domingo, 27 de diciembre de 2020

RAMHG-CEU. Curso de Experto en Heráldica, Genealogía y Derecho premial

 

Curso online de Experto en Heráldica, Genealogía y Derecho premial, por la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía y la Fundación CEU San Pablo.

 

Experto en Nobiliaria y Derecho Premial,
Heráldica y Genealogía

 

·        Fechas: 19 de enero a 23 de setiembre de 2021

·        Duración: 16 créditos (equiv. ECTS). 440 horas

·        Coordinador: Prof. Dr. Felipe García de Pesquera Gago

·        Matrícula: 1.500 euros

·        Enlace: https://www.ceuandalucia.es/posgrados/experto-en-nobiliaria-y-derecho-premial-heraldica-y-genealogia/

 

El curso tiene una importante dimensión práctica, relativa a la actual litigiosidad de los títulos nobiliarios (sucesión o vigencia), vinculada incluso a la presente ley de Memoria Histórica. Asimismo, es importante otra vertiente del mismo curso propuesto, como es la realización profesional de estudios y/o expedientes para el ingreso de candidatos en corporaciones de este perfil. 


La Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía y la Fundación CEU San Pablo, tras la firma en los meses finales de 2020 de un convenio marco que compromete a ambas instituciones, sacan a la luz un nuevo Curso de Experto estrictamente online que, dando comienzo en su primera edición en enero de 2021 y concluyendo en septiembre de dicho año, utilizará las nuevas tecnologías de la actualidad (plataformas docentes, multiconferencias, clases virtuales, tutorías online, webinars, etc.) para ofrecer a sus alumnos, que en este formato pueden proceder de cualquier lugar y de cualquier parte, sin obligarse a una hoy difícil asistencia presencial, estos conocimientos: los símbolos de la Heráldica, las sutilezas de la Genealogía, las múltiples facetas del Derecho premial, la actualidad constitucional de la Corona, la elaboración de expedientes nobiliarios, la búsqueda en archivos, la práctica del Derecho sucesorio o el conocimiento teórico del estamento nobiliario formarán parte de los contenidos de este curso, impartido por diversos académicos de la RAMHG y por prestigiosos docentes y profesionales de otros centros universitarios (CEU, Universidad Rey Juan Carlos, Universidad de Sevilla), del mundo profesional de la Archivística (Archivo General de Indias) o del Derecho (Sanguino Abogados, García O’Neill Abogados), avalados todos ellos por consolidados y prestigiosos currículos: formadores de primer nivel, que ponen a disposición de sus alumnos su experiencia y la calidad indudable de sus conocimientos. 

El pasado, así, se vuelca hacia el futuro en un curso que desea abrirse a investigadores, curiosos e iniciados, pero también a alumnos noveles o neófitos en estas materias, dando respuesta a una indudable demanda. Las condiciones (económicas, administrativas y organizativas) del propio curso se han diseñado expresamente para facilitar, también, la matriculación y participación en el mismo de alumnos con diversas inquietudes y procedencias profesionales y académicas.

 

Profesorado:

Ernesto Fernández-Xesta y Vázquez

José Miguel de Mayoralgo y Lodo

Amadeo Martín-Rey y Cabieses

Fernando Hidalgo Lerdo de Tejada

Tulio García O’Neill

Antonio Sánchez de Mora

Diego Laffón Benjumea

Fernando García-Mercadal y García-Loygorri

José María de Francisco Olmos

Jaime de Salazar y Acha

José Antonio Guillén Berrendero

Juan Cartaya Baños

Felipe García de Pesquera Gago

sábado, 19 de diciembre de 2020

Principales casas nobiliarias en España

 

El Ducado de Alba es la mayor casa nobiliaria de España. Nueve son las principales y entre todas ellas suman unos 200 títulos nobiliarios, incluyendo unos 35 ducados.


Ducado de Alba

Sin duda la Casa nobiliaria más conocida por los españoles. También es la que más títulos acumula, sumando su titular un total de 46: 15 con Grandeza de España (GdE) y 31 sin ella. Y la de mayor patrimonio, valorado por la revista Forbes en unos 3.200 M€.

La Casa de Alba de Tormes tiene su origen en la Corona de Castilla y en el siglo XIV, cuando el Rey Enrique IV de Castilla otorgó el Ducado de Alba de Tormes a García Álvarez de Toledo y Carrillo de Toledo, hasta entonces Conde de Alba de Tormes


Durante casi tres siglos la Casa de Alba correspondió a la familia Álvarez de Toledo, o Casa de Toledo, hasta la muerte sin descendencia de María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, la XIII Duquesa. Entonces pasó a Carlos Miguel Fitz James Stuart y Silva, sobrino-bisnieto de Fernando de Silva y Álvarez de Toledo, XII Duque Alba. Entre sus miembros destacan personajes como Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, el Gran Duque de Alba, líder militar al servicio de Carlos I y Felipe II, considerado por los historiadores como el mejor general de su época. El actual titular, desde 2015, es Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo.

