La Academia de Artillería de Segovia es un centro académico militar,
pionero histórica, científica y pedagógicamente en España, fundado el 16 de
mayo de 1764 como Real Colegio de Artillería en el Alcázar de Segovia, en
tiempos de Carlos III, a iniciativa del Teniente General Félix Gazola, Conde de
Gazola, Inspector del Cuerpo de Artillería y su primer Director.
La existencia del Real Colegio
fue producto de una larga y natural evolución de otros centros relativamente
análogos que desde siglos atrás existieron en España y aunque ay pocas
referencias respecto a la existencia de escuelas anteriores a las que se
crearon a principios del siglo xvi, sin embargo, no se puede negar que en
aquellos tiempos hubo enseñanza y escuela de Artillería, pues es indudable que
aquellas grandes masas de artillería que los Reyes Católicos llevaron a la Guerra
de Granada requirieron un personal numeroso y especializado. El Rey Fernando
nombró a
Francisco Ramírez de Madrid jefe de su artillería, por lo que recibió
el sobrenombre de El Artillero y fue también secretario de los RR.CC. Designado
Consejero de Estado participó en la toma de Granada.
La primera escuela militar fue la
que dio vida el Emperador Carlos V en Milán, en 1543. Sin embargo, con objeto
de formar especialistas artilleros y evitar la presencia de extranjeros, Felipe
II crea en 1559 la famosa Escuela de Burgos, que tenía carácter nacional. Esta
escuela, junto con la de Venecia fueron, en su tiempo, las más importantes de
Europa. Palma de Mallorca también tuvo su escuela hacia 1559, gracias a la
universidad y fundada por un vizcaíno, Diego Villegas. Debido a la precariedad
de medios de la Escuela de Burgos, el Capitán General de Artillería funda en
1575 otra Escuela en Sevilla, siendo su Director el Artillero Mayor de S.M.
En los primeros años del siglo
XVII, el ilustre general de Ingenieros Juan de Acuña y Vera, que fue Capitán
General de Artillería, solicitó y obtuvo del Monarca el establecimiento de
escuelas de Artillería en Barcelona, Pamplona, Coruña, Lisboa, Cádiz,
Gibraltar, Málaga y Cartagena. Sin embargo su existencia fue efímera por falta
de presupuesto, funcionando con normalidad únicamente la ya existente en
Sevilla. Esta escuela cerró sus puertas en 1681. Fuera de nuestro territorio se
crearon escuelas en Bruselas, Ferrara y Nápoles, muy importante la primera,
donde se formaron insignes generales de varios países de Europa.
En el último decenio de este
siglo tuvo lugar una innovación, tomada de Francia, que consistió en la institución
de la clase de cadetes, los cuales se instruían en cada Regimiento, donde se
constituyó una Academia a cargo de un capitán llamado Maestro de Cadetes.
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Real Colegio de Artillería de Segovia
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A principios del siglo XVIII se
establecen escuelas de matemáticas y artillería en las plazas de Barcelona,
Pamplona, Badajoz y Cádiz, de corta vida y escasos resultados. A mediados de
siglo, el coronel de Artillería Rodrigo del Peral dirige una exposición al
Marqués de la Ensenada para tratar de establecer y crear un cuerpo científico
de oficiales de Artillería, por cuya propuesta se crearon en Barcelona y Cádiz,
Escuelas formales de teórica con título de Artillería, precursoras de la que
sería, definitivamente, la Academia de Artillería de Segovia. Ambas escuelas
tenían como director y profesorado oficiales del Cuerpo y se cursaban cuatro
años de estudios, bastante completos de Matemáticas, Física, Artillería y
Fortificación.
Merece mención especial la
creación del primer Centro Docente Militar de carácter auténticamente “General”
fundado por el Teniente Coronel de Artillería Mariano Gil de Bernabé en
Sevilla, instalándose en el convento de San Antonio, de frailes Franciscanos, inaugurado el 14 de diciembre de 1809. Por avatares de la contienda tuvo que
trasladarse a Cádiz, dos meses después, emplazándose en la isla de León.
En la fundación del Real Colegio
de Segovia fueron actores principales: Carlos III, Rey de las Españas; el conde
de Aranda, primer director general de Artillería; el marqués de Esquilache,
secretario de Hacienda y de Guerra; Ricardo Wall, secretario de
Estado y el conde Gazola, inspector general del Cuerpo y primer director del
Colegio. Sin duda el actor más destacado fue este último, Félix Gazola, militar
de sólida formación científica, humanística y matemática, que sirvió en el
Ejército del Reino de Nápoles, siendo Rey Carlos III, llegando a ser Comandante
General de su Artillería. Cuando el Monarca lo fue de España (1760) lo admitió
a su servicio con el mismo grado de Teniente General que ostentó en el reino de
Nápoles y poco después lo nombraba inspector general de Artillería e
Ingenieros, reservándose el Rey la Dirección del Cuerpo de Artillería hasta el
año 1803 en que Carlos IV lo concedió al Príncipe de la Paz.
Una vez cerradas las escuelas de
Barcelona, por R.O. de 12 de mayo de 1760, y la de Cádiz, por R.O. de 23 de
abril de 1764, tuvo lugar con toda solemnidad la inauguración del Real Colegio de Artillería de Segovia, el 16 de
mayo de 1764, con 60 cadetes y en presencia de la nobleza, el clero y las
autoridades de Segovia.
El día de la inauguración, el
padre Eximeno, de la Compañía de Jesús, profesor primario del Colegio, pronunciaba
el discurso de apertura, sobre La necesidad de la teoría para desempeñar en la
práctica el servicio de S.M. El
reglamento regulaba el sistema y los requisitos que debían reunir los
aspirantes a plaza en la Compañía de Caballeros Cadetes, quienes tenían que presentar
un Expediente de Pruebas de Nobleza. Sólo la nobleza tenía acceso a una
formación que ni siquiera se impartía en las aulas de la Universidad española
en el siglo XVIII. La edad de ingreso estaba fijada en los doce años.
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Academia de Artillería_Convento de San Francisco
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El 6 de marzo de 1862 un terrible
incendió destruyó el Alcázar, por lo que los cadetes fueron trasladados,
quedando alojados en el
convento de San Francisco, donde han permanecido de
manera ininterrumpida durante 162 años, mientras que el Alcázar fue ocupado
durante 76 años, en tres períodos separados de seis, diez y seis años, con
motivo de la Guerra de la Independencia, invasión del duque de Angulema,
establecimiento del Colegio General Militar y I Guerra Carlista. En diferentes
éxodos la Academia ocupó el Colegio de San Laureano, en Sevilla; Villa Carlos,
en Mahón; Colegio de Nuestra Señora de Montesión, en Palma de Mallorca;
convento en Badajoz; Colegio de San Ciriaco y Santa Paula, en Alcalá de Henares
y
Seminario de Nobles, en Madrid.
Fuente: http://www.realcolegiodeartilleria.es/historia
Autor: D. José Oliver Barceló,
coronel de Artillería
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