Primera Marquesa de Montehermoso y aya de infantes reales de España. Perteneció a una familia de recio abolengo, poseedora de los mayorazgos de su madre María Eustaquia de Chávarri y Viguria.
En el centro, con Felipe V y la Princesa de los Ursinos |
Palacio de Viguria, en estado ruinoso |
Gil de Echávarri y Viguria (hijo de Juan de Echávarri y Albornoz y de Laurencia de Viguria), que en 1640 figura como «clérigo de corona de hedad de ocho años (...). Hospitalero Dignidad de la Catedral de la ciudad de Pamplona», y poseedor «de un beneficio simple de la parroquial de San Andrés en la Catedral de la ciudad y Diócesis de Sevilla», hereda el patrimonio de sus padres, que cede a su hermana María Eustaquia, la cual contrae matrimonio (1663) con Antonio de Salcedo, Caballero de la Orden de Alcántara, natural de Pobeda en el Reino de Castilla.
Al año siguiente, María Eustaquia fallece a consecuencia del parto, dejando una hija de diez días. Manda ser enterrada en el convento de San Agustín de Estella, y su marido abandona Viguria y fija su residencia en Pamplona. La hija, María Antonia de Salcedo y Echávarri, antes de cumplir los veinte años contrae matrimonio el 25 de octubre de 1682 con Vicente José de Aguirre y Zárate, del ilustre linaje alavés de los Aguirre, estableciéndose en Vitoria.
De este matrimonio nacieron tres hijos: Pedro Ignacio (1684), que murió niño, Francisco Antonio (1685) y Manuel Antonio (1686). Su marido, en nombre de su esposa, fue merino mayor y justicia de Estella, y regidor de Vitoria en 1686, pero no acabó de heredar los mayorazgos paternos de Aguirre, Álava e Isunza, porque murió joven, a los veinticinco años, hacia 1690. Su padre Felipe Ortuño de Aguirre falleció en 1696.
A la muerte de Carlos II, último Rey de los Austrias, fue elegido para sucederle el Borbón Felipe V, duque de Anjou, nieto de Luis XIV, que estaba casado con María Luisa de Saboya. Tras entrar por Irún, en el camino hacia la Corte, donde juraría como rey en 1701, la viuda de los Aguirre les alojó en su palacio los días 1 y 2 de febrero. Las reclamaciones del Reino por parte del archiduque Carlos de Austria, apoyado en el interior por el antiguo Reino de Aragón y con Corte en Barcelona, dieron lugar a la Guerra de Sucesión que se inició en 1704, y tuvo una geografía bélica variable.
En 1706 las tropas anglo-portuguesas tomaron Madrid, que no fue liberada hasta el año siguiente. En agradecimiento al antiguo servicio, en 1707, María Antonia Salcedo fue nombrada aya del recién nacido Luis, hijo primogénito de los Reyes. Desde este momento, pasó a residir en el viejo Alcázar Real y con ella su hijo Francisco Antonio, que había casado en Vitoria en 1703 con María Lorenza de Ayanz Arbizu, y a veces sus nietos. De nuevo, en 1710, los austracistas amenazaban la capital, por lo que María Luisa de Saboya y el infante Luis residieron tres meses, desde el 1 de octubre hasta el 20 de diciembre, en el palacio de los Aguirre en Vitoria, residencia ocasional de la realeza a su paso por una ciudad que era parada obligatoria en el camino hacia Francia. En 1713 nació el príncipe Felipe. La contienda acabó en 1714.
María Antonia de Salcedo había sido premiada el 15 de agosto de 1708 con un título de Navarra, el marquesado de Montehermoso (y como tal, y «Señora de onor de la Reina Nuestra Señora y guarda mayor del Palacio de Su Majestad», se autotitula en 1736 María Antonia de Salcedo y Echávarri), que a partir de entonces dio nombre al palacio de los Aguirre, a pesar de que no fue efectivo hasta 1714. Ejerció su empleo de aya hasta 1715 que pasó al cardenal Júdice, mientras ella era nombrada mayordomo y señora de honor de su segunda esposa la reina Isabel de Farnesio, aunque también siguió estando muy unida al príncipe Luis.
Víctima de numerosas depresiones, en 1724 el Rey abdicó en su hijo Luis I, que había casado dos años antes con Luisa Isabel de Orleans. Murió inesperadamente en agosto del mismo año en brazos de María Antonia, a que llamaba "madre". Felipe V volvió a ocupar de nuevo el Trono y desde 1716 a 1723 María Antonia fue aya del príncipe Carlos, futuro Rey de Nápoles y de España con el nombre de Carlos III. Su educación pasó luego a cargo de su hijo Francisco Antonio de Aguirre y Salcedo, que fue mayordomo de Semana de la Reina y del Consejo Real en Indias.
Hizo testamento en Madrid, el 29 de mayo de 1737, dejando a su hijo Francisco Antonio los mayorazgos paternos y el II marquesado de Montehermoso, a los que uniría “una cruz de oro con cinco diamantes grandes, un libro en que S. M. aprendió a leer y una caja de oro guarnecida de diamantes que también fue de S. M.”. Murió el 15 de julio de 1737 y fue enterrada en el Convento de las Descalzas Reales.
Palacio de Montehermoso (Vitoria) |
Una de sus más destacadas moradoras fue María Antonia de Salcedo y Chávarri, I marquesa de Montehermoso, quien se había casado con su propietario, Vicente José Francisco de Aguirre y Zárate, en 1682. Desde entonces esta aristócrata, originaria de Pamplona, residía en este palacio de los Aguirre. Quedó viuda pronto, en 1690, cuando contaba 26 años.
Tras la restauración borbónica, en 1816, el Ayuntamiento de Vitoria
confiscó el Palacio y la finca de Montehermoso en virtud de una real orden que
establecía que tales propiedades eran, en lo sucesivo, patrimonio de la Corona.
Posteriormente, durante la Tercera Guerra Carlista, fue cuartel de artillería
antes de ser adquirido por la Diócesis de Vitoria en 1887 a su último
propietario, el Marqués del Amparo. Al convertirlo en su sede, el Obispado
encargó al arquitecto Fausto Íñiguez de Betolaza la reforma de la fachada, que
adquirió su actual aspecto neogótico. En
1994 lo adquirió el Ayuntamiento vitoriano, rehabilitándolo como centro
cultural.
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