viernes, 27 de diciembre de 2019

Tomás de Iriarte. Escritor, famoso por sus Fábulas literarias



Fue, junto con Félix María de Samaniego, uno de los fabulistas más importantes del siglo XVIII. Sobrino del académico Juan de Iriarte, a los catorce años se trasladó a Madrid, lo que le permitió adquirir una sólida educación. Traductor de la Secretaría de Estado y ocupó el cargo de archivero del Consejo de Guerra.

Tomás de Iriarte y Nieves Ravelo nació el 18 de septiembre de 1750 en el Puerto de la Orotava (actual Puerto de la Cruz) en la isla de Tenerife. Era hijo del matrimonio, celebrado el 28/XII/1732, entre Bernardo de Iriarte y Cisneros (nacido en 1705, teniente de las Milicias Provinciales) y de  Bárbara de las Nieves Ravelo, una familia de origen hidalgo cuya casa solar se ubicaba en Oñate (Guipúzcoa) y muy culta, varios de cuyos miembros se distinguieron como escritores, humanistas y funcionarios. Su abuelo paterno Juan de Iriarte y Echevarría, casado con Teresa de Cisneros y Escañuela de Orotava, y sus bisabuelos Pedro de Iriarte y López de Aguirre, casado con María Echevarría. Tomás tuvo cuatro hermanos: Bernardo (1735-1814), Juan Tomás (1735-1799), José (1739-1809), Domingo (1747-1795), y cinco hermanas: Bárbara, María Antonia, Carolina, Teresa y Antonia. Murió de gota el 17 de septiembre de 1791 en Madrid.


A la temprana edad de catorce años se trasladó a Madrid (donde aprendió latín, griego y francés) junto a su tío Juan de Iriarte (1702-1771) al que sucedió, tras la muerte de éste, en su puesto de oficial traductor de la primera Secretaría de Estado en 1771. Cuidó de las tres ediciones de la Gramática de su tío, que reconoció muy atentamente y de la recopilación y publicación de los dos tomos de obras sueltas de éste. En junio de 1776 el rey Carlos III lo nombró Archivero General del Consejo Supremo de Guerra.

Su carrera literaria se inició como traductor de teatro francés. Tradujo, además, el Arte poética, de Horacio, aunque fue muy discutida su versión.

Tomás de Iriarte fue el primer dramaturgo que consiguió dar con una fórmula que uniese las exigencias de los tratadistas del Neoclasicismo literario con los gustos del público. El éxito le llegó con la presentación de su obra El señorito mimado.

Era asiduo a las tertulias, saraos y reuniones tanto políticas como culturales, fue, pues, el prototipo del cortesano dieciochesco.

Su reconocimiento literario es obra principalmente de sus Fábulas literarias.

Su mayor popularidad se debió a las Fábulas literarias (1782), consideradas de mayor calidad poética que las de Félix María Samaniego (1781), en las que ensayó la utilización de diversas estrofas y versos, algo poco corriente en el género de la fábula, donde reunió una serie de poemas satíricos y moralizantes que encierran muchas veces una burla feroz de sus coetáneos.

De su actividad teatral cabe destacar el monólogo Guzmán el Bueno (1787), basado en el episodio medieval del cerco de Tarifa. Compuso el drama en prosa La Librería (1790) y tres comedias morales en verso, El don de gentes (1780), El señorito mimado (1787) y La señorita malcriada (1788), que tratan sobre la dificultad de educar a los hijos. Estas piezas son antecesoras de las comedias de Moratín y de la alta comedia del siglo XIX.

lunes, 23 de diciembre de 2019

Manuel Bernal de Huidobro. Gobernador de Sonora y Sinaloa


Tuvo un destacado papel, en la primera mitad del XVIII, en las provincias de Sonora y Sinaloa (virreinato de Nueva España), luchando contra los indios rebeldes.

Manuel Bernal de Huidobro nació en 1685 y falleció en torno a  1760. Fue regidor de la merindad de Valdivielso (Burgos), lo que sugiere que era nativo del lugar.

Ingresó joven en el ejército, sirviendo en España desde 1705 como cadete. En 1718 era ya teniente reformado de Caballería residiendo en Madrid cerca de la corte de Felipe V. En agosto de 1718 fue destinado al virreinato de Nueva España con el cargo de alcalde mayor de Huejotzingo (Puebla), que mantuvo hasta 1723. En 1725 se encuentra ya en la provincia de Sinaloa sirviendo como capitán del presidio del mismo nombre. Sus actividades estuvieron siempre relacionadas con la milicia y la administración castrense, en esta provincia fronteriza con permanentes sublevaciones de indios.

