martes, 25 de agosto de 2020

Jerónimo Vicente Vallejo Cósida. Pintor aragonés del Renacimiento



Una de las grandes figuras del Renacimiento en Aragón además de ser uno de los principales artífices de la introducción del nuevo lenguaje del Cinquecento italiano en la pintura aragonesa.

Considerado por sus contemporáneos entre los pintores “más hábiles y aventajados del Reino de Aragón”.

Nacimiento de Juan Bautista
Infanzón y hombre de armas estuvo al servicio de Hernando de Aragón, arzobispo de Zaragoza (1539-1577) y notable mecenas a quien le aconsejó en cuestiones artísticas. Con una notable actividad en Zaragoza capital y provincia, en 1570. Falleció en marzo de 1592.

Nacido, antes de 1510, y afincado en Zaragoza, era hijo de Juan Vicente, cerero y especiero, y de Juana López de Vallejo. Su actividad profesional se documenta entre los años 1527 y 1583 aunque la mayor parte de su producción se concentra entre 1540 y 1575. Contó con la protección del mecenas más importante de la época, Hernando de Aragón, arzobispo de Zaragoza, abad del monasterio de Veruela y virrey de Aragón, quien le procuró numerosos encargos gracias a los cuales Cósida llegó a gozar de gran fama y reconocimiento entre sus coetáneos. El artista vivió además un momento de auge de la pintura que en años anteriores, había tenido un papel secundario con respecto a la escultura.

El pintor inició su trayectoria en el campo de la miniatura y desarrolló un extraordinario dominio del dibujo. Se cree que completó su formación artística fuera de Zaragoza incorporando a su estilo influencias procedentes de Italia, en particular del arte de Rafael y de Leonardo da Vinci. También usó como fuente iconográfica y de modelos compositivos los grabados de artistas como Durero, Luca de Leyden, Raimondio Veneziano que circulaban en esta época por los talleres de los artistas de toda Europa.

 San Antonio de Padua acompañado de Santa Úrsula y otras vírgenes mártires

Jerónimo Cósida, ca. 1560. Alcañiz, Teruel. Fundación Quílez Llisterri.

Tras su vuelta a Zaragoza, Jerónimo Cósida estableció su propio taller en la calle de san Pablo. En esos momentos, esta ciudad era el centro pictórico más destacado de Aragón y aquí coincidieron un buen número artistas, algunos procedentes de Italia y del norte de Europa que contribuyeron en la implantación de las formas más vanguardistas.

Jerónimo Cósida fue un artista muy prolífico, aunque gran parte de su producción se ha perdido. Su destreza como dibujante le llevó a emprender proyectos no sólo pictóricos, sino que además realizó trazas de retablos, diseñó piezas de escultura y orfebrería e ideó decoraciones arquitectónicas. Su estilo es muy personal y las obras que realizó, por lo general, están efectuadas con mucho detalle, destacando en ellas la belleza y la elegancia de sus figuras femeninas, las composiciones bien jerarquizadas y los ambientes luminosos.

Retablo de la Virgen con el niño
Entre sus trabajos más significativos se encuentran el retablo mayor del monasterio de Veruela, el retablo de la Virgen de la Cárcel de Manifestación de Zaragoza, la capilla funeraria del arzobispo Hernando de Aragón y el trascoro de la Seo de Zaragoza.

Con una notable actividad en Zaragoza capital y provincia, en 1570 Cosida extendió su actividad a Tudela al contratar el retablo de la Virgen del Rosario que había de presidir la capilla de patronato de Martín Miguel de Munárriz, ya fallecido, en el monasterio de Nuestra Señora del Rosario de Tudela. La obra en la que figuraban pintados todos los misterios del rosario se asentó para marzo de 1573 y dada su calidad el pintor cobró una cantidad superior a los cuatro mil sueldos fijados en el contrato. Desgraciadamente esta obra ha desaparecido.

