No solo los buzones, sino que es el color corporativo de la empresa estatal Correos, y está en sus logos, vehículos, oficinas, uniformes, paquetes,
etc. Concretamente, el color corporativo de Correos es el 1021 de la tabla RAL Classic, descrito como ‘amarillo colza’
La respuesta es por la heráldica, de ahí viene. Es el esmalte -amarillo
(oro)- del escudo de armas de los Tassis, nobles originarios de Cornello, en la Lombardía
italiana, al norte, cuya capital es la ciudad de Milán, que llegaron a España
con el reinado de Juana I de Castilla y Felipe el Hermoso.
Su escudo de armas tenía un tejón, tasso
en italiano, y una torre, por eso su apellido era “Della Torre e Tasso”. Posteriormente,
en 1695, el emperador Leopoldo I concedió a la familia el privilegio de usar el
título de príncipes y añadieron a su heráldica un león rampante coronado de
color rojo sobre campo amarillo.
Los Tasso, Tassis o Taxis,
apellido recibido por la misma familia dependiendo de las épocas y de los
países en los que se establecieron, dirigieron y organizaron el correo en gran
parte de Europa durante siglos. Cuando la familia Tassis obtuvo el condado de
Ratisbona en 1624, unos años más tarde, en 1650, se trasladaron a Alemania y
cambiaron su apellido italiano original “Della Torre e Tasso” por una
traducción al alemán por la cual son conocidos en la actualidad como “Thurn und
Taxis”.
Correos es la primera empresa
pública de nuestro país que nos acompaña desde hace más de 300 años. Es difícil
pensar en un sistema de telecomunicaciones antes de su fundación… pero existía
uno. Es más,
la red de misivas de España
y otros países del viejo continente como Italia, Bélgica, Francia y Países
Bajos, estaban bajo el control de una sola persona: Francisco de Tassis.
Si ya con los Reyes Católicos
hubo un interés especial por establecer relaciones postales más frecuentes y
uniformes en todos sus territorios, fue con Felipe el Hermoso, y debido a la
influencia ejercida por su país de origen, con quien se hizo una organización
más completa del servicio de correos.
En 1505, Francisco de Tassis, que
ya ejercía de correo mayor para el emperador Maximiliano I, recibió el encargo
de establecer las comunicaciones postales entre España, Francia, los Países
Bajos y Alemania. El 19 de mayo de 1506, Francisco de Tassis y su sobrino Simón
fueron nombrados maestros de postas por Doña Juana y Felipe “pa traer e llebar
las cartas e enboltorios e pliegos … en las Cibdades e villas e logares destos
mys Reynos ....” La relación con los Tassis se consolidó con Carlos V, quien en
1516 firmó un convenio para regular el establecimiento de postas al servicio
del emperador en todos sus territorios.
En el convenio se establecía el
tiempo que habrían de emplear en hacer el recorrido, así de Burgos a Bruselas
se fijó una duración de siete días en verano y ocho en invierno. Por su parte
el rey se comprometía a obtener paso franco para sus correos por los distintos
territorios que atravesaran, facilitándoles caballos y víveres para que no
sufrieran dilación y decretando que en cada parada de postas hubiera al menos
dos caballos de repuesto. El oficio resultaba rentable. El correo se otorgaba
en régimen de monopolio y el emperador debía de pagar anualmente 11.000 ducados
de oro, de los cuales 6.000 se pagaban en España.
En 1518 se les concedió a los Tassis la
nacionalidad española. Raimundo de Tassis (1515-1579) fue Correo
Mayor de España, gentilhombre de Cámara y caballero de la Orden de
Santiago. Se casó con Catalina de Acuña y Zúñiga, hija de los condes de
Buendía.
La organización del correo y de
las infraestructuras necesarias para su buen funcionamiento daban los primeros
grandes impulsos con los Tassis, quienes ejercieron el monopolio postal hasta
1622. El último representante de la familia en España fue el Conde de Villamediana, el poeta Juan de Tassis y Peralta, que murió asesinado.
El Rey Felipe V dictó un 8 de
julio del 1716 que “Correos” deja de pertenecer a la familia Tasso y pasa a las
manos del gobierno, como responsabilidad Estatal. Más tarde, en el 1756 formaron a los carteros profesionales
y esta organización siguió encargándose de la mensajería del país. Al pasar
unos años más, en 1762, se colocaron los primeros buzones. En 1850 se
estableció el sello como forma de 'prepago' de los envíos postales que representaban a la Reina Isabel II y se escribieron las palabras Correos (Correo) y Franco (Pago) y, a principios del siglo XX,
comenzaron a realizar servicios bancarios. Y luego, casi al final del siglo,
fueron implementados los códigos postales.
Los Tassis implantaron el uso del cuerno
postal (llamado posteriormente cornamusa) para avisar de la llegada de los
correos y el color amarillo como identificativo de la mayor parte de los
correos del mundo.
Curiosidades:
Pero antes de la cornucopia fue
la matraca. En Viena, que por ese entonces era la capital del Sacro Imperio
Romano Germánico, se dio una particularidad dentro del sistema de postas,
conocido como correo matraca. Nombre que se le dio, pues el mensajero que
arribaba a destino empleaba una matraca para avisar de su llegada y, con él, la
de las cartas.
Tras el último cambio de del logo, Correos mantiene la cornamusa
y la corona, pero simplifica los rasgos del símbolo monárquico, del que
se han eliminado algunos remates y se ha convertido la cruz en un signo positivo (+) ¡Una pena que se renuncie a nuestra cultura cristiana!
Y este cambio tan tonto, nos ha costado a los españoles nada más y nada menos que 250.000 euros
Correo Postal: Historia, características, ventajas, desventajas y más
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