sábado, 29 de diciembre de 2018

Damas ilustres en la historia de España. 50 mujeres creadoras de nuestra historia



Las biografías de las principales mujeres que han intervenido, de un modo u otro, en la historia de España. Mujeres que se esforzaron en ser ellas mismas y en desarrollar sus capacidades en un mundo de hombres, en una época en que sólo se las reconocía como individuos en el ámbito del hogar como esposas, madres y educadoras. Casi todas ellas de linaje hidalgo.


Un libro de historia, una crónica en clave femenina, un decálogo de más de 50 damas que inspiran con sus logros y su protagonismo en un mundo gobernado por el hombre.

Autora: Vicenta Márquez de la Plata y Ferrándiz, Marquesa de Casa Real 
Ediciones Casiopea, Año 2018.  445 páginas  Precio: 18 €
ISBN 978-84-949354-0-4

Estas son sus protagonistas:  

Mujeres creadoras: pintoras y escritoras: Sor Isabel Manuel de Villena, Doña Valentina Pinelo, Doña Ana Francisca Abarca de Bolea, Doña Mariana de Carvajal y Saavedra, La virreina Ana de Borja, Sor Juana Inés de la Cruz, Doña María Egual y Miguel, Doña Margarita Hickey Pellizzoni, Doña Josefa Amar y Borbón, Doña Rosario Cepeda Mayo, Doña Vicenta Maturana y Vázquez, Doña Gertrudis Gómez de Avellaneda y Arteaga, Doña Amalia de Llano y Dotres, Doña Carolina Coronado, Doña Pilar Pascual de Sanjuán, Doña Emilia Pardo Bazán, Doña Antonia de Bañuelos y Thorndike, Doña Blanca de los Ríos Nostench, Doña María de la Concepción Jesusa Basilisa Espina y García Tagle, Doña Margarita Ruiz de Lihory y (Resines) de la Bastida. 

Mujeres de acción: heroínas, soldados, almirantas, adelantadas, deportistas, aventureras… Doña Mencía Calderón, Doña Isabel Barreto de Mendaña, Doña Catalina Erauso Pérez, Doña María Rosa Gálvez, Doña Teresa Cabarrús, Doña María de la Consolación Domitila de Azlor y Villavicencio, Doña Mariana Pineda, Doña Margarita Ruiz de Lihory y (Resines) de la Bastida, Doña Elia María González y López Chícheri.Monjas y místicas, en conventos o beaterios: Sor Isabel Manuel de Villena, Doña Teresa Enríquez de Alvarado, Doña Luisa Colmenares de Cabezón, Doña Valentina Pinelo, Doña Ana Francisca Abarca de Bolea, Sor Juana Inés de la Cruz, Sor Micaela Desmaissières y López de Dicastillo. 

Damas ilustradas: mecenas, pensadoras, feministas: Sor Juana Inés de la Cruz, Doña María Tomasa Juana del Águila Chaves, Doña Margarita Hickey Pellizzoni, Doña María Josefa Pimentel y Téllez-Girón Borja y Centelles, Doña Josefa Amar y Borbón, Doña Francisca de Sales Portocarrero y Zúñiga, Doña Rosario Cepeda Mayo, Doña María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo y Silva-Bazán, Doña María Isidra Quintina de Guzmán y de la Cerda, Doña María Rosa Gálvez, Doña Amalia de Llano y Dotres, Doña Pilar Pascual de Sanjuán, Doña Patrocinio de Biedma y la Moneda, Ayala y Riofrío, Doña Emilia Pardo Bazán, Doña María de los Reyes Laffitte y Pérez del Pulgar

Gobernadoras: adelantadas, validas, virreinas y colonizadoras: Doña Leonor López de Córdoba, Doña María de Toledo, Doña Mencía Calderón, La virreina Ana de Borja.



Vicenta Márquez de la Plata. Nacida en España, estudió y vivió en el extranjero. Historiadora especializada en la Edad Media, diplomada en genealogía, heráldica y nobiliaria, profesora invitada de la Univ. de Lisboa y profesora de la cátedra Marqués de Ciadoncha de Madrid. Ha sido ponente en varios simposios internacionales y conferencias. Actualmente sigue con la investigación histórica y la escritura de libros y artículos para revistas especializadas. Autora de más de 20 títulos, los de Isabel la Católica y su tiempo han sido obras de consulta en el Itto. Cervantes y en la Academia de la Historia.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Ruy López de Villalobos. Navegante y explorador de las Filipinas



Marino que exploró las islas Filipinas y trató, sin éxito, de colonizarlas y establecer una ruta comercial viable con los territorios españoles en América (reto que lograría finalmente fray Andrés de Urdaneta en 1565). Es conocido porque fue su expedición la que dio nombre a esas islas como «Filipinas» en honor de Felipe II de España, entonces príncipe, de quien toman su denominación actual.

Ruy López (Rodrigo) de Villalobos,de origen hidalgo, nació en Málaga hacia 1507, siendo hijo del leonés Juan de Villalobos, alcaide del Peñón de Vélez de la Gomera, y de su segunda esposa, la madrileña Juana de Vargas.


