La palabra FALERÍSTICA se incorporó hace un año al Diccionario de la lengua de la Real Academia
Española, siendo definida como el estudio de las condecoraciones, y su
entrada fue impulsada y confirmada en actualizaciones (la 23.8),
reconociendo esta disciplina como una ciencia auxiliar de la historia que se
ocupa de órdenes, medallas y otros honores militares.
Se otorga
carácter oficial a una expresión que venía siendo utilizada por décadas para designar una disciplina de interés y prestigio entre
investigadores, coleccionistas y científicos sociales.
A lo largo de la historia, las
condecoraciones y medallas se han otorgadas como reconocimiento a actos de
valentía, servicio destacado, logros sobresalientes o contribuciones
significativas a la sociedad. Cada una representa algo, y la
falerística desvela sus significados, orígenes y evolución.
La
Real Academia Española (RAE)
es la institución responsable de velar por el uso correcto y actualizado de la
lengua española. Una de sus obras lexicográficas más importantes es el Diccionario
de la Lengua Española (DLE), considerado una referencia normativa del idioma.
La incorporación de nuevas
palabras al Diccionario de la lengua española es un proceso riguroso, colectivo
y adaptativo. La RAE no solo registra vocabulario, sino que observa y documenta
el uso real del idioma en una comunidad de habla que supera los 500 millones de
personas. Las adiciones recientes muestran cómo el español continúa
evolucionando con la tecnología, el cambio social y las interacciones globales.
A continuación, se describe el
proceso por el cual la RAE incorpora nuevas palabras, tanto de origen español
como provenientes de otras lenguas, así como ejemplos recientes, criterios y
curiosidades.
¿Qué es el Diccionario de la
lengua española?
El DLE es la obra lexicográfica
principal de la RAE, con más de 93 000 entradas que reflejan el vocabulario
general del español y sus múltiples variantes geográficas y sociales. Su
primera edición se publicó en 1780, y desde entonces ha evolucionado mediante ediciones
impresas y actualizaciones digitales.
Aunque la RAE tiene una función
normativa importante (orientar sobre el uso correcto del español), en la
práctica no crea palabras, sino que documenta y registra aquellas que ya
existen y son usadas por la comunidad hispanohablante de manera estable. Esto
significa que la RAE sigue un enfoque mayoritariamente descriptivo: observa el
uso real del idioma en contextos reales, más que imponer vocablos
artificialmente.
Proceso general de
incorporación de nuevas palabras
El proceso para sumar nuevas
voces o acepciones al Diccionario es riguroso, técnico y respaldado por
análisis lingüísticos. A continuación, se detalla paso a paso cómo ocurre:
1. Observación y detección de
usos lingüísticos
La RAE monitoriza corpus
lingüísticos, textos escritos y hablados, medios de comunicación, literatura,
redes sociales, publicaciones especializadas y usos extendidos para detectar neologismos
y términos emergentes.
2. Recepción de propuestas
Académicos, lingüistas y público
en general pueden enviar sugerencias de palabras al equipo lexicográfico
mediante formularios oficiales. Las propuestas deben incluir significado y
documentación que respalde el uso real y frecuente del término.
3. Análisis lexicográfico
El Instituto de Lexicografía de
la RAE estudia cada propuesta para verificar:
-
Uso del término en contextos reales y variados.
-
Frecuencia y estabilidad del uso.
-
Distribución geográfica y presencia en la
comunidad hispanohablante.
-
Posibles acepciones y matices semánticos.
-
Este análisis puede tomar meses o incluso hasta dos
años desde la propuesta hasta la posible inclusión.
4. Discusión en comisiones
académicas
Las propuestas válidas pasan por comisiones
internas de la RAE donde se discute su pertinencia, definición y categorización
gramatical.
5. Evaluación por la ASALE
La RAE trabaja junto con la Asociación
de Academias de la Lengua Española (ASALE), lo que permite que las academias de
los países hispanohablantes revisen y consensuen las propuestas, garantizando
un enfoque panhispánico.
6. Aprobación formal
Una vez consensuado, el pleno de
académicos aprueba oficialmente la inclusión o modificación, que luego se
incorpora a una actualización del DLE.
7. Publicación en las versiones
digitales / ediciones impresas
La actualización se publica
primero en línea en la plataforma dle.rae.es, y después suele anunciarse
públicamente antes de imprimirse en nuevas ediciones completas.
Ejemplos de palabras
incorporadas en la última década
2025: Actualización 23.8.1
En diciembre de 2025 la RAE
anunció la incorporación de unas 330 novedades léxicas en la versión 23.8.1 del
DLE, anticipando la edición 24 que saldrá en 2026. Entre ellas destacan:
-
spanismos y coloquialismos: farlopa (cocaína), bocachancla,
marcianada.
-
tecnológicos / digitales: gif, hashtag, streaming,
loguearse (iniciar sesión).
-
neologismos sociales: milenial, turismofobia.
-
ciencia y otros campos: gravitón, autovacuna.
-
expresiones completas: foto de familia, juguete
roto.
Estas incorporaciones reflejan
tendencias globales, tecnológicas y culturales del siglo XXI.
2024: Actualización 23.8
En diciembre de 2024 se añadieron
más de 4 000 modificaciones, incluyendo alrededor de 609 nuevas palabras. Entre
los términos incluidos: falerística, espóiler, teletrabajar, barista, frapé, wasabi y umami.
2020: Actualización 23.4
Durante la pandemia, muchas
palabras relacionadas con la COVID-19 entraron en el diccionario: coronavirus, COVID,
desconfinar, emoji, finde, trol, entre otros.
Criterios lingüísticos para la
inclusión
Que una palabra esté muy
difundida no garantiza su inclusión inmediata; debe tener una trayectoria
establecida en la lengua. Para que una palabra sea considerada apta para el
Diccionario, se evalúan varios factores:
1. Uso consolidado y extendido
La voz debe ser empleada
ampliamente por hablantes nativos y en contextos diversos, no solo en círculos
reducidos o efímeros.
2. Duración del uso
Se prefieren términos que hayan
mostrado persistencia en el tiempo (varios años) en lugar de neologismos
momentáneos.
3. Documentación y evidencias
La proposición debe contener
ejemplos documentados (textos, corpus lingüísticos) que respalden la existencia
y significado del término.
4. Distribución geográfica
Se favorece que el término tenga uso
en varios países hispanohablantes, aunque en algunos casos se aceptan voces
regionales con la debida marca geográfica.
Palabras extranjeras y
adaptación
Aunque el español es una lengua
con fuerte identidad propia, la RAE acepta extranjerismos cuando estos se han
incorporado al uso general con significado estable. Franzismos (wasabi, espóiler),
anglicismos (big data, GIF, streaming), e incluso préstamos de otras lenguas
como el japonés (umami) han sido aceptados. Estas palabras muchas veces
aparecen en el diccionario con marcas tipográficas (como cursiva) o
definiciones que contextualizan su origen.