Escudo de Armas de Sinaloa
En 1727, y ante las dificultades para mantener a las distintas tribus indias en paz, solicitó la necesidad de establecer un nuevo presidio militar en Sonora. Mientras el virrey estudiaba sus informes al respecto siguió combatiendo durante 1729 a los indios seris y tepoacas. El exhaustivo informe del visitador Pedro de Rivera en 1729, proponiendo una disminución de la presencia militar en los presidios fronterizos, pesó mucho a la hora de denegar la petición de creación de uno nuevo.

El 24 de abril de 1733, y en atención a sus servicios y experiencia en los diversos empleos, le fue conferido el cargo de gobernador vitalicio de Sonora y Sinaloa, siendo el primer gobernador de esta provincia formada por los territorios de Sonora, Ostimuri y Sinaloa, que hasta entonces estaban sujetas a la jurisdicción de las provincias de Nueva Vizcaya y Nueva Galicia. Una de sus primeras actuaciones fue una campaña militar entre el otoño de 1735 y la primavera de 1736 que tuvo como objetivo a los indios seris que se habían sublevado en la zona de la Baja California. Debido a la precariedad de medios y hombres solicitó, con el apoyo de diversos capitanes presidiales, que se ampliaran las plazas de los dos presidios bajo su jurisdicción, al tiempo que rogaba se creara otro cerca del de Corodeguachi. Favoreció la expedición de Juan Bautista Anza a los territorios desconocidos de la Alta California en 1735, que acabó por dar como resultado el descubrimiento y fundación de los puertos de San Diego y Monterrey.

Territorios de la gobernación de Bernal de Huidobro

Sus actividades militares tuvieron continuación con su labor administrativa y misional. En la visita que hizo a la provincia detectó problemas entre las distintas comunidades, debido a que el control que los vascos y los jesuitas ejercían en toda la provincia era muy grande. Trató de evitar enfrentamientos con los religiosos jesuitas, aunque éstos se quejaron de las intromisiones del gobernador, ya que en el fondo ambos luchaban por el control de las comunidades indígenas.

En 1740 tuvo que enfrentarse a una grave sublevación de indios Yaqui, Pima y Mayo. Después de una dura campaña consiguió la rendición de los indios en octubre de 1740 en el Real de los Álamos. Sin embargo, y pese a este notable éxito militar, los jesuitas enviaron al virrey duque de la Conquista informes desfavorables de Huidobro. A principios de 1741 se le obligó a dejar el cargo vitalicio de gobernador. El siguiente gobernador de Sonora y Sinaloa sería el vizcaíno sargento mayor de Sonora Agustín de Vildósola y Aldecoa, cercano a los intereses de los jesuitas, con los que ya Bernal de Huidobro se había enfrentado en algunas ocasiones.

Aunque Huidobro se defendió y pleiteó duramente, nunca pudo ser repuesto en el cargo. En 1759, la Corona intentó compensarle con el cargo de gobernador de la provincia de Popayán, pero no lo pudo aceptar debido a su avanzada edad. Los pleitos para resarcir su honor duraron hasta su muerte, siéndoles finalmente favorables y otorgándosele para él y sus herederos la pensión que se le adeudaba.

Para saber más: 

sábado, 21 de diciembre de 2019

Pablo Morillo y Morillo. Militar. Conde de Cartagena y marqués de la Puerta


Llamado a veces “el Pacificador” por cumplir el encargo de Fernando VII de poner orden en los territorios sublevados de América. Mantuvo continuos enfrentamiento en Venezuela y Colombia, luchando contra Bolívar, Arizmendi, Marino y otros caudillos americanos. Tras firmar la tregua de Trujillo, regresó a España en 1820, donde fue distinguido con diversos títulos nobiliarios.


Pablo Morillo nació en Fuentesecas  (Zamora)  en mayo de 1775, siendo sus padres Lorenzo Morillo y María Morillo, campesinos gallegos, probablemente hidalgos. Contrajo nupcias en dos ocasiones: la primera en 1795 con Joaquina Rodríguez, y la segunda en 1815, tras la muerte de Joaquina sucedida en 1805, con María Josefa del Villar, natural de Cádiz.