En 1535 ya se encontraba en México y con el nombre cambiado de Rodrigo de Villalobos a Ruy López de Villalobos (Villalobos casó con doña Juana de Ircio, hija única de Pedro de Ircio y de su esposa doña María de Andrada); en1541, fue comisionado por su pariente, Don Antonio de Mendoza, primer virrey de la Nueva España, para encabezar una expedición hacia las Indias Orientales para establecer una colonia en las islas Filipinas y hallar la ruta del tornaviaje a Nueva España, estableciendo nuevas rutas comerciales; así, con cuatro naves mayores, un bergantín y una goleta, se hizo a la mar partiendo desde el puerto mexicano de la Navidad, en Jalisco, el 1 de noviembre de 1542, con 370 tripulantes a bordo.

Ruy López de Villalobos descubrió numerosos archipiélagos, redescubrió la isla Inocentes en el Archipiélago de Revillagigedo, y la renombró como Anublada, hoy San Benedicto. El 2 de febrero de 1543 la flota llegó a la actual la isla de Mindanao, donde fondearon por un corto tiempo, de allí partieron más al oriente hasta alcanzar las islas de Samar y Leyte. A todas estas las nombraron Islas Filipinas.

En el siglo XVI, en plena época de descubrimientos, llegó hasta lo que hoy conocemos como Islas Filipinas el explorador de origen portugués, pero al servicio de España, Fernando de Magallanes, quien viajaba en misión encomendada y financiada por el rey español Carlos I. Magallanes bautizó aquel archipiélago con el nombre de Islas del Poniente, reclamando aquellas islas para la Corona Española, por aquel tiempo el mayor imperio del planeta.
 

A causa de la hostilidad de los nativos, la expedición abandona los asentamientos que había levantado en Las Filipinas y da por terminado el viaje de exploración. Se refugiaron en las Islas Molucas, que eran dominio portugués (Pronto comenzaron los conflictos diplomáticos con los portugueses, que sostenían que todas aquellas islas pertenecían al Rey de Portugal), después de algunas escaramuzas fueron tomados presos, Villalobos murió el 4 de abril de 1546 en la Isla de Amboina, atendido por San Francisco Javier. El resto de la tripulación consiguió, tras un acuerdo, regresar a Lisboa en 1548, pero tan solo llegaron 140 españoles de los 370 que habían salido.


Las Islas Filipinas pertenecieron a España hasta 1898, año en el que se perdieron un importante número de colonias debido a la guerra hispano-estadounidense que enfrentó a ambos países y por las que los españoles perdieron algunas de sus posesiones (entre ellas Cuba, Puerto Rico, Guam y la propia Filipinas).

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Diego Gómez de Salinas. El último Gobernador español de Gibraltar


Ocupaba el cargo de Gobernador cuando el Peñón de Gibraltar fue tomado por una flota anglo-holandesa, comandada por el Almirante Rooke, en agosto de 1704.

Diego Gómez de Salinas y Rodríguez de Villarroel nació en agosto de 1649 en la madrileña Puerta de Moros, en camino que llevaba a la imperial Toledo. Era hijo de Don Pedro Gómez de Salinas, natural de Pamplona, y de Agustina Rodríguez de Villarroel, de Madrid y fue bautizado en la iglesia de San Andrés, según reza su partida de bautismo.

El último de Gibraltar, por Augusto Ferrer-Damau
Salinas era de familia de hidalgos, por una parte su abuelo paterno era Juan Gómez de Quintana, natural de Estremaña, merindad de la Cuesta de Urria, en el valle de Tobalina, en las montañas de Burgos y su abuela era Doña Catalina de Salinas, de Obanos, Navarra. Por la parte materna su abuelo era Pedro Rodríguez de Villarroel, natural de Valladolid, regidor de la capital desde 1635; su abuela materna, Doña María de Orozco,era natural de Valladolid; de los diez hijos que tuvieron, Agustina, nacida en 1624, fue la madre de Diego de Salinas.

Comenzó en la milicia como paje del Condestable de Castilla, Iñigo Fernández de Velasco, sirviendo en el gobierno de Galicia. Salinas partió con el séquito del Condestable en 1667 como soldado de a caballo y pronto fue ascendido a alférez de caballos corazas; después capitán de infantería, en la compañía del Tercio Fernando Valladares.

En 1668 se encamina a Flandes, ya al mando de su propia compañía, y destacó en el sitio de Vorden, (Holanda), que llevaba a cabo el príncipe de Orange; como premio se le otorgó la patente de capitán de caballos corazas en 1670. En 1672 comenzó la Guerra de Holanda y allí, con su compañía, socorrió a las tropas auxiliares que fueron a Holanda, permaneciendo en los Países Bajos hasta 1673.

Tras Flandes, vuelve a España y pasa al Ejército de Cataluña, como agregado a las compañías de caballos de las Tropas de Toledo, al no poder volver a su compañía que estaba en Holanda. En la campaña catalana destacó valientemente en varias acciones contra los franceses en la defensa de la ciudad de Puigcerdá en 1675, donde fue herido en la cabeza. Después se halló con su batallón, uno de los cuatro con que don Vicente Muñoz atacó a los franceses, en las acciones de San Pedro Pescador y del barranco de Espolla.

