domingo, 26 de octubre de 2025

Los falsarios en las órdenes y corporaciones nobiliarias en Europa: Historia, motivaciones y consecuencias

Con esta entrada son ya MIL las que he publicado en este blog que administro desde enero de 2015 

 


Las órdenes de caballería y corporaciones nobiliarias han sido, desde la Edad Media, símbolos de prestigio social, reconocimiento y honor. Sin embargo, este atractivo también ha dado lugar a la aparición de falsarios: individuos o grupos que se presentan como miembros de órdenes inexistentes o que falsifican su pertenencia a instituciones auténticas. Este fenómeno no es nuevo, pero en las últimas décadas ha adquirido formas más sofisticadas, especialmente en Europa.

Las órdenes de caballería medievales (como los Templarios, Hospitalarios o Teutónicos) nacieron con fines militares y religiosos. Con el tiempo, algunas se transformaron en órdenes honoríficas concedidas por monarcas (por ejemplo, la Orden del Toisón de Oro en Borgoña y España, o la Orden de la Jarretera en Inglaterra).


Estas instituciones otorgaban un estatus excepcional a sus miembros y, en muchos casos, prerrogativas sociales y económicas. En la Edad Moderna y Contemporánea se multiplicaron las corporaciones nobiliarias, asociaciones de linajes que buscaban preservar la memoria y privilegios de la nobleza.

La existencia de un prestigio tan elevado atrajo, inevitablemente, a falsificadores. Los falsarios podían actuar de dos maneras:

  •       Falsificación individual: personas que inventan genealogías, diplomas o títulos para presentarse como caballeros de una orden legítima.
  •        Órdenes espurias: grupos o asociaciones creadas ex novo que se autodenominan “orden” para otorgar a terceros diplomas o insignias a cambio de dinero, sin ningún reconocimiento histórico ni legal.

Desde el siglo XIX, con la pérdida de poder real de la nobleza y el auge de una burguesía adinerada, proliferaron estas prácticas. Aparecieron “órdenes templarias” apócrifas, “órdenes hospitalarias” sin vínculo con la Soberana Orden de Malta y todo tipo de “academias” que vendían diplomas de nobleza.

La Orden de los Templarios fue una orden militar cristiana medieval fundada en 1119 por Hugo de Payens y otros caballeros franceses para proteger a los peregrinos en Tierra Santa. Fue aprobada por la Iglesia en 1129 y se convirtió en una poderosa fuerza militar y financiera en la Europa medieval. Finalmente fue disuelta en 1312 por el papa Clemente V bajo la presión del rey Felipe IV de Francia. 
 

Motivaciones de los falsarios

a) Prestigio social y deseo de figurar

Muchos falsarios se mueven por la atracción del reconocimiento. Un título de caballero o pertenencia a una orden milenaria confiere un aura de distinción y exclusividad que, en contextos sociales competitivos, puede abrir puertas.

b) Interés económico

Las “órdenes falsas” son un negocio lucrativo: venden membresías, condecoraciones, diplomas o títulos de “nobleza” a personas que desean aparentar un estatus. A menudo organizan ceremonias pomposas, con uniformes y rituales, para aumentar la ilusión de autenticidad y justificar altas cuotas.

c) Legitimidad personal o ideológica

En algunos casos, los fundadores de estas organizaciones creen sinceramente estar “reviviendo” tradiciones perdidas. Alegan una “sucesión secreta” desde la Edad Media o basan su legitimidad en documentos dudosos. Esto les da sentido de misión y liderazgo, además del prestigio.

d) Redes de influencia

Para ciertos individuos, integrarse en una “orden” —aunque sea falsa— es un medio de entrar en círculos de negocios, política o beneficencia. La apariencia de honorabilidad facilita contactos e incluso blanquea reputaciones.

Consecuencias y problemas

Para las órdenes auténticas

Las organizaciones legítimas (por ejemplo, la Soberana Orden de Malta, el Santo Sepulcro, la Jarretera, etc.) sufren desprestigio cuando el público confunde sus insignias con las de grupos espurios. Esto obliga a campañas de esclarecimiento y, en algunos países, a acciones judiciales.

Para el patrimonio cultural

Las falsificaciones dificultan la labor de historiadores y genealogistas, pues introducen documentos falsos y leyendas en los archivos.