Dedicado en su juventud al pastoreo de ovejas, en 1786, por iniciativa de un amigo de su padre, fue enviado a Salamanca a realizar algunos estudios, que pronto dejó para ingresar, en marzo de 1791, al servicio de las tropas de la Marina Real, donde fue escalando posiciones rápidamente. Luchó en Trafalgar (1805), en Bailén (1808) a las órdenes del General Castaños y alcanzó el grado de teniente general tras la batalla de Vitoria (1813). En 1815 fue destinado a América al mando del ejército expedicionario para reprimir el movimiento independentista.

Fernando VII lo nombró comandante de las tropas que envió a las colonias americanas para sofocar el levantamiento independentista (finales de 1814), y con gran contundencia se apoderó de Cartagena de Indias y Santa Fé, tras vencer en diversas ocasiones a Santiago Mariño y a Simón Bolívar. Posteriormente, en 1819, recibiría los títulos de Conde de Cartagena y Marqués de La Puerta como reconocimiento a sus victorias. Caballero Gran Cruz de Carlos III, de Isabel la Católica y Regidor Perpétuo de La Coruña. 

Pasaporte militar de Pablo Morillo

Salió de Cádiz el 17 de febrero de 1815 con 15.000 hombres en 75 buques, anclando frente a las playas de Carúpano (Venezuela) el día 15 del mes siguiente. El 7 de abril tomó la isla Margarita indultando al líder patriota Juan Bautista Arismendi y generando la huída del general Francisco Bermúdez hacia las Antillas y Cartagena. La rebelión de Arismendi, quien retomó el control de la isla, es catalogada por la mayoría de los historiadores como el hecho que alteró el carácter del general Morillo, haciéndolo implacable y cruel con los patriotas.
 

Pablo Morillo destacó por emprender la más grande represión contra el pueblo granadino (Nueva Granada), conocida como el Régimen del Terror*; ofreció la libertad a los esclavos que denunciaran o presentaran a algún cabecilla revolucionario, lo cual atrajo a muchos negros, que se unieron a la defensa del rey Fernando VII. De esta forma llevó al patíbulo a algunos personajes colombianos tales como Camilo Torres Tenorio, Francisco José de Caldas, Liborio Mejía y Jorge Tadeo Lozano, entre otros.

Con uniforme de Capitán
*A mediados de febrero de 1816 salió de esa ciudad rumbo a Santa Fé, a donde llegó el 26 de mayo. En su marcha a la capital neogranadina, y como medida para reclutar hombres para sus tropas, expidió desde Ocaña (24 de abril de 1816) un decreto que ofrecía la libertad a los esclavos que denunciaran o presentaran a algún jefe patriota. 

Bajo sus órdenes fueron ejecutados más de un centenar de patriotas, confiscados sus bienes y desterradas sus esposas e hijas, en lo que se denomina en la historia colombiana como “El Régimen del Terror”. 


En 1819 fue vencido por Simón Bolívar en Bocayá, derrota que tuvo como consecuencia la declaración de independencia de la Gran Colombia y la firma del armisticio de Trujillo (1820). A su regreso a España,  entre 1826 y 1830, escribió sus Memorias relativas a los principales acontecimientos de las campañas de América y Táctica militar, y escribió para varios diarios


Favorable a los absolutistas tras la revolución de 1820, se declaró partidario después de los constitucionalistas y fue nombrado capitán general de Castilla la Nueva en 1821. Cuando Fernando VII recuperó el poder, lo destituyó de todos los cargos y, en 1824, se exilió en Francia, de donde no regresó hasta 1832, cuando fue nombrado capitán general de Galicia. Participó en la Primera Guerra Carlista con el bando liberal, en apoyo de la reina Cristina, pero no tardó en retirarse por problemas de salud. Murió exiliado en Barèges (Francia), en julio de 1837. Morillo murió pobre, por lo que después de su muerte, su viuda se vio obligada a solicitar la ayuda real para mantener a sus cinco hijos menores.

martes, 17 de diciembre de 2019

José Ortiz de la Torre y Huidobro. Realizó la primera operación a corazón abierto en España



A lo largo de su vida practicó más de treinta mil intervenciones quirúrgicas. Fue fundador de la primera sala de cirugía infantil del Hospital Provincial de Madrid.

