miércoles, 10 de diciembre de 2025

José Cruz Etxeberria Leturiondo. Armero y alcalde constitucional de Eibar

 

En 1886 funda, junto con su hijo Bonifacio, la empresa “Echeverría e Hijo”, fabrican el revolver denominado “Puppy” y otro basculante tipo “Smith & Wesson” llamado UTA. En 1907 recibe de su hijo Julián los derechos de explotación de la patente de la que sería famosa pistola STAR.

José Cruz Echeverría Leturiondo nació en Eibar (Guipúzcoa) el 14 de septiembre del año 1833, siendo hijo de Miguel Joséph Echeverría y de Micalea Joaquina Leturiondo.

Como capitán de Voluntarios Liberales

Eibar fue fundada con el nombre de Villanueva de San Andrés de Éibar, pero siempre ha sido conocida con el nombre de Éibar. La población recibió el fuero de constitución de la villa el 5 de febrero del año 1346. Desde siempre, la actividad económica principal ha estado basada en la manufacturación del hierro, que dio lugar a una pujante industria armera y que se diversificó a mediados del siglo XX, dando lugar a multitud de productos.

Su padre Miguel Joséph emigra a Eibar, procedente de Alegia, y solicita el tratamiento de hijodalgo de la villa en virtud a un documento fechado en agosto de 1856, en el cual acredita que cinco generaciones anteriores a él  fueron conceptuados nobles de las villas de Urrestilla, Beizama y Alegia, sin mezcla alguna con raza de gitanos ni otra etnia reprobada entre los naturales de la villa de Eibar.

Se casa con Mª Petra Orbea-Urquizu Murúa,  hermana de los armeros Orbea y  tiene  seis hijos, Bonifacio, Juana, Polonia, María, Marcela y Julián.

En el año 1873, para luchar contra la insurrección carlista, se alista en el Cuerpo de Voluntarios de la Libertad del ejército de liberación popular (Ignacio María de Ibarzabal, también armero, comandó el batallón  organizado en Eibar tras la Revolución de Septiembre de 1868), alcanzando el grado de capitán. El 15 de diciembre de 1876  la  Diputación de Guipúzcoa le otorga el diploma de la misma en virtud a los méritos e importantes servicios prestados  a la causa del orden y la libertad.

El Rey Alfonso XII le concede en 1879 la Cruz de primera clase de la Orden del Mérito militar. El tres de septiembre de 1885, siendo teniente de alcalde, José Cruz Echeverría es nombrado alcalde por destitución del hasta entonces alcalde Placido Zuluaga. Permaneció en el cargo hasta 1890.


En 1886 funda, junto con su hijo Bonifacio, la empresa “Echeverría e Hijo”
, fabrican  el revolver denominado “Puppy” y otro  basculante tipo “Smith &Wenson” llamado UTA. En 1887 es nombrado Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica. En 1895 fue nombrado contramaestre de la fábrica de  armas “Quintana Hermanos”.  En 1909 muere en Eibar, a la edad de 76 años.

Revolver "Puppy"

 Los revólveres definidos como “Puppy” constituyen la evolución de los “Bulldog” hacia modelos más adecuados como armas de bolsillo. Su introductor en Eibar sería Ignacio Ibarzabal Iriondo, que en 1884 obtuvo patente por “Pistola revolver llamado Bull-Dog, por la que se suprime en el nuevo sistema el arco guardamonte y el disparador queda oculto”, solicitada por cinco años. En 1887 obtuvo otra también solicitada por igual plazo, en que ya hacía referencia al revolver “Puppy”, si bien lo bautizaba “Puppiy”, denominación que mantuvo en los comercializados por él.

 Pistola Star Mod.1920/21/22


En el año 1920, la Fábrica Star (Bonifacio Echeverría, S.A.) se percató del gran potencial de mercado que tenía en cuanto a las Fuerzas de Seguridad, más concretamente en lo que se refiere al Cuerpo de la Guardia Civil. En vista de lo cual lanza al mercado la primera pistola, clon de la Colt 1911 y reglamentaria por aquella época en el Ejército de los EE. UU., fabricada en España. Se trataba de la Star Modelo 1920 calibre 9 mm largo, la cual tras varias modificaciones, consiguió al fin ser el arma reglamentaria del Cuerpo.

