Reformador de la Orden de Nuestra
Señora del Monte Carmelo y cofundador de la Orden de los Carmelitas Descalzos
con Santa Teresa de Jesús. En 1726 fue canonizado por Benedicto XIII y, en
1926, aniversario del comienzo de la Reforma teresiana, fue proclamado Doctor
de la Iglesia Universal por Pío XI. Desde 1952 es el patrono de los poetas en
lengua española.
Juan
de Yepes (nombre secular de San Juan de la Cruz) nació en Fontiveros (Ávila) el
24 de junio de 1542. Su padre, de nombre Gonzalo de Yepes, era de familia hidalga
empobrecida, y su madre Catalina Álvarez –natural
de Medina del Campo donde su padre la conoció ya que trabajaba en un telar y
éste iba con frecuencia a la villa para comerciar–, que era de origen humilde y ¿de ascendencia
judeoconversa?
Contando
seis años de vida se trasladó con su madre y sus dos hermanos a Torrijos (Toledo),
ya que su padre había fallecido y la madre tuvo que ir en busca de su familia
para poder mantener a los niños, pero acabó volviendo a Fontiveros. Posteriormente
la familia se traslada a Arévalo y a Medina del Campo (Valladolid).
A
los veintiún años de edad, ingresa en los Carmelitas de Medina, con el nombre
de Juan de Santo Matía. En 1564 comenzó a estudiar artes y filosofía en la
Universidad de Salamanca, donde conoció, en 1567, a Santa Teresa de Jesús, con
quien acordó fundar dos nuevas órdenes de carmelitas. Su orden reformada de carmelitas descalzos tropezó con la abierta
hostilidad de los carmelitas calzados. Tras enseñar en un colegio de
novicios de Mancera, fundó el colegio de Alcalá de Henares y, más adelante, se
convirtió en el confesor del convento de Santa Teresa.
En
1567 Santa Tersa llega a Medina para fundar el segundo convento del Carmen
reformado, lo que tiene lugar el 15 de agosto. En julio de 1568 Santa Teresa
regresa a Medina, y fray Juan cambia de nombre…, será fray Juan de la Cruz.
Tras
acompañar a la madre Teresa a la fundación en Valladolid, es enviado a Duruelo
a fundar el primer convento de descalzos, lo que ocurrirá el 28 de noviembre de
1568. En junio de 1570 los frailes se trasladan a Mancera. Durante este tiempo
se preparaba una nueva fundación, esta vez en Pastrana y Santa Teresa le manda
allí. Se le considera ya como el maestro espiritual de la reforma. Organiza el
noviciado de Pastrana, establece prácticas, fija un horario, dicta normas y
principios de espiritualidad y de vida común al estilo específico del Carmen.
Fray Juan estará presente también en la fundación del convento de Alba de
Tormes.
En
1571 es nombrado rector del colegio de estudios de Alcalá, y tras un corto
periodo marcha a Ávila. En la década de los setenta surgió una serie de problemas respecto a las competencias y la
autoridad que tenían calzados y descalzos, y para resolverla envían a dos
descalzos a Roma para que se gestione la separación entre ambos, único medio de
salvar al reforma en curso .Se decide además que fray Juan de la Cruz abandone
sus funciones en el convento de la Encarnación de Ávila para no hacer más
sombra a los calzados. A principios de 1576 el padre Valdemoro, prior del
Carmen de Ávila envía a fray Juan de la Cruz y a su compañero a Medina del
Campo en calidad de prisioneros, aunque esta situación no duró mucho.
El
18 de junio fallece el nuncio Ormaneto, el gran protector de la reforma que
había defendido a los descalzos. Fray Juan es detenido y se le somete a juicio
en Toledo; se le insta a que deje la reforma, a lo que se niega, por lo que es
declarado “rebelde y contumaz”. Fray Juan es encerrado en una celda minúscula
durante nueve meses, pero será el periodo más fecundo de su vida, ya que el
fraile asciende hasta Dios, su corazón canta mientras su cuerpo está
crucificado y será en ese lugar donde escriba la mayor parte del Cántico Espiritual. Consigue escapar
del cautiverio y llegar al convento de las descalzas, donde la priora pide
ayuda a Pedro González de Mendoza, canónigo de la catedral y administrador del
Hospital de la Santa Cruz, que ofrece su casa como refugio.
En
la primavera de 1579 pone en marcha una nueva fundación y el colegio de los
descalzos en Baeza. Es durante su estancia en la ciudad cuando comienza a
escribir las obras que en 1926 la valdrían el título de Doctor de la Iglesia. Tras regresar una temporada a Alcalá, se
dirige e Caravaca y a Granada donde ya existían un convento fundado por
descalzos en 1573 y que estaba sin prior. Los frailes eligieron a fray Juan de
la Cruz.
¿Cómo acabó la disputa entre calzados y
descalzos? Finalmente los deseos de Santa Teresa se vieron cumplidos: no sólo
no estarían los descalzos sometidos a los calzados, sino que por decisión del
Papa Gregorio XIII las dos ramas de la Orden, si bien teniendo el mismo
superior general, estarían separadas en España, en provincias independientes
las unas de las otras.
A
primeros de mayo de 1583 se celebra un capítulo general de los descalzos en
Almodóvar. Juan de la Cruz participará en el mismo en calidad de prior de
Granada. El provincial hace la “corrección de los priores” y le reprocha el visitar
poco a los seglares, con el resultado de que cierra una magnífica fuente de
ingresos para el convento.
En
la primavera de 1585 se celebra un capítulo general, en Lisboa, que confirma a
Juan en su cargo de definidor. Y, el 17 de octubre, se convoca otro en
Pastrana. Teniendo
que volver como vicario provincial de Andalucía pero sin dejar de ser prior de
Granada. Tiene bajo su jurisdicción a todos los conventos carmelitas de
Andalucía y a parte de Murcia, por lo que está casi siempre de viaje de un convento
a otro. En 1588 es elegido prior de Segovia y, como en Granada, su gobierno es
enérgico y paternal. Es muy celoso de la disciplina regular y corrige a los que
faltan a la misma.
EL
capítulo de Madrid de 1591 resultó desfavorable para Juan de la Cruz, pues tenía
en contra a un buen número de capitulares, y los que pensaban como él temían la
severidad y el autoritarismo del padre Doria. Juan no fue reelegido, ya no
sería consejero ni definidor. Doria le ofreció ser prior de Segovia, pero éste
no aceptó y fue enviado a Andalucía. Muere en Úbeda el 14 de diciembre de 1591.
Sus libros más importantes, nunca
publicados en vida del religioso, son “Noche Oscura del Alma”, “Llama de Amor
Viva”, “Cántico Espiritual”, “Subida al Monte Carmelo” o “Avisos y Sentencias
Espirituales”.
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