El doctor Ortiz de la Torre fue el primer médico español, y uno de los dos o tres primeros del mundo que, hace ciento doce años, practicó una operación a corazón abierto. También, fue escritor y, a pesar de una exigua producción escrita, constituyó una figura eminente de su tiempo.

Ortiz de la Torre en 1905

José Ortiz de la Torre y Huidobro nació en Santander (Cantabria), el 21 de setiembre de 1858, en el seno de una familia hidalga de médicos y arquitectos, siendo hijo de Eduardo Ortiz de la Torre y Soto y de Asunción de Huidobro y Alparseque. Falleció en Madrid, el 24 de marzo de 1928.

Hijo de marino, inició sus estudios de Medicina en la Universidad de Valladolid y los finalizó en Madrid. Por oposición ganó la plaza de cirujano de sala del Hospital General de Madrid en 1885. Adquirió gran popularidad, cuando la voladura accidental del vapor Cabo Machichaco, atracado en el puerto de Santander y que transportaba un puente de hierro y clandestinamente dinamita, produjo la catástrofe de seiscientos muertos y más de mil heridos. Ortiz de la Torre acudió a la llamada de su amigo el marqués de Comillas y organizó y dirigió los hospitales de sangre, al tiempo que improvisó uno en el Gran Hotel del Sardinero. Por su actuación, recibió la Cruz de Beneficencia. Asimismo, participó activamente en la gran epidemia de cólera de Aranjuez (1885).

Como vocal, formó parte de la Junta del Colegio Médico de Madrid, presidida por Ángel Pulido Fernández, entre 1907 y 1915. Colaboró con el doctor Pando y Valle, promotor y difusor del proyecto de la Caja de Socorro para Huérfanos y Viudas de Médicos y de los Inutilizados en el Ejercicio de la Profesión (1913).

Ortiz de la Torre fue también médico director de los Ferrocarriles del Norte, agregado a la Facultad de Medicina y académico numerario de la Academia Médico-Quirúrgica Española (1900). Formó parte del patronato científico del III Congreso Nacional de Ciencias Médicas (Valencia, 1928), junto con los doctores Peset Cervera, Cardenal, Madinaveitia y Ramón y Cajal.

En cuanto a su labor como cirujano, hay que destacar que Ortiz de la Torre fue quien realizó la primera sutura arterial en España, caso que presentó en la Academia Médico-Quirúrgica Española (1902). Fue también el primer cirujano español que operó el corazón. En 1907, suturó el corazón en un joven, Florentino, de dieciocho años que había sido herido en el pecho con una lámina de vidrio, que se partió, dejando dentro tres centímetros de su punta (1907). Por otro lado, en colaboración con Goyanes, aplicó la técnica de la gastroscopia para elaborar el diagnóstico intraoperatorio de la úlcera gastroduodenal y desarrolló una técnica propia para la operación de las hernias. También, se le debe la invención de instrumental quirúrgico, como la pinza de coprostasia, y un separador.

A su muerte se le homenajeó en el Colegio de Médicos, en un acto concurridísimo en el que intervinieron el presidente y los doctores Asúa, Picabea, Marañón y Oller. Recordado por sus contemporáneos con una placa en el Hospital General de Madrid, cuya nscripción resumía su obra: “Aquí operó y enseñó a operar Ortiz de la Torre”.

jueves, 12 de diciembre de 2019

Ángel de los Ríos y de los Ríos. Escritor, académico, genealogista e historiador



Jurista y escritor, tuvo una vida agitada y fecunda, dedicando parte importante de su actividad a la investigación histórica, en la que manifestó una extraordinaria erudición. Más conocido por el 'Sordo de Proaño', o quizás porque José María de Pereda inmortalizó el lugar en su novela 'Peñas Arriba'.



Nacido en familia hidalga, en Proaño, (Campoo de Suso) el 20 de febrero de 1823, era hijo de don Ángel de los Ríos Mantilla, el señor de la torre de los Ríos en Proaño y de doña Inés de los Ríos y Muñoz de Velasco, perteneciente a la Casona de Naveda, vivió treinta años en el lugar, desde 1857, cuando regresó al pueblo tras ocupar importantes cargos en la administración pública de Burgos y Salamanca y ejercer de periodista en Madrid, en el rotativo 'La Esperanza'. 

