viernes, 4 de noviembre de 2022

Diego de Deza. Arzobispo, inquisidor general de la Corona de Castilla y preceptor del Príncipe Juan



En 1486 fue nombrado tutor del príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos, y se introdujo en la vida de la Corte. En 1487 fue nombrado obispo de Zamora y de Salamanca en 1490. El príncipe residió con él y en esta ciudad contrajo la enfermedad que le llevaría a la muerte, en octubre de 1497. En 1498 fue nombrado obispo de Jaén, en 1500 de Palencia, y arzobispo de Sevilla en 1504.

Diego de Deza nació en Toro (Zamora) en 1443 en el seno de una familia noble de ascendencia gallega (Lugo), trasladados a Castilla en tiempos de Juan I tras el matrimonio de este con Beatriz de Portugal; fueron sus padres don Antonio de Deza y doña Inés de Tavera. Uno de sus sobrinos fue el famoso cardenal Tavera.

Diego de Deza, por Zurbarán, 1631 (Museo del Prado)
 Inició sus estudios en la Universidad de Salamanca y al finalizarlos fue nombrado prior del convento dominico (O.P.) de San Esteban en esa ciudad, para, a continuación, entre los años 1477 y 1486, simultanear sus labores priorales con la enseñanza de Teología como profesor y catedrático de dicha universidad.

En 1486 fue nombrado tutor del príncipe don Juan, único varón del matrimonio de los RR. CC., nacido en 1478 en Sevilla, que se fijaron en él por sus dotes intelectuales, con lo cual se introdujo en la vida de la Corte. En 1487 fue nombrado obispo de Zamora y de Salamanca en 1490. El príncipe residió con él en Salamanca y en esta ciudad contrajo la enfermedad que le llevaría a la muerte, el 4 de octubre de 1497. En 1498 fue nombrado obispo de Jaén, y entre 1500 y 1504 ocupó el obispado de Palencia, y el Sevilla, cargo que ocupó desde 1504 hasta 1523.

Como prelado, destacó por el interés en elevar el nivel cultural del estamento eclesiástico y en fortalecer su disciplina, así como por su actividad sinodal: convocó el Concilio de Salamanca de 1497 y el de Palencia de 1500, cuyos capítulos reflejan sus preocupaciones reformistas. Sin embargo, los cargos que poseía en la Corte, a los que en 1500 se añadieron los de capellán mayor, confesor real y Gran Canciller de Castilla, le impidieron residir en las sucesivas diócesis que regentó. En 1497, tras la publicación de la bula Quanta in Dei Ecclesia y mediante la concesión del breve Alias ex certis, el Papa le encomendó la reforma de la Orden de los dominicos; mediante el breve Alias ex vobis (14 de noviembre de 1499), fue encargado junto con Cisneros y Francisco Desprats de la reforma de las comunidades mendicantes.

Se le atribuye un papel decisivo como mediador de Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos. Defendió ante ellos las ideas de Colón, de quien fue amigo, y lo acompañó a Salamanca para enfrentarse al claustro de la Universidad. Probablemente, a través de Deza se produjo el contacto de Colón con el cardenal Pedro González de Mendoza. Influyó en 1512 para que el inquisidor Alonso Manso, primero consagrado en América y Puerto Rico, fuera con su familia a esa isla.


En 1498 recibió la bula de Alejandro VI que lo confirmaba como Inquisidor General de Castilla y León (a propuesta de Torquemada) y, en 1499, la que hacía extensiva su jurisdicción a los territorios de la Corona de Aragón. Se mantuvo ocho años de inquisidor general, de 1499 a1507, y de ellos seis como presidente del Santo Oficio para todo el Reino de España, de 1501 a 1507.

En 1504 ordenó confiscar los escritos de Antonio de Nebrija por las declaraciones de éste en favor de la intervención de los filólogos en la revisión de los textos de las Sagradas Escrituras.

Como consecuencia de su interés por ampliar la jurisdicción y poderes del Santo Oficio en todos los territorios dependientes de la monarquía española, dispuso la instauración de la Inquisición en Sicilia en 1500 e intentó sin éxito establecer un tribunal en Nápoles en 1504. Se enfrentó con fray Hernando de Talavera, quien se opuso a la introducción de los inquisidores en el obispado de Ávila y posteriormente a la creación de un nuevo distrito del tribunal en Granada, de cuya diócesis era regente. Sucedió en el cargo de la diócesis de Sevilla a Juan de Zúñiga, titular del arzobispado durante los años 1503 a 1504, ocupándola entre los años 1504 y 1523.

Tras la muerte de Felipe el Hermoso, en 1506, Deza intentó infructuosamente recuperar la dignidad de inquisidor general, ya que en 1507 Fernando el Católico nombró para el cargo al cardenal Cisneros.

A partir de esa fecha, Deza se dedicó a la organización interna de la diócesis sevillana. En 1512 convocó un concilio provincial en el que ordenó colocar públicamente en todas las parroquias de su jurisdicción tablas en las que estuviesen escritos los principales artículos de la fe para que los sacerdotes las leyeran y explicaran a sus parroquianos y contribuir así a la formación religiosa popular, iniciativa considerada como de los primeros impulsos dados al programa catéquico desarrollado durante el siglo XVI. En 1515 estableció en la diócesis el estatuto de limpieza de sangre, con lo que el sevillano se erigió en el segundo cabildo, tras el de Toledo, en impedir la promoción de los descendientes de judíos o conversos. En 1517 fundó en Sevilla el colegio universitario dominico de Santo Tomás, equiparado en rango a los de Valladolid y Salamanca.

Sepulcro en Sevilla de Diego Dez
Fue nombrado arzobispo de Toledo, pero no llegó a tomar posesión de la sede episcopal, pues murió antes; no obstante, Adriano VI promulgó las bulas que lo confirmaban en su dignidad. Falleció el 9 de junio de 1523, cuando se dirigía a tomar posesión de la diócesis episcopal. Sus restos mortales se encuentran en un sepulcro situado en la capilla de San Pedro de la Catedral de Sevilla.

Destacó como impulsor de numerosas obras en las diócesis que rigió, especialmente las reformas y ampliaciones en el convento de San Esteban de Salamanca, en la catedral e iglesias de Zamora, en la dotación de arte a la catedral de Palencia, con el encargo del retablo mayor a Felipe Bigarny y, sobre todo, en la catedral de Sevilla, cuyas obras alcanzaron un gran desarrollo entre 1511 y 1518.

Recogió sus enseñanzas en Novarum deffensionum doctrinæ Angelici doctoris beati Thomæ de Aquino (1517), basada en las doctrinas de Juan Capreolo, aunque con innovaciones metodológicas, donde incluye sus aportaciones al estudio de la figura de Santo Tomás de Aquino.

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