Roger de Lauria fue almirante de la
flota de la Corona de Aragón y de Sicilia, la cual dirigió brillantemente
durante todo el reinado de Pedro III el Grande de Aragón. Se le concedió el
condado de Cocentaina (Alicante) como recompensa por su trayectoria militar al
servicio de la Corona de Aragón.
El
palacio Condal de Cocentaina (municipio de Alicante), se halla construido sobre un antiguo
edificio musulmán del siglo XII, y es su monumento más importante. El primer
edificio gótico fue construido en la segunda mitad del siglo XIII por el
almirante almogávare Roger de Lauria, primer señor feudal (en 1272 se le
concedió la villa de Cocentaina, y sus alquerías, además de otras posesiones en
la región (Alcoy, Alcudia, Muro, etc.), como recompensa por su dilatada trayectoria militar a su servicio),
con el título de barón de la Villa de Cocentaina otorgado el 11 de septiembre
de 1291, localidad en la que construyó un alcázar y fijaría su residencia, en
lo que es hoy el Palacio Condal, lugar desde el que ejerció sus responsabilidades
territoriales, como el gran almogávar que fue de la Frontera Sur de la Corona
de Aragón.
Palacio-Fortaleza de los Condes de Cocentaina |
Roger de Lauria (Llúria) era italiano de origen (nacido en torno a 1250
en Scalea-Calabria, o en Lauria-Basilicata según otras fuentes), hijo de
Ricardo de Lauria y de Isabella de Amico, y aragonés y valenciano de adopción, muriendo
en la Ciudad de Valencia en enero de 1305, después de haber sobrevivido a una
brutal razzia granadina que arrasó sus posesiones en Cocentaina pocos meses
antes, en 1304, y de aquí viene el actual mote de “Socarrats” que se aplica a
sus habitantes. Roger fue almirante de la flota de la Corona de Aragón y de
Sicilia, durante todo el reinado de Pedro III el Grande de Aragón El señorío
fue pasando con el tiempo por las manos de las casas de Lauria, Jérica y de la
real de Aragón.
Estatua de Roger de Lauria (Barcelona) |
Las
hazañas del famoso marino en el mar Mediterráneo fueron notables. Interpelado
por el Conde de Foix, emisario del Rey de Francia, el cronista Bernat Desclot
pone en boca Roger de Lauria (1285):
«Señor, no sólo no pienso que galera u otro bajel intente navegar por el
mar sin salvoconducto del rey de Aragón, ni tampoco galera o leño, sino que no
creo que pez alguno intente alzarse sobre el mar si no lleva un escudo con la
enseña del rey de Aragón en la cola para mostrar el salvoconducto del rey aragonés.»
Beatriz
de Jérica, casada con Antonio de Aragón, vendió la baronía en 1372 a Juan de
Aragón, conde de Ampurias, y éste la vendió en 1378 al rey Pedro IV de Aragón,
por un precio de 16.000 florines, que se la regaló a su esposa Sibilia A la
muerte de Pedro IV en 1387, Sibilia trató de huir a Castilla por su enemistad
con su hijastro , el ya rey Juan I, quien le confiscó todos sus bienes dándoles
a su esposa Violante, ultima señora de la baronía de Cocentaina en el s.XIV.
Castillo de Cocentaina |
El 28 de agosto de 1445, Alfonso V de Aragón, el Magnánimo, vendió la villa y Baronía por 80.000 florines a Ximén (Jiménez) Pérez de Corella, según consta en un privilegio diligenciado por el secretario Arnaldo Fenolleda, y el 1 septiembre de 1448 le concede el título de Conde de Cocentaina. La familia Corella, de origen navarro, que entró al servicio del rey Jaime I para la conquista de Valencia, reformó y amplió el Alcázar-Palacio hasta darle la forma actual. En 1653 murió la última señora Antonia Ruiz de Corella titular del condado de Cocentaina, el cual pasó en 1648 a su hijo el conde de Benavides, que lo retuvieron hasta el año 1805. El título recayó posteriormente en la Casa de Medinaceli (linaje Fernández de Córdoba (Priego) [Suárez de Figueroa]).
Ximén Pérez de Corella empezó como Copero del Rey Alfonso, pero pronto pasó a servirle militarmente en sus expediciones a las islas de Córcega y Cerdeña, y en la conquista de Nápoles, que por sus servicios le nombró Gobernador General de Valencia en 1429, Virrey vitalicio de la Ciudad y Reino de Valencia en 1430. En 1432 fue Capitán de la Armada expedicionaria a África. Fue embajador en Roma ante los Papas Eugenio IV y Nicolás V.
Según los documentos
arquitectónicos y los escritos, la primera construcción del alcázar podría
situarse cronológicamente entre finales del siglo XIII y principios del XIV. Con
la llegada de la familia Corella, condes de Cocentaina, a la antigua
construcción medieval se añadieran elementos arquitectónicos propios de estilos
más tardíos, principalmente del renacimiento y del barroco durante los siglos
XVI y XVII. Actualmente es un edificio de planta cuadrada con tres torres que
destacan al norte, sudeste y nordeste, en tanto que la situada al noroeste,
reformada, queda entre los muros de un convento, el de Clarisas, fundado en el
siglo XVII, y en el que se encuentra la antigua capilla del palacio, estancia
decorada por los Corella como lo recuerdan sus armas, situadas en las tres
claves de la bóveda de crucería que dividida en tres tramos la cubre.
El escudo de la familia
Corella se encuentra en la Sala Dorada de este palacio, situada en la torre del
homenaje, con un techo ricamente ornamentado, y también en la iglesia del
Convento de los Franciscanos, donde, hace siglos, los Corella se desplazaban
para asistir a misa. Los espacios centrales están pintados con símbolos
heráldicos de los Corella y los nueve reyes de Navarra, de los que se creían
emparentados los primeros condes.
Cúpula de la sala Dorada del palacio condal |
Desde
el año 1.442, cuando Ximén toma Nápoles para el rey de Aragón Alfonso V, éste
le concede el uso de sus propias armas reales, es decir, las de Aragón y las
Dos Sicilias: dos o cuatro barras por la corona de Aragón y cuatro barras y las
dos águilas de la Casa de Suabia por las Sicilias. Además, por ser el
conquistador de Nápoles también pudo incorporar a sus armas la heráldica
napolitana: sembrado de lises de la Casa de Anjou, y la cruz de Tierra Santa,
del pretendido reino de Jerusalén. A todos esos elementos hay que unirles las
armas propias de Ximén: barras como las de Aragón y una campana y el mote
Sdevenido.
Agradecida por la información
ResponderEliminarLeido, sr Huidobro, como todas sus publicaciones muy interesante.
ResponderEliminarGracias