martes, 24 de octubre de 2017

José Campillo y Cossío. Ministro de Felipe V; Intendente General de la Real Armada



A mediados del siglo XVIII, dirigió la política española con criterios mercantilistas, reflejada en notables mejoras en la gestión de la Hacienda y en una cierta liberalización respecto al comercio con América.

Nació en Alles, (Peñamellera Alta / Asturias*) en febrero de 1693. Hijo de Toribio del Campillo y Mier y Magdalena de Cossío y Mier. De origen hidalgo, pero de poca fortuna, recibió una esmerada educación y a los 10 años ya hablaba latín, y en 1708, tras la muerte de su padre se traslada a Córdoba como paje del prebendo de la catedral Antonio Maldonado, que le hizo estudiar filosofía y teología en el colegio de San Pelayo. Tras abandonar el Seminario, en 1713 entró, tras una breve estancia en Cádiz, en el servicio de Francisco de Ocio, intendente general de aduana, quien en 1717, al ser trasladado a Madrid, le insta a seguir la carrera administrativa en la Marina de Guerra del rey Felipe V, bajo la protección del todopoderoso ministro José Patiño.

En 1726, uno de sus subordinados, el capellán Francisco de Ugarte, le acusa de “leer libros prohibidos, de tener contactos con herejes, opiniones disonantes y profesar el ateismo”. Fue acusado y procesado por herejía por el Tribunal del Santo Oficio de Logroño, resultando absuelto.

A comienzos de 1719 fue destinado a Veracruz y La Habana (Cuba), donde realiza estudios para la construcción de un astillero, y contrae matrimonio con Leonor Ambudioli y Arriola. A su regreso a España, en 1726 trabajó en los astilleros de Santoña y Guarnizo (fábrica de Bajeles de Cantabria) para llevar la contabilidad en reemplazo de Antonio Gaztañeta Iturribalzaga, y en 1728 alcanzó el grado de Comisario Ordenador de Marina.  Hacia 1728, en recompensa por sus servicios, el rey le nombra caballero de la orden de Santiago.

Astillero de Guarnizo (Santander)
En 1733 fue intendente de las tropas españolas estacionadas en Italia, mandadas por el duque de Montemar, cargo que ocupa los cuatro años que dura la campaña hasta 1737, en que regresa a España y se le designa intendente de Zaragoza, donde se dedicó al fomento de diversas obras públicas. Ese mismo año, siendo viudo, contrae nuevas nupcias con María Benítez de Rozas y Drumond, hija de los duques de Castel Blanco y San Andrés. Dos años más tarde, en 1739, fue nombrado Intendente General del Ejército de Aragón y le designaron Secretario de Estado y del Despacho de Hacienda, coincidiendo con el nombramiento como ministro de Hacienda de Fernando Verdes Montenegro, cuyas ideas para levantar la economía eran contrarias a las de Campillo, por lo que éste inicia un duro combate dialéctico contra él, consiguiendo que el rey le nombre a él, ministro de Hacienda. Es durante este tiempo cuando escribe la mayor parte de sus tratados

En 1741 es nombrado secretario de Estado y del Despacho Universal de Marina, Guerra e Indias en sustitución de don José de la Quintana Chavarría, convirtiéndose en el auténtico sucesor de Patiño. Murió en Madrid, en abril de 1743, habiendo alcanzado también el cargo de Consejero de Estado.

*Con José del Campillo y Cossío se inaugura la ilustre galería de los ilustrados asturianos, entre los que destacan como cumbres el marqués de Santa Cruz de Marcenado, Campomanes y Jovellanos. Antes que todos ellos fue Campillo, quien, al igual que Campomanes, ocupó altísimos cargos en el Gobierno de la nación: llegó a ser ministro universal de Felipe V. A diferencia de Jovellanos, cuyo breve paso por el Gobierno sólo le permitió ser un ilustrado teórico, Campillo fue teórico y gobernante, y el más teórico junto con Jovellanos. La profesora Mateos Dorado, editora de algunas de sus obras, observa que Campillo, cuando nació, no era asturiano, ya que Alles era un lugar de realengo del valle de Cueto de Arriba, perteneciente al partido de Laredo, en la provincia de Burgos, del Reino de Castilla la Vieja. En lo eclesiástico dependía del Obispado de Oviedo, y en 1833, con motivo de la reforma administrativa de Javier de Burgos, Peñamellera pasa a ser Asturias. «Así, encontramos que Campillo se convierte en asturiano más de un siglo después de un nacimiento», comenta Mateos Dorado.

José del Campillo realizó, a lo largo de su honesta y exitosa carrera política, un importante trabajo de reflexión intelectual. Sus obras, dedicadas a la reconstrucción política y económica de la monarquía española, más importantes fueron: Lo que hay de más y de menos en España, para que sea lo que debe ser y no lo que es (1741), España despierta (1741) y Nuevo sistema de gobierno económico para América, publicado en 1782, obra en que muestra gran sensibilidad hacia el sufrimiento de los indígenas del Nuevo Mundo y adelanta soluciones a los problemas del comercio americano, aplicadas a partir de 1765, durante el ciclo de reformas borbónicas.

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