viernes, 3 de octubre de 2025

Miguel José de Azanza. Alcanzó importantes puestos como diplomático y político. Duque de Santa Fe

 

Militar, diplomático y político español, secretario del Despacho de la Guerra y virrey de Nueva España, ministro de Indias y de Asuntos Eclesiásticos. Como militar luchó contra los franceses en 1795 y participó a su lado en la Guerra de la Independencia y, al finalizar la misma, tuvo que marchar al exilio en la localidad francesa de Burdeos, donde fallecería.

Miguel José de Azanza nació en Aoiz (Navarra) el 20 de diciembre de 1746, en el seno de una familia hidalga. Hijo de Pedro de Azanza y Nabarlaz, natural de Burguete, y de Juana María de Alegría y Egüés.

Comenzó su carrera administrativa en 1768, como ayudante de su tío, José Martín de Alegria, administrador general de rentas de Veracruz, en Nueva España. Por recomendación de este familiar pasó al servicio de José de Gálvez, entonces visitador del virreinato. Tras sufrir prisión por denunciar la pérdida de facultades mentales de Gálvez en su viaje por Sonora (1769), pasó a Cuba (1771). 

Ingresó en los Reales Ejércitos en 1772. Alcanzó el grado de capitán, prestando sus servicios en La Habana al menos hasta 1779. Participó en el sitio de Gibraltar (1779-1783). Con posterioridad pasó al servicio diplomático, siendo sucesivamente encargado de negocios de España en San Petersburgo (1783-1784) y Berlín (1784-1786).

A su regreso a España, fue nombrado intendente de las provincias de Toro y Salamanca (1787). En 1789 pasó a ser intendente del Reino de Valencia, y subdelegado de la Junta General de Comercio, Moneda y Minas, así como conservador de sus Fábricas. Desempeñó similar función en el Reino de Murcia. Durante la Guerra de la Convención contra Francia (1793-1795) fue intendente del Ejército del Rosellón. En 1795 es nombrado secretario de Estado y del Despacho de Guerra. En octubre del año siguiente recibe su nombramiento como virrey de Nueva España, aunque no pudo partir a su puesto hasta enero de 1798. En 1799 se le señaló un sustituto, y fue designado consejero de Estado. 

Azanza, retratado como virrey acompañado de Atenea,
diosa de la Sabiduría, la Justicia y la Fama.

Regresó a España en 1800, instalándose en Granada, donde vivió alejado de la política hasta 1808. A los pocos días de haber sido reconocido el rey Fernando VII, fue llamado para servir el ministerio de Hacienda. Tras la salida de Fernando VII a Bayona, formó parte de la Junta Suprema de Gobierno, presidida por el infante don Antonio, hasta el 6 de mayo de 1808, momento en que dimitió de su cargo tras atribuirse el Gran Duque de Berg la presidencia de la Junta. El 28 de mayo de 1808 llegaba a Bayona, requerido por Murat “para informar a aquél del estado en que se hallaba la Real Hacienda de España. Fue testigo de las abdicaciones de Bayona, y aceptó la Constitución otorgada por Napoleón. Desde ese momento, formó parte del gobierno de José I en distintas carteras: Indias, Culto, Asuntos Extranjeros, etc. Caballero Gran Cruz de la Real Orden de España, el rey José I le nombró Duque de Santa Fe.

También fue embajador extraordinario de España en la boda de Napoleón con María Luisa de Austria (1810). En 1814, tras la restauración borbónica, marchó a Francia, y vivió muchos años en París, trabajando en el apoyo a los refugiados españoles. Intentó justificar, junto a Gonzalo O'Farrill, su comportamiento durante la Guerra de la Independencia, en una Memoria que publicó en París en 1815, pero nunca consiguió el perdón real. Murió en Burdeos el 20 de junio de 1826.

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