Ducado de Medinaceli

Otra de las más importantes. El Condado de Medinaceli lo otorgó el Rey Enrique II de Castilla en 1368 a Bernardo de Foix, Conde de Foix, quien casó ese mismo año con Isabel de la Cerda, Señora del Puerto de Santa María. La Reina Isabel la Católica elevó el Condado en Ducado de Medinaceli en Luis de la Cerda y de la Vega, el V Conde. En ese momento el título del Condado de Medinaceli quedó sobre la villa de El Puerto de Santa María. Carlos I les otorgó la GdE en 1520. Por ello forma parte del grupo de los llamados Grandes de España de 1520, que fueron los primeros títulos españoles en obtener esta distinción por merced del hijo de Felipe el Hermoso y Juana “la Loca” tras su coronación como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

En este grupo también se cuentan, entre otros, los Ducados de Alba, Infantado y Medina-Sidonia, presentes en esta lista. El nombre del Ducado se refiere al municipio castellano de Medinaceli, en la provincia de Soria. El título perteneció a la Casa de la Cerda hasta que pasó a la Casa de Priego, del linaje Fernández de Córdoba, donde permanece. En 2013 heredó el título Marco Hohenlohe Langenburg y Medina, XIX Duque de Medinaceli, tras la muerte de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba.

Ducado de Osuna

El Ducado de Osuna, con GdE, fue creado en 1562 por Felipe II, el Rey Prudente, quien se lo otorgó a Pedro Téllez-Girón, político y militar, V Conde de Ureña y VI señor de la ciudad de Osuna (provincia de Sevilla). El I Duque de Osuna era hijo de María de la Cueva y Toledo, de la Casa de Alburquerque, y de Juan Téllez-Girón. Se casó con Leonor Ana de Guzmán y Aragón, hija del Duque de Medina Sidonia y, al quedar viudo, casó con Isabel de la Cueva y Castilla, hermana del VI Duque de Alburquerque. 


En el siglo XIX esta casa nobiliaria llegó a ser la más importante de España, reuniendo 20 GdE y numerosos títulos, tales como los Ducados de Arcos, Béjar, Benavente, Gandía, Infantado, Medina de Rioseco, Pastrana, Plasencia, Lerma, Estremera, Francavilla, Mandas y Villanueva.

Ducado de Villahermosa

Este título nobiliario fue creado en 1476 por Juan II de Aragón a favor de su hijo Alonso de Aragón, hermanastro de Fernando el Católico. Su denominación hace referencia al municipio de Villahermosa del Río (Castellón), y el lema familiar es “Sanguine empta, sanguine tuebor”.

Desde 1996 su titular es Álvaro de Urzáiz y Azlor de Aragón. El Palacio de Villahermosa en Madrid es el actual museo Thyssen-Bornemisza, situado en el Paseo del Prado. Fue residencia de los duques a partir del siglo XVIII. Pasó a manos del Estado español en 1983. Tienen otros palacios y casas en Zaragoza y en Zarauz.

Ducado de Alburquerque

La Casa de Alburquerque también tiene su origen en la Corona de Castilla, cuando el mismo Enrique IV de Castilla otorgó a su valido Beltrán de la Cueva el Ducado de Alburquerque, en el año 1464. Toma su nombre de la villa de Alburquerque, situada en la provincia de Badajoz. En 1521 este Ducado recibió de Carlos I la GdE, formando parte del grupo de los Grandes de 1520.

El título estuvo en posesión de la familia De la Cueva hasta 1811, cuando murió sin descendencia masculina José María de la Cueva y de la Cerda, el XIV Duque. Lo heredó la familia Osorio, marqueses de Alcañices y de los Balbases.

Actualmente el jefe de la Casa es Juan Miguel Osorio y Bertrán de Lis, el XIX Duque, quien además ostenta otros títulos que se han ido incorporando a la Casa: el Ducado de Algete, el Marquesado de Alcañices, el Marquesado de Cadreita, el Marquesado de Montaos, el Marquesado de Cullera, el Condado de Fuensaldaña, el Condado de Grajal y el Condado de Villanueva de Cañedo.