Uno de los trabajos más ambiciosos que recibió fue el del retablo mayor y el sagrario de la cartuja de Nuestra Señora de Aula Dei, último de los que realizó por encargo de su protector y mecenas pues falleció en 1575. A partir de esta fecha, la producción de Jerónimo Cósida decae considerablemente debido también en parte, al cambio de gusto que se estaba produciendo en la sociedad aragonesa y al ascenso de otros artistas, como Rolan de Moys, con estilos más acordes con las corrientes artísticas del momento.

viernes, 21 de agosto de 2020

Miguel Lucas de Iranzo. Condestable del reino de Castilla y valido de Enrique IV



Fue uno de los tres validos del rey Enrique IV, junto con Beltrán de la Cueva, l duque de Alburquerque y Juan Pacheco, l marqués de Villena y l duque de Escalona. 

Condestable y canciller mayor de la corona de Castilla. Alcaide de Alcalá la Real, Andújar y Jaén y corregidor de Úbeda y Baeza, estuvo al servicio de Enrique IV.


De origen humilde, Miguel Lucas de Navia (Iranzo) nació en Belmonte (Cuenca), villa perteneciente a Juan Pacheco, marqués de Villena, en el primer tercio del siglo XV. Su padre fue Tomás Luca de Nieva. Al enviudar su madre, Catalina Pérez de Mena, se vuelve a casar con Alonso Álvarez de Iranzo (Iranzu) –agricultor-, apellido con el que se conoce.

Cuando Miguel Lucas alcanzó el favor del monarca benefició a sus allegados. Así ayuda a ascender socialmente a sus tres hermanos: Diego Fernández de Iranzo y Fernando del Cerezo, nombrados comendador de Montizón y de Oreja, respectivamente; el tercero, Alonso de Iranzo, alcanzó el puesto de arcediano de Toledo.

Comenzó al servicio de Juan Pacheco, marqués de Villena y a través de él logrará entrar en la corte castellana de Juan II, sirviendo como paje de su hijo Enrique, que al reinar se preocupa de instruir e introducir en el seno de la corte a un grupo de personajes que manifiesten cierta afinidad personal, para contrarrestar las traiciones de Juan Pacheco y Pedro Girón.


En Madrid recibe formación y el 12 de junio de 1455 Enrique IV le otorga la nobleza de la que carecía su linaje, siendo investido caballero en una solemne ceremonia tras la batalla ante Íllora.



Uno de los días clave en la vida de Miguel Lucas fue el que se le concedió la dignidad de caballero, junto con otros personajes, caso del hijo del almirante, por sus méritos en la campaña granadina. El hecho no estuvo exento de polémica, ya que el ennoblecimiento por voluntad regia y, según los enemigos de Iranzo, “sin mirar ni virtudes ni linaje ni otra cosa alguna” molestó a muchos. Aquel día de 1455 fue armado caballero de espuelas doradas, un reconocimiento que sólo podía ser concedido por el Rey o un delegado suyo. Asimismo, se le concedieron los símbolos y colores pertenecientes a los blasones del Monarca y la categoría de miembro de la Orden de la Banda. Todos estos actos tenían una gran significación por cuanto la condición caballeresca era, para el noble, la demostración de su dimensión militar. Nunca se habían otorgado tantos títulos juntos en un solo día y a una sola persona.

Posteriormente, y hasta 1458, fue nombrado criado y chanciller mayor del rey; antes del cambio de reinado fue designado halconero mayor y corregidor de Baza; con posterioridad, ostentó el mismo puesto en Baeza (18 de agosto de 1455); más tarde, alcaide de Alcalá la Real y de los alcázares de Jaén, hasta conseguir, finalmente, el título de Condestable de Castilla, siendo investido como tal el 25 de marzo de 1458, un cargo vitalicio y vacante desde la ejecución en Valladolid de su predecesor, Álvaro de Luna, cinco años atrás (1453). Durante los años centrales de su carrera política pretendió, infructuosamente, ser nombrado maestre de Santiago. Pero tanto la oposición de los nobles como, por otra parte, su baja procedencia impedía al monarca concederle el maestrazgo, pues para desempeñar el cargo de maestrante de la Orden era imprescindible ser, al menos, hidalgo y poder demostrar la limpieza de oficio.