Siendo ya mayor, sesentón, casó con su criada: Secundina Rodriguez, con la que había tenido dos hijos antes del matrimonio, el primero en 1888, ambos muertos sin descendencia. Ángel falleció repentinamente, cuando iba a caballo por un prado al lado de la casa llamada Traslatorre, en el mismo lugar donde nació, el 3 de agosto de 1899.

Torre de Proaño
Don Ángel de los Ríos llegó a la Real Academia de la Historia el 26 de enero de 1866, día de su elección, a propuesta de la Comisión Mixta de la Institución, dando las gracias por la “honra recibida” desde Madrid y leídas el 9 de marzo del mismo año. Ocupó la categoría de Académico Correspondiente que institucionalizó por Real Orden el Rey Carlos III el 26 de abril de 1770 para todos los ilustres historiadores que no residieran en Madrid.

Fue Ángel de los Ríos de los Ríos un académico entregado a las tareas que le encomendó la institución. En su expediente y en numerosas actas de la Real Academia se relacionan muchas de sus comunicaciones, siendo el impulsor de las primeras excavaciones en Julióbriga donde encuentra monedas, medallas y diversos objetos que fue donando a la Academia de la Historia, que en agradecimiento le recompensa mandándole los libros que vaya publicando o que ya publicados tengan en existencia, lo cual le permite tener una excelente biblioteca histórica. Sus  hallazgos arqueológicos, inscripciones, monedas y otros muchos objetos ponen de manifiesto  su actividad incansable y muy eficaz en los 33 años que ostentó el honor de Académico de la Real de Historia, una etapa muy fructífera.

Por su expediente en el Archivo de la RAH sabemos que el 16 de abril del año 1866 –el de su elección- se elevó a la Dirección General de Instrucción Pública un informe de la Academia sobre la publicación de su obra El Libro Becerro de Behetrías, y más adelante, en junta del 27 de dicho mes y año, leyó don Ángel de los Ríos en la sede de la docta casa un trabajo sobre el autor de la Crónica del Rey don Alfonso XI.

En 1869 escribió y presentó a la Academia su trabajo titulado “La verdad sobre la rebelión de don Sancho “el Bravo”, contra su padre don Alfonso El Sabio, rey de Castilla y Emperador de Alemania”. Elaboró títulos de gran interés, entre los que destaca por su interés histórico-regional el referido a los  Campamentos romanos en Julióbriga, publicado en el Tomo XIV Boletín de la Real Academia de la Historia del año 1889. Otros trabajos reconocidos por la Real Academia llevan por título "El origen de los apellidos castellanos" y "Las behetrías o fueros castellanos", publicados en 1871 y  1876, respectivamente.

Ya para entonces, en 1856, había traducido Los Edas del escandinavo antiguo; trabajo por el que el Rey de Suecia le concedió una alta distinción. Otro trabajo importante de su autoría se refiere a Colón y los montañeses en el descubrimiento de América, editado en 1892, con motivo del IV Centenario.

En reconocimiento a su dedicación al progreso de su tierra, la Diputación Provincial le nombró Cronista Oficial de Santander.

Nota: En la biblioteca de don Ángel de los Ríos en su Casa de Proaño destacaban los 50 tomos de "La España Sagrada" del P. Florez de Setién y Huidobro, uno de los cuales con sus teorías sobre las fuentes del Ebro, sirvió de base para recuperar  el nombre de Cantabria, contando con el dictamen favorable de la Real Academia de la Historia.

Para saber más:

martes, 10 de diciembre de 2019

Francisco García Huidobro. Fundador de la Real Casa de Moneda de Chile. Marqués de Casa Real

Marqués de Casa Real, es un título nobiliario español otorgado el 8 de noviembre de 1760 a Francisco García y Huidobro, Gómez de Zorrilla y Alonso de Huidobro, Tesorero Perpetuo de la Real Casa de Moneda de Chile y Caballero de Santiago.
   
 

Francisco García y Huidobro, nació en. Quecedo (Burgos) el 14 de Octubre de 1697, Tesorero General de cruzada del Reino de Chile en 1737, Alguacil Mayor de la Real Audiencia en 1740, Corregidor del partido de Aconcagua en 1740 (cargo por el que pagó 1.000 pesos), Caballero de la Orden de Santiago 1742, fundador de la Casa de Moneda de Chile en 1743, I Vizconde de San Gerónimo, primer Marqués de Casa Real por Real Decreto de 6 de Julio de 1760, del que obtuvo el Real Despacho el 4 de Setiembre del mismo año, el cual casó en Santiago, parroquia del Sagrario, el 15 de marzo 1737 con Francisca Javiera Briand de la Morandais y del Solar, fallecida 12 de Febrero de 1789, hija de Juan Francisco Briand de la Morigandais y Guillaumine, bautizado en San Malo en 1682, Capitán de Fragata de la Real Arma­da francesa y de Juana Cagigal del Solar, nacida Concepción.