Ducado del Infantado

El Ducado del Infantado fue concedido por los Reyes Católicos en 1475 a Diego Hurtado de Mendoza, el II Marqués de Santillana. Desde el primer momento los herederos de los Duques del Infantado son también Condes de Saldaña y Marqueses de Santillana. En 1520 Carlos I otorgó al Ducado la GdE de clase inmemorial. El I Duque del Infantado fue hijo del I Marqués de Santillana, Íñigo López de Mendoza y de la Vega, militar y poeta. La familia fue una de las más poderosas en esa época.


Entre sus propiedades históricas destacan el Palacio del Infantado en Guadalajara, la casa de Lazcano y el palacio de Barrena en los pueblos de Lazcano y Ordicia (Guipúzcoa), el castillo de Manzanares el Real en la Comunidad de Madrid y el castillo de la Moclova en Sevilla. El actual jefe de la Casa es Íñigo de Arteaga y Martín, que también es Marqués de Ariza, Marqués de Cea, Marqués de Armunia, Marqués de Monte de Vay, Marqués de Laula y Marqués de Valmediano, entre otros honores nobiliarios.

Ducado de Medina-Sidonia

El Ducado de Medina-Sidonia lo otorgó Juan II de Castilla a Juan Alonso Pérez de Guzmán, III Conde de Niebla, en 1445, siendo el Ducado hereditario más antiguo del Reino de España. Medina-Sidonia es un municipio de Cádiz, declarado Conjunto Histórico-Artístico. El título de Conde Niebla pasó a ser título de primogenitura de la Casa de Medina Sidonia, llevándolo sus legítimos poseedores desde el nacimiento.

La Casa de Medina Sidonia la había fundado Alfonso Pérez de Guzmán, más conocido por su sobrenombre de Guzmán el Bueno, I Señor de Sanlúcar de Barrameda, militar y noble leonés que vivió entre 1410 y 1468. El Ducado estuvo en principio en manos de los Pérez de Guzmán, conocidos como los Guzmanes, hasta que en 1779 pasó a los Álvarez de Toledo. Forma parte de los Grandes de España de 1520. El actual titular es Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo.

Ducado de Fernán Núñez

Esta Casa está asociada al Ducado de Fernán Núñez, concedido por el Rey Fernando VII, en 1817, a Carlos Gutiérrez de los Ríos y Sarmiento de Sotomayor, Marqués de Castel-Moncayo, Marqués de la Alameda y hasta entonces VII Conde de Fernán Núñez. El título hace referencia al municipio de Fernán Núñez, en la provincia de Córdoba. El Condado se había creado en 1639 y se le había concedido la GdE en 1728. El I Duque de Fernán Núñez, nacido en Lisboa, fue embajador español en Londres y París y desempeñó cargos relevantes en el Congreso de Viena, el encuentro internacional que tuvo como objetivo restablecer las fronteras en Europa tras la derrota de Napoleón Bonaparte.

El actual Duque es Manuel Falcó y de Anchorena, quien se convirtió en el VI titular en 1956. Este es, además, Duque de Bivona, Marqués de la Mina, Marqués de la Alameda, Marqués de Almonacir, Marqués de Castelnovo, Marqués de Miranda de Anta, Conde de Barajas, Conde del Cervellón, Conde de Anna, Conde de Molina de Herrera, Conde de Montehermoso, Conde de Pezuela de las Torres, Conde de Puertollano, Conde de Saldueña, Conde de Xiquena y Señor de la Higuera de Vargas.

Ducado de Peñaranda de Duero

El ducado de Peñaranda de Duero fue concedido por el Rey Felipe III en 1608 a Juan de Zúñiga y Avellaneda, antiguo virrey de Nápoles. Su nombre se refiere al municipio burgalés de Peñaranda de Duero. Su actual titular es Jacobo Hernando Fitz-James Stuart y Gómez.


La Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España y Títulos del Reino, antes llamada Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España, es el organismo que agrupa a los Grandes de España y a quienes ostentan títulos del Reino.


 

 

Texto extraido del periódico La Razón

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Manuel Marco y Rodrigo. Comandante general de los carlistas aragoneses

 

Sobrino del «cardenal de Bello» fue el jefe carlista más destacado de Aragón y participó en las tres guerras civiles. Manuel Marco vivió todos los movimientos carlistas del siglo XIX de una forma activa y continuada. La actividad fue principalmente militar, aunque durante el período de Carlos VII desarrolló también una relevante actividad política.

Manuel Marco (más conocido como Marco de Bello) nació en Bello (Teruel), el 15 de setiembre de 1817, de familia hidalga de pequeños propietarios aragoneses, su padre, Mariano —hermano del cardenal Juan Francisco Marco y Catalán—, había participado en la Guerra de la Independencia como capitán de húsares a las órdenes del general Villacampa. Su madre la aragonesa Joaquina Rodrigo Alagón.

