viernes, 24 de marzo de 2023

RESCATADOS DEL OLVIDO. Personajes peculiares de la Baja Nobleza


 

 512 PÁGINAS y 66 HISTORIAS SOBRE LOS PROTAGONISTAS MÁS "PECULIARES"
DE LA HISTORIA DE ESPAÑA

 “RESCATADOS DEL OLVIDO. Personajes peculiares de la Baja Nobleza” es un nuevo libro que  ve la luz del autor José Manuel Huidobro, vocal de la Junta directiva de la Real Asociación de Hidalgos de España, que ya tiene publicados otros 68.

Disponible en Amazon

A través de la plataforma de producción a demanda para librerías Bibliomanager, se puede adquirir en 447 puntos de venta repartidos por Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, España, Reino Unido, México, Perú, Estados Unidos y Uruguay.


Es el último de la tetralogía sobre la hidalguía y los hidalgos que ha escrito en los cuatro últimos años. Los tres anteriores: “Cien hidalgos clave en la historia de España”, “Ni reinas ni princesas. Insignes damas de la nobleza no titulada” y “Presencia de la nobleza no titulada en la historia de España”, se hallan disponibles en varias librerías, así como en Amazon. Este último, en sus 512 páginas hace un repaso por la historia de España en los diez últimos siglos, destacando aquellos hidalgos peculiares (nobles no titulados) que contribuyeron a su desarrollo, tanto en la Península como en los territorios de su extenso imperio. En total, 1.840 páginas entre las cuatro publicaciones.

En España, personajes de enorme importancia carecen de un reconocimiento a nivel institucional, lo que redunda en el desconocimiento nacional y general de nuestra propia historia e ignora los valores positivos que siempre han estado vigentes y que se deben fomentar para fortalecer cualquier país y sociedad.

Los hidalgos que se presentan no fueron los más famosos, ni tampoco los más importantes, pues esos ya se han incluido en obras anteriores, pero si destacaron por hacer cosas peculiares o singulares, curiosas en muchos casos, pero, sobre todo, lo que el público desconoce de ellos es que eran de condición noble, lo que se resalta en esta obra y lo que pone en valor su labor, pues aún existe el estereotipo del hidalgo pobre y ocioso, algo muy infundado y que se desmonta en esta y en las tres obras anteriores de la saga sobre la nobleza

Muchos hidalgos, cuyas vidas nos hablan de los valores imperantes en la sociedad de cada época, han permanecido olvidados pese a aportar el mayor número de individuos al estado noble, que muchos asocian, equivocadamente, solo a los títulos nobiliarios. En esta obra se muestran una serie de personajes, todos ellos de la baja nobleza, que destacaron con su contribución en diversos ámbitos: militar, religioso, político, jurídico, artístico, científico, literario, empresarial, etc., resaltando sus logros.


De todos ellos, seguramente es desconocido su origen hidalgo, su nobleza de sangre o de privilegio, que influyó en el devenir de sus vidas, marcando en muchos casos su trayectoria y su futuro, verdaderos ejemplos para la sociedad del momento, incluso en la época actual, ya que la hidalguía nunca fue abolida y hoy persiste en los descendientes por línea agnada de aquellos hidalgos.


Autor: JOSÉ MANUEL HUIDOBRO

Editorial: Vision Libros

Publicación: Marzo, 2023

Formato y PVP: 15×21 cm, papel (29€) y eBook (10€)

Nº de páginas: 512

ISBN: 978-84-19559-26-5

lunes, 20 de marzo de 2023

El escudo del papa Francisco

 

El 18 de marzo de 2013, el papa Francisco adoptó en su escudo papal el escudo de armas y el lema que usó desde su consagración episcopal en 1991, modificándolo tras su elección como sumo pontífice.

En los rasgos, esenciales, el Papa Francisco ha decidido conservar su escudo anterior, elegido desde su consagración episcopal y caracterizado por una sencillez lineal.

 

Sobre el escudo, azul, se hallan los símbolos de la dignidad pontificia, iguales a los que deseó el predecesor, Benedicto XVI (mitra entre llaves de oro y plata, entrelazadas por un cordón rojo). En lo alto se refleja el emblema de la Orden de procedencia del Papa, la Compañía de Jesús: un sol radiante y llameante con las letras, en rojo, IHS (Jesús Salvador de los Hombres), monograma de Cristo. Encima de la letra h se halla una cruz; en la punta, los tres clavos en negro colocados en la base.

En la parte inferior se contempla la estrella y la flor de nardo. La estrella, según la antigua tradición heráldica, simboliza a la Virgen María, Madre de Cristo y de la Iglesia; la flor de nardo indica a san José, patrono de la Iglesia universal. En la tradición iconográfica hispánica, en efecto, san José se representa con un ramo de nardo en la mano. Al incluir en su escudo estas imágenes el papa desea expresar su especial devoción hacia la Virgen Santísima y san José.