En el año 1865 solicita ingresar en la orden de Santiago y tras probarse que el pretendiente era un hijodalgo limpio por todos sus costados y que nunca se había manchado las manos con un oficio vil o mecánico, el 25 de julio, y por decreto se le hizo merced del hábito de Santiago, según Real Consejo de las Ordenes le despachó título en 10 de Noviembre.

En 1685, sirve en la ciudad de Pamplona, con el grado de maestre, en la guerra con Francia; bajo las órdenes del virrey de Navarra, marqués de Valero, y participa en la acción de los montes de Alduide, donde con mil hombres de la guarnición del castillo de Pamplona entró en Francia, puso en fuga a los franceses y demolió unas 300 casas que los franceses habían edificado en aquellos montes.

Allí permanece con su compañía hasta que, en marzo de 1697, el tercio se traslada a Cataluña para rechazar la invasión francesa de la Guerra de los Nueve Años. En Barcelona, bajo las órdenes del virrey don Francisco de Velasco que está defendiendo la capital del ejército del Duque de Vendôme; pasa al grado de general de batalla, participando en numerosas acciones de guerra para frenar a las tropas francesas por Cataluña:

Primitivo escudo de Gibraltar
En 1701 el rey Felipe V le concede el gobierno de Gibraltar y sustituye a don José de Garro, que pasa a su tierra natal guipuzcoana. Así, en 1702, llega con el cargo de gobernador militar y, más tarde, se le agregará el corregimiento y pasará a ser también gobernador de lo político, cargo que desempeñó hasta la pérdida. En este año el Rey declara el inicio de las hostilidades en la Guerra de Sucesión española contra los anglo-holandeses, partidarios del sucesor a la Corona de España, el archiduque Carlos de Austria.

Gibraltar, como plaza vital, entra pronto en la estrategia de los partidarios del archiduque Carlos, que tiene pensando desembarcar en Andalucía y ocupar una ciudad costera como cabeza de puente para una invasión de la región. La primera intentona austracista en Cádiz, en 1702, alerta al gobernador de Gibraltar que pide ayuda y refuerzos a Madrid ante el mal estado de las defensas de la plaza y la falta de guarnición. Mientras tanto, la flota costea, alarmando a las poblaciones del litoral que temían un desembarco como el llevado a cabo en Cádiz. Pocos días antes, Salinas escribía al gobernador de Málaga quejándose de la poca guarnición y menos prevención en que se hallaba la ciudad.

El 1 de agosto, la flota anglo-holandesa llega a la bahía, con alarma de la población, y los ingleses desembarcan en playas cercanas: la caballería de la plaza, unos treinta o cuarenta hombres de la milicia, intenta estorbar la maniobra pero la artillería de la flota los puso en fuga, con bajas españolas. Los marines marchan hacia el istmo, donde ocupan tres molinos de viento y las huertas colindantes; allí instan al gobernador a que se rinda, a lo que este se niega.


La flota comienza su ataque sobre la ciudad y después de un fuerte bombardeo, que desata incendios por toda la ciudad, y la toma del castillo del muelle nuevo, piden la rendición en el plazo de una hora. Salinas contesta que en ese plazo era imposible, ya que debe reunirse con el resto de los oficiales distribuidos por los puestos de defensa de la plaza. Salinas reúne el Cabildo de la ciudad con los oficiales y determinan capitular ante la grave situación en la que se encontraba la plaza, lo que sucede el 4 de agosto, tras pactar unas capitulaciones que creen honrosas. Después de la capitulación, Salinas; hizo un relato de la caída de la ciudad al marqués de Villadarias, capitán general de Andalucía.

La causa de la rendición hay que buscarla, probablemente, más que en la falta de pertrechos o de tropas, en la actuación de la población civil durante el sitio. Las fuentes inglesas más cercanas en el tiempo coinciden en señalar que la captura de las mujeres, niños y demás gente inútil fue fundamental para que Salinas se rindiese tan pronto y sin haber presentado una fuerte resistencia, ya que los ingleses amenazaron con matarlos si no se producía la rendición de manera inmediata.

Algunos de sus contemporáneos criticaron al gobernador, recordando el episodio de la capitulación de Barcelona en 1697. Sin embargo, Felipe V no lo tuvo en cuenta, y Salinas fue nombrado Gobernador de Villaescusa de Haro (Cuenca), en 1706, donde permaneció hasta cerca de su muerte, cuando regresó a Madrid, falleciendo el 27 de noviembre de 1720, dejando todos sus bienes a su hermana Francisca.

Nota: La información de esta entrada está basada en el artículo “Raíces familiares de Diego Gómez de Salinas y Rodríguez de Villarroel, último gobernador español de Gibraltar”, cuyo autor es David Huidobro Sanz, publicado en Hidalguía, Nº. 374, 2017, págs. 173-184.

viernes, 14 de diciembre de 2018

Remón Zarco del Valle. Ingeniero militar, con actividades políticas y diplomáticas


Gran reformador del Arma y de la Academia de Ingenieros durante el siglo XIX. 

