Apodado “el Divino” por su oratoria
durante las Cortes de Cádiz. Fue presidente de las Cortes en 1841 y tutor de la
reina Isabel II durante su minoría de edad.
Nació
el 28 de agosto de 1776 en Ribadesella (Asturias). Hijo segundón de José
Antonio de Argüelles y Uría, que poseía el mayorazgo en Ribadesella, y de
Teresa Álvarez y González, su segunda esposa, ambos de familias hidalgas, de no
grandes medios pero de cierta influencia social.
Cursó
el bachillerato en Oviedo y se licenció en Derecho en la Universidad de esa
misma ciudad, destacando por ser un alumno brillante. Tras terminar la
universidad, su primer empleo fue el de secretario del obispo de Barcelona, el
gijonés Pedro Díaz Valdés (1798), ocupación que dejó en 1800 para dirigirse a
Madrid, donde pretendía hacer carrera en la Corte, donde consiguió, gracias a
sus conocimientos del inglés, francés e italiano, una plaza en la Secretaría de
Interpretación de Lenguas, bajo la jefatura de Leandro Fernández de Moratín y,
en 1805, otra, con un sueldo de 10.000 reales, de oficial de la Convalidación
de Vales Reales, dependiente del Ministerio de Hacienda, cargo que le permitió
entrar en contacto con el mundo político y diplomático, siendo enviado en otoño
de 1806 por el Manuel Godoy a Londres en misión diplomática para conseguir la
alianza de Londres contra Francia, y frenar los planes de Napoleón, lo que le
permitió familiarizarse con la Constitución inglesa.
Al
estallar la Guerra de la Independencia,
con Godoy fuera del poder, recibió la orden de regresar a España, lo que hizo
en noviembre de 1808, dirigiéndose a Asturias y pasando poco después a formar
parte de la Junta de esta provincia. A mediados del año siguiente marcha a
Sevilla, donde su paisano Jovellanos
lo acoge y le ofrece un puesto en la Comisión de Convocatoria a Cortes y, desde
Sevilla pasa a Cádiz, donde, tras ser nombrado diputado, participó activamente en las Cortes, que se habían iniciado el 27
de septiembre de 1810, siendo uno de los principales artífices de la redacción
de la primera Constitución Española (El
18 de agosto de 1811 leyó el Discurso Preliminar del Proyecto de Constitución,
redactado por él, que tuvo una gran acogida por los diputados liberales. El
texto es importante porque constituye una justificación sobre la necesidad de
una Constitución en España, además de condensar el espíritu liberal que debía inspirar
el texto), destacando por ser un gran orador, de ahí que recibiera el apelativo
de “el Divino”, y por sus intentos de abolición de la esclavitud.
Fue
depurado por Fernando VII tras la restauración absolutista y con el
pronunciamiento de Rafael del Riego fue nombrado Ministro de la Gobernación.
Después del gobierno liberal se exilió a Inglaterra, regresando a España en
1834.
Después
de la sublevación de los Sargentos de La Granja de 1836 y la reposición de la
Constitución de 1812, Argüelles fue elegido diputado en las Cortes
Constituyentes que elaboraron la Constitución de 1837, siendo uno de sus padres
también. En abril de 1841, es nombrado presidente del Congreso. Diputado por
Asturias y nombrado preceptor (16-junio-1841) de Isabel II durante su minoría
de edad por Baldomero Espartero, tras perder la votación en las Cortes
Generales frente a éste para ser elegido Regente de España, cargo al que
renunció al producirse el alzamiento contra el regente, siendo elegido diputado
por Madrid en las elecciones de 1844.
Agustín Argüelles falleció
en su casa de Madrid, de un derrame cerebral, el 26 de marzo de 1844.
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