Tradicionalmente, el escudo de armas de un papa estaba adornado externamente solo por la tiara papal con tres niveles y las llaves cruzadas de san Pedro con una cuerda. La tiara representaba los roles de autoridad del papa, mientras que las llaves representan el poder de desatar y atar en el Cielo como en la tierra. El escudo de armas del papa Francisco mantiene las llaves pero reemplaza la tiara por una mitra, al igual que hizo su antecesor, Benedicto XVI

El lema del Santo Padre Francisco procede de las Homilías de san Beda el Venerable, sacerdote (Hom. 21; CCL 122, 149-151), quien, comentando el episodio evangélico de la vocación de san Mateo, escribe: «Vidit ergo Iesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me (Vio Jesús a un publicano, y como le miró con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme)».


Esta homilía es un homenaje a la misericordia divina y se reproduce en la Liturgia de las Horas de la fiesta de san Mateo. Reviste un significado particular en la vida y en el itinerario espiritual del Papa. En efecto, en la fiesta de san Mateo del año 1953, el joven Jorge Bergoglio experimentó, a la edad de 17 años, de un modo del todo particular, la presencia amorosa de Dios en su vida. Después de una confesión, sintió su corazón tocado y advirtió la llegada de la misericordia de Dios, que, con mirada de tierno amor, le llamaba a la vida religiosa a ejemplo de san Ignacio de Loyola.

Una vez elegido obispo, monseñor Bergoglio, en recuerdo de tal acontecimiento, que marcó los inicios de su total consagración a Dios en Su Iglesia, decidió elegir, como lema y programa de vida, la expresión de san Beda miserando atque eligendo, que también ha querido reproducir en su escudo pontificio.

Fuente: Vaticano

jueves, 16 de marzo de 2023

Dolores Cabrera y Heredia. Poeta y novelista del Romanticismo

 

La figura de Cabrera fue relevante tanto como autora y mujer, como por su papel en el orden social y cultural del momento, arropada en lo personal y en lo literario, por los reyes de España (Isabel II y Francisco de Asís) y por todas las primeras espadas de las letras, tanto masculinas como femeninas. Autora de “Las Violetas” en 1850.


María de los Dolores (Vicenta Gregoria Ignacia) Cabrera y Heredia nació un 15 de septiembre de 1828 en Tamarite de Litera, cercano a Estadilla (Huesca). Era hija de Lorenzo Cabrera Purroy, destacado militar liberal que fue gobernador militar de Teruel, y de Gregoria Heredia Godino. Fue educada en el convento de las Salesas de Calatayud (Zaragoza) y, siguiendo los destinos de su padre como militar, residió también en Pamplona, Madrid y Jaca.

Su tío paterno, José Matías Cabrera, fue un importante jurista. Estudió en Zaragoza y Huesca, doctorándose en Derecho Civil (1797) y más tarde en Canónico (1799). Ejerció la abogacía en Zaragoza y fue relator de la Sala del Crimen de la Real Audiencia de Aragón. Obtuvo la canongía doctoral de la S.I. de Zaragoza y fue presidente de la Real Academia de Jurisprudencia aragonesa (1805-1806). Con su hermano Lorenzo mantuvo una relación muy estrecha, hasta el punto de renunciar en él su condición de heredero de Casa infanzona de Cabrera.  El notario Antón Cabrera, probó y demostró su infanzonía en 1644.

 

Mariano Ignacio Cabrera Solanellas 1752-1832   Rosa Purroy Crexenzán 1753-1787   Vicente Heredia Alamán 1746-   Josefa Godino Lobera 1764-
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Lorenzo Cabrera Purroy 1784-1865
 
Gregoria Heredia Godino 1798-1866

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Maria Dolores Cabrera Heredia 1828-1899

Desde Calatayud, salió Dolores hacia el nuevo hogar familiar, itinerante por la condición militar de su padre, que en 1844 fue destinado a Pamplona y en 1846, a Madrid.

Mostró desde muy joven inclinación por el estudio, la lectura y la poesía y, en 1847, su madre envió algunas de sus composiciones poéticas a su amigo Pedro de la Hoz y Calvo, director del diario tradicional y monárquico “La Esperanza”, que publicó sus primeros versos. Dolores se convirtió a partir de entonces en asidua colaboradora de numerosos medios, entre ellos La Velada, La Reforma, El Trono y la Nobleza, Los hijos de Eva (semanario de literatura, ciencias y arte, fundado y dirigido por el escritor salmantino Ventura Ruíz Aguilera), Libro de la caridad, Álbum la Avellaneda, Brisas de Cuba, Ellas, Educación pintoresca, etc.

Dolores recurre constantemente a la naturaleza en su poesía como reflejo de su estado de ánimo. Aparecen también las ruinas como símbolo de la caducidad de la vida y utiliza imágenes típicamente románticas como la tormenta, el vendaval y los espectros. Sin embargo, cuando hace referencia al amor no correspondido escribe poemas íntimos y más personales. Ese amor lo identifica con las violetas, flores que darán título a su libro: Las Violetas.