Académico fundador de la Real Academia de Ciencias por Real Orden de 4 de marzo de 1847. Teniente general de los Ejércitos e Ingeniero general de los mismos y de las plazas y fronteras del Reino. Caballero de la insigne Orden del Toisón de Oro. Gran Cruz de Carlos III y de Isabel la Católica. Senador del Reino.

El nacimiento de Antonio Remón Zarco del Valle y Huet se produjo de forma circunstancial en La Habana (Cuba), el 30 de junio de1775, pues en aquel momento, su padre, que era teniente coronel de Ingenieros, estaba destinado en la Secretaría de la Capitanía General de Cuba. Su padre fue Antonio Remón Zarco del Valle y su madre Luisa Huet, también ligada a la familia militar, pues era hija del teniente general de Ingenieros Luis Huet. Casó con María Celestina Balez y Goicoechea, con la que tuvo a María de la Concepción,  Juan y Mariano que sería I marqués del Zarco.


Ya en la Península, el 26 de julio de 1791 ingresó como cadete de menor edad en el Regimiento de Infantería del Príncipe, pasando a la situación de cadete con antigüedad, el día 1 de junio de 1797. Tres años después, el 10 de septiembre de 1800, ascendió a subteniente y con aquella Unidad militar y empleo recién recibido, participó en la Guerra de las Naranjas (1801), interviniendo en la acción del sitio y toma de Campo Maior (distrito de Portalegre). Posteriormente, en febrero de 1803, tras haber realizado los pertinentes estudios de matemáticas, solicitó el ingreso en el Cuerpo de Ingenieros, y fue nombrado subteniente de Zapadores. Con esa nueva situación pasó a continuar sus estudios en la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares, quedando al mismo tiempo destinado en el Regimiento Real de Zapadores Minadores. El 29 de mayo de 1804 ascendía a teniente de Zapadores.

Dos años más tarde, en junio de 1806, fue destinado a Sanlúcar de Barrameda, y mientras estaba allí, se produjo en Madrid el levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra la ocupación francesa, ante lo cual, el día 1 de junio Zarco del Valle se dirigió hacia Sevilla, para unirse a las fuerzas alzadas en defensa de la Patria.

E 28 de junio de 1808 recibía el ascenso a teniente ayudante 1.º de Zapadores y como tal participó en la Batalla de Bailén (19 de julio de 1808), en la de Tudela (23 de noviembre de 1808) y en la retirada de Cuenca, a comienzos de 1809. En este último año, y al mando de una Compañía de Zapadores, intervino en el mes de enero en la Batalla de Vélez, en la Mancha, y en marzo fue uno de los ingenieros nombrados para componer la Brigada de Ingenieros encargada de formar el plan de defensa de Andalucía, permaneciendo desde ese momento en el sur de España.

El 21 de mayo de ese mismo año de 1809 era ascendido a capitán 1.º de Zapadores y el 11 de agosto participó como tal en la Batalla de Almonacid, formando parte de la 2.ª División mandada por el general Vigodet, siendo su actuación tan encomiable que se le recomendó al Gobierno y a su general en jefe.

En el mismo año volvió a tener otra actuación destacada mandando una Compañía de Zapadores y otra de Minadores en la tarea de construir los puentes para facilitar el paso del Ejército en Villamanrique del Tajo (Madrid), y por ello, y por haber acabado de destruirlos ya bajo el fuego enemigo, fue recomendado por el general en jefe. Estuvo en la Batalla de Ocaña (19 de noviembre de 1809) como Cuartel Maestre de la 2.ª División, donde una vez más su destacada actuación fue reconocida por el general en jefe de la División.

El 23 de junio de 1810 recibió el ascenso a teniente coronel ayudante 1.º de Estado Mayor y en agosto de ese año participó en la defensa de Murcia durante el ataque francés a la ciudad, interviniendo posteriormente en la acción de Baza y la retirada a Murcia del mes de noviembre.

Durante el sitio aliado a la ciudad de Badajoz, lord Beresford le encomendó que elaborara la información sobre el movimiento de las tropas del general Soult, que desde Sevilla se dirigían a auxiliar a los sitiados. El informe de Zarco del Valle fue trascendental para la estrategia a seguir por las tropas españolas frente a esa columna, ya que gracias a él, los generales Blake, Castaños y Ballesteros, cambiaron la orientación del frente en los campos de La Albuera, lo que contribuyó a la victoria sobre los franceses (16 de mayo de 1811), siendo ascendido a coronel del Ejército (26 de mayo de 1811), continuando al mismo tiempo como capitán de Ingenieros.

Permaneció con la expedición en la retirada del ejército hacia el Condado de Niebla y el intento de tomar la ciudad de Niebla el 1 de julio de 1811, prosiguiendo con la misma expedición hacia Granada, Murcia y Valencia, combatiendo en la Batalla de Sagunto (25 de octubre de 1811). Estando en la defensa de Valencia, el 10 de enero de 1812 fue hecho prisionero y conducido en tal condición a Francia, logró fugarse, regresando a España en junio de 1814 donde se reincorporó al servicio en el Estado Mayor y en el Cuerpo de Ingenieros, si bien en este último con el ascenso a teniente coronel de Zapadores, que se le concedió con antigüedad de 30 de septiembre de 1812, momento en el que estaba prisionero en Francia.