Escudo de Huidobro en su casa solar de Quecedo
Fue hijo de Pedro Manuel García y Gómez de Zorrilla, bautizado en Medina de Pomar, iglesia de Salcinal, en 1663; Regidor de Quecedo, Alcalde de la Santa Hermandad… y de Francisca Antonia de Huidobro y Alonso de Huidobro, natural de Quecedo. Falleció  en Santiago el 23 de Octubre de 1773.

Torre de Huidobro, en Quecedo (Burgos)
Casa de la Moneda en Chile. Actual Palacio Presidencial
 

En 1743 encargó en Madrid la fabricación de la maquinaria necesaria para la Casa de Moneda de Santiago de Chile. El 10 de septiembre de 1749 fue acuñada en oro la primera moneda con la imagen del Rey Fernando VI.

domingo, 8 de diciembre de 2019

Juan de Goyeneche. Político y promotor de Nuevo Baztán



La hidalguía de la mayor parte de los habitantes de Elizondo (Navarra) facilitó que muchos ciudadanos hicieran carrera en el ejército y la burocracia de la Monarquía Hispánica. Destacó sobre todos Juan de Goyeneche, fundador del primer periódico de España, político y promotor del palacio y fábrica del madrileño Nuevo Baztán, un complejo agrícola-industrial donde trabajó sobre la idea de aplicar el Colbertismo a una empresa propia.


Juan (Antonio) de Goyeneche y Gastón nació en Arizkun (Valle de Baztán, Navarra) en octubre o septiembre del año 1656, muy cerca de la frontera con Francia.


La capital del valle del Baztán es Elizondo, que agrupa quince lugares hermanados, con casas solariegas y edificios monumentales. La hidalguía de los baztaneses fue confirmada en 1441 por el Príncipe de Viana.

Fue el menor de los seis hijos (Juan, Tomás, Andrés, Juan Antonio, Catalina e Isabela) que tuvieron don Martín de Goyeneche y Echenique y doña Catalina Gastón, hidalgos navarros, Señores de la casa de Goyeneche (Goyenechea), que contaban con una situación económica relativamente acomodada. Su hermano mayor Andrés heredó las propiedades de la familia*, según las costumbres del Valle, y Juan fue mandado a Madrid con catorce años (1670) para que asistiera al Colegio Imperial de los Jesuitas (actual Colegio de San Isidro), donde estudió humanidades con gran provecho. En 1689 contrae matrimonio con doña Maria Balza, que era hija de Don Martín Balza, descendiente de navarros y oficial segundo de la Secretaria de Millones, aportando la novia una dote de 8.000 ducados.


* Martín de Goyeneche, hijo de Juan de Goyeneche; de Ordoqui, y de Maria de Echenique, que había nacido en 1616 hace testamento el día 27 de octubre de 1676 y declara heredero a su hijo Andrés.

Aficionado a los libros, sobre todo a los de Historia, Goyeneche hubo de sacrificar sus inclinaciones a las Bellas Letras, para dedicarse a aquella carrera secretarial a la que eran tan dados, según repetidos testimonios de la época, otros hombres de su tierra. En plena juventud, Goyeneche se granjeó, al parecer, la confianza de Carlos II, que le encargó de la administración de sus gastos secretos.

Después vino a encargarse también de la Tesorería General de las Milicias, y más tarde por voluntad del mismo Carlos II, fue nombrado tesorero de la reina, empleo en el que siguió con su sucesora la mujer de Felipe V, D.ª María Luisa de Saboya, y la segunda mujer de aquél, D.ª Isabel de Farnesio. Además de estos empleos, que le permitían relacionarse con lo más granado de la sociedad española, fue Goyeneche el hombre de las iniciativas y empresas múltiples y el discípulo aventajado de un Colbert, naturalizado en España ya antes del advenimiento de los Borbones.