Su incorporación activa al carlismo tuvo lugar en 1836, año en que se incorporó al frente de un grupo de mozos de un pueblo a las tropas del entonces brigadier Cabañero. Intervino en numerosas acciones y fue herido varias veces, consiguiendo el empleo de teniente coronel. No aceptó el Convenio de Vergara y al finalizar la guerra se retiró a su pueblo. Volvió a alzarse en 1855 con la caballería de la guarnición de Zaragoza y después de varias acciones se exilió en Portugal, con el grado de coronel. Participó en 1860 en la conspiración de San Carlos de la Rápita, volviendo otra vez a su pueblo, en esta ocasión con los entorchados de brigadier.

En julio de 1868 fue llamado por Carlos VII para que participara en la Junta de Londres, donde se procedió a la reorganización del carlismo, de la que salió nombrado mariscal de campo del futuro ejército carlista. Asistió a la Junta de Vevey (Suiza), en la que se puso al descubierto la detección del general Cabrera. En los inicios del alzamiento de 1872 salió a campaña el 24 de abril, pero fue herido y derrotado en Cantavieja (Teruel).

Castillo de Cantavieja

Como comandante general de Aragón, en 1873 volvió a levantarse en armas, estableció una escuela de cadetes y una fábrica de cartuchos en Cantavieja y organizó la administración civil y militar del carlismo. Tomó parte el 3 de Julio de 1874 en el asalto a Teruel y a pesar del valor y de la tenacidad que empleó en ello, fracasó la empresa, como él había anunciado, por lo que se le procesó.

Carlos VII encargó a Marco que reanudase la guerra en Aragón, lo que realizó en varias ocasiones. Al finalizar la guerra se retiró definitivamente a su casa. Falleció en Caminreal (Teruel) el 30 de junio de 1885.

Para saber más

sábado, 12 de diciembre de 2020

Francisco Becerra. El Arquitecto más importante de América en el siglo XVI



En México estuvo al frente de las obras de la IgIesia del convento de Santo Domingo y, más tarde, como maestro mayor en la catedral de Puebla. Después de realizar varios monumentos más en México, se trasladó a América del Sur, donde trabajó en Quito y en las catedrales de Lima y de Cuzco. En Perú realizó los planos de los fuertes del Callao y del palacio de los virreyes en Lima.


Francisco Becerra nació en Trujillo en torno a 1540. En el Informe de Limpieza de Sangre formalizado en Trujillo, ante el licenciado de la Puerta, teniente de corregidor de la ciudad, el 7 de mayo de 1573, necesario antes de trasladarse a América, .declaró ser hijo de Alonso Becerra y de Constanza Hernández y descendiente por ambas líneas de “hidalgos notorios”. Estuvo casado con Juana González, hija de Juan de Vergara, natural de Garciaz, y “cristiana vieja de padres e de abuelos”, de la que no tuvo descendencia y con la que pasó a "las Indias" (en junio de 1573 se encuentra el matrimonio en Sevilla, dispuesto, en calidad de criado del provisor Granero Dávalos, a embarcarse en su séquito). Estando ya en América, tras enviudar de su primera esposa, casó en segundas nupcias con la joven María de la Parra, teniendo como única descendiente una hija. La saga de notables arquitectos no se continuó por esta línea, pero parece ser que un hermano de Francisco, de nombre Rodrigo, aparece vinculado a las últimas obras que Becerra ejecuté para el Ayuntamiento trujillano.

El propio maestro nos dejó esbozado en leves trazos su retrato físico: “soy hombre de mediana estatura y delgado y poca barba y que tengo los dientes altos, delante los menos y la barba entre rubia y morena”. Su carácter serio, con un toque de altivez, parece desprenderse del interrogatorio de la Probanza de Lima, de 17 de junio de 1585, en la que rodeado de una justa fama, optara al cargo de maestro mayor de las provincias de Perú, cargo que no le fue concedido por el rey Felipe II.

