jueves, 14 de diciembre de 2023

Ramón Verea de Aguiar. El gallego que inventó la calculadora moderna hace 145 años

 

Uno de tantos gallegos prácticamente desconocidos,… ingeniero, inventor, periodista y escritor. Ideó la Verea Direct Multiplier, primera calculadora mecánica moderna, pionera en realizar de forma directa las cuatro operaciones aritméticas básicas, que patentó en New York

Su máquina es considerada por los expertos en computación como el precedente de las calculadoras modernas y ha marcado un antes y un después en la historia.


Ramón Silvestre Verea de Aguiar y García nació el 11 de diciembre de 1833 (año en que muere Fernando VII) en San Miguel de Curantes, pequeña parroquia sita en el municipio de A Estrada, en Pontevedra. Sus padres, Florentina García de Porto y Juan Verea Aguiar se dedicaron al mundo rural y eran una familia hidalga acomodada. Sus abuelos paternos Pedro de Verea y Maria Filloy vecinos del lugar de Esmorís de la parroquia de Curantes, y abuelos maternos Jorxe Garcia y Feliciana de Porto,vecinos del lugar de Frean de la parroquia de Santa Cristina de Vinseiro .

Su tío, el clérigo Francisco de Porto, fue su maestro hasta que cumplió 13 años. Con él descubrió su pasión por la mecánica y mostró un intelecto inusual para su temprana edad.

Ramon Verea, biografia por Olimpio Arca Caldas (PDF, 127 páginas)

Casa natal de Verea en Curantes

En 1846, ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Santiago de Compostela, pero tras obtener unas calificaciones académicas muy bajas, aconsejado por su tío, decidió estudiar la carrera eclesiástica en el Seminario Conciliar de Santiago, donde estuvo seis años, desde 1848 a 1854. Ramón Silvestre Verea fue expulsado por sus ideas progresistas, anticlericales y contrarias a la fe católica, aunque estaba becado y contaba con un buen expediente académico.

En 1855, con 22 años de edad, Ramón Verea decidió probar suerte y emigrar a Cuba, donde se dedicó a la docencia y al periodismo, aprendió inglés y escribió sus primeras novelas, “La cruz de Cobblestone” y “Una mujer con dos maridos”. En el diario El Progreso aprendió los oficios de cajista, corrector y redactor y, en 1862, llegó a ser su director. En este diario publicó sus dos novelas, que proporcionaron un aumento de lectores a pesar de contener argumentos subversivos. En 1863, sacó su lado inventor y creó una máquina para plegar periódicos.


Tras una breve estancia en Puerto Rico, en 1865, decidió trasladarse a Nueva York, donde ejerció como profesor de español, traductor y viajante de maquinaria, e intentó patentar su máquina plegadora, pero pop la falta de financiación decidió vender el invento.

En 1867 regresó a Cuba para instalar en La Habana una agencia importadora de novedades tecnológicas, que le permitió establecer muchos contactos con inventores, fabricantes e intermediarios. En 1874, trabajando de cambista entre La Habana y Nueva York, le surgió la idea de desarrollar un dispositivo capaz de calcular de forma ágil las equivalencias entre oro, dinero y divisas. Con esa idea, en 1875 Ramón Verea volvió a Nueva York para crear una agencia industrial para la compra de inventos y máquinas, y trabajó como redactor en el periódico de lengua española, ’El Cronista’, donde en 1877 asumiría la dirección.



Ramón Verea, que se había formado en mecánica e ingeniería, siguió con su idea de desarrollar un dispositivo capaz de realizar cálculos de forma ágil. En 1878, se hizo realidad su máquina Verea Direct Multiplier y la presentó en la Exposición Mundial de Inventos, en Matanzas (Cuba), obteniendo el primer premio. Un mes más tarde, el 10 de septiembre de 1878, Verea obtuvo para su invento la patente norteamericana nº 207.918. Verea Direct Multiplier, capaz de sumar, restar, multiplicar y dividir cifras de nueve dígitos.

Los sistemas mecánicos disponibles hasta entonces solo realizaban sumas, que repetían de forma reiterativa para efectuar multiplicaciones, repitiendo los movimientos mecánicos correspondientes. La novedad de la suya, de 26 kg de peso, fue que realizaba de forma directa multiplicaciones con un solo movimiento mecánico, mediante un método basado en un mecanismo patentado por Edmund D. Barbour en 1872, lo que la convertía en la calculadora más veloz y potente de su tiempo. En la revista Scientific American se publicó un artículo sobre la calculadora de Verea.

Retrato por Eulogia Merle

Verea vio cómo se podía hacer toda la multiplicación con un sólo movimiento directo de palanca. El fundamento de su máquina era un cilindro metálico de diez caras. Cada cara tenía una columna de agujeros con diez diámetros diferentes que funcionaba más o menos como un telar Jacquard, y era algo realmente ingeniosa. Para finales del siglo XIX las calculadoras mecánicas no eran ninguna novedad, y todas ellas se cambiaron al modelo directo como el de Verea.

Asombrosamente, Verea solo construyó tres ejemplares y nunca valoró su desarrollo a gran escala y rechazó ofertas de comercializarla o de continuar trabajando en ese campo. Para Ramón Verea su invento era una demostración de la capacidad de la ingeniería española, comparable a la de los países más desarrollados. Él mismo llegó a afirmar que solo había creado la calculadora para demostrar que un español también podía inventar y no solo hacer actividades intelectuales.

En 1879 Ramón Verea regresó a Galicia y, después de un periodo de reflexión en su tierra natal, en 1882 retornó a Nueva York, donde mantenía su agencia industrial para la compra de inventos y máquinas y fundó la imprenta El Polígloto. En 1884 editó la revista mensual ilustrada El Progreso, bajo el subtítulo “Revista mensual ilustrada de todos los conocimientos humanos”. Una revista defensora del librepensamiento, divulgadora de avances técnicos y científicos y con una amplia difusión por Hispanoamérica y en EE. UU, que carecía de anuncios y subvenciones, sufragándose con las aportaciones de los suscriptores y la venta en quioscos.

Después de Nueva York se trasladará a Guatemala y en 1897 a Buenos Aires donde siguió ejerciendo como periodista hasta su muerte. Ramón Verea soltero y sin descendencia, fallecería, en la indigencia, en Buenos Aires (Argentina) el 6 de febrero de 1899, a la edad de 65 años, a consecuencia de una afección pulmonar, siendo enterrado en un panteón anónimo del cementerio del Oeste.

Desafortunadamente, la fama de la primera calculadora capaz de hacer multiplicaciones directas se la llevó la Millionaire de Otto Steiger; se vendieron miles de unidades. Edmund Barbour patentó en 1872 una calculadora que también permitía hacer multiplicaciones directas, pero a diferencia de Verea nunca llegó a construirla.

 

La calculadora Verea Direct Multiplier es propiedad de IBM y, en 1930, pasó a formar parte de una colección particular que inició Thomas J. Watson Sr., presidente de IBM, quien ya entonces intuía que aquel artilugio formaba parte de la prehistoria de la computación. La Calculating Machine nº3 se puede ver, junto con los planos originales, en las oficinas centrales de IBM en White Plains (Nueva York). La razón de que se encuentre en la sede de IBM es que su invento está más relacionado con el campo de los ordenadores que con el área de las calculadoras.

Fuente principal: https://forohistorico.coit.es/index.php/personajes/personajes-espanoles/item/verea-de-aguiar-y-garcia-ramon-silvestre

Para saber más: http://culturagalega.gal/albumdaciencia/detalle.php?id=421

No hay comentarios :

Publicar un comentario