Su ennoblecimiento fue propiciado también a través de su matrimonio con María Teresa de Torres, hija única de Pedro de Torres y de Leonor Carrillo, nieta del adelantado de Andalucía y prima del conde de Haro, Pedro Fernández de Velasco.

Tuvieron dos hijos, Isabel, que murió joven y Luis de Iranzo, que tomó los hábitos franciscanos. La política matrimonial y el descontento de Miguel Lucas en la Corte –quizá las intrigas del marqués de Villena y otros nobles- fueron los motivos definitivos que ocasionaron su traslado al territorio fronterizo. La primera visita a Jaén tuvo lugar el 20 de mayo de 1458. Y, a pesar de su partida, el condestable siguió manteniendo contacto directo con el rey, a quien recibió en tierras giennenses en varias ocasiones.

En la ciudad jienense destacó por su gran habilidad a la hora de fortificar y defender la ciudad, por organizar unas tropas de caballeros de cuantía que, en número aproximado de 1.200 jinetes, acompañaron a las tropas castellanas en la campaña contra el reino de Granada que tuvo lugar en 1464, con el condestable Iranzo a la cabeza de los ejércitos cristianos con el beneplácito de Enrique IV.

Sobre la vida del condestable se escribió en su época una biografía, la "Relación de los Hechos del muy Magnífico e más Virtuoso Señor don Miguel Lucas, Muy Digno Condestable de Castilla".

Fomenta actividades artísticas en el seno de la “corte” que él crea y gobierna en el reino de Jaén: música, baile, danza y representaciones teatrales. El Condestable, utilizando sus propios recursos, provee a la ciudad de un maestro para suplir la actitud negligente del clero catedralicio, tradicional responsable de esta instrucción, con el objeto de preservar el habitual centro de enseñanza de artes liberales, ya existente en la ciudad desde la Baja Edad Media.

Crea en Jaén una casa de moneda, la jaenciana, visitada por el propio Enrique IV en 1469. Manda allanar la plaza de Santa María, en la que existían unas moles de piedra de gran tamaño. También se acometieron obras de acondicionamiento de la ciudad, como el traslado de las carnicerías extramuros, a la actual Puerta Barrera, y el trazado de la que se convertiría en vía principal de la ciudad, La Carrera.

Fue asesinado en la iglesia mayor de Santa María (Jaén) el 21 de marzo de 1473, mientras asistía a misa con su esposa, doña Teresa de Torres, por un ballestero de su ejército. La excusa para formar el grupo de rufianes que provocó la muerte fue la ya usada (nuevamente, al igual que don Álvaro de Luna): su política de protección hacia los judíos y conversos, aunque, probablemente, los celos de otros nobles fue una de las causas que motivaron este suceso. Tras su muerte, el rey Enrique IV, en 1475 mandó colgar a algunos jurados y regidores de las ventanas en venganza por el asesinato de su condestable. Sucedido en el oficio de condestable Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro.

jueves, 13 de agosto de 2020

Marquesado de San Luís. Un título que Bolívar nunca obtuvo



Juan Vicente Bolívar Palacios, hermano mayor del “Libertador”, aspiró a ser el primer marqués de San Luís, mientras que Simón Bolívar, pretendió el de Conde de Casa Palacios, títulos nobiliarios de Castilla que nunca llegaron a tramitarse.


Desde 1737, Juan de Bolívar abuelo de quien sería "el Libertador" Simón Bolívar había decidido obtener títulos de nobleza para su familia. Los Borbones habían puesto a la venta privilegios nobiliarios que permitirían a los españoles americanos incrementar su estatus social y su posición en las colonias. Para acceder a ellos, Juan de Bolívar depositó 22.000 doblones de oro en las arcas de los frailes de San Benito, orden beneficiaria del marquesado de San Luis.

