Participó en la conquista de la isla
Española y fue el primer gobernador y colonizador de Puerto Rico. En 1512
descubrió la península de la Florida, de la que fue nombrado Adelantado y trató de
buscar la mítica fuente de la eterna
juventud. En 1522 realizó un intento frustrado de colonización en la Florida
pero, derrotado y herido por los indios, regresó a La Habana, donde murió.
Hijo
de Lope Ponce de León y González y Catalina de Perea de Carrizosa, Juan Ponce
de León y Figueroa nació sobre 1460, posiblemente en Santervás de Campos
(Valladolid), algunos de sus biógrafos creen que fue hijo natural del conde
Juan Ponce de León. Durante su adolescencia fue paje en la corte del rey Juan II de Aragón (muerto en 1479), donde conocería al príncipe Fernando, futuro
monarca.
Descendiente
de una familia noble; el apellido de León fue a través del matrimonio de uno de
los Ponces y Doña Aldonza de León, una hija de Alfonso IX. Aunque se ignoran
los pormenores de su juventud, el Padre Las Casas asegura que durante la misma
fue mozo de espuelas de Pedro Núñez de Guzmán, con quien pudo participar en la
guerra de Granada. Se casó en 1502 con una indígena, Leonor, que servía de
mesonera de Santo Domingo y tuvo tres hijas, Juana, Isabel y María, y un hijo,
Luis.
Pidió
permiso a Ovando para explorar la isla cercana de Borinquén (Colón la había
bautizado como isla de San Juan Bautista en el segundo viaje). Se le concedió
el 15 de junio de 1508 con la obligación de construir una fortaleza en ella y
tratar benévolamente a los indios. Partió de Yuma con 50 hombres y llegó a la zona
sur de Borinquén el 12 de agosto de 1508. Allí entabló relaciones amistosas con
el cacique taino Agüeybana, que se convirtió al cristianismo y le ayudó a
explorar la isla. En la zona norte halló un gran puerto que bautizó como
“Puerto Rico”, donde se edificaron algunos bohíos, casas y un desembarcadero.
Fueron los inicios de Caparra.
Estatua en San Juan, Puerto Rico |
Tras
explorar sus alrededores volvió a la Española donde Ovando le nombró Gobernador de la Isla el 1 de mayo de 1509. La
sustitución de Ovando por el nuevo gobernador Diego Colón (9 de julio de 1509)
cambió las circunstancias, pues el hijo del Almirante nombró gobernador de
Puerto Rico a Juan Cerón, con Miguel Díaz de Aux como su Teniente. Ponce
reclamó su título y logró que se le restituyera el 2 de marzo de 1510. A partir
de entonces inició su gran labor de
colonización en Puerto Rico, donde surgieron otras poblaciones como Guanica
y Sotomayor. En julio de ese año se realizó la primera fundición de oro en
Caparra. Ponce permitió el reparto de
indígenas para las labores agrícolas, mineras y de construcción, lo que originó
un gran malestar entre los naturales. A fines de 1511 empezó una gran
rebelión en el oriente y sur de la isla, dirigida por un hermano de Agúeybana.
Se
dio muerte a unos cien españoles y Ponce vivió una situación comprometida en
Caparra hasta que llegaron en su auxilio refuerzos de Santo Domingo, con los
que pudo derrotar a los rebeldes en el río Coayuco. Los borinqueños pidieron
también ayuda a sus vecinos caribes, pero Ponce logró vencerles y dar muerte a su
cacique principal Mabodamaca.
En 1511 el Rey Fernando destituyó a
Ponce y volvió a nombrar a Cerón como Gobernador de Puerto Rico. Envió a su lugarteniente Miguel Díaz que encontró
una gran oposición entre los pobladores, lo que obligó al propio Diego Colón a
ir a Puerto Rico para tratar de solucionar las desavenencias. Ponce puso
entonces sus ojos en el Biminí. Ya en su
memorial al rey del 30 de junio de 1511 había manifestado su interés por unas
islas existentes al norte de las Lucayas, donde existían inmensas riquezas, en
decir de los indios. Decidió
entonces pedir su descubrimiento, pues había sabido que en ellas estaba el
Biminí, una fuente cuyas aguas hacían rejuvenecer o tornar mancebos a lo shombres viejos.
El mito de: La fuente de la eterna juventud |
Aprovechó
su ascendiente con Pasamonte y consiguió que el Rey aceptara darle el permiso
pertinente para su descubrimiento el 23 de febrero de 1512. A principios del
año siguiente aparejó dos carabelas en el puerto de Yuma y Salvaleón y pasó con
ellas a San Germán, en Puerto Rico, desde donde emprendió su viaje el 3 de
marzo de 1513. Recorrió varias de las islas Lacayas, el día 27 avistó y el 2 de
abril arribó a “una gran isla” de gran frondosidad y como era tiempo de Pascua, la bautizó como “Tierra de la Pascua Florida”.
En realidad no era una isla, sino una península, a cuya costa oriental había
llegado (cerca de donde luego se erigió el fuerte de San Agustín). Ponce tomó
posesión del nuevo territorio y descendió por la costa hacia el sur, hasta
llegar a su límite septentrional o Cabo de Corrientes (8 de mayo); prosiguió por la costa oriental de la Florida
hasta la bahía de Tampa, a la que llegó el 4 de junio. Desde allí volvió a las
Lucayas (donde Pérez de Ortubia intentó inútilmente encontrar la fuente del
Biminí) y, finalmente, a Puerto Rico.
Ponce
de León viajó a España para dar cuenta de su descubrimiento y el rey Fernando le
nombró Adelantado y Justicia Mayor de
Florida y Biminí, así como capitán de la Armada contra los Caribes y
deslindador de terrenos en la isla de San Juan (27 de septiembre de 1514), lo
que llevó a cabo en los dos partidos de Puerto Rico, al este, y San Germán, al
oeste. Entre 1514 y 1516 actuó como Capitán de la Armada contra los Caribes.
Hizo varias expediciones y logró apresar y esclavizar gran número de ellos,
pero no logró resolver definitivamente el problema, aunque alivió la presión
que ejercían sobre Puerto Rico.
Las
noticias sobre el descubrimiento y conquista de México por Cortés le decidieron
a proseguir con su descubrimiento de la Florida, apenas iniciado. El Adelantado equipó dos carabelas, que
transportaban aproximadamente 200 hombres, incluyendo a sacerdotes,
agricultores y artesanos, 50 caballos y otros animales domésticos además de
instrumentos de labranza, y salió de San
Germán el 26 de febrero de 1521. Alcanzó la Florida y quizá en la bahía de San
Carlos, tal y como afirma el historiador Edward W. Lawson. Allí desembarcó
y tuvo un desafortunado encuentro con los indios semigolas que mataron varios de sus
hombres y le hirieron de un flechazo. Malherido, ordenó retirada y regresar a
La Habana, donde falleció a poco de llegar. Sus restos fueron trasladados a San
Juan y enterrados en la capilla mayor de la iglesia de Santo Tomás, desde donde
fueron llevados en 1913 a la catedral.