Militar, secretario y consejero
de los Reyes Católicos y capitán general de la Artillería, que obtuvo repetidas
victorias durante la Guerra de Granada.
Sus esfuerzos se centraron en la
consecución de una política armamentista capaz de convertir a Castilla en una
potencia en el campo de la artillería y, en consecuencia, conseguir de una
manera sorprendentemente efectiva la rendición de todas las plazas del último
bastión musulmán hispánico
Francisco
Ramírez (de Oreña, o de Madrid), apodado
el Artillero, nació en torno a 1445. Sus padres fueron Juan Ramírez de
Oreña, regidor de Madrid, que cambió su gentilicio por el de esta villa, casado
con su prima Catalina Ramírez de Cóbreces, hidalgos
naturales de San Vicente de la Barquera en las Asturias de Santillana y que
se establecieron en la corte alrededor de 1430. Ambos del mismo linaje,
Ramírez, cuya importancia en Madrid se remontaba a tiempos de la Reina Doña
Urraca, donde Juan Ramírez era Ricohombre y Señor de la Casa Ramírez.
Durante
el reinado de Enrique IV fue criado del Rey, escribano de la ceca de Segovia y
alcaide de la de Toledo y agraciado con algunas regalías. Al estallar la Guerra
de Sucesión Castellana tomó partido por la princesa Isabel, contra su sobrina Juana. En 1476, tras una
acción destacada en la Batalla de Toro* (Zamora) en la que participó con cien jinetes, fue presentado a los nuevos reyes que,
gratamente impresionados, le confirmaron las mercedes de su predecesor y le
nombraron secretario real.
Desde entonces su carrera fue fulgurante y pocos años después era ascendido a capitán general de la Artillería. Al mando de esta arma se distinguió en la Guerra de Granada, desplegando una estrategia y logística que, a partir de 1484, propició una acelerada serie de victorias: las más señaladas en Álora, Cambil, Loja, Málaga, Almería, Guadix, Baza y Salobreña. Fue su lugarteniente en los cercos de Málaga y Salobreña el artillero Gonzalo de Luz.
En la campaña de Granada
"el Artillero" desarrolló intensas actividades, tanto logísticas como
tácticas. Organizó la reunión y el desplazamiento de los peones (carpinteros,
carreteros, pedreros), acémilas, carretas, auxiliares y piezas de artillería,
estudió el terreno, fijó el emplazamiento de la artillería en los distintos
asedios y dirigió los bombardeos.
*Este triunfo fue decisivo para que
Isabel se hiciera con el trono de Castilla frente a su sobrina
Juana. La Reina le premió nombrándole alcayde de los Alcázares de Sevilla. Su
participación en el sitio de Málaga —donde gracias al empleo de la artillería
se consiguió adelantar la rendición de la ciudad— fue muy apreciada. Fue armado
caballero y los Reyes Católicos le otorgaron el nombramiento de secretario del
Consejo del Rey y pagador. Su ascenso culminó con su nombramiento como regidor
del Concejo de Madrid, en diciembre de 1487. En la Guerra de Granada tuvo una
intervención destacada y la reina Isabel decidió casarle en
segundas nupcias con Beatriz Galindo (1495). De esta manera unía a dos de sus
más fieles colaboradores: Beatriz , una de sus consejeras más
próximas, y Francisco Ramírez de Madrid, que la había apoyado en su lucha
contra su hermano Enrique IV y —tras la muerte de éste— contra su sobrina
Juana, por el trono castellano.
Desde entonces su carrera fue fulgurante y pocos años después era ascendido a capitán general de la Artillería. Al mando de esta arma se distinguió en la Guerra de Granada, desplegando una estrategia y logística que, a partir de 1484, propició una acelerada serie de victorias: las más señaladas en Álora, Cambil, Loja, Málaga, Almería, Guadix, Baza y Salobreña. Fue su lugarteniente en los cercos de Málaga y Salobreña el artillero Gonzalo de Luz.
Armas concedidas por los RR.CC. durante el sitio de Málaga. Como orla, lleva un cordón de San Francisco |
Francisco tomó parte en la conquista
de los castillos gemelos de Cambil y Alhabar, en la defensa de Salobreña y en
la rendición de Málaga. El rey Fernando armó caballero a don Francisco en la
misma torre que acababa de tomar y cuyo control resultó decisivo para
conquistar Málaga. Incluso el Vaticano la
concedió mercedes, como la concesión de indulgencias por participar en la
guerra contra el infiel y la autorización para usar un altar portatil durante
la celebración de misas en campaña.
Los Reyes Católicos le nombraron
regidor de Toledo, alcaide del alcázar de Sevilla, consejero real en los de
Estado y Guerra, etc., y le recompensaron con largueza. Recibió en repartimiento el cortijo de Bornos en el
Santo Reino de Jaén y otras heredades en el de Granada. Tras la toma de esta
ciudad regresó a Madrid, donde también acumuló vastas propiedades: los terrenos
comprendidos entre el paseo del Prado y el de las Delicias, así como las dos
riberas del arroyo de Atocha, lugar en dónde ahora está la estación de tren.
Detalle de su escudo de armas, en su sepulcro |
La Latina |
Beatriz Galindo fundó y dotó dos conventos (o monasterios) bajo la advocación de la Concepción, uno de franciscanas y otro de jerónimas. además, junto a su marido, de un hospital situado en la calle de Toledo. Para este último convento, erigido en 1509 y al que se retiró durante los últimos años de su vida, elaboró unas Constituciones. Murió a los 69 años de edad. No se han conservado obras escritas de Beatriz Galindo, aunque se le atribuyen poemas en latín y comentarios a la obra de autores griegos y latinos, en especial de Aristóteles. El barrio de la Latina de Madrid, le debe su nombre a ella, ya que fue en esa zona donde se desenvolvió su mayor actividad.
Detalle de la portada del Hospital de la Latina |
Detalle del Cenotafio
renacentista en el Museo de San Isidro.
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José M. Huidobro ante su tumba
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