En mayo de 1815, tras algo más de un año de haber finalizado la guerra de Independencia, fue nombrado secretario del general Castaños, entonces capitán general de Cataluña, y el día 30 de ese mes recibió el ascenso al empleo de brigadier. Durante el período de los Cien Días de la restauración napoleónica entró en Francia con el Ejército de la derecha, habiendo contribuido eficazmente al éxito de la campaña, lo que le fue reconocido por una real orden de 11 de enero de 1816.

El pensamiento liberal de Remón Zarco del Valle hizo que con la instauración del llamado Trienio Liberal comenzara a desarrollar una etapa en la que intervino en política y en actividades científicas y culturales.

El 8 de febrero de 1821 era ascendido a mariscal de campo, y ya con esa graduación, fue nombrado ministro de España en Nápoles, si bien no llegó a hacer efectivo el cargo pues antes fue designado jefe político de Cataluña.

Durante los años 1822 y 1823 fue miembro de la Asamblea Suprema de la Orden de San Fernando y capitán general de Aragón, ocupando este último cargo entre el 29 de enero de 1822 y mediados del mismo mes del año 1823, año este último en el que también fue elegido diputado por su ciudad natal de La Habana. Pero poco después, con el cambio de situación política, la estrella de Remón Zarco del Valle se debilitó temporalmente. Su posición de cercanía ideológica al gobierno liberal hizo que cuando éste abandonó Madrid y se dirigió hacia Cádiz ante los triunfos de los Cien Mil Hijos de San Luis, también marchara con él el general Remón Zarco del Valle, quien además fue designado segundo jefe de las tropas del general Zayas en Andalucía. Finalmente, la caída del gobierno liberal supuso para Remón Zarco del Valle el confinamiento en Burgos y la destitución del empleo de mariscal de campo.

Madrid 1854 Licencia e historial de un soldado / Zarco del Valle

Dos años después, en 1825, y cuando las circunstancias políticas se iban serenando, se instaló en Madrid, desarrollando entonces una etapa en la que de una manera más continuada se ocupó del estudio de temas militares, científicos y literarios que tuvieron una amplia repercusión en sus posteriores actividades. Al cabo de otros dos años, una real orden de 19 de mayo de 1827 aprobaba la conducta política y militar de Zarco del Valle durante el Trienio Liberal, por lo que en fecha de 22 de junio de ese mismo año se le concedió destino militar en Madrid.

Los cambios políticos surgidos tras la muerte de Fernando VII (el 29 de septiembre de 1833) tuvieron una amplia repercusión en la vida de Zarco del Valle, pues recuperó el cargo de mariscal de campo (6 de octubre de 1833) y fue nombrado gobernador de Cartagena, aunque no llegó a tomar posesión, pues durante el gobierno de Cea Bermúdez fue designado ministro interino de la Guerra en noviembre de 1833. Con el advenimiento del gobierno de Martínez de la Rosa, continuó en el cargo hasta noviembre de este año de 1834. También con el gobierno de Cea Bermúdez fue nombrado ministro interino de Marina, puesto que ocupó entre noviembre de 1833 y enero de 1834. Fue ascendido al empleo de teniente general en julio de 1836.

Más tarde fue elegido senador por Málaga, cargo que juró el 26 de noviembre de 1838, combinando sus actividades militares, con las políticas, diplomáticas y científicas, algunas de cuyas actuaciones tuvieron gran relevancia. Dentro de estas actividades, unos años después tuvo unos reconocimientos oficiales al ser elegido en 1843 secretario de la Academia Matritense de Legislación y Jurisprudencia y académico honorario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Un año después asumía otro importante puesto en la organización del Cuerpo de Ingenieros, al ser designado ingeniero general, cargo que ocupó de 1844 a 1854, desarrollando entonces una trascendental tarea en la organización del Cuerpo y en la mejora de las edificaciones militares que estaban a cargo del mismo, mereciendo ser citados entre otros, los proyectos de “cuarteles tipo” que, en 1847 para el Arma de Infantería, y en 1848 para las de Caballería y Artillería montada, diseñó.

Unos años antes, en 1845, había sido designado senador vitalicio, y en 1846 académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Su labor de estudio y apoyo a la ciencia tuvo su recompensa más alta en 1847, cuando por una Real Orden de 4 de marzo, fue nombrado académico fundador de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, siendo su presidente desde marzo de 1848 hasta su muerte en 1866. Además, formó parte de otras numerosas academias y sociedades científicas, artísticas y literarias.


Fue gentilhombre de cámara de S. M. y recibió numerosas condecoraciones civiles y militares, tanto nacionales como extranjeras, entre ellas la: Gran Cruz de Carlos III, caballero de Isabel la Católica, de la Orden de San Hermenegildo y de la Real y Militar Orden de San Fernando. En 1860 fue nombrado caballero del Toisón de Oro.

Falleció en Madrid el 20 de abril de 1866 tras una dilatada vida de servicio a la Patria. El 26 de junio de 1895, la reina regente María Cristina de Austria, en nombre de Alfonso XIII, concedió el título de marqués de Zarco al hijo del general, Mariano Remón Zarco del Valle, en memoria y agradecimiento a su padre.

