Hace 450 años (el 8 de setiembre de 1565) el marino, militar y explorador Pedro Menéndez de Avilés, el conquistador y primer gobernador español de Florida, fundó San Agustín, la ciudad de origen europeo más antigua del territorio continental de Estados Unidos, habitada de forma permanente desde entonces hasta nuestros días. Antes de él, otros exploradores españoles habían intentado, sin éxito, adentrarse en aquellos inhóspitos territorios.
Destruyó la colonia francesa de Fort Caroline en el mismo año y fue Gobernador de la isla de Cuba desde 1568 hasta 1572, además de Consejero Real del rey Felipe II.
Pedro Menéndez nació en la villa asturiana de Avilés (que tiene a gala llamarse la “Villa del Adelantado”) en febrero del año 1519 en el seno de una familia hidalga pudiente, siendo uno de entre 20 hermanos y hermanas. Su padre Alonso Álvarez de Avilés, hijo de Álvaro Sánchez y de María González Cascos, había luchado con valor en la guerra de Granada al lado de los Reyes Católicos en la expulsión del último reducto árabe en la península ibérica. En el año 1558 Menéndez fue nombrado Caballero de la Orden de Santiago, con la Encomienda de Santa Cruz de la Zarza (Toledo).
Su madre, María Alonso de Arango, hija Juan Alonso de la Campa y de Elvira Menéndez de Arango, al enviudar tempranamente, volvió a contraer matrimonio, y Pedro, que aún era niño, quedó al cuidado de un familiar que debía encargarse de su educación. Sin haber cumplido los 14 años se escapó de su casa y se dirigió a Santander donde consiguió alistarse como grumete en una flota española encargada de combatir a los corsarios y así inició su carrera de marino luchando por limpiar el mar Cantábrico de piratas y corsarios, principalmente franceses, regresa tras dos años a su villa natal.
Casa natal de Pedro Menéndez en la villa de Avilés |
Así nos describe la casa y el lugar el cronista Gonzalo Solís de Merás, 1565
… Pedro Menéndez es hijodalgo é de padres principales, descendiente de casas de solares de las antiguas de Asturias de Oviedo, donde es su naturaleza y de sus descendientes: tiene una de las más antiguas casas que hay en aquella tierra, que es la casa de Doña Paya … y ansí se llama Monte de Rey donde ella está situada … y dos leguas de allí está la villa de Avilés … y la herencia que heredó de sus padres fué la mesma casa de Doña Paya y su distrito, y porque tuvo veinte hermanos y hermanas, dividióse la hacienda, de manera que todos quedaron pobres …
Su familia, temiendo que escapase nuevamente y con el fin de asentarle en la villa, le obliga a casarse con una niña de 10 años llamada Ana María de Solís. Pero a las pocas semanas vendió parte de su hacienda, logró comprar un patache (una embarcación modesta pero rápida) y convenció a miembros de su familia para llevarlos en su compañía. Uno de sus compañeros de aventuras era su cuñado y sobrino, Gonzalo Solís de Merás, que con el tiempo sería cronista de los hechos que vivió en primera persona. Desde entonces, Pedro Menéndez se lanzó a la vida de marino ... y con sus amigos se metió en corso aventurero, donde tuvo é hizo cosas muy venturosas é notables que serían muy largas de contar.
En 1544 (Pedro Menéndez tiene 25 años) da muerte al corsario francés Jean Alphonse de Saintonge, y el emperador Carlos I de España, informado de los hechos, toma a Menéndez a su servicio con el encargo de que limpiara de enemigos todo el mar Cantábrico, sin cortapisas, concediéndole una patente de corso. Más tarde,En 1552, Menéndez realiza travesías atlánticas a las Indias, conduciendo dinero, tropas o elevados personajes. Estos viajes aumentaron sus conocimientos del mar y le dotaron de mayor experiencia en la navegación. También fue en aumento la confianza del monarca en él. Su reputación llegó a ser tan notoria que el mismísimo Carlos I le encomendó que fuese él quien le transportara por mar a Flandes en 1554, lo que significaba mandar toda una escuadra y su convoy, porque junto al emperador viajaban toda una cohorte de secretarios, altos cargos y personas de su confianza, además de su guardia personal.
