Desempeñó cargos de importancia durante
el Trienio Liberal. Capitán General de Puerto Rico y Ministro de Guerra en
1836. Senador vitalicio en 1845.
Santiago
Méndez de Vigo y García Sampedro nació en el seno de una vieja familia hidalga
ovetense, en Oviedo el 25 de julio de 1790. Su padre Manuel Gregorio Méndez de
Vigo y Fernández Cueto fue Catedrático de Prima de Cánones en la Universidad de
Oviedo. Casado con Vicenta García Sampedro y Menéndez del Busto, tuvieron diez
hijos. Estuvo casado con Ana Isabel Osorio y Zayas (1791-1870), hija de Manuel
Miguel Osorio y Spinola, VII Duque de Sesto y María de las Mercedes de Zayas y
Benavides, IV Marquesa de Cullera, con la que tuvo tres hijos: Jacobo, que fue
VII Conde de Santa Cruz de los Manueles, Mercedes y Felipe.
Al
igual que él, sus tres hermanos (Pedro, Froilán y Juan) serían distinguidos
militares. El primero y el segundo alcanzarían el grado de Mariscal de Campo, y
el tercero el de Coronel del Cuerpo de Artillería, dando lugar a un ilustre
linaje de militares asturianos que tomaron parte activa en la guerra de la
Independencias y en las contiendas civiles posteriores, llegando hasta las
postrimerías del siglo XIX.
Era
estudiante de derecho canónico en la Universidad de Oviedo cuando estalló la
Guerra de la Independencia en 1808. Dejó la universidad y como capitán del
regimiento de infantería de Covadonga, que
fue el primero que organizó la Junta soberana del Principado, participó en la sangrienta
batalla de Ríoseco y en otras durante la Guerra de la Independencia contra los
franceses.
Durante
el trienio liberal (1820-1823), sirvió en el ejército constitucional. Después de quedar abolido en 1824 el sistema
constitucional, pasó a la situación de licencia indefinida y fijó su residencia
en Sevilla, donde permaneció hasta que en 1832 se le amnistió y destinó al
Regimiento de África.
En
1834, tras la muerte de Fernando VII, alcanzó el empleo de coronel y el mando
del Regimiento de Córdoba. Posteriormente se le promovió a brigadier y comandante general de la Guardia Real por la
regente María Cristina. Al año siguiente se le destinó al Ejército de Aragón. Durante
la primera guerra carlista, el 2 de septiembre estuvo presente en la acción de
Los Arcos, en la que ganó el ascenso a mariscal de campo. Fue nombrado ministro
de la Guerra en 1836, cargo que ejerció brevemente, entre el 8 de junio y el 4
de julio de ese año.
Fue capitán general de Castilla la Vieja (1837), de Extremadura (1838) y de Granada (1840). En 1840 fue diputado a Cortes por Oviedo y Cáceres; apenas pudo asistir al Congreso al ser nombrado capitán general de Puerto Rico (1840-1846), donde llevó a cabo multitud de obras públicas que transformaron la isla por completo. En 1843 fue ascendido a teniente general y se le admitió la dimisión de su cargo, regresando a la Península.
En
1845 fue designado senador vitalicio, cargo que ocupó hasta su fallecimiento. En
1847 se hizo cargo de la Capitanía general de Galicia, y tomo parte en el mes
de junio en la expedición a Portugal. En ese mismo año le fue encomendada la
Capitanía general de Castilla la Nueva. En 1851 volvió a ocupar el cargo
anterior y entre 1852 y 1854 fue consejero de Ultramar. Falleció en Madrid, el 9
de enero de 1860, estando en posesión de las grandes cruces de San Fernando,
San Hermenegildo, Carlos Ill, Isabel la Católica y otras.
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