Un palacio que fue proyectado por
Francisco Sabatini y realizado durante los años 1779 y 1780 para el marqués de Grimaldi,
que nunca lo ocupó; lo habitó el conde de Floridablanca, lo decoró Manuel Godoy
y en él acabó residiendo el general francés Joaquín Murat, jefe de las tropas
que ocupaban Madrid en mayo de 1808 y que dirigió la labor de sofocar la
revuelta de un pueblo sublevado contra la invasión.
En
el marco de la conmemoración del 40º Aniversario de la Constitución de 1978, el
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, ubicado en el Palacio de Godoy,
un edificio declarado Bien de Interés Cultural con categoría de monumento,
celebró ayer 4 de diciembre una jornada de puertas abiertas, con visitas guiadas
en las que se explicó su historia y funciones, así como la del edificio que lo
alberga.
En
la Plaza de la Marina Española, junto al Senado, se levanta uno de los palacetes más desconocidos
para los madrileños, el Palacio de Grimaldi o de Godoy, que actualmente acoge el
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC).
En
1776 Carlos III encargó al arquitecto Francisco Sabatini la construcción de
este palacio para alojar a los primeros Secretarios del Despacho y sus
correspondientes dependencias administrativas, entendidas como una prolongación
de las existentes en el nuevo y cercano Palacio Real.
El
edificio se construyó sobre un solar perteneciente al Rey y al Conde de Sástago,
lindante al convento y colegio de doña María de Aragón, en la actual plaza de
la Marina Española. Es un edificio de trazas clásicas en la disposición de
vanos y ventanas, cuenta con piso bajo, principal y entresuelo intermedio; en
su interior destaca notablemente la composición de la escalera del vestíbulo
pues consigue un efecto visual que tiende a ampliar el espacio de su alrededor.
Hasta la invasión francesa de 1808 el
palacio realizó las funciones para lo que fue concebido, teniendo por moradores
a principales ministros de la monarquía como el Marqués de Grimaldi, el Conde
de Floridablanca y Manuel de Godoy, Príncipe de la Paz, razón por la que este palacio era y es conocido por
el nombre de algunos de estos ministros.
Durante
la estancia de Godoy se decoró el interior del palacio con mármoles, pinturas
al fresco, puertas de bella factura y esculturas. También estuvo alojado Murat, Gran Duque de Berg y cuñado de
Napoleón, durante las jornadas previas al levantamiento popular del Dos de Mayo de 1808, en calidad de
máxima autoridad militar de las tropas francesas acantonadas en Madrid.
Despacho de Manuel Godoy (trasladado al Almirantazgo) |
A la caída de Godoy, se le confiscó todo
su patrimonio. En el piso bajo estaban las habitaciones de servicio, el
Gabinete de Historia Natural, su Biblioteca, -que hoy forman parte de la
Biblioteca Nacional y el Museo Arqueológico-, el Archivo de Secretario del
Estado y las habitaciones de verano de la condesa. En el principal había 29
habitaciones, con el oratorio, el salón de las columnas y las habitaciones de
Godoy.
Desde el final de la Guerra de Independencia el palacio fue sometido a un continuo baile de usos públicos, fue sede del Consejo del Almirantazgo hasta que en 1819 pasó a albergar las dependencias de la Biblioteca Real; en 1826 fue ocupado por las Secretarías del Despacho de Gracia y Justicia, Hacienda, Guerra y Marina, hasta que un incendio en el edificio ocurrido el 29 de noviembre de 1846 aconsejó el traslado de estas dependencias, ya convertidas con el régimen liberal en Ministerios. Sólo quedaron en el edificio las dependencias del Ministerio de Marina, al que pocos años después se le agregarían las del recientemente creado Museo Naval (1844).
El
resto del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX siguió desempeñando
funciones ministeriales, aunque en algunas ocasiones parte de sus habitaciones
y salones recuperaron el lujo de tiempos pasados al convertirse en los
alojamientos de las futuras reinas de España, Maria Cristina de Austria y
Victoria Ana de Battenberg, antes de sus respectivas bodas con Alfonso XII -en
segundas nupcias- y Alfonso XIII.
En 1941 se decidió instalar en el
palacio el Museo del Pueblo Español,
para lo que se encargó al arquitecto Fernando Moreno Barberá la realización de
un proyecto de reforma y ampliación del inmueble por la calle de Bailén. En
1943 Luis García de la Rasilla concluyó las obras y se pudo abrir al público
este museo donde se podían contemplar trajes regionales e históricos, productos
y manifestaciones artísticas locales y populares, y, entre otras colecciones,
gran variedad de productos artesanales.
Con la llegada de la democracia el museo fue clausurado y en la actualidad el palacio es utilizado por dependencias de la Presidencia del Gobierno, en concreto el CEPC..
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