Catedral de Lima, obra de Francisco Becerra
 
Su padre era un gran arquitecto, que destacó especialmente en Trujillo, su tierra natal, a través de la arquitectura religiosa, influenciado por el estilo de Sancho de Cabrera, con el cual realizó grandes obras. Según algunos, era nieto de Hernán González de Lara, también arquitecto de reconocido prestigio que fue nombrado maestro mayor de la Catedral de Toledo trabajando en compañía de Alonso de Casarrubias, al cual sucedió en el cargo. La vocación artística del maestro trujillano le venía pues “de su abolengo el ser gran maestro de cantería”, su padre y su abuelo eran “tales e tan buenos ofyciales del dicho arte que heran tenidos por los mejores ofyciales de cantería y que abía en la dicha cibdad y sus comarcas”. En 1.553 cuando apenas contaba 13 años de edad, trabajaba en las Iglesias trujillanas de Santa María la Mayor y de San Martín, bajo la dirección de Sancho Cabrera y en compañía de su padre; quizás como consecuencia de su corta edad en las relaciones de libramiento se le denominaba “el Mozo”.

En 1560 acompañó a su padre en la construcción de la iglesia de Herguijuela. La labor de Becerra en Extremadura es bastante amplia, realizando obras tanto de carácter religioso como civil. Entre las religiosas destacan la Iglesia de Santo Domingo, de Trujillo, en la que intervino como maestro de obra, por primera vez, junto a su padre; no obstante, más allá de este legado familiar, fue Alonso Berruguete quien influyó en su estilo, como queda de manifiesto en la iglesia de San Bartolomé (Herguijuela), situada en la comarca de Trujillo

La primera etapa americana de este arquitecto comienza en 1575, año en que se puso al frente de las obras de la iglesia del Convento de Santo Domingo, ubicado en la capital de México. Dos años después ya ostentaba el rango de maestro mayor al frente de las obras de la catedral de Puebla de los Ángeles, uno de los edificios más considerables que diseñó durante su estancia en el virreinato, la más importante después de la de ciudad de México. Esta etapa se vio enriquecida con proyectos tan significativos como los conventos de San Agustín y de San Francisco, edificados en Ciudad de México; los conventos de Cuauhtinchan y de Totimehuacán, llevados a término en Puebla; la portada de la iglesia del convento de Tepoztlán, y un bello templo en Cuernavaca.

Catedral de Puebla
 
Desde 1581, el arquitecto extremeño trabajó en el Virreinato de Nueva Granada. Sus creaciones más celebradas en Quito, en donde estuvo dos años, fueron las iglesias/conventos de Santo Domingo y de San Agustín. En 1582, Becerra se trasladó a Lima La ciudad de los Reyes, donde se puso al servicio del virrey del Perú, Martín Enríquez de Almansa. Además de diseñar los fuertes del Callao y el palacio virreinal limeño, Becerra trazó, en 1598, ya con el virrey Luis de Velasco, los planos de las catedrales de Lima y de Cuzco, idénticas en su estructura y caracterizadas por la presencia de pilares cruciformes como elementos de separación de las naves. En el caso del templo cuzqueño, se da la circunstancia de que sus obras fueron suspendidas en 1601. Posteriormente, Bartolomé de Carrión fue nombrado maestro mayor, e incluyó algunas variaciones en los planos que finalmente guiaron la construcción hasta 1654. A juicio de los estudiosos, el modelo de las catedrales de Cuzco y Lima fue la catedral  renacentista de Jaén, ideada por Andrés de Vandelvira y terminada por Alonso Barba, peculiar por su planta rectangular con cabecera plana.

Entre otros proyectos Becerra realiza en Lima el del Hospital de Santa Ana que no se llevaría a cabo, y que desarrolló el esquema en cruz de los modelos hispanos de finales del siglo XV, que definió la mayor parte de las construcciones hospitalarias de la ciudad limeña.

Como consecuencia de un fuerte seísmo ocurrido en Lima, que afectó a la ciudad en 1586 destruyendo numerosos edificios, Becerra realizó trabajos de derribo y restauración en las zonas dañadas, como es el caso del Palacio de los Virreyes o la construcción de inmuebles de nueva planta, como las Casas Reales. Las obras que se realizan en el Palacio de los Virreyes comienzan en 1587 por mandato del virrey, en la fachada se advierten elementos propios del estilo artístico del celebre arquitecto trujillano, como columnas jónicas que flanquean la gran puerta adintelada de acceso, que Becerra dispuso al estilo del Palacio de Gonzalo de las Casas en su ciudad natal, o el frontón triangular que sustentaba las columnas sobre el entablamento. Falleció en Lima en 1601.

