jueves, 26 de junio de 2025

Francisco Tadeo Calomarde. Ministro de Gracia y Justicia de Fernando VII

 

Político destacado en la crisis final del Antiguo Régimen. Conde de Almeida y duque de Santa Isabel.

En septiembre de 1832 consiguió que el enfermo rey Fernando VII firmase un documento que restauraba la Ley Sálica y subiese al trono su hermano Carlos María Isidro de Borbón, en lugar de su hija Isabel. Meses después la infanta Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias, hermana de la reina Maria Cristina de Borbón, aprovechó una breve mejoría del agonizante rey para conseguir que firmase un real decreto que abolía definitivamente la Ley Sálica.

Calomarde retratado por Vicente López Portaña, 1831

Perteneciente a la hidalguía bajoaragonesa, Calomarde nació en Villel (Teruel) el 10 de febrero de 1773, una localidad de la que posiblemente su padre era alcalde. Hijo de labradores, Esteban Juan Calomarde de Retascón y Rosa Arria, estudió en Zaragoza Filosofía y en Leyes. Trabajó a la vez como paje de un caballero, quien le aconsejó no descuidar los estudios académicos y, en la Sociedad Económica de Zaragoza leyó una Memoria titulada Discurso económico-político, publicada en Madrid en 1800. Se le atribuye una Historia política de Aragón, de finales del siglo XVIII. Se colocó en Madrid como secretario de Antonio Beltrán, médico de cámara de Godoy, con cuya hija, Juana Beltrán, se casó en enero de 1808. La caída de Godoy fue la ocasión para abandonarlo, así como a Juana, ya que el suyo no había pasado de ser un matrimonio de conveniencia.

Entre otros cargos administrativos, ocupó el cargo de Oficial mayor de la Secretaría de Gracia y Justicia, entró como secretario de Miguel Lardizábal y Uribe, Ministro de Indias y Regente hasta el 28 de octubre de 1810, y fue nombrado Secretario de la comisión de verificación de poderes de los diputados, el 15 de septiembre de 1810.

Desde Cádiz, Calomarde intentó ser diputado por Aragón, sin conseguirlo. Fue nombrado fiscal del Tribunal especial de las órdenes (septiembre de 1813). Con la reacción de 1814, al ser nombrado Lardizábal Secretario de Gobernación de la Península y de Ultramar, fue subsecretario; pasó en 1815 al Ministerio de Gracia y Justicia, al mismo tiempo que era nombrado Secretario perpetuo de la Real Orden Americana de Isabel La Católica, recién creada. A finales de ese año fue nombrado Secretario del Consejo de Castilla, pero cayó en desgracia y fue confinado en Pamplona, siendo liberado con la Revolución de 1820.

Con la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis en 1823, para poner fin al régimen constitucional instaurado tras el triunfo de la Revolución de 1820 (Trienio Liberal), se ofreció a Angulema, quien lo nombró secretario de la Regencia. En 1824 Calomarde fue nombrado Ministro de Gracia y Justicia, puesto que haría famoso con sus métodos de represión inquisitorial. Suyo es el Plan literario de estudios y arreglo general de Universidades del Reino, 1824. Conservó el favor de Fernando VII gracias al reaccionarismo de ambos, pero también a que supo cultivar a la camarilla  y también a sus ramificaciones policíacas por todo el país. 

Por conspirar contra la futura Isabel II recibió de su tía, la infanta Carlota, una bofetada que motivó su frase
«Manos blancas no ofenden».

En 1827 contribuyó eficazmente a la represión de la revuelta catalana de los Agraviados. Su inclinación en contra de la derogación de la Ley Sálica, y la fuerza que en este sentido ejerció sobre el monarca enfermo, le valieron, al perder, una orden de destierro en 1832, a la que Calomarde se anticipó trasladándose a Olba, y de allí a Híjar, de donde el 12 de noviembre salió disfrazado de monje de San Bernardo; logró pasar poco después la frontera de Francia. 

Escudo de armas de D. Tadeo Calomarde (BN)

 
  Su tumba fue profanada en la pasada Guerra Civil (36-39).
Por ello el escudo heráldico permanece "picado".

Se ofreció a Don Carlos, pero éste no le aceptó. Aún intentó en Roma ser hecho Cardenal, sin éxito. Se dice que en sus últimos años protegió a toda clase de refugiados, especialmente si se trataba de aragoneses. Falleció en Toulouse (Francia) el 19 de junio de 1842. Sus restos mortales se trasladaron a un panteón en Olba (Teruel) en 1853.