Nota: Información extraída de la web de la Real Academia de la Historia

En la actualidad su recuerdo se mantiene en el Cuerpo de Ingenieros, uno de cuyos cuarteles más importantes, el del Regimiento de El Pardo, lleva su nombre.


martes, 11 de diciembre de 2018

Juan de la Cosa. Navegante y cartógrafo, realizó el primer mapamundi

Navegante y cartógrafo conocido por haber participado en siete de los primeros viajes a América y por haber dibujado el mapa más antiguo conservado en el que aparece el continente americano. Elaboró para los Reyes Católicos el primer mapamundi, obra fechada en 1500 en el Puerto de Santa María (Cádiz).

Juan de la Cosa nació, probablemente, en Santoña (Cantabria), c. 1449, y se desconoce su filiación, pero si se sabe que era de origen hidalgo: Ortiz Otáñez (1677) afirma rotundamente su origen santoñés, así como su hidalguía como perteneciente a una de las familias locales más notorias, linaje también citado por García de Salazar.
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Participó como cartógrafo en el segundo viaje de Cristóbal Colón (1493-95) y es pmuy probable que también estuviera presente en el primero (1492-93), con la nave de su propiedad la Santa María, que condujo al descubrimiento de América;

En 1499-1500 organizó su propia expedición de descubrimiento por las costas de Guayana y Venezuela, en la que le acompañaron Alonso de Ojeda y Américo Vespucio. Desembarcaron en la isla Margarita y recorrieron el litoral de Venezuela desde Paria hasta el cabo de la Vela.

Al regresar a la Península elaboró el primer mapamundi en el que aparece el continente americano, obra fechada en 1500 en el Puerto de Santa María.


Hecho para los Reyes Católicos y dibujado sobre dos pergaminos unidos, que en conjunto miden casi dos metros por uno. Está construido sobre una red de rosas de los vientos unidas por rumbos, con el trópico de Cáncer como eje; carece de graduación y fue ricamente decorado con pan de oro, colores y abundantes figuras de barcos y personajes míticos o religiosos. Puede ser considerado el mapa patrón en que se resumía la más ajustada representación del Mundo y del que los cosmógrafos sacaban las cartas de navegación para uso de los pilotos en viajes posteriores.

En dicho mapa reflejó los resultados de los descubrimientos de Colón, Ojeda, Vasco da Gama, Cabral, Pinzón y Juan Caboto, acertando al suponer que las tierras descubiertas en el norte y el sur de América estaban unidas formando una única masa continental; Cuba aparece identificada como una isla, en contra de lo que creía Colón; y el contorno de África está dibujado por primera vez con su forma correcta. En cambio grandes zonas de Asia están vacías por ser desconocidas o porque se identificaban aún con las «Indias» descubiertas por Colón.

Monumento a Juan de la Cosa en Santoña
Juan de la Cosa gozó en vida de un gran prestigio como navegante (que los RR.CC. reconocieron otorgándole cargos y repartimientos. alternó viajes a América (costas de lo que hoy son Venezuela, Colombia y Panamá) bajo su propio mando con encargos especiales de la Corona, incluyendo la participación en la Junta de pilotos de Burgos de 1508. 

En 1509 emprendió la que sería su última expedición, de nuevo junto a Alonso de Ojeda, para tomar posesión de las costas de la actual Colombia. Juan de la Cosa murió el 28 de febrero de 1510 en un enfrentamiento armado con indígenas, en Tubarco, antes de poder llegar a ejercer su cargo de alguacil mayor de Urabá. 

Años más tarde a la publicación del primer mapamundi de Juan de la Cosa, en 1507 aparecía el planisferio Universalis Cosmographia del alemán Martin Waldseemüller. Fue el primer mapa en denominar América con este nombre. El autor lo nombró así por Américo Vespucio, navegante italiano que consideró a las tierras descubiertas como un nuevo continente.

martes, 4 de diciembre de 2018

El Centro de Estudios Políticos y Constitucionales abre las puertas de su sede, el Palacio de Godoy, con motivo del 40 aniversario de la Constitución



Un palacio que fue proyectado por Francisco Sabatini y realizado durante los años 1779 y 1780 para el marqués de Grimaldi, que nunca lo ocupó; lo habitó el conde de Floridablanca, lo decoró Manuel Godoy y en él acabó residiendo el general francés Joaquín Murat, jefe de las tropas que ocupaban Madrid en mayo de 1808 y que dirigió la labor de sofocar la revuelta de un pueblo sublevado contra la invasión.

En el marco de la conmemoración del 40º Aniversario de la Constitución de 1978, el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, ubicado en el Palacio de Godoy, un edificio declarado Bien de Interés Cultural con categoría de monumento, celebró ayer 4 de diciembre una jornada de puertas abiertas, con visitas guiadas en las que se explicó su historia y funciones, así como la del edificio que lo alberga.

 

En la Plaza de la Marina Española, junto al Senado, se levanta uno de los palacetes más desconocidos para los madrileños, el Palacio de Grimaldi o de Godoy, que actualmente acoge el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC).