Palacio de Juan Pizarro Orellana, obra de los arquitectos Alonso y Francisco Becerra, construida en la segunda mitad del siglo XVI a iniciativa del que fuera primer corregidor de la ciudad de Cuzco, Juan Pizarro Orellana

Carmelo Solís Rodríguez dice de él este elogio: “Ningún apellido tan ligado al arte de la cantería como el de la familia Becerra, uno de cuyos vástagos,Francisco, dejó muestras de su buen hacer no sólo en su ciudad natal sino especialmente en América”. La pluma de Llaguno escribió de Francisco Becerra: “fue el mejor arquitecto que pasó a la América en el buen tiempo de la arquitectura española”.


sábado, 5 de diciembre de 2020

Constitución de Cádiz y desaparición del Antiguo Régimen

 

En el siglo XIX las nuevas ideas políticas y económicas, junto a la revolución industrial, dieron lugar a profundos cambios sociales. Se pone fin a la sociedad estamental, basaba en el principio de la desigualdad jurídica, lo que comportaba desigualdad económica y política, y se implanta la sociedad de clases, con la aparición de la burguesía, que combinaba su preeminencia en los negocios y en la industria con la propiedad de bienes rurales, a los que había accedido gracias a los procesos de desamortización eclesiástica llevada a cabo en los países católicos, y por compras directas en el resto de Europa.

En España, cuando las nuevas leyes en el siglo XIX impusieron la igualdad con la configuración del estado liberal y terminaron de liquidar el régimen vincular (los mayorazgos favorecían habitualmente al primogénito con la mayor parte de la herencia –al resto los “bienes libres” a discreción por el cabeza de familia–, e implicaba la vinculación del conjunto de bienes al objeto de no poder venderlos o enajenarlos, todos o parte de ellos, pero sí dar en usufructo, aunque esto no era algo exclusivo de la nobleza), los estamentos dejaron de existir. 

Legislación de las Cortes de Cádiz

Las mayores disposiciones que atacan a la nobleza proceden de los periodos constitucionales; así, después de 1812, liquidado el Antiguo Régimen  –con el espíritu de igualdad impuesto por las Cortes de Cádiz, todos somos iguales en derechos. "La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales" (Artículo 3, Constitución de Cádiz de 1812)

Por decreto de 22 de mayo de 1809 convocando Cortes para el año siguiente (el 1 de enero de 1810, en la Villa de la Real Isla de León, el arzobispo de Laodicea y presidente de la Junta Central –Juan Acisclo de Vera y Delgado– firmaba en el Real Alcázar de Sevilla el decreto convocando a Cortes Generales y extraordinarias (1810-1813) –es decir, constituyentes– y Ordinarias (1813-1814, y 1814), a los ~300 diputados  que, inicialmente, serían elegidos, para la Metrópoli y Ultramar, en condiciones de iguales, españoles y americanos, que se reunió y celebró la primera sesión en la Isla de León –a partir de 1813 la actual ciudad de San Fernando– el 24 de septiembre de 1810, y la primera Constitución fue votada dos años más tarde por 184 diputados.

Desde la Edad Media hasta la Constitución de Cádiz, cuyo texto final, que consta de 384 artículos, divididos en 10 títulos, se aprobó el 19 de marzo de 1812 (la conocida como “la Pepa”), la sociedad era una sociedad estamental, iniciándose la supresión de toda clase de diferencias en los derechos de los ciudadanos (en su Artículo IV se declaraba la igualdad de todos los españoles ante la ley en su condición de ciudadanos).

Lo que no se llegó a abolir fue la propia condición de noble, reconocida en el ordenamiento constitucional como prerrogativa de honor, sin que de ello derive ninguna otra consecuencia legal. A consecuencia de esto, años más tarde se llegaría a la desaparición de las diferencias jurídicas entre los denominados estado noble y estado llano, a lo cual se ha llamado “confusión de estados”.

 Confusión de estados

“Con el nombre de confusión de estados se designa, no una ley, como por muchos se ha creído, sino mas bien un fenómeno complejo que en España se desarrolló y tuvo lugar a lo largo de todo el segundo tercio del siglo XIX, con la aparición de las doctrinas liberales y se ejecutó mediante un conjunto de disposiciones encaminadas a suprimir los privilegios que históricamente habían sido exclusivo patrimonio de los Nobles”.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Jose Antonio Manso de Velasco. Gobernador de Chile y virrey del Perú


Político y administrador, Gentilhombre de S.M., gobernador de Chile y trigésimo virrey del Perú, país que gobernó con mano firme durante 16 años, emprendiendo la reconstrucción de Lima y El Callao tras el terremoto que la destruyó en 1746.

Por tan magna obra mereció el reconocimiento de sus habitantes y del propio rey Fernando VI, que lo premió en 1748 con un título nobiliario que él mismo eligió: Conde de Superunda, que quiere decir "sobre las olas".