Calomarde redactó la primera reforma educativa. Su primera orden fue anular los títulos universitarios concedidos por el régimen liberal, con lo que cientos de abogados y médicos se encontraron, de repente, que ya no eran ni abogados ni médicos. Eliminó todos las planes de estudios por liberales. “Patria y religión serían las consignas del nuevo sistema. Mucha teología y nada de filosofía”. Sin embargo, a él se deben las primeras escuelas de tauromaquia y la escolarización universal, así como la prohibición del castigo físico.

jueves, 19 de junio de 2025

El rey Felipe VI concede los primeros títulos nobiliarios de su reinado en el undécimo aniversario de su proclamación

 

El rey Felipe VI ha concedido hoy, 19 de junio, los primeros títulos nobiliarios de su reinado, designando marqueses, entre otros, al tenista Rafa Nadal, la cantante Luz Casal y la nadadora Teresa Perales, según ha informado Zarzuela.


En concreto, ha designado a Rafa Nadal como marqués de Llevant de Mallorca; a Teresa Perales como marquesa de Perales; a Luz Casal como marquesa de Luz y Paz, los tres con carácter hereditario. El bioquímico y biólogo Carlos López Otín como marqués de Castillo de Lerés, con carácter vitalicio, y la fotógrafa Cristina García Rodero, nueva marquesa del Valle de Alcudia, con carácter hereditario.


Asimismo, ha querido distinguir a quien fue jefe de la Casa del Rey hasta febrero del 2024, Jaime Alfonsín Alfonso, con el título de marqués de Alfonsín y carácter de grande de España, un título que también será hereditario y recaerá en su hija mayor, Natalia.


Según la Casa de S.M. el Rey, todos ellos son «exponentes de la excelencia» por sus respectivas trayectorias, ya sea al servicio de la corona o en el ámbito del pensamiento, la cultura, la ciencia, las artes y el deporte.

«Son fuente de orgullo para España y son referencia permanente de valores que deben de inspirar a nuestra sociedad y que se reflejan, tanto en el discurso de proclamación» del rey el 19 de junio del 2014, como en los principios de servicio, compromiso y deber que imprime a su reinado, han precisado. La concesión de títulos nobiliarios es una prerrogativa del rey, que tiene la potestad de «conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes» conforme al artículo 62 apartado «f» de la Constitución de 1978. Esta se materializa a través de una real carta y es efectiva una vez se publica el RD de concesión en el Boletín Oficial del Estado (BOE), en el que se especifican los detalles y condiciones del título otorgado.

En la actualidad, la posesión de un título nobiliario en España no supone ningún privilegio legal ni fiscal. De hecho, está sometida al pago de su impuesto correspondiente y se trata de una distinción de carácter meramente honorífico y simbólico. Conlleva el tratamiento de excelentísimos señores para aquellos títulos que poseen la dignidad de grandes de España y de ilustrísimos señores para los demás. Los consortes legales y los cónyuges viudos, mientras permanezcan en ese estado, disfrutan del mismo tratamiento que sus cónyuges.


La "hidalguía de sangre" se refiere a la nobleza heredada por línea de parentesco, por tres generaciones consecutivas, mientras que un título nobiliario es un reconocimiento legal otorgado por el rey. La hidalguía de sangre se adquiere por nacimiento, si se demuestra que al menos tres generaciones anteriores de la familia fueron hidalgos, es decir, poseedores de "nobleza de sangre". Los títulos nobiliarios, por otro lado, son concedidos por el rey -no se requiere ser hidalgos como en el pasado-, y pueden ser hereditarios, transmitiéndose por línea de descendencia. La posesión de la “nobleza de privilegio” durante tres generaciones consecutivas, en la misma familia, da origen a la nobleza de sangre (hereditaria).

Según la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España y Títulos del Reino, en nuestro país hay 2.700 títulos nobiliarios que están en posesión de 2.206 personas. De estos, 418 poseen también la distinción de grande de España. Como curiosidad, solo entre diez de las mayores casas ducales españolas (las de Alba, Alburquerque, Fernán Núñez, Infantado, Borbón, Medinaceli, Medina Sidonia, Osuna, Peñaranda, Villahermosa) suman unos 200 títulos (36 ducados entre ellos).