Jurista y escritor, tuvo una
vida agitada y fecunda, dedicando parte importante de su actividad a la
investigación histórica, en la que manifestó una extraordinaria erudición. Más
conocido por el 'Sordo de Proaño', o quizás porque José María de Pereda
inmortalizó el lugar en su novela 'Peñas Arriba'.
Nacido
en familia hidalga, en Proaño, (Campoo de Suso) el 20 de febrero de 1823, era hijo
de don Ángel de los Ríos Mantilla, el señor de la torre de los Ríos en Proaño y
de doña Inés de los Ríos y Muñoz de Velasco, perteneciente a la Casona de
Naveda, vivió treinta años en el lugar, desde 1857, cuando regresó al pueblo
tras ocupar importantes cargos en la administración pública de Burgos y
Salamanca y ejercer de periodista en Madrid, en el rotativo 'La Esperanza'.
Siendo ya
mayor, sesentón, casó con su criada: Secundina Rodriguez, con la que había tenido dos
hijos antes del matrimonio, el primero en 1888, ambos muertos sin descendencia. Ángel falleció repentinamente,
cuando iba a caballo por un prado al lado de la casa llamada Traslatorre, en el
mismo lugar donde nació, el 3 de agosto de 1899.
Torre de Proaño |
Don Ángel de los Ríos llegó a la Real Academia
de la Historia el 26 de enero de 1866, día de su elección, a propuesta de la
Comisión Mixta de la Institución, dando las gracias por la “honra recibida”
desde Madrid y leídas el 9 de marzo del mismo año. Ocupó la categoría de Académico Correspondiente que
institucionalizó por Real Orden el Rey Carlos III el 26 de abril de 1770 para
todos los ilustres historiadores que no residieran en Madrid.
Fue
Ángel de los Ríos de los Ríos un académico entregado a las tareas que le
encomendó la institución. En su expediente y en numerosas actas de la Real
Academia se relacionan muchas de sus comunicaciones, siendo el impulsor de las
primeras excavaciones en Julióbriga donde encuentra monedas, medallas y
diversos objetos que fue donando a la Academia de la Historia, que en
agradecimiento le recompensa mandándole los libros que vaya publicando o que ya
publicados tengan en existencia, lo cual le permite tener una excelente
biblioteca histórica. Sus hallazgos
arqueológicos, inscripciones, monedas y otros muchos objetos ponen de
manifiesto su actividad incansable y muy
eficaz en los 33 años que ostentó el honor de Académico de la Real de Historia,
una etapa muy fructífera.
Por
su expediente en el Archivo de la RAH sabemos que el 16 de abril del año 1866
–el de su elección- se elevó a la Dirección General de Instrucción Pública un
informe de la Academia sobre la publicación de su obra El Libro Becerro de Behetrías, y más adelante, en junta del 27 de
dicho mes y año, leyó don Ángel de los Ríos en la sede de la docta casa un
trabajo sobre el autor de la Crónica del
Rey don Alfonso XI.
En
1869 escribió y presentó a la Academia su trabajo titulado “La verdad sobre la
rebelión de don Sancho “el Bravo”, contra su padre don Alfonso El Sabio, rey de
Castilla y Emperador de Alemania”. Elaboró títulos de gran interés, entre los
que destaca por su interés histórico-regional el referido a los Campamentos romanos en Julióbriga, publicado
en el Tomo XIV Boletín de la Real Academia de la Historia del año 1889. Otros
trabajos reconocidos por la Real Academia llevan por título "El origen de
los apellidos castellanos" y "Las behetrías o fueros
castellanos", publicados en 1871 y
1876, respectivamente.
Ya
para entonces, en 1856, había traducido Los Edas del escandinavo antiguo;
trabajo por el que el Rey de Suecia le concedió una alta distinción. Otro
trabajo importante de su autoría se refiere a Colón y los montañeses en el
descubrimiento de América, editado en 1892, con motivo del IV Centenario.
En
reconocimiento a su dedicación al progreso de su tierra, la Diputación
Provincial le nombró Cronista Oficial de Santander.
Nota: En la biblioteca de don Ángel de
los Ríos en su Casa de Proaño destacaban los 50 tomos de "La España Sagrada" del P. Florez de Setién y Huidobro, uno de los
cuales con sus teorías sobre las fuentes del Ebro, sirvió de base para
recuperar el nombre de Cantabria, contando con el dictamen
favorable de la Real Academia de la Historia.
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