Retrato del virrey ante la catedral de Lima
Jose Antonio Manso de Velasco Sánchez de Samaniego, nació en Torrecilla de Cameros (La Rioja), en mayo de1689, hijo de Don Diego Saez Manso de Velasco y Doña Ambrosia María Sanchez de Samaniego. Esta rama familiar poseía un mayorazgo que había fundado Francisco Velasco y Torres, padre de su bisabuela, y que vinculó su padre, en su testamento, otorgado el 31 de enero de 1692, a otro mayorazgo, heredado de su abuelo paterno, Diego Sáenz Manso, pasando a su hermano mayor Diego, mientras que él quedó como segundón, inclinándose por la carrera militar en el regimiento de Reales Guardias Españolas, alcanzando el grado de alférez en 1705.

Sus ascendientes del linaje Sáenz y Manso procedían de la población de Torrecilla; en esta villa habían nacido cuatro generaciones anteriores a la suya, todos ellos se llamaban Diego Sáenz Manso, aunque en algunos documentos omiten el apellido Sáenz. Así ocurre en el caso del virrey, y el apellido Sáenz no volverá a aparecer en su descendencia. . De esta manera se explican sus vínculos con el Solar nobiliario de Valdeosera en la sierra de Cameros, como pone de manifiesto la Carta Ejecutoria de Hidalguía y Nobleza de Sangre ganada ante la audiencia de Valladolid, 15 de octubre de 1547, por Gonzalo Sáenz Manso y su hijo Juan Sáenz

Sus armas en el Palio regalado a la iglesia de San Martín en Torrecilla de Cameros
Participó en la guerra de Sucesión y en las batallas de Tortosa, Gudeña y Balaguer de 1710, el sitio de Gibraltar y en el bloqueo a Barcelona de 1714. Posteriormente se le encomendaron las expediciones militares a Cerdeña, Lombardía, Ceuta y Orán. En reconocimiento a sus servicios militares fue admitido como caballero de la Orden de Santiago.

En 1737 fue designado Gobernador de Filipinas, pero el rey anuló ese nombramiento y dispuso que asumiera igual cargo en Chile. Así, por Real Cédula de 15 de noviembre de 1736 Felipe V le nombró gobernador y capitán general de Chile (viajo desde Cádiz el 3 de febrero de 1737 llegando a Santiago de Chile en noviembre de ese año); en el ejercicio de este último cargo fue ascendido a mariscal de campo en 1741 y a teniente general tres años más tarde, en mayo de 1743. Reconstruyó la plaza militar de Valdivia que había sido destruida por el terremoto del 24 de diciembre de 1737 y fundó, entre otras, las ciudades de San Felipe de Aconcagua en 1740, Talca en 1742 y Copiapó en 1744. Ese último año fue nombrado por el rey virrey del Perú el 24 de diciembre de 1744 y, oficialmente, asumió el mando en Lima el 12 de julio de 1745, sucediendo el virrey José Antonio de Mendoza Caamaño y Sotomayor, Marqués de Villagarcía.

En el gobierno económico destacó la reforma de la Casa de la Moneda que concluyó con la fabricación en 1751 de la moneda de cordoncillo que desplazó al peso de viejo cuño, y dos años después se pusieron en circulación las monedas de plata. En 1752 se creó el Real Estanco del Tabaco, cuyo primer director fue José Nieto. Mientras tanto, la producción minera continuó inmersa en una fase de declive. En cuanto al comercio, el virrey se impuso revitalizar la feria de Portobelo, incrementó el tráfico marítimo de azogues y vinos con Guatemala y Nueva España y demandó a la Corona que se prohibiera la introducción de mercancías por Buenos Aires. En defensa su preocupación se concentró en resguardar el puerto de El Callao de posibles ataques de piratas y corsarios ingleses, para lo cual aumentó el número de compañías de infantería y artillería, creó la Comisaría de Guerra y Marina e incorporó a la Armada del Sur al navío de guerra "San José el Peruano".

En cuanto a gobierno interior, en 1746 encomendó a la guarnición de El Callao al mando del general José Llamas poner fin al alzamiento de Juan Santos Atahualpa en Tarma, pero el asedio al Cerro de la Sal fue infructuoso. Tras el forzado repliegue de los españoles, Juan Santos y sus aliados campas ocuparon en 1752 el pueblo de Andamarca, y el virrey ordenó una nueva expedición militar al mando del marqués de Casa Torres que, a pesar de lograr el repliegue de los insurrectos en el Cerro de la Sal, no pudo capturar al líder indígena, quien iba a morir misteriosamente en 1756. 