El abuelo paterno de Simón Bolívar, Juan de Bolívar y Martínez de Villegas, nacido en 1655, teniente general de los ejércitos españoles y fundador de la villa de San Luis de Cura, había pagado al monasterio de Montserrat, de Barcelona, la suma de veintidós mil ducados para adquirir un título de Castilla, que el Rey había concedido a los monjes benedictinos para atender al mantenimiento de su convento. Este título sería el de Marqués de San Luis, con el vizcondado previo de Cocorote.

Escudo de armas de Bolívar
En 1792, su cuñado, Esteban Palacios, también padrino de confirmación de Simón Bolívar, viaja a Madrid con el encargo de gestionar la confirmación de ese título para Juan Vicente Bolívar Palacios (1781-1811), hermano mayor del Libertador, y para el pequeño Simón, el de Conde de Casa Palacios; sin embargo, las gestiones se retrasaron y los despachos correspondientes nunca se recibieron.

Simón Bolívar y Palacios "el Libertador"
Una de las escasas claves documentales de esa verdad acerca de lo vasco en Bolívar podemos seguirla desde una epístola del 26 de septiembre de 1792, de Francisco José Bernal (quien estaba casado con una prima de Esteban Palacios, el tío de Bolívar que gestionaba en corte pleitos de hidalguía para la familia Palacios y los Bolívar) escrita al abuelo materno de Bolívar, Feliciano Palacios y Sojo. Francisco José se encontraba en España, y ayudaba a gestionar el engorroso trámite del título de marqués de San Luis al hermano mayor de Simón, Juan Vicente Bolívar. Al respecto decía en la carta:

He escrito a Vizcaya para que nos manden la fé de bautismo de Simón de Bolívar y su Hidalguía para que entroncando con él Juan Vicentito [hermano mayor de Bolívar] se le despache la suya por vizcaína lo que es menos costoso; y así aun tiempo tendrá probada nobleza de Pe. y Me. [...]

Asimismo, por carta, Esteban Palacios le hace a su padre Feliciano un recuento de los trabajos de genealogía hechos hasta la fecha por él y su primo Bernal, en miras del título de Castilla. Sale a relucir un dato biográfico muy repetido -a estas alturas, bastante indiscutible- el lugar de nacimiento del primer Bolívar que pasa a América:

En los archivos de Reyes de Armas he encontrado la siguiente noticia. Don Miguel Xeres de Aristeguieta hijo legítimo de don Juan Xeres Aristeguieta y doña Ana Francisca Lovera Valenzuela y Bolívar... es nieta por línea materna de don Simón de Bolívar que nació en el lugar de Bolívar señorío de Vizcaya en la Merindad de Marquina... es muy necesaria la cláusula de testamento de don Juan Bolívar Villegas en que conste que recayó la gracia del Título de Castilla en su hijo Juan Vicente Bolívar y Ponte y de éste a Juan Vicente Bolívar Palacios como hijo mayor.

El trámite del marquesado cada vez se complicaba más. Una de las formas expeditas que se plantearon sus gestores, Esteban y Francisco José, fue acudir al origen vasco que para la época su denominación genérica era vizcaíno. La condición de hidalguía universal que se les otorgaba a los vascos en la tradición legal castellana, era un atajo que no iban a dejar de tomar los tíos de los sobrinos Bolívar. Escribió Esteban a su padre el 28 de abril de 1793 esta breve disertación al respecto.

Le supliqué que si era posible detuviese el expediente hasta tanto que me llegasen los que presentaría para que unidos a mi expediente se ampliasen [...] que se componen de fees de bautismo, casamiento, testamento y por defecto  de estas, cartas de dote, instrumentos públicos que todas son enunciativas que valen acompañadas de los actos positivos de nobleza que antiguamente se conferían en esa solo a los que en posesión de tales estaban y que efectivamente lo son; y e n atención a que se han encontrado los papeles de Bolívar en las pruebas que para cruzarse hizo Dn. Miguel de Aristeguieta y el impreso de estar admitida por Infanzona la casa de Bolívar en Vizcaya [...].