Para las personas engañadas

Quienes compran un título creyendo que es real pueden verse estafados económicamente y socialmente ridiculizados si se descubre el fraude.

Algunos Estados europeos han legislado contra las “órdenes” no reconocidas. Italia y España, por ejemplo, cuentan con listados oficiales de órdenes legítimas. La Santa Sede mantiene un registro de las órdenes pontificias y reconoce algunas pocas de origen histórico. No obstante, el vacío legal persiste en muchos países, donde cualquier asociación privada puede usar nombres y símbolos evocadores mientras no cometa fraude explícito.

Para identificar una orden legítima se ha de tener en cuenta: Reconocimiento oficial por un Estado soberano o por la Santa Sede; historia documentada y continua, sin lagunas improbables ni “sucesiones secretas” y transparencia en sus estatutos y actividades, sin exigencias económicas desproporcionadas para ingresar.


Conclusión

El fenómeno de los falsarios en órdenes y corporaciones nobiliarias es inseparable del atractivo perenne del honor y el estatus. Aunque pueda parecer anecdótico, este mundo de falsificaciones afecta al patrimonio cultural, al prestigio de instituciones legítimas y a la confianza del público. 

La educación histórica y la verificación de fuentes son herramientas esenciales
 para distinguir entre tradición auténtica y negocio oportunista.

miércoles, 15 de octubre de 2025

Francisco Bernaldo de Quirós y Benavides. Militar. Marqués de Campo Sagrado

 

VI Marqués de Campo Sagrado, fue un militar y político. Ministro de la Guerra de 1815 a 1817 y tres veces Capitán General de Cataluña. Tuvo una destacada participación militar y política en la Guerra de la Independencia.

Nació el 26 de abril de 1763 en el palacio de su familia en Oviedo, hoy sede del Tribunal Superior del Principado, bautizado el 28 en San Juan el Real. Era el tercer hijo varón de Francisco Antonio Bernaldo de Quirós y Cienfuegos, IV Marqués de Campo Sagrado, mayorazgo en Oviedo y en Avilés, diplomático, diputado y senador del Reino de España, y de Francisca de Sales Mariño de Lobera y Pardo de Figueroa, su mujer y prima segunda, natural de Pontevedra, hija de los Marqueses de la Sierra. Tuvo el título de marqués entre 1792 y 1837.

En 1792 su hermano José Benito, que era clérigo, Maestrescuela de la Catedral de Cuenca y Sumiller de Cortina de S.M., hizo renuncia y cesión en su favor del marquesado de Campo Sagrado y del mayorazgo de los Quirós, que comportaba los señoríos de Villoria y del valle de Viñayo, y los oficios de Alguacil Mayor de Oviedo, con vara de regidor, y de Notario Mayor de la Santa Cruzada de dicha ciudad y obispado.

Armas de Bernaldo de Quirós. Marqués de Campo Sagrado

 El marquesado de Campo Sagrado es un título nobiliario español, de Castilla. Fue creado por el rey Felipe IV, con el vizcondado previo de las Quintanas y mediante Real Despacho del 23 de mayo de 1661,​ en favor de Gutierre Bernaldo de Quirós de las Alas y Carreño, señor de Villoria, de Valdeviñayo y de Torrestío, alguacil mayor de Oviedo y alférez mayor de Avilés, poseedor de varios mayorazgos y palacios en Asturias, corregidor de Burgos y de Madrid.

El marquesado tomaba denominación del paraje y santuario de Santa María de Campo Sagrado o Camposagrado, sito en el valle de Viñayo o «Valdeviñayo». Este antiguo concejo y coto jurisdiccional de la comarca de Luna (León) correspondía a los actuales municipios de Carrocera y Rioseco de Tapia

Francisco Antonio Bernaldo de Quirós
y González de Cienfuegos (foto de JMM-A)

