sábado, 27 de enero de 2024

Francisco Javier de Burgos y del Olmo. Político. Artífice de la división provincial de España. Escritor y dramaturgo


Ha pasado a la historia por auspiciar dos acontecimientos fundamentales: primero, la división de España en provincias, vigente hasta hoy sin apenas alguna variación y, segundo, por la creación del Derecho Administrativo Español a través de sus aportaciones en la Administración Pública.

Nació el 22 de octubre de 1778 en Motril (Granada), en el seno de una familia hidalga, de posición social acomodada gracias a sus propiedades y negocios.

Su retrato en "Los poetas contemporáneos"

Antes de cumplir los diez años, su padre le envía a Granada, donde ingresa como colegial en el Colegio Seminario de San Jerónimo. En 1791 entra en el Real Colegio Eclesiástico de San Cecilio de Granada, a estudiar Ciencias Eclesiásticas, pero al no sentir vocación marchó a Madrid en 1798. Es allí donde contacta con Juan Meléndez Valdés quien lo relaciona con Gaspar Melchor de Jovellanos, en aquel  momento Ministro de Gracia y Justicia, el cual, le convalida por cursos de Jurisprudencia sus matrículas de Teología. Su aspiración es contactar con la aristocracia y la Corte de la España de aquella época, pero la caída de Jovellanos arrastra a Meléndez Valdés, y ello le obliga a volver a su ciudad natal.

En 1799 es nombrado Regidor Perpetuo y Alguacil Mayor de la Real Justicia de Motril y Secretario de la Sociedad Económica de Amigos del País. Durante esta etapa se dedicará al estudio de la economía y de la Administración, además de hacer prosperar su patrimonio personal. En 1806 se casa, por poderes, con María de los Ángeles del Álamo y Algava y participa en la obra colectiva Memoria presentada a la Sociedad Económica de Amigos del País de la ciudad de Motril. En ella ofrece algunos apuntes sobre la división territorial, la economía y el papel del poder político.

Bajo la invasión francesa, opta por las nuevas reformas napoleónicas, y es nombrado capitán de la sexta compañía del batallón de Milicia honrada de Motril y, más tarde, subprefecto de Almería en 1810, dependiente de la prefectura de Granada. La ocupación se prolongó hasta el mes de septiembre de 1812, Una segunda etapa, se caracteriza básicamente porque De Burgos se forja como un docto humanista, que sobresale por una incesante labor literaria y periodística, pero sin abandonar su floreciente carrera política.

En ese mismo mes septiembre de 1812 se traslada a Granada, donde es nombrado Presidente de la Junta General de Subsistencias y, poco después, Corregidor Interino. En 1817 se encuentra de regreso en Jaén, desde donde dedica al Rey Fernando VII la traducción de las Poesías Completas de Horacio. Con este motivo se inicia el Expediente de Purificación frente a Javier de Burgos, favorablemente resuelto en  noviembre de 1819, debido a los testimonios que obtiene a su favor por su etapa en Almería y Granada, y lo que finalmente le rehabilita para obtener nuevos destinos bajo el Rey Fernando VII.

En 1827 es nombrado individuo de la Junta de Fomento de la Riqueza del Reino (en la que alcanzó el cargo de Secretario en ese mismo año y ministro cuarto un año después en la sección de agricultura), Intendente de provincia de primera clase con los honores del Consejo de Hacienda en 1829, y recibiendo los honores del Consejo Supremo de Hacienda y la cruz supernumeraria de Carlos III. El 19 de julio de 1827 ingresa en la Real Academia Española en la plaza de Académico Honorario, y un año después, el 7 de enero de 1830, en la de Académico de Número. En 1832 es nombrado Secretario del despacho del Ayuntamiento de Madrid, cargo que ostenta hasta 1833 y ello no le impide dedicarse a la producción literaria. En esa época destaca su comedia Los tres iguales, y otros menesteres particulares como la gestión de sus intereses agrícolas y fabriles, hasta el punto de ser uno de los tres empresarios de las obras del Canal de Castilla.