Otro documento, un expediente de hidalguía promovido  por Esteban Palacios en noviembre de 1792, plantea algo aún más sugerente. Esteban al mismo tiempo de la vizcainía de los Bolívar, buscaba acreditar la hidalguía por casa solar de Palacios así como de Ayala, en los valles de Gordejuela:

[...] su padre abuelo y demás causantes [...] es hijodalgo Notorio de Sangre Descendiente Lexítimo del Casa Solar de Palacio de el Valle de Gordejuela y el de Ayala y como tal fue declarado el citado Juan Palacios Su quarto abuelo [...] por los años de seiscientos y ocho y siguientes [...].

Está claro, que ambos títulos, el de conde de Casa Palacios y marqués de San Luis, venían por la ascendencia demostrable del origen vizcaíno (el lugar de Bolívar, Señorío de Vizcaya, merindad de Markina, así como los valles Gordejuela y Ayala). Los planes de la familia Palacios eran conseguir el título de marqués de San Luis a Juan Vicente, y el de conde de Casa Palacios a Simón:

Pienso después que salga ese asunto con la felicidad que me prometo solicitar nueva gracia, con la determinación de Conde de Casa Palacios para Simón interponiendo para esto los méritos y servicios de su padre [...].

Un año más tarde, Esteban decide abandonar las diligencias del título de Castilla para Juan Vicente Bolívar. Ya habían muerto el padre de Esteban, don Feliciano Palacios y Sojo y doña Concepción Palacios y Blanco, su hermana, la madre de los niños Bolívar. Aquéllos, abuelo y madre, eran los más interesados, desde Caracas, en activar el título nobiliario. Dado lo costoso de esas diligencias (en dinero, tiempo y trámites) el bueno de Esteban prefirió dedicar sus esfuerzos a tareas más provechosas como su ingreso en la Guardia de Corps Americana, gestionar cargos militares (en las Milicias de Voluntarios Blancos de Caracas) para sus hermanos así como hacer lo posible para que Simón y Juan Vicente viajaran a Madrid a vivir con él, procurándoles educación y protección.

Información extraída de La construcción de un Simón Bolívar vasco: del problema historiográfico a la cuestión identitaria. Por Alejando Cardozo Uscátegui, 2012.


El primer antecesor del linaje Bolívar en América fue el hidalgo Simón Bolívar “el Viejo”, que llega primero a Santo Domingo, entre 1550 y 1560, para pasar luego a Santiago de León de Caracas, provincia de Venezuela.
 
Ante el Gobernador don Diego de Osorio levantó una información de 1589, don Simón de Bolívar, llamado el Viejo, primero de su nombre en América, e ilustre antecesor del Libertador. Con el valioso testimonio de muy importantes personas como el Alguacil Mayor don Diego de Navarrete, el obispo Juan Martínez Manzanillo, el Visitador Diego de Leguizamón, el vecino Alonso Díaz Moreno, el Contador Bartolomé de Emazabel y el Tesorero Melchor de San Juan, hizo constar que era hijo dalgo de limpia casta, nacido y criado en la Villa de Marquina del Señorío de Vizcaya; de cuarenta y ocho años poco más o menos; y diestro en el manejo de cuentas y papeles. Residía en América hacía 34 años, los últimos catorce desempeñando el cargo de Escribano en la Real Audiencia de Santo Domingo. Aspiraba a uno de los oficios de Contador Mayor o Tesorero de la ciudad de Caracas, cargos que se hallaban vacantes. Contiene la Información otras valiosas noticias que el lector apreciará en la lectura del referido documento. Santo Domingo, 18 de setiembre de 1589.

viernes, 7 de agosto de 2020

Con gran tristeza...