Goyeneche había estado muy vinculado a la antigua dinastía, la de los Austrias, cuya continuación propugnaban quienes apoyaban al archiduque Carlos, pero su carácter y sus ideas sobre la renovación nacional le situaban en la vanguardia política e hicieron que se comprometiera abiertamente en la causa del futuro Felipe V. Ello le llevó a costear cierto utillaje o hacer préstamos junto con otros empresarios ennoblecidos, como el marqués de Campoflorido y el conde de Moriana del Río, para convertirse así en un apoyo financiero imprescindible para salvar la coyuntura crítica de la causa borbónica en la Guerra de Sucesión Española (préstamo de 1709). También prestó ayuda para el abastecimiento de la tropa, e incluso, cuando el apoyo de Luis XIV a su pariente pareció flaquear, levantó una fábrica de paños (en Olmeda de las Fuentes/ Madrid, una fábrica con 32 telares, que empleaba a 800 personas) para abastecer de uniformes al Almacén General de Vestuarios para la Tropa y así no tener que importarlos de Francia. Fue armador y proveedor de la Real Marina, habiendo hecho una contribución importantísima en navíos para la defensa de Cádiz cuando ésta fue atacada por los ingleses el 30 de setiembre de 1702.

Destacan, entre otras, la fundación, de 1709 a 1713, del poblado del Nuevo Baztán, "primer ejemplo de fundación particular de tipo colbertiano en España" y claro precedente de las nuevas poblaciones de Sierra Morena; el corte y conducción del maderamen a través de los Pirineos para fábrica de navíos y galeras; sus diversas tentativas de explotación industrial de una fábrica de vidrios en el Nuevo Baztán, para la que contrató hasta veinte familias de fabricantes extranjeros; las diferentes fábricas de textiles (asimismo con oficiales traídos de Francia y del Norte), de gamuzas, antes, sombreros, papel, licorería, brea y alquitrán, que erigió en diversos lugares de la geografía peninsular, como asentista de la Marina.

Palacio e Iglesia en Nuevo Baztán (Madrid)
En Madrid, la familia Goyeneche deja también importante huella con la edificación del palacio Goyeneche, obra de Churriguera, en la calle de Alcalá; junto a la Puerta del Sol, hoy sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Su apoderado principal y sobrino, Juan Francisco de Goyeneche, Marqués de Ugena, legó a los descendientes de su tío el Palacio de la Calle Huertas, hasta fecha reciente sede de la Cámara de Comercio de Madrid.

Real Academia de Bellas Artes (Madrid)
En el año 1684, como muestra de su religiosidad, es cofundador de la Real Congregación de San Fermín de los Navarros, en cuya Junta acepta el cargo de Celador de Pobres. Su citado sobrino y sus hijos fueron Prefectos de la Real Congregación, prefectura que posteriormente asumieron los Reyes de España.

Goyeneche fue el creador "del primer periódico español con vida regular y montado, hasta cierto punto, a la moderna", al dar vida a La Gaceta de Madrid en 1697, y el mecenas incondicional de las letras y de las artes. Además, Juan de Goyeneche cultivaba ciertas aficiones a los estudios históricos y a las tareas de la pluma. En 1685 publicó en Madrid la Executoria de la nobleza, antigüedad y blasones del Valle del Baztán, que dedica a sus hijos y originarios, que viene a ser un claro exponente del cariño que seguía profesando a su país natal.


Escribió también la vida de D. Antonio de Solís, que figura en algunas ediciones de la Historia de la Conquista de México..., del celebrado escritor español, del que recogió y publicó asimismo una colección de Varias poesías, sagradas y profanas..., impresa en Madrid en 1692. Murió en Nuevo Baztán (Madrid), el 12 de abril de 1735, y rechazó cualquier título nobiliario.

Don Juan Tomás de Goyeneche, su sobrino y dueño de "Goyenechea", obtuvo en 1721 que su casa fuera elevada a la categoría de Palacio de Cabo de Armería, con derecho a ser llamado a las Cortes Generales del Reino de Navarra en el brazo militar. El palacio "Goyeneche" de Arizcun no existe actualmente. La piedra armera de la fotografía se encuentra al frente de "Lamiarrita", palacio de Arizkun que fuera construido por Juan Tomás.