En 1833 Francisco de Paula Cea Bermúdez, a iniciativa del monarca, lo llama a la Corte. Tras la muerte de Fernando VII, su viuda, la Reina Regente María Cristina de Borbón, lo nombra Ministro de Fomento el 22 de octubre de ese año. Un mes después, aunque con la oposición del Consejo de Gobierno, se publica con la unanimidad del Consejo de Ministros el Decreto que establecía la división territorial de España en provincias y el Decreto de los Subdelegados de Fomento. 


 Su último servicio en el Gobierno de esta etapa fue intervenir en la redacción del Estatuto Real de 1834, considerada como la segunda Constitución Española. Cesa en su cargo el 19 de abril de 1834 al tiempo que recibe la Real Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III para ser nombrado, poco después, Prócer del Reino.

En marzo de 1846 es nombrado Ministro de la Gobernación, en el gabinete Narváez, pero fue un gabinete muy efímero, de días, pues Javier de Burgos fue nombrado el 16 de marzo y cesó el 5 de abril siguiente. Fallece en Madrid el 22 de enero de 1848.

martes, 23 de enero de 2024

El sello de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) estadounidense

 

La heráldica es una ciencia a la vez que un arte y, desde sus comienzos, allá por el siglo XII, no ha dejado de evolucionar ni de sorprendernos, incorporando nuevos diseños y elementos para adaptarse a los requerimientos actuales. Aquí se muestra la diferencia entre un sello y un logo.

Sello de la FCC (EE. UU.) desde 2020

Hoy traemos a este blog el sello (seal) de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) una agencia gubernamental independiente, creada en 1934, que regula las comunicaciones interestatales e internacionales por radio, televisión, teléfono, satélite y cable en los Estados Unidos.  La agencia opera independientemente del Gobierno de los Estados Unidos, aunque sus actividades están supervisadas por el Congreso. Supervisa la creación e implementación de leyes de comunicación, regula las industrias de comunicación y promueve la innovación tecnológica; no controla tanto las industrias que regula como la información que se ofrece a través de estos medios de comunicación.

El sello de la FCC es algo particular conforme a las reglas establecidas de la heráldica y, como curiosidad, los muebles que lleva son los propios y reconocidos de las telecomunicaciones en todo el mundo: un satélite de comunicaciones, dos antenas parabólicas y una torre-repetidora  de radiofrecuencia, además de las líneas de cobre (propias de la telefonía,... o de la transmisión de electricidad).

Sello de la FCC 1934-2020

El sello anterior (1934-2020) lleva elementos relacionados con las comunicaciones vía redes de cobre, mientras que el actual, para modernizarlo, resalta las comunicaciones vía radio y por satélite, junto con las otras. El águila representa a los Estados Unidos de América.

Su sitio web es: https://www.fcc.gov/

LA FCC tiene, como símbolos, un sello y un logo



El logotipo de la FCC o la marca FCC es una marca voluntaria empleada en productos electrónicos fabricados o vendidos en los Estados Unidos que indica que la radiación electromagnética del dispositivo está por debajo de los límites especificados por la Comisión Federal de Comunicaciones y que el fabricante ha seguido los requisitos de la Procedimientos de autorización de Declaración de Conformidad del Proveedor. La etiqueta FCC se encuentra incluso en productos vendidos fuera del territorio estadounidense, porque o son productos fabricados en Estados Unidos y han sido exportados, o también se venden en Estados Unidos. Esto hace que la etiqueta sea reconocible en todo el mundo incluso para personas que no conocen el nombre de la agencia.

  

En España, su equivalente sería la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales

Sus competencias son las relativas a la política de impulso al sector de las telecomunicaciones, de los servicios de comunicación audiovisual, el despliegue de infraestructuras y servicios para garantizar la conectividad de los ciudadanos y empresas e impulsar la productividad y el crecimiento económico. A tal fin, le corresponden las funciones de fomento y regulación del sector de las telecomunicaciones y de los servicios de comunicación audiovisual, la interlocución con los sectores profesionales, industriales y académicos y la coordinación o cooperación interministerial y con otras Administraciones Públicas respecto a dichas materias.

Por su parte, la CNMC Telecomunicaciones garantiza el correcto funcionamiento de los mercados de comunicaciones electrónicas a través del establecimiento y supervisión del cumplimiento de las obligaciones por los operadores y la resolución de los conflictos entre los agentes en el mercado.