Ante la campaña de acoso a S. M. el Rey D. Juan Carlos, a la Monarquía Parlamentaria y por ello a la Constitución Española del 78, diversas instituciones nobiliarias y caballerescas, tales como la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España y Títulos del Reino, la Real Asociación de Hidalgos de España, el Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid, el Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias, la Maestranza de Caballería de San Fernando, y la Orden de la Merced, entre otras, manifiestan su apoyo y lealtad.  



A continuación se reproduce el mensaje de apoyo a la Casa Real y, especialmente, a S.M. el Rey D. Juan Carlos, que la Maestranza de Caballería de San Fernando ha publicado en su página web corporativa 
Con gran tristeza y máximo respeto, hemos leído el comunicado de la Casa de S.M. El Rey, en la que transmite la carta que S.M. el Rey D. Juan Carlos I, dirigió a S.M. el Rey D. Felipe VI, comunicándole su decisión de trasladarse fuera de España.Una decisión meditada y serena de un gran Rey que, durante casi cuarenta años, ha querido lo mejor para España y la Corona.

No se nos escapa que el acoso mediático y el silencio cómplice de muchos, que no han querido o sabido poner freno a tantos ataques al Rey y a la Corona, así como a la defensa de la Constitución Española, han contribuido a esta triste decisión de S.M. El Rey D. Juan Carlos I.
También vemos con preocupación el ataque furibundo y oportunista de ciertos grupos políticos, que utilizan la vía mediática, para sostener un permanente ataque contra el Jefe del Estado y la Institución Monárquica

Desde esta Institución, deseamos ponernos a las órdenes de S.S.M.M. Los Reyes y apoyarles en cualquier decisión que tomen, en el marco de La Ley y de la Constitución Española.

Viva El Rey de España.


martes, 4 de agosto de 2020

Regla Manjón Mergelina. Erudita, coleccionista de arte, benefactora y mecenas. Condesa de Lebrija



Académica de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, nombrada Hija Adoptiva y Predilecta por el ayuntamiento de Sevilla. Rehabilita a su favor, por Real Decreto de 28 de octubre de 1912, el título de condesa de Lebrija, que había solicitado a Alfonso XIII.


Regla Manjón Mergelina nació en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), el 26 de octubre de 1851, en el seno de una familia hidalga hacendada. Su padre, Pedro Manjón y Fernández de Valdespino, nacido en 1803 y fallecido en 1865. Hidalgo en alistamiento de Sevilla en 1824, fue caballero de la Orden de Calatrava (Exp. 220, año 1853) y maestrante de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, fue alcalde de Sanlúcar en 1838 y estuvo vinculado al Partido Moderado, repitiendo como diputado a Cortes en varias legislaturas hasta ser nombrado senador vitalicio en 1863. Su madre, Leona de Mergelina y Gómez de Barreda, nacida en 1822, contrajo matrimonio en 1845 y se inició como empresaria bodeguera en unión de su marido. Su abuelo paterno, Pedro Manjón Miconi, fue comisario de marina.

Casa familiar en Sanlúcar



Aunque pertenecientes a familias ajenas al sector bodeguero y a cualquier otra actividad comercial, Pedro y Leona deciden invertir en el negocio más extendido entre la burguesía local y crean una firma vinatera a la que comercialmente se conocerá por el nombre de “Bodegas Manjón”. Al quedar viuda continuaría al frente de la que llegaría a ser una de las más importantes bodegas sanluqueñas cuyos vinos se comercializaban de forma indistinta bajo las denominaciones "Viuda de Manjón" o "Leona Mergelina”. Cuando Leona de Mergelina fallece en Sevilla el 23 de marzo de 1900, a los 77 años, su hija Regla Manjón, condesa de Lebrija, viuda de Federico Sánchez Bedoya, se hizo cargo del negocio de vinos que pasaría a llamarse “Regla Manjón, Viuda de Sánchez”. A la muerte de ésta, en 1938, “González Byass”, adquiere gran parte de ella, incluyendo la marca de manzanilla “El Rocío”. 