Ingresó como cadete en la Academia de Artillería Segovia el 16 de junio de 1777. Ascendió a subteniente de ese arma el 26 de octubre de 1780, a teniente graduado de infantería el 6 de abril de 1784, teniente de artillería el 28 de abril de 1789, ayudante segundo del 6.º batallón del arma el 4 de abril de 1789 y ayudante mayor del mismo el 20 de julio de 1790. Combatió en el sitio y rendición del castillo de San Felipe de Mahón, en el de Gibraltar y en la Guerra contra la República Francesa. Fue Coronel del Regimiento de Nobles Asturianos, y se retiró del servicio en 1803, habiendo sido nombrado caballero de la Orden de San Hermenegildo. Pero volvió a empuñar las armas al estallar la Guerra de la Independencia, a requerimiento de la Junta Suprema del Principado, que le nombró Teniente General el 23 de junio de 1808. Desempeñó un relevante papel político y militar durante la contienda y en los años siguientes:

Fue miembro de la Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino (1808-1810), designado por la de Asturias. El otro representante del Principado era su amigo Gaspar Melchor de Jovellanos. Diputado a Cortes por Asturias en las Constituyentes de 1810. Secretario de Estado y del Despacho universal de la Guerra de España e Indias por nombramiento del 23 de octubre de 1815 y fue destituido el 19 de junio de 1817 por haberse negado a firmar la condena a muerte del General Lacy.

Palacio de Campo-Sagrado en Oviedo

Actuó como Notario Mayor de los Reinos el 22 de febrero de 1816, en la firma de las capitulaciones matrimoniales del Rey Fernando VII con la Infanta María Isabel de Portugal. Caballero gran cruz de la Orden de Carlos III desde 1816. Capitán General de Castilla la Nueva en 1823. Tres veces Capitán General de Cataluña: en 1814, 1824 y 1826-27. Protegió a los liberales barceloneses de la represión absolutista y mandaba el ejército que sofocó a los Malcontents.

Casó sucesivamente con dos hermanas: Escolástica y Jacoba de Valdés e Inclán, de la familia gijonesa de los condes de Canalejas. Murió sin descendencia en Madrid el 5 de febrero de 1837.

jueves, 9 de octubre de 2025

José M. Huidobro. Senador Académico de la Accademia di Arnau Roger

  

El administrador de este blog, José Manuel Huidobro, ha sido nombrado ACCADÉMICO BENEMERITO de la Accademia di Arnau Roger, así como SENATORE ACCADEMICO y Director de la Sección "Genealogia spagnola", considerando su experiencia e investigación sobre el tema.

  

La Accademia di Arnau Roger es una asociación cultural apolítica y sin ánimo de lucro, de participación voluntaria y de alcance internacional. Aunque solo existe desde hace tres años, después de una larga gestación, está en constante crecimiento y sus miembros no solo son italianos, sino también profesores, investigadores y diplomáticos de diversas nacionalidades europeas, y de inspiración católica. Su Presidente – Administrador Único es el Prof. Ing. GIONATA BARBIERI.


La Academia lleva el nombre de un prelado y estadista que fue obispo de Urgell y copríncipe de Andorra y que desempeñó un papel destacado en Nápoles (Italia) como consejero del rey Alfonso I el Magnánimo
. Su objetivo es promover y gestionar actividades culturales, educativas y recreativas en términos generales, y sobre todo de carácter histórico, pero también con especial atención a los vínculos de diversa índole que existen entre todos los pueblos del Mediterráneo y las zonas adyacentes, en particular las de Italia, Andorra, España y Francia.

También publica contenidos científicos en la revista en línea no periódica y de libre acceso «Relazioni Accademiche», y emite pódcast y E-Topics con fines divulgativos.

La página web es: https://www.accademiaarnauroger.org


El escudo de armas de la Academia Arnau Roger está disponible en versión ampliada o reducida.

La versión ampliada, como se indica en los Estatutos, representa el antiguo escudo de armas familiar de Arnau Roger (Arnaldo Ruggiero), Condes de Pallars, dentro de una cartela académica en forma de rombo, sobre una cruz procesional y rematada por la corona principesca de Andorra, coronada con un galero verde con quince borlas verdes, que representa el título de Arnau Roger al Patriarcado de Alejandría. La cartela está rodeada por dos ramas de laurel unidas con una cinta mariana azul. Una flor dorada adorna la parte superior.

Il motto è “De Maericella” e si riferisce alla celeste protezione della patrona accademica, Nostra Signora Madre di Dio Santa Maria di Meritxell di Andorra, nota in Italia come Santa Maria di Mericella.