El desastre natural más grave que tuvo que enfrentar el virrey fue el terremoto del 28 de octubre de 1746 que destruyó gran parte de Lima y mató a 5.000 personas. Ese mismo día un maremoto hizo desaparecer el puerto de El Callao con sus 4.700 habitantes (apenas unas 200 personas consiguieron salvarse).


En aquel momento la ciudad de Lima contaba con sesenta mil habitantes y, casi tres mil edificaciones sólidas, construidas con piedras, se repartían en un diseño rectangular de ciudad moderna compuesta por unas ciento cincuenta manzanas de casas. De todas ellas, solamente veinticinco consiguieron resistir el temblor de la tierra y miles de personas perecieron aplastadas por los escombros en sus propias viviendas, pues el seísmo sorprendió a la inmensa mayoría de los habitantes durmiendo.

Asesorado por el sabio francés Luis Gaudin, Manso de Velasco procedió a la reconstrucción de la ciudad ordenando que los muros aumentaran su grosor, que las iglesias se hicieran con torres bajas y de una sola nave y que las calles fueran más amplias. Se restauró el famoso Arco del Puente, aunque la estatua ecuestre de Felipe V quedó definitivamente destruida. La reconstrucción de El Callao comenzó en 1747 con la colocación de la primera piedra de la fortaleza del Real Felipe según el diseño de Luis Gaudin y continuó con la creación del pueblo de Bellavista, la construcción de un nuevo muelle de madera, la colocación de nuevas defensas militares y la reedificación de la iglesia parroquial. Los fondos económicos se obtuvieron de la Real Hacienda, de los donativos de los comerciantes y de los impuestos procedentes de las corridas de toros. En premio al empeño puesto por el virrey en la remodelación de la capital peruana, fortaleza del Callao y su puerto, la Corona le otorgó el 8 de febrero de 1748 el título de Conde de Superunda, voz cuyo significado era "dominando las olas". En 1755 este virrey encomendó al cosmógrafo mayor del reino Cosme Bueno la realización del censo de la población de Lima que arrojó un total de 54.000 habitantes.


En cuanto al Patronato Real, el 9 de agosto de 1751 el virrey inició la reedificación de la catedral de Lima (Catedral Metropolitana y Primada de las Indias Occidentales, que así se llamaba la de Lima, en la que se conserva un cuadro del virrey, retratado precisamente ante su fachada una vez reconstruida), obra que se culminó el 1 de febrero de 1759. En 1747 se fundó el monasterio de la Concepción en Cajamarca, en 1752 se creó una Casa de Ejercicios para mujeres y en 1754 se inició en Santiago de Chile la edificación del monasterio de Santa Rosa. Fueron continuos los problemas de jurisdicción entre el virrey y el arzobispo de Lima, Pedro Antonio Barroeta, por el nombramiento de canónigos, beneficio de curatos y concursos de cátedras. Este pleito terminó en 1758, cuando se relevó a Barroeta de la silla limeña y se le nombró arzobispo de Granada. Fue sustituido por el obispo de Popayán, Diego de Corro. El Santo Oficio organizó dos autos de fe, el primero el 19 de octubre de 1749 con seis penitenciados por herejía, y el segundo el 6 de abril de 1761 también con seis reos.


Tras 16 años en el poder, el conde de Superunda entregó el mando a Manuel de Amat y Junient, militar y gobernador de Chile) el 12 de octubre de 1761. Por la ruta de Panamá, se embarcó a España pero la nave que le conducía recaló en La Habana (Cuba), y su estancia coincidió con el inicio del sitio a esta ciudad por parte de la escuadra del almirante inglés George Pockock el 6 de mayo de 1762 (el día 4 de enero de 1762, Jorge III de Inglaterra había declarado la guerra a España). Por su condición de militar de mayor graduación, el Conde de Superunda presidió el Consejo de Guerra (nombrado por el Gobernador de Cuba con título de «Presidente de la Junta Consultiva de Guerra».) que a los 67 días acordó la rendición de dicha plaza. Apresado por los ingleses, fue conducido a Cádiz, y fue entregado en calidad de prisionero a la justicia militar y, poco después, se le abrió en Madrid un juicio militar por la pérdida del puerto caribeño. Fue suspendido por diez años de empleos militares, sus bienes fueron confiscados en calidad de reparación económica y se dispuso su alejamiento a más de cuarenta leguas de distancia de la capital. 

Ya, reinando Carlos III, que le negó el perdon alentado por el Conde de Aranda, murió de epilepsia en Priego, en la pobreza, viviendo de dar clases a niños en la casa del Arzobispo de Córdoba, el 5 de enero de 1767. Amigo del Marqués de la Ensenada; soltero y sin descendencia, le sucedió su sobrino.