 Su hermana María Eduarda, V marquesa del Valle de la Reina, fue abuela de Rafael de León, poeta y letrista de muchas de las más famosas canciones populares españolas del siglo XX, entre ellas Tatuaje, Ojos verdes o María de la O. Su hermano Juan Manjón Mergelina, sería el IV Marqués de Méritos, casado con María de la Concepción Zaratiegui y Zulueta.

En 1895 contrae matrimonio en su localidad natal con Federico Sánchez Bedoya (1844-1898), hombre de fortuna, culto y conservador -perteneció al Partido Liberal Conservador durante la Restauración, fue diputado a Cortes por Sevilla, así como vicepresidente del Congreso, y  gobernador civil de Madrid-, y pasa a vivir a la ciudad de Sevilla, donde desarrolla una gran actividad cultural y de mecenazgo, especialmente interesada en la historia y la arqueología.

Federico Sánchez Bedoya
Durante su matrimonio llevó una vida más atenta a la actividad pública de su marido, siendo a partir de su viudedad cuando, careciendo de hijos, se vuelca en su pasión por el coleccionismo. Así, en 1901 adquiere la casa-palacio de la calle Cuna, paralela a la calle Sierpes, que posteriormente ampliaría con propiedades adyacentes, comprando el primero de los mosaicos romanos procedentes de Itálica que pavimentan en la actualidad casi la totalidad de su planta baja. Hasta 1914 fue completando su casa, dejando siempre a disposición de los investigadores el estudio de las distintas piezas y colecciones adquiridas, generosidad que le valió a la Real Academia de las Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, en 1918, a nombrarla académica de número, siendo la primera y única mujer en muchos años en la institución.

El actual palacio de Lebrija comienza a construirse como casa señorial con el estilo propio del siglo XV, la fachada es de estilo sevillano realizada en el mismo siglo, entre los siglos XVIII y XX es remodelado y ampliado. En sus orígenes esta casa perteneció a la familia Paiba, posteriormente fue propiedad de los condes de Corbos y los condes de Miraflores. En el año 1901 pasa a ser propiedad de Regla Manjón Mergelina, que lo restaura y acondiciona para albergar su valiosa colección de antigüedades, para lo que contó con la colaboración del arquitecto José Sáez y López. Como apasionada por la arqueología decidió adornarlo con piezas que aparecieron en terrenos de su propiedad, así como otras colecciones que compraba a comerciantes de antigüedades. Abierto al público como museo desde 1999.

Con el tiempo fue convirtiendo esta casa en un museo y en un archivo. Su biblioteca, en parte donada a la Universidad de Sevilla, refleja su amor por los libros. Con frecuencia presidía, convocaba o asistía a actos benéficos y acudía a numerosas audiencias reales, participando en la vida social y cultural de la ciudad.



En 1920 fue elegida académica correspondiente de la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y desde 1922 formó parte de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de Sevilla.

Además de su actividad en la defensa y difusión del patrimonio artístico de Sevilla, emprendió una admirable labor caritativa, especialmente entre los años 1904 y 1937, a beneficio de los niños abandonados, obra que le fue reconocida en 1938 por la Diputación Provincial de Sevilla.

A partir de 1916 fue también vicepresidenta de la Junta de la Lucha Antituberculosa, contribuyendo a la fundación del sanatorio antituberculoso de El Tomillar, en Dos Hermanas, recibiendo en ese mismo año del ayuntamiento de Sevilla el nombramiento de Hija Adoptiva y Predilecta de la ciudad.

Con motivo de la Guerra de África se ocupó en una intensa tarea para recaudar fondos y trabajando en favor de los hospitales militares en 1921, año en el que el rey Alfonso XIII le otorgó la Gran Cruz de la Beneficencia.

Falleció en Sevilla, el 19 de febrero de 1938 y su memoria, junto a la de su marido, se recuerda en el Panteón de Sevillanos Ilustres, situado en la cripta de la iglesia de la Anunciación de Sevilla.