 

En 1776 Carlos III encargó al arquitecto Francisco Sabatini la construcción de este palacio para alojar a los primeros Secretarios del Despacho y sus correspondientes dependencias administrativas, entendidas como una prolongación de las existentes en el nuevo y cercano Palacio Real.

El edificio se construyó sobre un solar perteneciente al Rey y al Conde de Sástago, lindante al convento y colegio de doña María de Aragón, en la actual plaza de la Marina Española. Es un edificio de trazas clásicas en la disposición de vanos y ventanas, cuenta con piso bajo, principal y entresuelo intermedio; en su interior destaca notablemente la composición de la escalera del vestíbulo pues consigue un efecto visual que tiende a ampliar el espacio de su alrededor.

Hasta la invasión francesa de 1808 el palacio realizó las funciones para lo que fue concebido, teniendo por moradores a principales ministros de la monarquía como el Marqués de Grimaldi, el Conde de Floridablanca y Manuel de Godoy, Príncipe de la Paz, razón por la que este palacio era y es conocido por el nombre de algunos de estos ministros.

Durante la estancia de Godoy se decoró el interior del palacio con mármoles, pinturas al fresco, puertas de bella factura y esculturas. También estuvo alojado Murat, Gran Duque de Berg y cuñado de Napoleón, durante las jornadas previas al levantamiento popular del Dos de Mayo de 1808, en calidad de máxima autoridad militar de las tropas francesas acantonadas en Madrid.

Despacho de Manuel Godoy (trasladado al Almirantazgo)
A la caída de Godoy, se le confiscó todo su patrimonio. En el piso bajo estaban las habitaciones de servicio, el Gabinete de Historia Natural, su Biblioteca, -que hoy forman parte de la Biblioteca Nacional y el Museo Arqueológico-, el Archivo de Secretario del Estado y las habitaciones de verano de la condesa. En el principal había 29 habitaciones, con el oratorio, el salón de las columnas y las habitaciones de Godoy. 

Desde el final de la Guerra de Independencia el palacio fue sometido a un continuo baile de usos públicos, fue sede del Consejo del Almirantazgo hasta que en 1819 pasó a albergar las dependencias de la Biblioteca Real; en 1826 fue ocupado por las Secretarías del Despacho de Gracia y Justicia, Hacienda, Guerra y Marina, hasta que un incendio en el edificio ocurrido el 29 de noviembre de 1846 aconsejó el traslado de estas dependencias, ya convertidas con el régimen liberal en Ministerios. Sólo quedaron en el edificio las dependencias del Ministerio de Marina, al que pocos años después se le agregarían las del recientemente creado Museo Naval (1844).

El resto del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX siguió desempeñando funciones ministeriales, aunque en algunas ocasiones parte de sus habitaciones y salones recuperaron el lujo de tiempos pasados al convertirse en los alojamientos de las futuras reinas de España, Maria Cristina de Austria y Victoria Ana de Battenberg, antes de sus respectivas bodas con Alfonso XII -en segundas nupcias- y Alfonso XIII.



En 1941 se decidió instalar en el palacio el Museo del Pueblo Español, para lo que se encargó al arquitecto Fernando Moreno Barberá la realización de un proyecto de reforma y ampliación del inmueble por la calle de Bailén. En 1943 Luis García de la Rasilla concluyó las obras y se pudo abrir al público este museo donde se podían contemplar trajes regionales e históricos, productos y manifestaciones artísticas locales y populares, y, entre otras colecciones, gran variedad de productos artesanales. 


Una de las estancias del palacio












Con la llegada de la democracia el museo fue clausurado y en la actualidad el palacio es utilizado por dependencias de la Presidencia del Gobierno, en concreto el CEPC..

domingo, 2 de diciembre de 2018

Ingreso de Caballeros y Damas en la Orden de la Merced (2018)



La iglesia del Monasterio de las Madres Mercedarias de Don Juan de Alarcón (c/de Valverde, 15 Madrid) acogió, el sábado 1 de diciembre, la celebración solemne de una Eucaristía durante la cual se realizó el ingreso de nueve nuevos caballeros y dos damas en el Real, Ilustre y Primitivo Capítulo Noble de Caballeros de la Orden de la Merced. 

La Santa Misa, que dio comienzo a las 19:30 horas, y la entrega de los Hábitos y Lazos de la Orden estuvo presidida por el Excmo. y Rvdmo. Señor Don Jesús Vidal Chamorro, obispo de Elepia y auxiliar de Madrid.

A la ceremonia asistieron miembros de distintas Corporaciones Nobiliarias, entre ellas la Real Asociación de Hidalgos de España, representada por D. José Manuel Huidobro, vocal de su Junta Directiva.


  

 
 

Tras la ceremonia de cruzamiento, se ofreció una cena cóctel con baile en el Palacio de Santoña (c./ Huertas 13), en la que el Conde José Miguel Zamoyski de Borbón, Vice Comendador Mayor pronunció una palabras de agradecimiento a los asistentes y un brindis.


