuda y del bufón Francisco de Bazán, retratos los tres últimos de
enanos y bufones de la corte tratados con la gravedad y decoro velazqueños.
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