martes, 24 de septiembre de 2019

José de Madrazo y Agudo. Pintor neoclásico. Director del Museo del Prado

Fundador de una estirpe de artistas que protagonizaron brillantemente todo el siglo XIX español, es uno de los grandes nombres del Neoclasicismo español.


Ejerció una gran influencia en la formación de muchas generaciones de pintores en la Academia de San Fernando.

José de Madrazo_autorretrato
Nacido en Santander, el 22 de abril de.1781, en una familia de hidalgos con escasa fortuna, desde los once años acudió a la escuela de Náutica del Real Consulado de Santander. En 1797 se matriculó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde asistió a las clases nocturnas en el tiempo que le quedaba libre de su servidumbre con Manuel Francisco de Cevallos, conde de Villafuertes. Casó con con la italiana Isabel Kuntz Valentini.

Formado en primer lugar con Gregorio Ferro, Madrazo fue agraciado en 1801 con una pensión de Carlos IV para acudir a París por mediación del político Pedro Cevallos. Allí continuaría sus estudios con Jacques Louis David (1748-1825), que le trasmitió su aprecio por el mundo clásico. Junto a este artista permaneció hasta 1803, fecha en la que realizó una de sus pinturas más davidianas, "Jesús en casa de Anás", tan apreciada en la Corte de Madrid que le granjeó una prórroga de su pensión, que disfrutó en Roma, donde entró en contacto con Ingres (1780-1867).

Un año después de su llegada a la Roma pintó "La muerte de Lucrecia", obra también de filiación neoclásica. Allí Madrazo ideó un ambicioso proyecto artístico que consistía en un ciclo de grandes pinturas de la historia antigua, del que sólo llegó a pintar "La muerte de Viriato, jefe de los lusitanos", seguramente la obra más conocida de todo el Neoclasicismo español y que pronto se convertiría en uno de los grandes iconos de patriotismo y libertad.

La muerte de Viriato

En 1808 Madrazo fue encarcelado por su fidelidad a Carlos IV frente a José Bonaparte y, para sostenerse sin la pensión que había disfrutado, se ocupó por entonces de realizar algunos retratos a la aristocracia española e internacional que residía en Roma, aprovechando sus conocimientos de la plástica de Ingres, entre los cuales destaca el de la "Princesa Carini" (Comunidad de Madrid). Todavía en Italia, en 1813, recibió el nombramiento de académico de San Lucas.

En 1818, una vez fallecidos en su exilio Carlos IV y su esposa María Luisa, Madrazo regresó a Madrid como pintor de cámara y académico de San Fernando. A partir de entonces desarrolló una carrera artística vinculada casi en exclusiva al retrato, entre los que destacan "Fernando VII a caballo", de 1821, y "Manuel García de la Prada" de 1827, ya de clara inspiración romántica.

Fernando VII a caballo
Desde su llegada a España comenzó a adquirir una gran relevancia social debido a sus relaciones con el mercado de arte antiguo en nuestro país y en Francia. En la Real Academia, de la que fue profesor de Pintura y director adjunto, llevó a cabo un ambicioso proyecto de renovación docente, que tardaría algunas décadas en lograr llevar a cabo, debido a la oposición de los sectores más conservadores de la institución. Como colofón a su carrera institucional, Madrazo fue nombrado primer pintor de cámara tras el fallecimiento de Vicente López en 1850. En ese mismo año ocupó además el cargo de director del Museo del Prado, puesto del que dimitió en 1857poco antes de su muerte, acaecida en Madrid, el 8 de mayo de1859.

Algunas de sus obras más famosas

Era caballero supernumerario de la Real y Distinguida Orden de Carlos III y regidor perpetuo de la ciudad de Santander desde 1828, comendador de la Real y Americana Orden de Isabel la Católica desde 1833, poseía honores de secretario de la Reina desde 1840 y la Gran Cruz de Isabel la Católica desde 1848.

Condesa de Vilches, por Federico Madrazo
Su hijo, Federico de Madrazo y Kuntz, (Roma, 1815-Madrid, 1894). También fue un afamado pintor. Director del Museo del Prado de 1860 a 1868 y de 1881 a 1894.

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