Estas armas de alianza son las mismas que lucía el palacio "Goyeneche" a comienzos del siglo XVIII. De acuerdo a la información que en 1728 levantara Don Francisco Miguel de Goyeneche para ingresar a la Orden de Santiago, los cuarteles con las flores de lis y los lobos correspondían a las armas originales de "Goyenechea", mientras que aquellos que llevaban las flores de lis con las media lunas se incluían por su entronque con el palacio "Echenique" de Erratzu.


miércoles, 4 de diciembre de 2019

Martín Fernández Cerón. Veinticuatro y Señor de la Torre de Guadiamar


Señor de Merlina, vasallo del Rey, Señor de Castilleja de Talhara, Alcalde mayor de Sevilla, Alcaide de sus Alcázares y tenedor de las Atarazanas reales, tutor de Enrique de Guzmán, conde de Niebla, Señor de la Torre de Guadiamar.


Hijo de Domingo Cerón, segundón de una familia hidalga de Baeza* (Jaén) encuadrada de lleno en esa pequeña nobleza que hizo de la frontera y de la ocupación de cargos municipales su género de vida, es el primer Cerón que se establece en Sevilla. Al final de su vida, su trayectoria era verdaderamente espectacular: veinticuatro, mayordomo procurador, fiel ejecutor y alcalde mayor de la ciudad; vasallo del rey y alcaide de sus Alcázares y Atarazanas, señor de Merlina y de la Torre de Guadiamar, e incluso, según alguna fuente, caballero de Santiago.

*Ruy Díaz de Cerón fue regidor en Baeza en el año 1411, hijo de Diego Cerón y Mayor Alonso Navarrete, casó con Catalina Ramirez Fuenmayor.

Sin embargo, las primeras noticias que se disponen de él, le presentan en actividades de otro género: en 1384 hay un mandamiento en la ciudad de Sevilla a Pedro Jiménez para que entregue 20.000 maravedíes a Martín Fernández Cerón a cuenta de lo que la ciudad le debía de las monedas que recaudaba por el rey ese año Ya en 1387, en febrero, hace de hombre de paja de Alonso Fernández Marmolejo (casado con Juana de Horta) en la compra del lugar fronterizo de Hornos y poco después, en septiembre de 1389, declara que esa adquisición la había hecho para el mencionado caballero, En 1391 era ya veinticuatro de Sevilla; en 1392-93 fue mayordomo de la ciudad, y antes de 1396 alcanzó la alcaidía de sus Alcázares y Atarazanas, ya que ese año se encargó, como tal, de construir una poderosa armada con la que el almirante Diego Hurtado de Mendoza corrió las costas portuguesas a fines del verano. En 1400 era procurador del concejo en la corte.

No se sabe desde qué fecha tenía la alcaldía mayor, pero en 1402 Enrique III le destituyó de la misma durante su segunda visita a Sevilla, por lo que hubo de  adquirirla antes. No la ejerció mientras vivió el rey y el cabildo permaneció suspendido en sus funciones, pero en 1407 volvió a ella y en 1408 era, además, fiel ejecutor. Ese mismo año fundó mayorazgo, el 17 de agosto, en Sanlúcar de Barrameda y ante Cristóbal Sánchez de Villacis, de las casas de su morada en la collación de La Magdalena y de la Torre de Guadiamar.

El señorío se mantuvo en la familia Cerón durante ocho generaciones, hasta que fue integrado en las posesiones de la familia Sousa, descendientes del noble portugués Hernán Armijo de Sousa, quienes fueron sus nuevos señores, titulándose vizcondes de la Torre de Guadiamar, y cuyo último señor fue Pedro Isidro de Sousa de Portugal y Guzmán, quién dejó de serlo en 1830 por la disolución de los señoríos por parte de las Cortes de Cádiz.

Casó Martín Fernández Cerón con Leonor Sánchez de Mendoza, hija del alcalde mayor Fernando Díaz de Mendoza y de doña Sancha Manuel, de la que tuvo un hijo (Juan) y dos hijas (Leonor y Mayor). El 30 de septiembre de 1410 otorgó testamento.

Una sola generación había bastado a este linaje para hacerse un hueco en la élite sevillana. El nivel alcanzado por Martin Fernández va a marcar a la familia en los dos siglos siguientes. Sin grandes variaciones, los Cerón, plenamente integrados en la aristocracia, conservarán un recuerdo perenne de su fundador, visible en la imposición de su nombre, Martín, a los primogénitos de cada generación.

Nota. Texto extraído de la obra: Los orígenes sociales de la aristocracia sevillana del siglo XV, por Rafael Sánchez Saus