Felipe II nombró a Menéndez “Capitán General de la flota de Indias é por su Consejer, para que fuese sirviendo dende la Coruña á Inglaterra, cuando fue á casar con la C.R. María de Inglaterra, y ansí le sirvió muy bien”.
A su regreso, Pedro Menéndez pasó a Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) para tomar el mando de una flota para las Indias que zarpó el 15 de octubre de 1555, regresando meses después, ya en 1556, sin contratiempos y cargado de productos para el comercio. Durante un tiempo fue capitán de la flota del virrey del Perú.
Al abdicar Carlos I en su hijo Felipe II en 1556 el nuevo rey mantiene a Menéndez a su servicio y lo nombra Capitán General de la Escuadra de la Guarda de las Costas, por lo que se hizo al mar rumbo a Flandes, custodiando aquellas aguas durante un tiempo en las mismas narices de los franceses. Desembarca en Calais y participa con sus tropas en la célebre Batalla de San Quintín (10 de agosto de 1557). Cesa en el mando de esa escuadra al firmarse la paz en 1559.
A él se deben los primeros planes para la navegación ordenada y lo más exacta de la flota de Indias (un sistema de convoyes protegidos, para hacer frente a la piratería.). De esta época data una de las mejores aportaciones de Pedro Menéndez a la historia naval española: diseña el modelo de flotas de Indias partiendo de su propia experiencia y del conocimiento que tenía sobre el funcionamiento del sistema de convoyes en los años previos a 1556. Menéndez no inventaba nada sino que su gran mérito fue detallar por escrito, sistematizar, apoyar y ratificar un modelo naval que serviría de base para legislar pocos años después, entre 1561 y 1564, el sistema de flotas de la Carrera de Indias. También, fue autor de cartografías marinas de Cuba, las Bermudas y las Bahamas.
En 1561, Menéndez se hace cargo de una gran flota de Indias que zarpa de Cádiz rumbo a La Habana con la misión de traer oro y plata desde México hasta la península. Tiene también la misión de atrapar al rebelde Lope de Aguirre, que además de loco se ha vuelto contra su propio rey, y hacerlo regresar a España, pero éste murió a manos de los indios antes de que él llegara. Recién llegado a Cádiz pide permiso para regresar en busca de un buque perdido, en el que viajaba su hijo Juan, mientras una flota navegaba por el canal de Bahamas, que le fue denegado. En lugar de ese permiso, sorprendentemente, y sin mediar denuncia alguna, es detenido, junto con su hermano Bartolomé, por orden de la Casa de Contratación de Sevilla, acusados de contrabando y de unos problemas de competencias institucionales, pero se demostró que las acusaciones eran falsas, por envidia, y salieron absueltos.
Felipe II le nombró General de la Carrera de Indias, además de consejero, sin dejar de prometer recompensarle por los servicios que le había prestado y hacer “demostración por el agravio que se le había hecho, porque bien entendido estaba en todo su Reino había sido acusado falsamente” , según le escribía el monarca en su correspondencia con el marino asturiano.
En el año 1565 Menéndez vivía un periodo de relativa calma, manteniéndose como consejero del rey Felipe II, con el que despachaba infinidad de documentos, hasta que en una ocasión cayó en sus manos un documento sobre la Florida: Felipe II proyectaba colonizar aquella tierra. Menéndez estaba convencido de que su hijo Juan, tras perderse su buque en el canal de Bahamas, en la ruta de la flota de Indias de regreso a España, se había salvado y de alguna manera pudo alcanzar la costa, donde estaría preso de alguna tribu india. .Menéndez se ofreció al rey para dirigir la empresa y solicitó licencia para ello. Finalmente, Felipe II confió el proyecto en el marino asturiano, nombrándole Adelantado (hubo otros cuatro antes que él, que fracasaron en la misión), que rápidamente se dedicó a preparar una expedición que difícilmente podía financiar sin contar con las ayudas de su familia y amigos, además de endeudarse gravemente para la construcción de diversas naves en los puertos de Gijón, Avilés y Santander, El rey proporcionó el galeón real San Pelayo, de 1.000 Toneladas.
