Desde muy joven se sintió atraído por
la literatura y por la actividad política, aficiones ambas que definirían su
carrera futura. Temas como los de la patria, las protestas sociales y el amor
fueron los temas dominantes de sus creaciones literarias. Asimismo, su ideario
liberal estuvo muy presente e impregnó buena parte de sus obras.
Poeta romántico de ideología liberal,
es uno de los más destacados nombres del romanticismo español, que proponía la
exacerbación y la supremacía de los sentimientos, una alternativa contraria a
movimientos de la época como la ilustración y el racionalismo.
José
Ignacio Javier Oriol Encarnación de Espronceda Delgado nació en el palacio del
Marqués de Monsalud,.en Almendralejo (Badajoz), el 25 de marzo de 1808, en
plena Guerra de la Independencia contra la invasión napoleónica, Hijo de una familia hidalga de fuerte
raigambre militar. Sus padres fueron Camilo de Espronceda, sargento mayor
de la Caballería de Borbón, que estaba en campaña en Badajoz, y de su esposa M.ª del
Carmen Delgado. Ambos procedían de familias de militares con rentas y siempre
apoyaron económicamente a su hijo, especialmente durante su destierro.
En
el año 1820 se trasladó a Madrid y se instruyó en el Colegio de San Mateo con
el poeta Alberto Lista, de quien se convirtió en aventajado discípulo,
integrándose en la “Academia Poética Del Mirto”.
En
1823, y a raíz de la ejecución del general liberal Rafael del Riego, llevado a cabo por orden del gobierno absolutista
de Fernando VII, quien había sido repuesto en el trono por los Cien Mil Hijos
de San Luis, fundó, junto a Patricio de la Escosura, una sociedad secreta en pro de la libertad cuyos jóvenes miembros se
hacían llamar “los Numantinos”. Descubierta
la sociedad, la represión política que siguió al trienio liberal motivó su
encierro en un convento de Guadalajara, donde emprendió la redacción de Don
Pelayo, poema épico de corte neoclásico (que quedó inconcluso) sobre el
caudillo astur Don Pelayo, mítico iniciador de la Reconquista.
Tras
recobrar la libertad, regresó a Madrid, pero los acontecimientos políticos del
país lo impulsaron a marchar al extranjero. Partió hacia Gibraltar, y de allí
pasó a Lisboa, de donde fue expulsado, por lo que hubo de refugiarse en
Londres, por aquel entonces punto de reunión de los liberales españoles, en
cuyas reuniones participó. En Londres conoció a Teresa Mancha, hija de otro
refugiado político, con quien mantuvo una accidentada relación sentimental.
Informado
de los acontecimientos revolucionarios que se producían en julio de 1830 en
París, acudió a la capital francesa y, poco después, formó parte de la
frustrada expedición liberal del coronel Joaquín de Pablo “Chapalangarra” que
intentó entrar en España. Durante su ausencia de Londres, su antigua amante,
Teresa, había contraído matrimonio con un rico comerciante, por lo que ambos
decidieron fugarse juntos. Tras otra breve estancia en París, en 1833,
aprovechando una amnistía, regresaron a
España, donde Espronceda ingresó en el cuerpo de la Guardia Real. Sus
inquietudes políticas, sin embargo, le valieron un destierro en Cuéllar, en
1834, y posteriormente el traslado a Badajoz. También debió esconderse tras la
llegada al poder del conde de Toreno, contra cuyo gobierno se rebeló.
José de Espronceda retratado en Los Poetas contemporáneos por Antonio María Esquivel (1846) - Museo del Prado, Madrid
Durante
sus breves etapas en Madrid, José de Espronceda participó activamente en la
vida literaria de la capital y, a pesar de sus frecuentes encarcelamientos y
destierros, pudo escribir sus primeras obras. El contacto con la poesía romántica
europea (Lord Byron, Walter Scott) influyó en él poderosamente y orientó su
propia producción poética hacia un romanticismo exaltado, pletórico de ritmo,
color y fantasía. En 1834 publicó Sancho Saldaña, una novela histórica, y por
las mismas fechas escribió varias comedias y el drama histórico Blanca de
Borbón, editado póstumamente.
El reconocimiento público, sin embargo,
le llegó gracias a su producción lírica, publicada a partir de entonces en varios diarios y revistas. La
aparición de su ambicioso poema titulado El estudiante de Salamanca en el
periódico El Español (1836) supuso su primer gran éxito; revisitación del mito
literario de don Juan, el héroe se tiñe en esta versión de caracteres
románticos y se enfrenta a la sociedad y a Dios desde una postura de abierta
rebeldía. El diablo mundo, el segundo de sus grandes poemas, constituye una
visión épica y moral de la España de su tiempo, que trasciende a epopeya de la
humanidad entera.
En
paralelo, incrementó su actividad
política, en especial tras la publicación del opúsculo El ministerio
Mendizábal (1836), en el que incluía ideas de Saint-Simon. Por aquellas fechas,
la relación con Teresa era ya insostenible y ésta le abandonó, lo que lo sumió
en una fuerte depresión. Teresa, madre de su hija Blanca, tras una vida
desordenada, fallece de tuberculosis en 1839, habiendo dejado una profunda huella
en Espronceda, pero éste, al cabo de unos meses, conoce a Carmen de Osorio y le
dedica el soneto inicial de sus Poesías.
En
septiembre de 1840 la victoria liberal y la posterior regencia de Espartero,
que le nombra secretario de la Legación de la Haya, le permitieron dar el salto
a la primera fila de la política española y ser elegido diputado a Cortes por la
provincia de Almería. A su muerte, cuando
proyectaba casarse con Bernarda de Beruete, acontecida súbitamente el 25 de
mayo de 1842 a causa de una difteria, era considerado el mejor poeta español
del momento, amén de un político de prometedora trayectoria. Ello motivó
que su entierro, en el que se dieron escenas de hondo dolor popular, fuera uno
de los actos más multitudinarios de la época.
Además de títulos poéticos impregnados
de vigor lírico como “Himno al Sol”, “A Jarifa en una orgía”, su popular “La canción
del pirata”, “El mendigo”, “El verdugo”, “A la patria”, “Canto del cosaco”, “El
estudiante de Salamanca” o “El diablo mundo” (libro en el cual aparece su poema
“Canto a Teresa”, dedicado a su esposa), Espronceda escribió novelas históricas
como “Sancho Saldaña” y obras de teatro como “Ni el tío ni el sobrino” o “Amor venga
sus agravios”.
Notable
periodista, co-fundador de el diario El siglo, su ocurrencia de publicar una
página en blanco, ocupando el lugar de los artículos censurados, le atrajo la
amistad y admiración de Larra, que
elogio su ingenio en un famoso artículo.
Inevitablemente asociado a “La canción
del pirata”, Espronceda convirtió el poema en el manifiesto del Romanticismo
español: exaltación de la libertad, progresismo político, anticlericalismo,
innovación formal. Frente al duque de Rivas y Martínez de la Rosa, Espronceda
pertenece a una segunda generación que invita a tomar las armas contra el
carlismo, canta elegías al general Torrijos y evoca el Dos de Mayo.
Para
saber más: Vida y obra de José de Espronceda (1808-1842)
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