Con el objetivo de la redención de cautivos, el Real, Ilustre y Primitivo Capítulo Noble de Caballeros de la Orden de la Merced trabaja hoy en día en la defensa de la dignidad de la persona, redimiéndoles de lo que es indigno para ellos, de todo lo que esclaviza, como el hambre, la necesidad, la droga o la cárcel. Como el Capítulo de Caballeros entiende que la pobreza es otra forma de esclavitud actual, también ofrecen becas –ayudas para comedor, uniformes o libros– a los alumnos del colegio de las Madres Mercedarias de la c/ Valverde que pasan necesidad, con los fondos que aporta el Capítulo de Caballeros.

sábado, 1 de diciembre de 2018

Celebración anual y VIII Premio Real Asociación de Hidalgos de España (2018)



Como viene siendo tradicional, el viernes 30 de noviembre a las 21 horas, se celebró la cena anual de asociados a la Real Asociación de Hidalgos de España (RAHE), a la que acuden tanto sus propios miembros como invitados, y otros de otras corporaciones nobiliarias, o personalidades distinguidas de otras entidades colaboradoras, que nos acompañan en este encuentro.

Al comienzo del acto se realizó la entrega del VIII Premio Hidalgos de España sobre Genealogía, Heráldica y Nobiliaria, que ha recaído en D. Fernando García-Mercadal y García-Loygorri por su obra “Los símbolos políticos, el ceremonial y las condecoraciones del reino de España”.



Fernando García-Mercadal y García-Loygorri recibe el VIII premio Hidalgos de España. 
El premiado, con el premio recibido 

El VIII Premio ha sido entregado por D. Manuel Pardo de Vera y Díaz, Presidente de la Real Asociación de Hidalgos de España, y por Dª Paloma Sobrini Sagaseta de Ilurdoz, Directora General de la Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid.

Entrevista recogida por ABC


Este año el lugar del encuentro ha sido el Hotel Wellington (Madrid), un hotel con mucho encanto, en donde hemos podido disfrutar de una entrañable velada y cena. En años anteriores, la celebración tuvo lugar en los salones del hotel Ritz (cerrado por obras) con gran éxito de participación en todas las ocasiones.


VIII Premio Hidalgos de España sobre Nobiliaria, Genealogía y Heráldica

Durante el transcurso del evento, con numerosa asistencia, antes del inicio de la cena, tuvo lugar el acto de entrega formal del VIII Premio Hidalgos de España sobre Genealogía, Heráldica y Nobiliaria, que en esta ocasión ha recaído en el general don Fernando García-Mercadal y García-Loygorri con la obra “Los símbolos políticos, el ceremonial y las condecoraciones del reino de España”, en la que muestra un profundo conocimiento sobre la materia. El premio está dotado con 6.000 euros, así como con la publicación de la obra, qeu será coeditada por Ediciones Hidalguía y Dykinson.

Don Fernando García-Mercadal y García- Loygorri es general auditor del Cuerpo Jurídico Militar, doctor en Derecho con Premio Extraordinario por la Universidad de Navarra, doctor en Ciencias Políticas (sobresaliente cum laude) por la Universidad Rey Juan Carlos, master en Estudios Sociales Aplicados  por la Universidad de Zaragoza, académico de la Real de Jurisprudencia y Legislación y VP de su Sección de Derecho Premial, académico de la Real de la Historia y de la Real de Nobles y Bellas Artes de San Luis, profesor colaborador del Máster en Protocolo, Comunicación y Organización de eventos (URJC) y del Máster en Protocolo, Ceremonial y Actos Sociales de la Universidad de Zaragoza, premio internacional de Protocolo 1998 (Instituto Internacional de Protocolo) y premio Archiduquesa Mónica de Austria 2010 (CIGH), es uno de los representantes de España en la International Comission for Orders of Chivalry y fue subdirector del Gabinete de la Presidencia del Congreso de los Diputados.
  Fueron muy numerosos los asistentes








Al finalizar la magnífica cena se realizó la entrega de diplomas e insignias a los nobles asociados de nuevo ingreso a lo largo del presente año. Para finalizar, el Presidente, D. Manuel Pardo de Vera y Díaz, pronunció unas palabras y se realizó un brindis para cerrar el acto.








 

Con el premiado y algunos asistentes, miembros de la Junata de Hidalgos y amigos


 


El acto estuvo muy concurrido, con unos 150 asistentes y presencia de representantes de varias corporaciones nobiliarias (entre ellas el Santo Sepulcro de Jerusalén, Malta, Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, Maestranzas de Granada y Zaragoza, Órdenes Militares de Santiago, Calatrava y Montesa; Reales y Militares Órdenes de San Fernando y San Hermenegildo, Maestranza de Caballería de San Fernando, Portillo de Zaragoza, Cubicularios de Zamora, Real Hermandad del Santo Cáliz de Valencia, Cuerpo de la Nobleza del Antiguo Reino de Galicia, Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias, Real Estamento Militar del Principado de Gerona y Solar de Tejada), que compartieron mesas en un espléndido salón del Hotel Wellington; además de una nutrida representación de jóvenes hidalgos, el futuro de la Asociación.



Al acto de entrega del VII Premio, además de los propios asociados han asistido representantes de muchas de las Corporaciones Nobiliarias españolas así como de otras instituciones que colaboran habitualmente con la Real Asociación de Hidalgos de España.