En estos preparativos se encontraba el Adelantado cuando el rey Felipe II le ordena expulsar a los intrusos de religión protestante que se encontrasen en la Florida o en cualquier rincón de Indias. Esto era debido a que hacía tan solo un año que una expedición francesa al mando de René Goulaine de Laudonnière, formada por protestantes hugonotes que huían de las sangrientas guerras de religión francesas, se había asentado en un lugar al que llamaron “Fort Caroline" (renombrado tras su conquista, el 21 de septiembre de 1565, de San Mateo) desde el que, aliados con unos caciques indios, se dedicaban a atacar colonias y barcos españoles, lo que decidió al rey a aprovechar la expedición de Menéndez para castigarlos y expulsarlos de allí, lo que lograría con gran éxito, gracias a la estrategia empleada. Dicha expulsión estuvo plagada de dificultades y culminó con una terrible matanza, tras la cual los franceses fueron arrojados definitivamente de la Florida.
Estatua de Pedro Menéndez en San Agustín (La Florida) |
Escudo de San Agustín |
El escudo de armas de San Agustín (La Florida) fue certificado por D. Vicente de Cadenas en 1991
El primitivo fuerte de San Agustín de la Florida |
De vuelta en España en 1567, Felipe II nombró nuevo gobernador de Cuba y todos sus territorios anejos a Pedro Menéndez, al mismo tiempo que le ordenaba tomar preso al anterior gobernador García Osorio por no prestar ayuda a los colonos de la Florida y lo devolviese a España para ser enjuiciado. Le entregó 200.000 ducados y le ordenó desplazarse a Sanlúcar de Barrameda para hacerse cargo de una nueva escuadra con la que partir al Caribe. Era el mes de julio del año 1568 y además de refuerzos, harían el viaje nuevos misioneros de diferentes órdenes religiosas, encontrándose entre los que viajaron San Francisco de Borja. En esa época compatibilizó el cargo de Adelantado de la Florida con el de Gobernador de Cuba. Tenía grandes proyectos para América. Por una Cédula de 5 de marzo de 1571 se le autorizó a llevar a la Florida 100 labradores. Por otras dos Cédulas posteriores se le autorizó a llevar otros 100 de las Azores, 50 de Sevilla, 50 familias asturianas y 100 labradores portugueses.
En el año 1573 un requerimiento del rey llama a Menéndez a la Corte, que cruzó otra vez el Atlántico y se presentó en el Monasterio de El Escorial. Felipe II le explicó que le necesitaba a su lado para llevar con más conocimiento los asuntos de Indias y le nombró Consejero. Algo más tarde, por Real Despacho de 10 de febrero de 1574, Pedro Menéndez fue nombrado Capitán General de la flota que estaba preparándose en secreto para ayudar a Luis de Requesens, gobernador de los Países Bajos, a sofocar una rebelión en Flandes y controlar el Canal de la Mancha. El proyecto del que se responsabilizó al de Avilés era tan grande y formidable que Menéndez sospechó que las cosas iban más allá de sofocar una revuelta en los Países Bajos. Estaba en lo cierto: esa flota, según planeaba Felipe II, sería después enviada a invadir Inglaterra. Aún faltaban años para la empresa de Inglaterra, pero en la mente de Felipe II ya bullía la idea de invadir las islas británicas.
El día en que se reunió toda aquella gran escuadra (la Invencible) hubo gran celebración, se disparó en salva, y el rugir de los cañones hizo estremecerse al puerto de Santander. El 8 de septiembre de 1574, toma posesión del mando de la escuadra, formada por 300 velas y 20.000 hombres y durante la celebración, Menéndez se encontró mal y fue atendido por los médicos de la escuadra. Su enfermedad era incurable y falleció unos días más tarde.
Encima de su tumba, su deseo es que figurara el escudo que a sus ancestros les otorgó el rey Fernando III el Santo por la conquista de Sevilla en 1248. En aquella ocasión, un avilesino iba al mando de un barco cuya proa, según la tradición, portaba una sierra con la cual embistió y rompió la cadena que unía dos castillos en las márgenes del río, permitiendo así la entrada a la ciudad por el río Guadalquivir. En la otra parte, seis cuervos de sable en dos palos de a tres, correspondiente a las armas del linaje materno, los Arango..
El motivo de barco rompiendo las cadenas del Guadalquivir se ha heredado hoy en el escudo oficial de la villa de Avilés.
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