Fuente: https://egoibarra.eus/es/eibarreses/jose-cruz-etxeberria-leturiondo

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Buenaventura Marcó del Pont. Armador de barcos de corso y pionero del salazón en Vigo

Catalán que en la segunda mitad del Siglo XVIII llegó a Vigo para dedicarse, entre otras actividades, al negocio del corso, y que terminó por ser alcalde de la ciudad. Promotor de la gran industria salazonera origen del Vigo sobre el que se sustentó la vocación empresarial de la ciudad y el consiguiente desarrollo e imparable crecimiento económico y poblacional que experimentó en el siglo XIX.

Buenaventura Marcó del Pont i Bori nació en Calella (Obispado de Gerona) el 29 de setiembre de 1738. Sus padres: Buenanventura Marcó del Pont y Mallol y Catalina Bori y Llorens.


En 1758, a la temprana edad de 20 años, llegó a Vigo (Pontevedra), villa marinera que apenas contaba con unos cientos de vecinos pero que estaba estratégicamente situada sobre el Atlántico y favorecida por una magnífica bahía, donde decidió quedarse. Un hombre emprendedor que con sus iniciativas puso, en la segunda mitad del Siglo XVIII, las bases para el posterior imparable desarrollo de una futura ciudad, la que hoy es la primera en tamaño de Galicia.

Dicen las referencias históricas que Marcó del Pont procedía de familia hidalga (su padre fue caballero de la Orden de Alcántara y él obtuvo una Ejecutoria de Hidalguía en 1783), que disponía de capital inicial y que pronto hizo considerable fortuna comerciando con las mercancías compradas a barcos franceses que se dedicaban al corso y que descargaban en Vigo los botines procedentes de barcos ingleses capturados cuando navegaban rumbo las Islas Británicas desde Portugal. El joven y ambicioso Buenaventura adquiría aquellos productos – aceite, vino, grano – para después venderlos a un buen precio a naves que los transportaban a otros destinos.

Habiéndose convertido al poco tiempo él mismo en armador, llegó a ser uno de los principales del norte peninsular, por lo que el monarca Carlos III le concedió autorización para comerciar con las Antillas.

Cuando en 1779 estalló la Guerra de Secesión de Estados Unidos y España se alió con Francia contra Inglaterra y Portugal, Buenaventura Marcó de Pont obtuvo permiso de la Corona para dotar de armamento a sus barcos y dedicarlos a la industria del corso, que aunque siempre arriesgada  potencialmente muy rentable en tiempos de conflictos bélicos.

Barco corsario

En los cuatro años que duró la confrontación, hasta 1783, su flota corsaria consiguió numerosas capturas de buques ingleses y lusos. Unos éxitos bélicos y comerciales gracias a los cuales Marcó recibió honores y obtuvo un gran logro para Vigo: por fin, debido a sus influencias ante la Corte, se pudo abrir el puerto al tráfico con Montevideo y Buenos Aires; y posteriormente, en 1794, reinando ya Carlos IV, recibió permiso para traficar libremente con todos los países de América.

Pero no sólo eso: montó la primera industria de salazón de las Rías Baixas al modo de las que funcionaban en el Mediterráneo, importando unas técnicas hasta entonces ahí desconocidas.

Después comenzó a enviar sus salazones por mar a Cataluña, con un éxito tan inmediato que pronto aparecieron –aproximadamente a partir de 1770– decenas de paisanos suyos para emplearse en la fábrica de Marcó del Pont. Allí descargaban los barcos el pescado y pronto fueron llegando más catalanes de la Costa Brava, ya para establecerse por su cuenta con pequeñas factorías salazoneras. Fueron los primeros famosos «fomentadores» tocados de barretina, que bastante más tarde se convertirían en conserveros.

Convertido en un hombre de enorme riqueza, financió proyectos de los monarcas Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, obteniendo a cambio no pocos privilegios. Gracias a sus gestiones, en 1783, y después en 1794 el puerto de Vigo consiguió por fin el derecho –que tanto había reclamado sin éxito anteriormente– de traficar libremente con todos los países americanos.