En 1850 publica en Madrid su poemario Las Violetas, prologado por el abogado y poeta Gregorio Romero Larrañaga, compuesto por 76 poemas escritos entre mayo de 1847 y mayo de 1850, que tuvo difusión importante y aceptación universal. El título hace referencia al poder evocador de esas flores, cuyo aroma le transportaba a su infancia. En él aparecen composiciones como "Las golondrinas", "Ausencia", "A una bella", etc., que influyeron notoriamente en la obra del excelso poeta Gustavo Adolfo Bécquer, quien sin duda leería este poemario y se inspiraría en él para escribir su poema más emblemático: “Volverán las oscuras golondrinas”. 

Las escritoras isabelinas se beneficiaron de los avances legales vinculados a la gestión y a la defensa de los derechos de autor. Así, en 1834, una Orden real dio a los autores la propiedad intelectual sobre sus obras de por vida y, en 1847, se promulgó la primera Ley que reconocía directamente los derechos de autor

El año de 1851 salió de Madrid y fue con su familia a Jaca, de cuya plaza había sido nombrado su padre gobernador: faltándole ya el estímulo que en Madrid la obligara a escribir, pocas composiciones publicó, hasta que fue halagada por la idea de contribuir á la redacción de un periódico dedicado al bello sexo: con el nombre de Album de Señoritas. Correo de la Moda. En esta publicación, dirigida al mundo femenino, publicaron sus artículos feministas intelectuales como Rosario de Acuña, Concepción Gimeno Gil de Flaquer o Blanca de los Ríos, todas ellas pertenecientes a la generación de 1840. Dolores escribió para esta revista no sólo poesías sino también artículos históricos, biografías de mujeres célebres y su novela Una perla y una lágrima, basada en una leyenda tradicional aragonesa.

Recurre constantemente a la naturaleza en su poesía como reflejo de su estado de ánimo. Aparecen también las ruinas como símbolo de la caducidad de la vida y utiliza imágenes típicamente románticas como la tormenta, el vendaval y los espectros. Sin embargo, cuando hace referencia al amor no correspondido escribe poemas íntimos.

En 1856 contrajo matrimonio en Madrid con el también militar Joaquín María Miranda y Martínez de Noriega (que alcanzó el grado de coronel de infantería y fue administrador del Real Sitio de Aranjuez desde 1875 hasta su muerte, acaecida en 1884) a quien acompañó en sus destinos: Valencia, Granada, Zaragoza, etc. Este matrimonio fue apadrinado por SS.MM. los reyes. Dedicó poemas a la Reina Isabel II y es la autora de la letra del Himno de Alfonso XII con que el ejército saluda a S.M. el Rey. Los triunfos literarios y la plena realización personal y familiar, en los años 50-60, se verían empañados por la muerte de su padre en 1865, y la de su madre en 1866.

Al publicar dos poemas en Los hijos de Eva. Semanario de literatura, ciencias y artes, entró en contacto con otras poetas románticas del grupo La Hermandad Lírica, y cuya cabeza más visible fue Carolina Coronado, también hidalga. Las escritoras del grupo reivindicaban el acceso a la cultura, a la actividad intelectual femenina y el derecho a ser escritoras. Dolores escribió denunciando del hostigamiento que recibían las creadoras. .

Dolores fue una autora gozó del favor del público y de la crítica, muy reconocida, a la que se le tributaron importantes honores literarios. En 1860 el Liceo Artístico y Literario de Granada la recibió como Académica y Profesora; en 1865 fue declarada Socia Facultativa del Liceo Artístico y Literario de Zaragoza, en 1869 Vocal Auxiliar en el Ateneo de Señoras en Madrid, del cual era socia de mérito. Hay obra suya incluida en las obras Escritoras españolas contemporáneas (Madrid, 1880) y Poetas contemporáneos (Veracruz, 1883).

En los últimos años de su vida quedó ciega, lo que provocó que Gerónimo Borao le dedicara un soneto escrito el 8 de diciembre de 1874 titulado: "A Doña Dolores Cabrera de Miranda. Distinguida poetisa privada de la vista". El poeta Miguel Agustín Príncipe le había dedicado también una fábula en su obra Fábulas en verso castellano y en variedad de metros (1861, Madrid, Alfaro).

Armas del linaje Cabrera

Dolores, viuda desde hacía 15 años, falleció en Zaragoza el 1 de diciembre de 1899, trasladándose sus restos a la sacramental de San Isidro (Madrid) en 1911. 

Para saber más: Valeriano C. Labara Ballestar “Vida y obra de Dolores Cabrera, la poetisa romántica de Tamarite”

Biografía publicada por Pilar de Sinués de Marco en El Correo de la Moda, el 8 de septiembre de 1861, Año XI – Núm. 417