Sobrino del «cardenal de Bello» fue el jefe carlista más destacado de Aragón y participó en las tres guerras civiles. Manuel Marco vivió todos los movimientos carlistas del siglo XIX de una forma activa y continuada. La actividad fue principalmente militar, aunque durante el período de Carlos VII desarrolló también una relevante actividad política.
Manuel Marco (más conocido como Marco de Bello) nació en Bello (Teruel), el 15 de setiembre de 1817, de familia hidalga de pequeños propietarios aragoneses, su padre, Mariano —hermano del cardenal Juan Francisco Marco y Catalán—, había participado en la Guerra de la Independencia como capitán de húsares a las órdenes del general Villacampa. Su madre la aragonesa Joaquina Rodrigo Alagón.
Su incorporación activa al carlismo tuvo lugar en 1836, año en que se incorporó al frente de un grupo de mozos de un pueblo a las tropas del entonces brigadier Cabañero. Intervino en numerosas acciones y fue herido varias veces, consiguiendo el empleo de teniente coronel. No aceptó el Convenio de Vergara y al finalizar la guerra se retiró a su pueblo. Volvió a alzarse en 1855 con la caballería de la guarnición de Zaragoza y después de varias acciones se exilió en Portugal, con el grado de coronel. Participó en 1860 en la conspiración de San Carlos de la Rápita, volviendo otra vez a su pueblo, en esta ocasión con los entorchados de brigadier.
En julio de 1868 fue llamado por Carlos VII para que participara en la Junta de Londres, donde se procedió a la reorganización del carlismo, de la que salió nombrado mariscal de campo del futuro ejército carlista. Asistió a la Junta de Vevey (Suiza), en la que se puso al descubierto la detección del general Cabrera. En los inicios del alzamiento de 1872 salió a campaña el 24 de abril, pero fue herido y derrotado en Cantavieja (Teruel).
Como comandante general de Aragón, en 1873 volvió a levantarse en armas, estableció una escuela de cadetes y una fábrica de cartuchos en Cantavieja y organizó la administración civil y militar del carlismo. Tomó parte el 3 de Julio de 1874 en el asalto a Teruel y a pesar del valor y de la tenacidad que empleó en ello, fracasó la empresa, como él había anunciado, por lo que se le procesó.
Carlos VII encargó a Marco que reanudase la guerra en Aragón, lo que realizó en varias ocasiones. Al finalizar la guerra se retiró definitivamente a su casa. Falleció en Caminreal (Teruel) el 30 de junio de 1885.
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