Marcó del Pont, el 9 de diciembre de 1760, casó con la viguesa Juana Ángel Méndez de Gondar, hija del sargento mayor del regimiento de Lisboa Francisco Ángel y de Catalina Méndez, con la que tuvo diez hijos, de los cuales el mayor, Ventura Miguel, fue enviado a Buenos Aires, al entonces Virreinato de Río de la Plata, para dirigir los negocios familiares que su padre había establecido allí. Otros vástagos siguieron con brillantez la carrera militar, destacando entre ellos Francisco Casimiro, último gobernador español en Chile hasta 1810, año de la independencia del país andino.

Armas de Casimiro

La proclamación de independencia de Argentina tuvo lugar en 1816; pero las actividades comerciales de los Marcó del Pont prosiguieron en la nueva república. De hecho, sus negocios prosperaron todavía en mayor medida, de modo que se convirtieron en familia patricia situada en la cúpula de la élite criolla. La antigua casa de los Marcó del Pont es hoy día monumento nacional que alberga un centro cultural y un museo de referencia en Buenos Aires.

Mientras tanto en Vigo, a donde ya había arribado cientos de emprendedores catalanes y funcionaban numerosas plantas de salazón, Buenaventura Marcó del Pont ejercía como principal personaje y Regidor Perpetuo de la ciudad. Como tal, ordenó construir la Colegiata de Santa María o Concatedral de Vigo y donó personalmente la talla del Cristo de la Victoria. Junto con otros empresarios creó la Real Compañía de Seguros Terrestres y Marítimos, por Real Cédula de 23 de diciembre de 1789, que también se expandió por América.

En 1806 Carlos IV le nombró marqués de Giro Real, dejando claro un hecho, el reconocimiento implícito de banquero del rey.

Gracias a su inmensa fortuna, financió al ejército español contra los invasores franceses en la Guerra de la Independencia (1808-1814) y, más tarde, la lucha contra las revueltas en las colonias, además de la restauración de la Corona con la financiación de los Cien Mil Hijos de San Luís en 1823.

Don Buenaventura falleció en vigo el 18 de setiembre de 1818, a la edad de 80 años.

Por todo lo anterior, se puede afirmar que Marcó del Pont i Bori fue el fundador de Vigo como ciudad industrial.

Fuente: https://www.vigoempresa.com/marco-del-pont/

Para saber más

https://vigopedia.com/biografias-buenaventura-marco-del-pont-y-bori/

https://es.wikipedia.org/wiki/Buenaventura_Marc%C3%B3_del_Pont

miércoles, 26 de noviembre de 2025

Celebración Anual de la Real Asociación de Hidalgos. 28-11-2025

  

El próximo día 28 de noviembre de 2025, a las 21:00 horas, tendrá lugar la Celebración Anual de la Real Asociación de Hidalgos de España. De nuevo este año será en los salones del Hotel Wellington (C/ Velázquez, 8. Madrid). Disfrutaremos de la cena de asociados y realizaremos el acto formal de entrega del III Premio de relato histórico Emilia Pardo Bazán, concedido junto a la Cátedra Vargas Llosa.

 

Madera de cedro, de la escritora española Beatriz Olivenza, fue elegido por unanimidad como el relato ganador del III Premio de Relato Histórico «Emilia Pardo Bazán», convocado por la Real Asociación de Hidalgos de España y la Cátedra Vargas Llosa. El jurado destacó que la obra “humaniza una época y dignifica la figura de una artista que talló su lugar en la historia, sin caer en la crónica ni en lo erudito”. Ambientado en el reinado de Carlos II, el relato combina una profunda carga emotiva con gran fuerza literaria. Elegido entre más de 800 textos de 20 países, el premio concede a la autora 10.000 euros y una figura de Emilia Pardo Bazán, similar a la del monumento ubicado en los jardines de Méndez Núñez, en La Coruña.


A esta celebración, además de los asociados de la RAHE, están invitados algunos miembros de corporaciones nobiliarias, así como entidades colaboradoras de la RAHE, que nos acompañarán como en años anteriores.